"Es impensable
que quien acceda al sacerdocio no sepa latín", ha dicho el profesor Ivano
Dionigi, presidente de de la recientemente creada Pontificia Academia para la
Latinidad. Nos parece que habría que moderar un poco los entusiasmos de
Dionigi. Ante las carencias intelectuales del clero actual, en el plano tanto filosófico como teológico, el énfasis en el latín merece una puesta en contexto que dejamos a la pluma de Castellani..
El doctor Piscolabis.
Por Leonardo
Castellani.
Aunque ya se ha
cerrado el concurso instituido por VELERO acerca del origen de las dos palabras
latinas busilis y piscolabis, vamos a enviarle la verdadera
solución, que se les ocultó a los otros. Y de paso, la solución de otra cosa
más importante.
Esas dos palabras
vienen, créase o no, de un seminarista de Villa Devoto, que era más asno de lo
corriente y permitido, y acerca del cual existía en las altas esferas cierta
voluntad informulada pero eficaz que fuese ordenado no más, "contrariis
non obstantibus quibuscumqué'.
Este seminarista
se llamaba —ya murió— Pistolari, de donde por corrupción se derivó piscolabis.
El día de su último examen, los míseros profesores tuvieron que interrumpir
dos veces la tarea para comer algo, por lo cual esos lunches se llaman
desde entonces piscolabis. Un día en la clase de ínfima le dieron a
traducir este tema "Tú pescarás en río revuelto” y el pichón de
filólogo tradujo: "Tu in fulmine rivolto piscolabis” de donde vino
el nombre.
El día del último
examen, el profesor le puso en las manos a San Mateo y le dijo que tradujese lo
siguiente: "In diebus illis dixit Jesús discipulis suis"... El
sobrino del obispo juntó las dos sílabas primeras Indie y tradujo: "¡La
India!", y después juntó las otras tres y formó busillis. El
profesor le hacía gestos con la boca para indicarle la equivocación, y el
discípulo va y le dice muy campante:
—Sí. ¡Ya puede
chiflar! jNo manyo niente! Todito lo demá lo sé, meno ese maldito busilis.
Se cuenta también
de él que en el examen de Dogmática le preguntaron el Bautismo en esta forma:
—Domine Pistolari,
quid dixit Lutherus de Baptismo?
—Quomodo dicis?
—Quid dixit
Lutherus de Baptismo!
—Ego nescio.
—Quid dixit
Calvinus de Baptismo?
—Non vidi.
—Quid dixit
Ecolampadius de Baptismo?
—Non paravi.
Sudoroso el
profesor le habló en castellano.
—¿No sabe nada acerca del bautismo?
Y el futuro levita
respondió con voz cavernosa:
—Se cobra tres
pesos...
Estas son bromas,
naturalmente…
Pero que el hacer
chistes contra los frailes que no cumplen sea cosa lícita y aun loable es
asunto confirmado por el mismo Papa, si es auténtico el BREVE del papa Clemente
VI, acerca del poeta Chaucer. Habrían denunciado a este poeta que se burlaba
desaforadamente de los frailes malos, no menos que de los malos poetas, y el
Papa respondió que si se burlaba de los religiosos que eran de veras homines
religiosi, era reo de cuasi sacrilegio y debería ser amonestado; pero si
reía de los clérigos que no cumplen sus votos, y eso en versos inteligentes y muy
melodiosos, casi merecía una condecoración. "Quodsi de aliis
clericis et monachis ioculatur qui spretis regulationibus profane ambulant, de
iis etiam NOS joculamur". Clemente VI era un noble francés, y se dice
que el BREVE lo escribió el Petrarca; aunque ciertamente éste no nos parece el
estilo latino del Petrarca.
La Iglesia se
afloja cuando falla en ella la contemplación. La Iglesia ha sido hecha para
enseñar, para lo cual primero hay que saber. Cuando fallan el vidente, el
definidor, el contemplativo, el profeta, la Iglesia se convierte en una especie
de sociedad anónima frigorífica para la conservación del cristianismo en latas.
La beneficencia no
es el fin principal, es un subproducto del apostolado católico; ni siquiera la misma
administración de los sacramentos es el fin principal, a no ser que sea al
mismo tiempo una enseñanza; y no una mera venta de ceremonias mágicas...
1 comentario:
Lamentablemente Castellani no ha conocido la substitución del cura de Misa y olla por el cura de Misa e internet. Hubiera podido ampliar este artículo con su aguzado ingenio.
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