domingo, 8 de febrero de 2015

Achaque y manía del mundo tradi: panhistofilosofitis

Sorokin escribió un célebre libro destinado a describir y enjuiciar críticamente los achaques y manías de la sociología contemporánea. Una de las cuales denominó «cuantofrenia». En efecto, el conocimiento científico progresa muchas veces por medio de la cuantificación de la experiencia, pero esto se convierte en regresión desde el momento en que se produce lo que Sorokin, llamaba «cuantofrenia», es decir, una visión únicamente cuantitativa donde desaparece toda concepción de las cualidades. Decía Duverger que «en las ciencias sociales se ha aprendido a disimular las ignorancias bajo la sofisticación matemática». Sin embargo, la dicotomía cuantitativo-cualitativo, puede y debe ser superada, si se deja de tomar estos aspectos del método científico como términos antagónicos y se los considera como complementarios.
En algunos comentarios de la entrada precedente nos hemos encontrado con un ejemplo de lo que podríamos denominar, parafraseando el título de la obra de Sorokin, achaques y manías del mundo tradi. A nadie debiera sorprender que los católicos tradicionales tengan defectos, pecados, errores, deficiencias intelectuales… Simplemente porque son seres humanos con todas las limitaciones inherentes a la naturaleza herida por el pecado original.
Ciertamente no tenemos el talento de Sorokin para acuñar neologismos capaces de sintetizar y catalogar cada uno de los achaques y manías que no pocas veces se presentan en el ambiente católico tradicional. No obstante, tomamos prestado a un amigo y maestro de quien esto escribe, un neologismo: panhistofilosofitis. En esencia, se trata de considerar todo desde la historia de la Filosofía, buscando las raíces filosóficas o ideológicas de toda realidad que se presenta a nuestra consideración. Lo cual, aunque parezca «ortodoxo», está lejos de serlo, y se aparta del «realismo metódico», uno de los principios fundamentales de Santo Tomás, que se opone radicalmente al primado del cogito cartesiano. En efecto, se ha de afirmar: res sunt, ergo cogito.  O como decía un eslogan publicitario argentino: las cosas como son... Primero la realidad, después nuestro pensamiento.
Lo anterior no quita importancia a la historia de la Filosofía, ni niega que las ideas tengan consecuencias en la vida de las personas y las sociedades. Pero trata de darles su justo lugar. Pues no todo es ideología ni puede reducirse a ideas.
Un ejemplo interesante de las consecuencias de esta actitud panhistofilosófica es la no distinción entre el sentido objetivo de la ciencia o de un descubrimiento científico y el sentido subjetivo del descubridor o científico mismo. Uno y otro son de suyo independientes. El teorema de Pitágoras, o los descubrimientos de Hipócrates, no son paganos por serlo sus autores. Ni los descubrimientos de Pasteur, o de Mendel, son cristianos porque sus autores lo eran.
Pío XII tuvo que salir al cruce de estos errores, con ocasión del problema médico-moral del parto sin dolor. Sus palabras, siguen siendo de gran actualidad, y valen también –mutatis mutandis- para lo que se ha dado en llamar «métodos naturales» para la regulación de la natalidad, así como para otros campos de la cultura humana (filosófica, artística, científica y técnica). Transcribimos un fragmento a continuación:
«La ideología de un investigador y de un sabio no es en sí una prueba de la verdad y del valor de lo que ha descubierto y expuesto. El teorema de Pitágoras o (para no salir del campo de la Medicina) las observaciones de Hipócrates, que se han reconocido exactas, los descubrimientos de Pasteur, las leyes de la herencia de Mendel, no deben la verdad de su contenido a las ideas morales y religiosas de sus autores. No son ni "paganas" porque Pitágoras e Hipócrates eran paganos, ni "cristianas" porque Pasteur y Mendel eran cristianos. Estos adelantos científicos son verdaderos porque —y en la medida en que— responden a la realidad objetiva.
Del mismo modo, un investigador materialista puede hacer un descubrimiento científico real y verdadero; pero esta aportación no constituye de ninguna manera un argumento a favor de sus ideas materialistas.
El mismo razonamiento vale para la cultura a la cual pertenece un sabio. Sus descubrimientos no son verdaderos ni falsos porque hayan salido de tal o cual cultura, de la cual él ha recibido la inspiración y que ha impreso en él un sello profundo
Una vez más, conviene recordar el omne verum tomasiano para curarse de esta «manía».

18 comentarios:

Anónimo dijo...

En los paganos que decían verdad era porque Dios se manifestaba como bien dice en los hechos a los que lo buscaban aunque sea a tientas y en un Pasteur era porque ya bautizado tenía la inspiración correspondiente a su docilidad a la gracia.

Jorge Rodríguez dijo...

El problema es que los marcos de referencia mentales de muchos tradis están cerrados sobre sí mismos para que no entre ninguna idea que no sea para confirmarlos en lo suyo. Estimo que esto es un efecto colateral de la resistencia a las nuevas doctrinas de la Iglesia post CVII. Ciertamente, es positivo resistir esas falsas doctrinas, pero se pasan para el otro lado y quieren ser mas tradicionalistas que los Papas del siglo XIX.
Cualquier información sobre algún descubrimiento científico, teoría, avance tecnológico, etc. se coloca en el casillero de "conspiración de científicos judeo-masones". Tienden a comprar toda la basura friki anticientífica que hay en la red, haciendo el mas espantoso ridículo para cualquiera con una formación en el campo. Y lo peor es que se desvían energías de lo que debería ser la defensa de la fe en base al magisterio preconciliar.

Edmundo Rivero dijo...

Anónimo, campeón, me explicás cómo es judíos como Salk y Sabin? o sea, es pq esperan al mesías? los inspira la gracia?

Anónimo dijo...

Para Edmundo , les inspira su padre,escrito con minúscula.

Edmundo Rivero dijo...

Anónimo, o sea que la vacuna contra la polio que descubrieron estos judíos fue inspirada por el demonio, su padre? Y entonces esa vacuna sería una vacuna diabólica?

Anónimo dijo...

Qué dijo Pío XII sobre el parto con dolor?
Que las mujeres hoy al parir deberían aceptar la anestesia o que no?

Gracias. Esteban.

Don Matías de Escaques (con sus manías y achaques) dijo...

En la entrada antigua de este blog sobre el omne verum citaba Miles la frase completa de Santo Tomás:

«Quod omne verum, a quocumque dicatur, est a Spiritu Sancto sicut ab infundente naturale lumen, et movente ad intelligendum et loquendum veritatem.» (S.Th. I.a II.æ, q. 109, a. 1, ad 1.am)

La copio aquí porque creo que aclara el punto sobre el que discuten Edmundo y el anómimo. La verdad que pueda hallar y decir el más pérfido judío procede de una luz del Espíritu Santo, pero esta luz no es gracia: es de orden natural, no sobrenatural (ni preternatural).

Martin Ellingham dijo...

De acuerdo con Don Matías. En principio no habría que hacer elucubraciones sobre la gracia cuando se trata de operaciones de moción divina de orden natural.
Con todo, habría que considerar la posibilidad de gracias actuales aunque en el caso de que se trata parece ocioso.
Saludos.

Favila dijo...

Con respecto a lo que se hablaba en la entrada precedente, yo distinguiría tres aspectos:
- el descubrimiento de que la fertilidad de la mujer sigue unos ciclos (ciencia);
- el método para que las parejas calculen estos ciclos y así puedan limitar su descendencia (técnica);
- el eslogan de "paternidad responsable" para describir, entre otras cosas, el uso de esta técnica (terminología).

En el caso de la ciencia, está claro que es algo objetivo que describe la realidad, por lo que carece de importancia que el científico profese tal o cual o ideología. Otra cuestión es que en algunas épocas se haga pasar por ciencia lo que en realidad es ideología. Pero no parece ocurrir así en el caso que nos ocupa y sería absurdo negar la realidad.

En el caso de la técnica algunos opinamos que suele encerrar una visión del mundo y que favorece determinados usos. Otros opinan que la técnica es neutra y todo depende de cómo se utilice. En cualquier caso, podría ser un dato reseñable, aunque no definitivo, la ideología del que ha inventado la técnica.

En cuanto a la terminología, creo que la mayoría estará de acuerdo en que es un eficaz vehículo para transmitir una visión del mundo. Por lo tanto, sí sería importante saber quién ha acuñado el término y por qué lo ha acuñado. Y si la expresión que se usa en ambientes católicos es un calco de las que acuñaron ciertos ideólogos precisamente no muy católicos, como mínimo habría motivo para formularse algunas preguntas.

De todas formas, no era ésa mi argumentación principal, sino la desaparición progresiva de las sociedades que no se las arreglan para tener al menos dos hijos por pareja, suponiendo que todo el mundo estuviese emparejado (ciencia matemática); así como las migraciones masivas que inevitablemente se producen desde otras sociedades más fértiles (ciencias sociales), que podrían suponer el final de la sociedad receptora (historia). Puesto que no se ha discutido ese argumento, entiendo que se considera válido, aunque de momento no se ve muy cercano. La cuestión es: ¿podemos los católicos aprobar una técnica y una terminología que, por lo que se ha visto hasta ahora, conduce a nuestra desaparición física?

Anónimo dijo...

El Reino de la Cantidad ... de Guenón, je.
Vladimir.

Anónimo dijo...

Estegan, ahora no me acuerdo dónde, pero he leído algo de Pío XII sobre lo que pregunta Esteban. Lo que entendí, es que no hay que hacer una interpretación literal, es decir, parir los hijos con dolor no significa que en el acto de dar a luz forzosamente haya que sufrir y abstenerse de calmantes. En fin, un poco de sentido común. Veré si lo encuentro en alguna parte y se lo paso. Anonymous

Anónimo dijo...

"¿podemos los católicos aprobar una técnica y una terminología que, por lo que se ha visto hasta ahora, conduce a nuestra desaparición física?"
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El cardenal Newman responde:
“El uso de templos, y estos dedicados a santos particulares, y adornados a veces con ramas de árboles; el incienso, las lámparas y las velas; los exvotos por recuperarse de alguna enfermedad; el agua bendita; los asilos; los días y temporadas festivos; el uso de calendarios; procesiones, bendiciones sobre los campos; la vestimenta sacerdotal, la tonsura, el anillo de matrimonio, el volverse hacia el Oriente, las imágenes en fecha posterior, quizás el salmodiar eclesiástico y el kirieleisón [el canto “Señor, ten piedad”], todos son de origen pagano, y santificados por su adopción en la Iglesia”
(Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana)

B.A.

Anónimo dijo...

Pasteur rezaba el rosario por lo que bien le puede haber venido de Dios la inspiración.

Anónimo dijo...

Parece que para Favila la Fe es ideología... bien bien vamos bien...

Anónimo dijo...

Toda verdad, cualquiera sea, no diga quien la diga, es obra del EESS. Le hacen decir a Santo Tomás cada cosa ¡y en latín!

Redacción dijo...

Anónimo hoy toleramos sus comentarios porque son reveladores de sus "problemas"...

¿Acaso las verdades son ideas con patas? ¿O actos de una inteligencia, potencia de un sujeto, que las formula en forma de proposiciones?

¿Tendremos que concluir que para Ud. -contra lo evidente- las acciones no son de sus sujetos sino que son accidentes sin substancia?

Lo suyo es más grave de lo que parecía.

Redacción dijo...

Anónimo, Favila no dice tal cosa, pero Ud. es un analfabeto funcional.

Redacción dijo...

Anónimo:
Los judíos que descubrieron la vacuna contra la polio, ¿qué rezaban para Ud.? ¿Los salmos?