Gracias al jesuita Lombardi sabemos que es imposible hablar de los judíos como enemigos de la Iglesia. Ahora el escritor judío Juan Gelman nos informa que los judíos, si son negros, pueden ser enemigos del Estado de Israel, ya que este es como la granja de Orwell: "todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros."
Los judíos negros, el “cáncer” de Israel
Por Juan Gelman
Nadie sabe con certeza por qué existen antiquísimas
comunidades de negros judíos en Africa, en Etiopía, Eritrea, Sudán, Zimbabwe. No hay
registros de este hecho, pero abundan las hipótesis: se dice que podrían ser
descendientes de Menelik I, presunto hijo del rey Salomón y la reina de Saba. O
miembros de Dan, una de las doce tribus hebreas mencionadas en el Antiguo
Testamento (Génesis, I 29-31), que se habrían establecido en Etiopía. Lo cierto
es que los lemba de Sudáfrica practican la circuncisión, no trabajan un día a
la semana que dedican a rezar, no comen carne de cerdo ni de hipopótamo, que
consideran afín al cerdo (www.gentiuno.com, 24-2-07) y observan otras prácticas
judías comunes.
Miles de ellos
emigraron a Israel en tiempos recientes huyendo del sangriento campo de batalla
y de hambre en que zonas de Africa se han convertido desde hace décadas. Se
estima que su número se acerca a los 60 mil y provienen sobre todo de Etiopía,
Eritrea y Sudán, también de Ghana y Nigeria. Empresarios israelíes han traído a no pocos a fin de que se ocupen de
los trabajos más duros y despreciables para los israelíes blancos. La extrema
derecha nacionalista de Israel los ha convertido en blanco fácil de su
propaganda, en especial en estos meses preelectorales. Pero viene de antes.
Miri Regev es una de las líderes del movimiento que
persigue la expulsión de los negros de Israel, aunque sean judíos como ella. Ex brigadier
general del ejército, reiterada ocupante de una banca en el Knesset o
Parlamento israelí y figura política destacada del Likud gobernante, organizó y
encabezó un mitin en Tel Aviv demandando la expulsión de sus correligionarios
sudaneses asilados en la Tierra Prometida, a
los que calificó de “cáncer en el cuerpo” de Israel que se debe erradicar
(www.huffingtonpost.com, 24-5-12). La aplaudían unos mil manifestantes que
gritaban “infiltrados, fuera de nuestra casa”. Hay, al parecer, judíos
infiltrados en Israel.
Miri Regev
pidió disculpas en Facebook por el exabrupto y el gobierno israelí criticó la
violencia que desataron los participantes en el mitin contra pasantes negros.
Pero la realidad es otra. El año pasado, Haim Mual, 20 años, fue detenido por
arrojar una bomba Molotov contra un orfanato para niños africanos. No lo
consideraron un delincuente racista y la sentencia fue benigna: tres meses de
arresto (The Jerusalem Post, 29-4-12). Miri insiste: “Dios prohíbe –dijo– que
comparemos a los africanos con seres humanos” (//elec tronicintifada.net,
31-5-12). El mismo criterio que los conquistadores españoles aplicaron hace
siglos a los pueblos originarios de América latina*.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanhayu, no
está muy lejos del pensamiento de Miri. “Si no impedimos su ingreso (el de los
africanos), el problema es que si hoy son 60 mil pueden llegar a 600 mil y esto
amenaza nuestra existencia como Estado judío democrático... nuestra seguridad
nacional y nuestra identidad nacional”, declaró en una reunión de gabinete
(//mg.cpo.za, 21-5-12). Fueron declaraciones motivadas por delitos cometidos en
un barrio de Tel Aviv de alta concentración migratoria africana. Pero según
datos de la policía israelí citados por Hotline for Migrant Workers, la tasa
delictiva de extranjeros en Israel fue del 2,04 por ciento en el 2010; la de
los israelíes más del doble: se elevó al 4,99 por ciento (www.guardian.co.uk,
20-5-12).
Otros funcionarios y políticos piden la deportación
de los africanos, aunque sean judíos, a países en los que la prisión o la
muerte los espera. Al ministro del Interior, Eli Yishai, poco le importa:
“No soy responsable de lo que pasa en Eritrea y Sudán, la ONU lo es”
(www.haaretz.com, 20-5-12). El gobierno está construyendo un muro de 240 km de largo en la
frontera de Israel con Egipto para bloquear la entrada de emigrantes futuros.
Un sector de la
sociedad civil israelí se opone a esas políticas y ha llevado a cabo
manifestaciones para condenarlas. Pero según los índices del Instituto de la
Democracia en Israel correspondientes a mayo del 2012, un 52 por ciento de los
israelíes encuestados coincidieron con las declaraciones oncológicas de Miri
Regev y un arco del 30 al 40 por ciento se mostró particularmente molesto por
la presencia en Israel de trabajadores de otros continentes. El porcentaje
ascendió al 56,7 por ciento en el caso de los ghaneses y nigerianos y al 65,2
por ciento para sudaneses y eritreos.
Es notorio que muchos israelíes y sionistas
califican de “antisemitas” y de “judíos que se odian a sí mismos” a personas
del mismo origen que están totalmente de acuerdo con la existencia del Estado
de Israel, pero critican las políticas que sus gobiernos perpetran contra los
palestinos. ¿Qué cualidad habría que adjudicarle a Miri Regev y demás judíos
israelíes que desprecian y humillan a otros judíos y se empeñan en expulsarlos
de Israel?
Tomado de:
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-212234-2013-01-20.html
* N. de R.: una falsedad histórica del autor.
* N. de R.: una falsedad histórica del autor.
5 comentarios:
Escribí algo al respecto en mi blog, por si les interesa:
http://elmundosegunyorch.blogspot.mx/2013/01/israel-en-camino-hacia-el-fascismo.html
Pongamonos visionarios con la beata Ana Catalina Emmerich, cualquiera diría que veía estos tiempos:
Me mostró también en escenas innumerables la deplorable conducta de los cristianos y de los eclesiásticos, en esferas cada vez más vastas, extendiéndose a través del mundo entero, incluído mi país, después me exhortó a perseverar en la oración y el sufrimiento. Era una escena inmensa e indeciblemente triste que es imposible describir. Se me mostró también que ya no hay apenas cristianos en el antiguo sentido del término, por lo mismo que todos los judíos que existen todavía hoy son puros fariseos, solamente más endurecidos que los antiguos: no hay más que el pueblo de Judith en Africa que es semejante a los judíos de antaño. Esta visión me llenó de tristeza.
Es curiosa esa referencia a los judíos etiópes que en tiempos en que apenas eran conocidos.
No olvidemos que, según noticia reciente, el Estado de Israel ha venido esterilizando a los inmigrantes negros:
http://www.timesofisrael.com/ethiopian-women-claim-israel-forced-them-to-use-birth-control-before-letting-them-immigrate/
Por supuesto, ninguna mención en el chiringuito de Luis Fernando, que siempre que se publica algo negativo de los judíos cierra los comentarios (no así cuando se calumnia, por ejemplo, a los árabes).
Exacto Miles, la visión de la Beata Emmerich concuerda con lo que los sociólogos y antropólogos e historiadores de la Religión han concluido respecto a los Judíos Africanos, que siguen la doctrina de Moisés y los Profetas en forma más apegada a lo que era originalmente, tal y como expongo en la entrada de mi blog, por eso resultan tan incómodos para los judíos eslavos del Estado de Israel, seguidores del "Fariseísmo".
Es realmente inquietante lo que está pasando al cumplirse esas profecías.
Muy interesante. Gracias.
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