En uno de los comentarios a una entrada sobre el Syllabus se han
dicho algunas cosas sobre el libro El liberalismo
especado: cuestiones candentes, del sacerdote catalán Félix Sardá y Salvany que nos gustaría
comentar brevemente.
El libro es un clásico del pensamiento contrarrevolucionario. Ha
tenido muy amplia difusión, numerosas ediciones y traducciones. En esta
entrada no vamos a emitir juicio sobre el contenido del libro. Quede claro que ni cuestionamos su
ortodoxia, ni discutimos ahora el valor de sus argumentos.
Poco tiempo después de la publicación del libro de Sardá llegaron
a Roma dos denuncias en su contra. La primera contó con el apoyo de algunos
prelados catalanes. Esta denuncia fue seguida por la publicación del opúsculo
del canónigo Pazos, titulado El
proceso del integrismo, con nuevos cuestionamientos a la
ortodoxia del libro y ataques personales a Sardá.
El 10 de enero de 1887, el Secretario de la Congregación del Índice comunicó el fallo favorable a la obra de Sardá al
obispo de Barcelona. En el mismo fallo se condenaba y prohibía el opúsculo de
Pazos. El texto de la carta en castellano y latín puede leerse en el enlace del
primer párrafo de nuestra entrada.
Queremos disipar ahora un mito que rodea a este libro. En
realidad, cabe anticiparlo, no hay nada nuevo bajo el sol. Así como hoy uno
podría exhibir fotos o vídeos con el papa, u otro jerarca, para prestigiarse de
algún modo; en el pasado autores, editores o lectores, podían hacer lo mismo
con cartas y otros documentos de la jerarquía eclesiástica. De manera consciente
o inconsciente, no entramos a juzgar culpabilidades.
1. El opúsculo de
Sardá no tuvo el respaldo de un acto
pontificio. Los actos pontificios son los que emanan personalmente del
Papa en el ejercicio de sus funciones para el gobierno de la
Iglesia. Por ejemplo, un Breve, es un acto pontificio
que pertenece al género de las cartas, lleva
firma, va sellado “sub anulo piscatoris”. Los actos pontificios se distinguen
de los actos del Concilio Ecuménico, de los actos del Sumo Pontífice en cuanto
soberano temporal del Estado de la
Ciudad del
Vaticano y de los actos de las Congregaciones Romanas.
2. Además de las
aprobaciones episcopales ya conocidas, el opúsculo de Sardá contó con el
respaldo de un acto de la Congregación del Índice que se reproduce en el libro mismo.
Pero, a diferencia de lo que ha ocurrido otras veces con decretos del Santo
Oficio, el fallo no recibió la aprobación específica o común del Romano
Pontífice. Sólo estaba firmado
por el Secretario de la Congregación ,
Jerónimo Pío Saccheri, OP, y no por el Cardenal Prefecto.
3. En agosto de 1887 hubo un segundo fallo de la Congregación del Índice, aclaratorio del primero,
firmado por el Secretario Saccheri y por el Prefecto Martinelli (texto en latín publicado en ASS, página 415). Su
finalidad fue tranquilizar a los fieles que “han elevado a la
Sede Apostólica humildes
preces y que desean saber cuál es el genuino significado de la carta acerca del
opúsculo del presbítero D. Félix Sardá y Salvany”. El nuevo fallo trata
de aclarar ambigüedades del primer fallo, de las cuales “se han seguido acres
disputas entre los escritores de periódicos, aptas para perturbar conciencias y
fomentar disensiones”. Puntualiza que la primera aprobación del opúsculo de
Sardá sólo se refería a la “tesis en abstracto”, y de ningún modo “a algunas
proposiciones incidentales o alusiones allí tal vez contenidas que miran al
orden concreto de los hechos o al estado de las cosas políticas en España”. Traducido al lenguaje actual: el
libro es ortodoxo en abstracto y en general. A los partidarios de Sardá se les
pide que no exageren el valor del acto implicando a la Congregación en
polémicas personales.
A nuestro entender, resulta claro que no se debe exagerar el valor
del fallo de la Congregación del Índice para dogmatizar una opinión teológica
discutible, pretender imponerla a otros y lanzar anatemas sin fundamento cierto.
P.S. Hemos encontrado traducción castellana del segundo fallo de la Congregación del Índice sobre el opúsculo de Sardá que reproducimos al pie de esta nota. Por razones que desconocemos, las ediciones de El liberalismo es pecado que tenemos a mano, sólo reproducen el texto del primer fallo. La omisión de esta fuente priva al lector de tener una visión completa del parecer de Roma sobre el libro del sacerdote catalán. Esperamos contribuir a la segunda ley de la historia formulada por León XIII: no temer decir toda la verdad.
P.S. Hemos encontrado traducción castellana del segundo fallo de la Congregación del Índice sobre el opúsculo de Sardá que reproducimos al pie de esta nota. Por razones que desconocemos, las ediciones de El liberalismo es pecado que tenemos a mano, sólo reproducen el texto del primer fallo. La omisión de esta fuente priva al lector de tener una visión completa del parecer de Roma sobre el libro del sacerdote catalán. Esperamos contribuir a la segunda ley de la historia formulada por León XIII: no temer decir toda la verdad.
6 comentarios:
El libro de Salvany tiene olor a naftalina pq el liberalismo de hoy es otra cosa
La evolución histórica tiene situaciones paradójicas. El título de un libro originalmente calificado de integrista hoy podría ser suscrito y usado sin demasiados problemas por más de un teólogo de la liberación.
De todos modos como dice Facundo el liberalismo ya no es lo que era, y ese mismo concepto se puede entender de forma muy distinta si se utiliza en los USA que si se hace en Europa por ejemplo.
¿De qué os sorpdendis?... Los integristas son chapuceros de toda la vida.
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