martes, 7 de agosto de 2012

G.E.M. Anscombe: el testimonio de una filósofa

Paul Tibbets, el piloto que lanzó la bomba sobre Hiroshima, expresó como pocos la mentalidad consecuencialista de su país respecto de la guerra: "en la guerra no hay moral". Tal vez le faltó decir que todo es cuestión de costos y beneficios. Porque también dijo respecto de la bomba atómica que "en las mismas circunstancias, no dudaría en volver a hacerlo". Ofrecemos ahora un texto que muestra la perversidad del consecuencialismo moral y la importancia de resistirlo.

Harry Truman, el presidente número 33 de Estados Unidos, será siempre recordado como el hombre que tomó la decisión de tirar las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Al asumir la presidencia en 1945, tras la muerte de Franklin D. Roosevelt, Truman no sabía nada del desarrollo de la bomba; los asesores presidenciales tuvieron que ponerlo al tanto. Los Aliados estaban ganando la guerra en el Pacífico, dijeron, pero a un costo terrible. Se habían hecho planes para una invasión de las islas japonesas, que sería más sangrienta incluso que la invasión de Normandía. Emplear la bomba atómica sobre una o dos ciudades japonesas, en cambio, podría terminar rápidamente con la guerra y haría innecesaria la invasión.
Al principio, Truman se mostró renuente a usar la nueva arma. Lo malo era que cada bomba arrasaría una ciudad entera, no sólo los blancos militares, sino también hospitales, escuelas y casas de civiles. Mujeres, niños, ancianos y otros no combatientes serían exterminados junto con el personal militar. Aunque los Aliados ya habían bombardeado ciudades, Truman sintió que la nueva arma volvía la cuestión de los no combatientes incluso más grave. Además, los Estados Unidos habían condenado públicamente los ataques sobre blancos civiles. En 1939, antes de que los Estados Unidos entrara en la guerra, el presidente Roosevelt había mandado un mensaje a los gobiernos de Francia, Alemania, Italia, Polonia e Inglaterra denunciando el bombardeo de ciudades en los términos más enérgicos. Lo había llamado una “barbarie inhumana”.
Cuando decidió autorizar los bombardeos, Truman expresó ideas similares. Escribió en su diario: “Le he dicho al secretario de Guerra, Stimson, que la use de modo que el blanco sean objetivos militares y los soldados y marinos, y no mujeres y niños […] Él y yo estamos de acuerdo. El objetivo será puramente militar”. Es difícil saber cómo interpretar esto, pues Truman sabía que las bombas destruirían ciudades enteras
Elizabeth Anscombe, que murió en 2001 a la edad de 81 años, era una estudiante de 20 años en la Universidad de Oxford cuando comenzó la segunda Guerra Mundial. Ese año ella escribió en coautoría un discutido folleto argumentando que Gran Bretaña no debía entrar en la guerra porque terminaría peleando con medios injustos, como ataques contra civiles. “Miss Anscombe” —como siempre se le conoció, a pesar de su matrimonio de más de 50 años y sus siete hijos— llegaría a ser una de las figuras más prominentes de la filosofía del siglo xx, y la más grande filósofa de la historia.
Miss Anscombe era también católica, y su religión ocupaba un lugar central en su vida. Sus opiniones éticas, específicamente, reflejaban las enseñanzas católicas tradicionales.
En 1968 celebró la declaración del papa Paulo VI en la que la Iglesia prohibió los anticonceptivos, y escribió un folleto explicando por qué el control artificial de la natalidad era ilícito. Hacia el fin de su vida fue detenida por protestar frente a una clínica en que se practicaban abortos. También aceptó las enseñanzas de la Iglesia acerca de la conducta ética en la guerra, que la llevaron a un conflicto con Truman.
Los caminos de Harry Truman y de Elizabeth Anscombe se cruzaron cuando, en 1956, la Universidad de Oxford otorgó a Truman un grado honorario. Ésta fue una forma de agradecerle la ayuda de los Estados Unidos durante la guerra. Quienes propusieron ese honor creyeron que no causaría controversias, pero Anscombe y otros dos profesores se opusieron a que se otorgara y, a pesar de que perdieron, lograron que se sometiera a votación algo que de otra manera habría sido aprobado de manera rutinaria.
Luego, mientras se confería ese honor, Anscombe se arrodilló fuera del salón, rezando. Anscombe escribió otro folleto, explicando esta vez que Truman era un asesino porque había ordenado los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Por supuesto, Truman creyó que los bombardeos se justificaban: habían abreviado la guerra y salvado vidas. Para Anscombe, esto no era bastante.
Que los hombres decidan matar inocentes como medio para sus fines —escribió— siempre es un asesinato.” Y contestó al argumento de que los bombardeos habían salvado más vidas de las que suprimieron, diciendo: “¡Vamos! Si tuvieras que elegir entre hervir a un bebé y dejar que un desastre horroroso cayera sobre un millar de personas —o un millón, si mil no te bastan—, ¿qué harías?”. La cuestión es que, según Anscombe, hay ciertas cosas que no se deben hacer, pase lo que pase. No importa si puedes lograr un gran bien hirviendo a un bebé; es algo que simplemente no se debe hacer. (Considerando lo que sucedió a los bebés en Hiroshima, “hervir a un bebé” no está muy lejos.)

Tomado de: 
Rachels, J. Introducción a la filosofía moral. Ed. FCE, México, 2006, pp. 186 y ss.

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente. El problema de estos consecuencionalistas es que pasito a pasito, progresando en el mal, acaban tirando la bomba atómica, cuando hay siempre otras salidas.

Japón entró en guerra con los EEUU porque tras atacar China, los EEUU y GB le cerraron los suministros energéticos petrolíferos para ahogar al Japón, de modo que los nipones atacaron Pearl Harbour para poder lanzarse sobre indochina, indonesia y otras colonias británicas con las que asegurarse el oro negro.

Los EEUU podían haber bloqueado a Japón y devolverlos al medievo, una vez que empezaron recuperando esos enclaves, pero tuvieron miedo de que la situación se prolongara y confinara las tropas en el pacífico con una Unión Soviétiva sin oponente en Europa.

O se desangraban ocupando Japón para imponerle una rendición sin condiciones. O los desangraban para imponerles una rendición sin condiciones. Tenían que tomar una decisión para no dejar Europa bajo el peligro de Stalin que no se decidía a declarar la guerra a Japón porque quería que los EEUU se desangraran en el Japón.

¿Dónde estuvo el error? Pues en exigir al Japón la rendicion sin condiciones. Una rendición sin límites. Porque el dios Americano no acepta límites a sus designios.

Menos mal que los japoneses se rindieron en Nagasaki. Menos mal por los americanos porque a uno siempre le queda la duda de hasta dónde esa nación de gobernantes salvajes estaban dispuestos a llegar.

Martin Ellingham dijo...

Creo que debe quedar claro que se puede atacar un objetivo militar tolerando como consecuencia indeseada la muerte accidental de civiles. Lo que es intrínsecamente inmoral es atacar un blanco civil con aras de destrucción masiva para desmoralizar al enemigo, desestabilizar a su gobierno, etc. Por ello constituye un verdadero crimen el bombardeo masivo de objetivos civiles, el bombardeo en carpeta de una ciudad hospital, etc.

Saludos.

Anónimo dijo...

Efectivamente, como dice el anónimo de arriba, el error estuvo en exigir la "rendición sin condiciones".

Uno de los dos mejores estrategas británicos, el Cap. Fuller decía que desde el momento en que Churchill, aconsejado por Roosevelt, exigió a los alemanes la "rendición sin condiciones", la guerra dejó de ser algo de caballeros y se convirtió en una competencia de bandidos y asesinos.

Casualmente, la "unconditional surrender" fue un invento estadounidense (fue la exigencia de Lincoln a Jefferson en la Guerra de Secesión). Es un subproducto de la democracia liberal como han reconocido muchos autores, desde Toynbee hasta Tofler. Y es la característica primordial de la doctrina de la guerra total que, por primera vez en la historia, justifica el ataque a la población civil inocente como parte de la estrategia militar (y ya no, como era antes, como un exceso o una consecuencia no buscada).

En cuanto a las bombas atómicas se ha especulado muchísimo. No sólo las razones que bien expone el anónimo que me antecede. También Stalin quería su tajada del Imperio Japonés y estaba organizando la invasión de las Kuriles, Mongolia y el norte de China. McArthur, Marshall, Truman, etc. no querían cometer el mismo "error" de Roosevelt en Yalta y Einsehower en Europa, "regalando" territorios a la URSS.

En fin, lo que menos preocupó fue lo que sucedería con las víctimas, que se sabía perfectamente iban a ser muy altas.

No está demasiado claro lo que cierto conspiracionismo alega respecto a las razones por las que se eligieron los objetivos. Estaba claro que no se iba a bombardear a Tokio o cualquiera de las ciudades imperiales como Kyoto, Kobe, Osaka, Nagoya (el objetivo de las bombas no era reducir a los japoneses a la Edad de Piedra provocando un vacío de poder que vaya a saber quién iba a llenar).

Hiroshima era un puerto de envergadura que apuntaba hacia el Mar de la China y una ciudad relativamente alejada con una base aeronaval también importantísima. No era una ciudad católica como se repite erróneamente.

Caso distinto es Nagasaki, un puerto mucho más chico, alejado en la isla de Kyushu. Esta ciudad no era católica, como también se dice mal, puesto que, a pesar, de ser el centro católico japonés, los católicos eran (y son) una pequeña minoría (menos del 5%). Aunque sí tiene un alto valor "sentimental" para los católicos japoneses desde San Francisco Javier y Omura (Bartolomé) Sumitada, la teocracia de lo jesuitas, los 26 mártires y el descubrimiento de los kakure kirishitan ya en el siglo XIX.

Por otro lado, parece ser que Truman, además de pertenecer a la masonería (igualmente parece que su grado 33 fue honorario), era miembro de Sons of the American Revolution y de Sons of Confederate Veterans, y había pertenecido al Ku Klux Klan en su juventud. Un lindo muchacho.

Guy Crouchback dijo...

Ms. Anscomb, viuda de Geach, recibió tiempo antes de morir el doctorado honoris causa de la Univ. de Navarra. Paradójico.

Anscomb fue discípula de Wittgenstein y una de las ejecutoras literarias de la obra póstuma del célebre filósofo analítico. Posteriormente se convertirá al tomismo, aunque sólo en sus aspectos éticos; puesto que siempre mantuvo una actitud problemática con la metafísica de Santo Tomás y, especialmente, con la herencia de la lógica aristotélica en la obra del Aquinate. Esa conjugación de ética tomista con la filosofía analítica es lo que se llama "Tomismo Analítico" (creo que impropiamente, puesto que si se reniega de la metafísica de Sto. Tomás, se reniega de todo el Aquinate).

El "Tomismo Analítico" maravilla a todo católico acomplejado, como los que gobiernan la universidad del Opus. Si no fuera por lo complicadísimo de Wittgenstein, ya hace tiempo que habría desplazado a ese engendro literario con pretensiones filosóficas que llaman "Personalismo" (mezcla mal digerida de Mounier, el peor Maritain y los existencialistas).

Quidam dijo...

No se mucho del asunto, pero no alcanzo a ver cómo la señora Anscombre le hacía para ser "tomista" en ética y al mismo tiempo rechazar o problematizar la metafísica del de Aquino, ¿no se supone que de la metafísica descienden los principios primeros de inteligibilidad de todo el sistema tomista? ¿no escribió el Padre Manser un libro titulado "La esencia del tomismo" y decía que era la distinción metafísica entre acto y potencia?

entonces ¿cómo le habrá hecho esta señora para hacer ética "tomista" sin la metafísica tomista?

saludos

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: Simplemente pregunto si de hecho, dentro de lo que pudiera haber de catolicismo en el Japón de aquellos años, no ocupaban esas dos ciudades un puesto relevante. No sólo históricamente, que eso no ofrece dudas, sino por comparación con el resto de aquel país.

Anónimo dijo...

¿Y el Papa? Me parece que no dijo absolutamente nada sobre esto...

(A menos que sí, y alguien me puede indicarlo).

J.T.

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: Tampoco dijo nada sobre el bombardeo de Montecasino, si no me equivoco.

Miles Dei dijo...

Para comprender el asunto del bombardeo sobre objetivos católicos hay que tener en cuenta porqué se puso tanto empeño desde el mando político en que sobre Roma no volaran o al menos no dirigieran el bombardeo tripulaciones protestantes.

Personalmente creo que el factor anticatólico(no sólo masón, sino de índole protestante-sectario) jugó un gran papel en todos los órdenes de la escala de mando de la fuerza estratégica de la USAF, anulándose tal papel en Roma porque el poder político neceistaba del Papa como mediador neutral del cauce diplomático y porque realmente hubiera supuesto indisponerse con los católicos del mundo y del propio pais.

Walter E. Kurtz dijo...

Coincido con el anónimo anti-conspiracionista.

¿"Bombardeo sobre objetivos católicos"? ¿Cuáles? Ni Dresde ni Hamburgo ni Berlín, las ciudades más bombardeadas durante la II GM, eran de mayoría católica.

En Montecasino, se usó a la Brigada Polaca, con partisanos italianos católicos, para su "limpieza".

La población católica de Japón antes de la guerra era menor al 1% (uno por cien), en Nagasaki, "la capital católica", era de menos del 5% (¡cinco!), pero era la ciudad más importante del sur de Japón y desde la que se bombardeaba Okinawa con aviones de corto alcance. Hiroshima, el puerto más importante de la isla grande después de Tokio, no era católica ni tiene ningún vínculo histórico con el catolicismo.

Y lo dice alguien que, en general y con beneficio de inventario, simpatiza más con el Eje que con los Aliados.

No voy a negar el anticatolicismo de muchos de los altos mandos aliados, entre otros Eisenhower (luego muy amigo de Pío XII), Patton, Montgomery, Roosevelt, Truman e -incluso- Churchill, pero tampoco hay que ocultarlo en los jerarcas nazis (como la bestia de von dem Bach-Zelewski que quería cañonear Roma hasta la edad de piedra, o el marica vegetariano y ocultista de Himmler que quiso hacer arrestar a todos los sacerdotes y religiosos católicos) y en los nipones (¿o nadie se acuerda de las masacres de misioneros católicos en Corea, Indonesia, Indochina, etc.?).

Anónimo dijo...

Y lo dice alguien que, en general y con beneficio de inventario, simpatiza más con el Eje que con los Aliados
___________________________________

????

Explíquese, por favor.

Miles Dei dijo...

Me he referido a la USAF, en lo demás no entro. Y si por extensión me refiero a la elección de objetivos estratégicos (bombardeo destinado no sólo a minar la economía, sino a desmoralizar a la población enemiga y colapsar la vida civil), por acotación podemos también asumir estrictamente la toma de referencias para el visor norden de los bombarderos de la USAF, tomadas muchas veces, curiosamente, sobre templos católicos hasta el punto de que en los ataques a Roma se tuvo cuidado de seleccionar las tripulaciones.

Miles Dei dijo...

De paganos como los japoneses y ejércitos filtrados de ideología pagana públicamente confesa como en el III Reich usted puede esperar actos propios de paganos, pero que los que se llaman cristianos y abroguen por la civilización cristiana hagan tales cosas no es sino muestra de que no hay tal cristianismo detrás suya.

Miles Dei dijo...

Si quiere ver la verdad de Montecasino y la puerta que abrió Eisenhower con su afirmación sobre la "necesidad militar" y sus desasrtosos resultados ahí tiene esta tesis que lo estudia para el caso:

http://www.dtic.mil/dtic/tr/fulltext/u2/a406553.pdf

Walter E. Kurtz dijo...

Interesante, Miles. ¿Dónde puedo leer sobre eso? Gracias.-

======

Anónimo: Quiero decir que no porque uno se incline más hacia un lado que hacia otro (inclinación que no implica ningún tipo de fervor), voy a "comprar" teorías conspirativas muy tiradas de los pelos.

Walter E. Kurtz dijo...

Gracias, Miles.

Interesante la monografía en cuestión; pero la tesis de la misma es que el bombardeo fue innecesario. Lo que ya sabíamos. Pero, en ningún lado, se dice nada que sostenga la hipótesis conspirativa anti-católica.

Lo que me dice sobre paganos y cristianos de cartelito, ya lo sé; no sé qué tiene que ver con esto.

Miles Dei dijo...

Coronel, váyase a las fuentes vaticanas. La publicación de las actas de la Santa Sede durante la segunda guerra mundial que se puede descargar libremente en la página de la Santa Sede está llena de sorpresas. A poco que investigue en ellas verá como lo que llama hipótesis conspirativa anti-católica era la hipótesis de trabajo con la que la jerarquía vaticana trabajaba en su diplomacia con los aliados. Además constan informes sobre como los aliados trataron de promover el antifascismo católico en Italia mediante el temor a que se destruyera Roma y otros grandes centros de la Cristiandad. Pero no sólo era eso, sino que había anticatolicismo en el aire.

De las notas de Monseñor Tardini en julio de 1943:

"La questione del bombardamento di Roma va assumendo un carattere
sempre più grave e pericoloso. Gli Alleati non hanno affatto
l'intenzione di risparmiarla: essi, al contrario, sembrano andare in cerca di ragioni o pretesti per bombardarla. (Né bisogna dimenticare che le nazioni protestanti sono profondamente antiromane)
.

Otra cita jugosa del cuerpo diplomático vaticano en USA:

"Le autorità di questo paese sono protestanti, ed hanno idee protestanti circa la Chiesa cattolica; e inoltre hanno quello che mi si permetta di chiamare l'orgoglio protestante, che è frutto del libero esame, principio basilare di qualunque religione possano avere.

Le stesse autorità possono fare del male alla Chiesa cattolica; e,
forse, in momenti di irritazione potrebbero essere indotte a farci del gran male, come per esempio a tassarci tutte le nostre proprietà ecclesiastiche, ed anche, se ci fosse un'ondata di persecuzione, a sopprimere la Delegazione."

Miles Dei dijo...

Esto sobre las famosas 5 bombas que cayeron sobre el Vaticano y que hoy día un historiador encuentra en unas fotos en un mercadillo... ¡vaya! y descubre que fue cosa de los fascistas:

"In a conversation with the American Chief of Staff during the
past week I was informed very confidentially that they feel that the bombing of the Vatican is
probably attributable to an American pilot who lost his way; in fact, another American pilot
reported seeing an Allied plane dropping its load on the Vatican. The General expressed his
sincere regret and gave assurances that strict precaution would be taken to avoid a repetition
of this incident " Carroll à Maglione, 13 novembre 1943 (A.E.S. ibid. copie).

En las notas de Monseñor Tardini el tema se recogía así:

La voce comune, e la comune indignazione, accusarono i tedeschi, e, forse pin, i fascisti repubblicani. Quest'ultima opinione fu rinforzata
da alcuni appunti circa una conversazione telefonica di Barracu (sottosegretario
agli Interni) dati da una (a me sconosciuta) telefonista al
Santo Padre.' Dopo qualche mese, però, giunse a mons. Montini una
lettera di mons. Carroll, americano, della Segreteria di Stato, che si trovava ad Algeri per organizzare un servizio notizie per militari e civili,
nella quale era detto chiaramente che le bombe erano state gettate
da un americano.

'II 5 novembre è per l'Inghilterra (cosi mi disse P. Hughes) una giornata antipapale.7

Quando mons. Carroll, nel giugno 1944, venne a Roma, io lo interrogai e seppi da lui che quell'aviatore americano avrebbe agito o per crearsi una fama o per malvagità. Mons. Carroll non sapeva se quel delinquente fosse stato punito.

Forse, finita la guerra, potremo sapere precisamente come andarono
le cose.


El tema de los sectarios protestantes iluminados que van a destruir a la gran Babilonia en misión divina es tan conocido para los americanos que fue hace poco tiempo el tema de una película: http://www.imdb.com/title/tt0101897/ En este caso la ciudad era Las Vegas.

En fin, no sigo porque esto da para todo un libro y no es el sitio, pero ya le he dado donde profundizar la historia que luego de terminada la guerra quizás íbamos a conocer, como dice Tardini. El caso es que hasta 1969 no le dio a los americanos la gana de reconocer que Montecasino estaba vacío de tropas cuando lo bombardearon y que esto lo conocían también vía la Santa Sede y la petición expresa del Papa de conservar aquella abadía histórica. Y aún así hoy puede ver en la nota que se antepone a la tesis que el Gobierno USA no comparte necesariamente lo que en ella se dice.

Miles Dei dijo...

Y puede comparar la versión de Tardini, tomada de las actas, con la que airea el historiador de las fotos del mercadillo y a la que el mismo Osservatore le hace publicidad:

"Come risulta dal volume di Ferrara sui responsabili del raid aereo del 5 novembre - mai del tutto accertati - ci fu uno scambio di accuse tra le parti belligeranti: gli anglo-americani venivano apertamente accusati sulla stampa italiana dai tedeschi e dai fascisti della repubblica di Salò. Ma in Vaticano a soli tre giorni dal bombardamento, girava un'altra versione dei fatti. L'aereo che effettuò l'attacco sarebbe stato un Savoia Marchetti repubblichino - S.M. 79 "Sparviero" - pilotato da un tal sergente Parmeggiani partito da Viterbo su incarico del gerarca e squadrista Roberto Farinacci."


En realidad esto es una nota de las actas, que dice lo siguiente:

Tardini avait rencontré le 15 l'ingénieur Galeazzi, qui lui avait rapporté les conclusions
de deux spécialistes qui avaient examiné les fragments des bombes. D'autres expertises furent
communiquées plus tard par le maréchal Baistrocchi. On concluait qu'il n'était pas facile
conclure à la fabrication anglaise, allemande ou italienne des bombes. Mais meme dans cette
hypothèse on ne pouvait exclure qu'un parti aurait utilisé des bombes provenant de l'ennemi
pour lui attribuer l'attentat (A.E.S. 6724/43). Mais déjà en Rome des bruits couraient accusant
les fascistes et nommément Farinacci. MOELLHAUSEN, La carta perdente cit. pp. 151-154 , affirme
que la rumeur publique accusait Farinacci, et que celui-ci, ne démentit jamais. A Rome les
fascistes avaient bien accusé les allies et multiplié les déclarations indignées sans persuader personne.
Des le g novembre le comte Dalla Torre reportait au cardinal Maglione qu'on disait
que l'organisateur était Farinacci, et l'avion était parti d'un camp d'aviation près de Viterbe.
(A.E. S. ibid.).


COmo se ve es la rumorología popular la que acusaba a Farinacci. Una rumorología conocida por Tardini, pero desmentida por el mismo en sus notas posteriores a los eventos. Sabía de que se trataba. Y como reflejan las actas fue uno de los testigos personales del evento.

Walter E. Kurtz dijo...

Miles: Mi pregunta era sincera.

Si tiene tiempo y ganas, me interesaría proseguir el tema; escríbame a mi mail coronel.wek@gmail.com

Gracias

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

¿Un bombardeo al Vaticano el día de Guy Fawkes?
Está todo dicho, no creo que Farinacci la tuviera tan clara...