jueves, 6 de noviembre de 2014

Al obispo "chantinga"


Las recientes noticias sobre disposiciones episcopales con amenazas de “excomunión” para los fieles que piden sacramentos a los sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X merecen un análisis a la luz del Derecho Canónico. Ofrecemos hoy nuestra traducción de la nota de un especialista, publicada por la bitácora Rorate Coeli. Esperamos que el obispo Oscar Sarlinga recapacite y deje sin efecto una norma que es propia de un "chanta".
A la luz del dictamen canónico de nuestro Capellán Nacional y Asesor Canónico, Mons. Gordon Lee, la Latin Mass Society desea aclarar algunos principios canónicos en relación con las recientes declaraciones del obispo Semeraro de Albano, Italia, y el obispo Sarlinga, de Zárate-Campana en Argentina, no sea que los malentendidos se extiendan a otras diócesis del mundo.
1. Basar un argumento canónico en el supuesto de que la Sociedad de San Pío X (SSPX) no tiene ningún estatus canónico en la Iglesia, y que sus sacerdotes se encuntran suspendidos después de la ordenación sin letras dimisorias, no tiene como consecuencia que el pedir los sacramentos sea un acto de cisma formal por parte de los fieles laicos.
a. Tal conclusión, entra en conflicto con el levantamiento de la excomunión de los obispos de la Fraternidad San Pío X realizada por el Papa Benedicto XVI en 2009: sería incongruente que el legislador levantara la excomunión a los obispos y la impusiera o mantuviera para los fieles laicos a quienes estos administran los sacramentos.
b. También entra en conflicto con lo dispuesto en el Derecho canónico sobre los efectos de la suspensión o excomunión de un sacerdote, que se levantan cuando alguien se acerca al sacerdote sujeto a la pena a fin de recibir un sacramento (canon 1335)*.
2. Sólo se puede incurrir en excomunión por adhesión al cisma cuando hay tanto una intención cismática como un acto externo (canon 1321).
a. Está claro, pues, que no se incurre en excomunión por quienes piden los sacramentos a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X, sin una intención cismática.
b. Si un fiel incurre en excomunión por una intención cismática, esto es un asunto del foro interno (el confesionario), y no del foro externo público.
c. Los menores de dieciséis años no pueden en ningún caso incurrir en dicha pena (canon 1323.1); esto se aplica a los menores de esta edad que recibieron el bautismo o la confirmación.
3. La actitud de la Santa Sede siempre ha sido que los fieles laicos que reciben los sacramentos de sacerdotes de la Fraternidad San Pío X no están excomulgados. Ejemplos son los siguientes:
a. En 1991, el obispo Joseph Ferrario de Honolulu declaró que seis laicos católicos fueron excomulgados por cisma en razón de haber recibido la confirmación de un parte de un obispo Fraternidad San Pío X. Estos apelaron a la Santa Sede que, a través del cardenal Ratzinger como Prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, declaró que el decreto era inválido, debido a que la acción, aunque censurable, no constituía cisma.
b. El 5 de septiembre de 2005, la Santa Sede, a través de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, afirmó que "los fieles que asisten a las misas de la Fraternidad antes mencionada no están excomulgados, y los sacerdotes que los celebran tampoco lo están, aunque que los segundos están, de hecho, suspendidos" (Protocolo n.55 / 2005, firmado por el entonces Secretario de la PCED, monseñor Camille Perl).
c. El 27 de septiembre de 2002 –citando y reafirmando lo mismo el 18 de enero de 2003- la Santa Sede, a través de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, declaró que "en el sentido estricto puede cumplir con su obligación dominical asistiendo a una misa celebrada por un sacerdote de la Sociedad de San Pío X" (Cartas firmadas por Monseñor Camille Perl).

__________________
* N. de T.: “Si la censura prohíbe celebrar los sacramentos o sacramentales, o realizar actos de régimen, la prohibición queda suspendida cuantas veces sea necesario para atender a los fieles en peligro de muerte; y, si la censura latae sententiae no ha sido declarada, se suspende también la prohibición cuantas veces un fiel pide un sacramento o sacramental o un acto de régimen; y es lícito pedirlos por cualquier causa justa”.

Tomado y traducido de:


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué reconfortante leer este artículo luminoso, que pone en su justo lugar las pretensiones y los rigorismos de algunos obispos.

Que bueno que en la Iglesia exista un "derecho", una estructura jurídica, que delimite las atribuciones de la autoridad y resguarde a los fieles de arbitrariedades.

Arbitrariedades que muchas veces vienen contra algunos católicos de los pastores que el mundo aplaude como "misericordiosos", "abiertos", "cercanos a la gente" "olor a oveja" etc... etc... etc...

Juancho.

Hermenegildo dijo...

Yo creo que no hay que darle tantas vueltas porque pienso que con semejante salida de pata de banco el Obispo de Zárate-Campana intenta hacer méritos ante el Papa Francisco. Es sabido que Sarlinga llegó al episcopado pese a la oposición del Cardenal Beroglio e incluso se ha rumoreado que su Diócesis iba a recibir una visita “fraterna”:

http://www.clarin.com/edicion-impresa/lenta-agonia-obispos-conservadores_0_1077492376.html

Anónimo dijo...

El concepto de excomunión ha sido muy manipulado por unos y por otros, generalmente con intención victimista.

Por ejemplo, como argumento a favor de dar la Comunión a los que viven en adulterio (un lobby que ya lleva años presionando) se ha solido decir, como un lamento, que los divorciados estaban "excomulgados". Y esto yo se lo he oído incluso a sacerdotes: no solo a periodistas o a beatas concubinarias aquejadas de "furor comulgón".

Este uso marrullero del concepto allanó el camino para que el card. Müller (ya no victimista sino victimario) se inventara la "excomunión sacramental de facto", para fulminarla contra los lefes.

http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=19507

Aquella mistificación fue de una desvergüenza insuperable, dada la posición de Müller, y conviene recordarlo ahora que algunos ingenuos quieren hacer de él un campeón de la ortodoxia, porque en el Sínodo tuvo un día bueno...

Pero a mi me da más rabia todavía la frivolidad de algunos tradis victimistas que también han manipulado el concepto diciendo que ellos estaban excomulgados (siendo que no lo estaban) o que Roma había excomulgado a la Tradición... ¡Qué placer más delicado es estar excomulgado!

Debemos exigir siempre que la palabra excomunión, que es un término canónico bien delimitado, se use con propiedad y precisión.

Anónimo dijo...

Los sacerdotes de la FSSPX no pueden estar suspendidos, porque la suspensión es una sanción personal y de ninguna forma un estado colectivo derivado de alguna situación canónica de hecho. Tampoco son curas vagos, en el sentido canónico -ni en el otro sentido, como algunos que conocemos y no son de la FSSPX- ni acéfalos, pues tienen obispos y residencia permanente.
Son simplemente irregulares, una situación no contemplada en el CIC, pero que evidentemente existe. Su ordenación es válida; válidos son los Sacramentos que imparten y válido su ministerio. Su condición irregular no invalida nada de todo esto y, muchísimo menos, permite tomarse la libertad de hablar de "cisma", asunto sobre el cual el artículo discierne bien.
Cualquier jurisperito sabe que cuando la sentencia es demasiado torcida, hay gato encerrado. Y esta del ordinario de Zárate es súper-torcida. Tiene "carozo", como se dice aquí.
El carozo parece ser cierto temor del ordinario del lugar a ser "visitado" de parte de su ex cofrade porteño y terminar con las sacrosantas posaderas destruídas a misericordiosas patadas.
Armentano

Nicky el friqui dijo...

Se cumple ahora un año de aquel escupitajo de Sarlinga contra los leprosos oficiales de la Iglesia (que esa es la verdadera «posición canónica» de los lefes), y yo renuevo mi homenaje de gratitud al valiente obispo por la verdad, justicia y caridad que inspiraron su decreto. Espero que le haya servido para congraciarse con el tirano que ocupa la sede de Pedro, tal como se hicieron amigos Herodes y Pilatos.