viernes, 12 de febrero de 2016

El «patriotómetro» descompuesto

El patriotismo es una virtud. Que tiene un tratamiento en Santo Tomás y en los moralistas. No es otra cosa que el amor y la piedad hacia la patria en cuanto tierra de nuestros mayores o antepasados. Como virtud, tiene sus principales manifestaciones: amor de predilección sobre las demás naciones; respeto y honor a la propia historia, tradición, instituciones, idioma, etc.; servicio, como expresión efectiva de amor y veneración; y, defensa de la patria. Al sano patriotismo se oponen dos vicios: 1º. Por exceso, el nacionalismo exagerado, que ensalza desordenadamente a la propia patria como si fuera el bien supremo y desprecia a los demás países con palabras o hechos, muchas veces calumniosos o injustos. El patriotismo es virtud cristiana si no se opone a la caridad y la justicia para con los demás pueblos y con los individuos que los forman; el "patrioterismo", que se agita fanática e injustamente contra los demás pueblos, es un partidismo degenerado. 2º. Por defecto, es el internacionalismo de los hombres sin patria, que desconocen la suya propia con el pretexto de que el hombre es ciudadano del mundo. Es un cosmopolitismo indiferente e insensible, que declama su amor a la “humanidad”, al cual nada le importa el bien del pueblo en que vive y que es su patria.
Las posibles manifestaciones concretas del patriotismo necesariamente variarán según las diversas circunstancias. Como principio general, el bien común de la patria ha de anteponerse siempre a las conveniencias personales o de grupo. Con este principio rector han de obrar gobernantes y gobernados. Pero en el plano socio-político, el patriotismo da lugar para un amplísimo campo de aplicaciones prudenciales variables y de soluciones técnicas diversas. 
Se dice que el patriotismo es un elemento esencial en el nacionalismo católico argentino. No hay nada que objetar a esta afirmación, siempre que sea rectamente entendida. La afirmación, sin embargo, puede encubrir desviaciones teóricas o prácticas. Sin ánimo de ser exhaustivos, mencionemos ahora dos:
- Complejo de superioridad moral. El patriotismo es una virtud, y por ello, un elemento esencial de toda naturaleza humana perfeccionada por las virtudes sociales. Por tanto, no puede entenderse como patrimonio exclusivo de un determinado movimiento cultural o grupo político. El complejo de superioridad moral patriótica promete a sus portadores una super-condición que la dura realidad en algún momento acabará por desmentir. Sin embargo, mientras perdura el complejo, se habla y se actúa como desde un púlpito invariable de superioridad ética, que se intenta ocultar con el desprecio a los demás grupos o movimientos, el aislamiento sectario en los propios microclimas y el echar la culpa a los demás de los propios errores.
- Dogmatismo en política prudencial. De la virtud del patriotismo, se pretende deducir more geometrico, una serie de propuestas políticas en materias esencialmente opinables y discutibles. Se trata de cuestiones de tipo prudencial, con implicancias técnicas muy complejas, que no están necesariamente determinadas por la virtud de la piedad patriótica. Para no pecar de exceso de abstracción, veamos un ejemplo:
“Contra la usura y el descontrol monetario: estatización total de la banca y el comercio exterior”
Esta propuesta, junto a otras, formaría parte de un modelo de “República Patriótica”. No queda del todo claro si a juicio de este grupo, se trataría de una exigencia necesaria de la virtud del patriotismo.
En todo caso, se debe señalar que la estatización de la banca y del comercio, no es más que una medida de orden político-prudencial con muchas complejidades técnicas. Quienes lo proponen, deben aceptar que no se trata de un “dogma político” sino de una opinión discutible como tantas otras. Tampoco pueden fundarla inmediatamente en una virtud moral, de modo que la estatización implique un grado de patriotismo superior al de otras propuestas de regulación de las mismas actividades económicas.  
En síntesis: no tenemos nada que objetar al patriotismo militante. Pero nos parecen errados el "patrioterismo", el “complejo de superioridad moral” y el “dogmatismo” en cuestiones políticas de naturaleza prudencial.

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente artículo. Contra la estatización de la banca se pronunció Diaz Araujo en 1975 y no es un dogma político nacionalista sino un tema prudencial y opinable. En general, no es una propuesta del llamado nacionalismo católico...

Xavier De Bouillon

Anónimo dijo...

La quema de banderas de otras naciones es un signo de salvajismo político. El problema lo tenemos con algunos gobiernos extranjeros, no con sus pueblos. El respeto a las patrias ajenas implica también el respeto a sus simbolos.

Xavier De Bouillon

Anónimo dijo...

El único nacionalismo posible es el peronismo. Lo demás son pajas mentales. Bien lo vieron muchos, mientras que otros se dedicaron a publicar revistas... Si eso es "hacer política", gracias a Dios el nacionalismo "de estricta observancia". Como demuestra el comentarista anterior con su "acción", el nacionalismo dogmatizante y pseudo-docente, eso por su propia naturaleza estéril. Al que le interese la política en serio, tiene un lugar en el PJ, ayudándonos a rajar a los infiltrados zurdos.
Los que no tienen vocación política, no jodan y dedíquense a "la historia" o "la cultura", cuestiones más correspondientes a su condición burguesa.

Peroncho verdaderamente Nac&Pop

Tío Adolfo dijo...

El nacionalismo es una ideología de combate, de acción. Eso es lo que no entienden los Xavieres o los Walteres del artículo anterior, devotos del onanismo intelectual.

El peronismo pudo haber sido nacionalismo en un primer momento y por eso Alianza lo apoyó. Pero luego se aburguesó y dejó de serlo. Hoy no es lo suficientemente revolucionario. Hoy no tiene absolutamente nada que ver con el nacionalismo.

Lo de Ezcurra Medrano valía para un comienzo, cuando la ideología nacionalista estaba en formación. Hoy ya no es válido. Ningún nacionalista, excepto unos pocos "de laboratorio", se identificaría ni con la mitad de lo que dice el artículo de marras.

Es más, el carlismo es una ideología foránea que ya fue bien criticada por José Antonio. El nacionalismo no tiene nada que ver con eso.

El tradicionalismo está en las antípodas del nacionalismo que debe ser revolucionario, vital, juvenil, combativo, surgido desde las bases, anti-intelectualista, concentrado en la acción en todo momento.

Es contrarrevolucionario en el sentido que pregonaba Chateau-Jobert en su fundamental obra, esto es anticomunista. Pero porque el comunismo es internacionalista, porque es la negación del nacionalismo. Pero no por motivos "burgueses", "tradicionalistas" o "conservadores", que en el fondo son lo mismo.

El nacionalismo sí es estatista. Como dijo el Duce: "todo dentro del Estado, nada fuera del Estado". Un nacionalismo no estatista, aunque pregone un Estado fuerte, es una mentira. Tarde o temprano las corporaciones dominarán el Estado para su propio beneficio. Esto lo vio y explicó muy bien Belloc, que no era nacionalista.

El nacionalismo es católico porque la Argentina es católica, pero si fuésemos alemanes seríamos luteranos, si ingleses anglicanos, si japoneses budistas. Lo católico del nacionalismo es adjetivo, nunca sustantivo, bajo peligro de convertirse en un clericalismo que mezcla la religión con la acción política, haciéndola estéril (Marx no se equivocaba del todo con lo del opio de los pueblos).

En fin, un nacionalismo tradicionalista como el que propone Xavier, extrapolando los dichos de Ezcurra Medrano de hace más de medio siglo, es un círculo cuadrado que sólo puede llevarnos al suicidio por onanismo estéril. No necesitamos de un Cnl. Kurtz que nos critique.



Anónimo dijo...

Nada que objetar al artículo, al contrario, es objetivo y pone cada cosa en su lugar. Difícil estar de acuerdo con el Peroncho: educar, historiar, hacer cultura, forman parte de la tarea política, incluso criar, pues la misma política es parte de la moral. Pero bueno, objetar y revisar todo, hasta lo ya revisado, es consciente o inconscientemente una actitud progre, modernosa. Y egoísta. Si a los activistas del pan para hoy y hambre para mañana se los deja a su aire, sólo nos quedaría salir a cazar burgueses y retrógrados. Los que manejan las piezas del tablero, chochos.
Saludos y gracias
Alex

J.F. dijo...

Madre mía! De tanto desprecio intelectual y contemplativo se han quedado sin sesos. Insensatos.
Dios me libre del nacionalismo "revolucionario", "anti-intelectualista", anti-tradicionalista y católico-circunstancial como lo exigen los peronchos y los tíos adolfos.
Ud. sabe bien, estimado infocaótica, que las desviaciones que menciona son producto de mentes estrechas como éstas; y que la esterilidad que denuncian se les vuelve en contra... A ellos y a todos los que anteponen un activismo sin cimiento ni simiente.
"Por su frutos los conoceréis".
Atentamente,

J.F.

Nacionalista Tradi dijo...

De acuerdo con el Tío Adolfo. Excepto en una cosa. El Nacionalismo nunca fue anti-intelectual. De hecho, en nuestro medio surgió de los cenáculos intelectuales.

De hecho, uno de sus principales méritos fue que líderes paganotes dieran con el meollo, detectando la clave de la tiranía moderna al correr el velo y señalar a los hermanos mayores como EL problema. Problema que en el fondo es metafísico, pero que no se había planteado nunca de forma tan clara en los procesos políticos de la era moderna.

Tío Adolfo dijo...

Nacionalista Tradi:

No dije "anti-intelectual" sino "anti-intelecualista". Lo intelectual no tiene que ser un fin en sí mismo, sino un "pensar para la acción", un fijar la estrategia para el combate.

Sino es onanismo. Como el de J.F., que tiene la desfachatez de hablar de "frutos" cuando defiende un nacionalismo de sofá y whisky, de café y pucho o (peor) de computadora. Si no entendemos que ser nacionalista es ser soldado, no sumamos.

Y si no sumamos, restamos. Este nacionalista onanista e inmovilizado, también es el enemigo; no sólo lo son los "hermanos mayores" como dice el amigo "Nacionalista Tradi".

Nacionalista Tradi dijo...

No estoy de acuerdo Tío Adolfo. Lo intelectual, como Ud. lo llama es un fin en si mismo, en tanto que la vocacional universal de todos los hombres (hermanos mayores incluídos) es conocer la verdad. Esa que nos hace libres.

La acción, al contrario no es un fin en si mismo. Y si no está informada por una verdad de suyo superiir, sí que puede tranformarse en onanismo activista. La acción debe ser una acción para algo y ése algo debe ser verdadero.

Por eso, no desechemos de antemano el nacionalismo de café, pucho y computadora (y Dios nos libre de desechar el nacionalismo de sofá y Whisky!).

Siempre y cuando ése intelectualismo no tenga nada que ver con la cobardía, es más que necesario. Es indispensable.

Ud. lo sabe mejor que nadie Tío Adolfo, que quemó los mejores años de su juventud estudiando arte, escuchando óperas de wagner y contemplando catedrales, en una actitud que para los más binarios de los camaradas podría parecer la de un onanismo burgués.

Pero Ud, y yo sabemos que no fue así.

Anónimo dijo...

Cual peronismo el liberal? el marxista, el socialdemocrata o simplemente la banda de asaltantes que denominada PJ?...Haaa perdon no lei bien para vos la banda K jajajajaja

Anónimo dijo...

Como católico y nacionalista no tengo ningún problema en admitir que un nacionalismo exagerado, digamos xenófobo o racista, va en contra de la virtud del patriotismo. Ahora bien ¿a donde se apunta con notas como estas? ¿Sobre qué y sobre quienes nos quiere prevenir el autor? No pretendo juzgar su intención pero me parece más un ataque al nacionalismo que una crítica constructiva. Digo esto porque no creo que el obstáculo para que la Patria recupere su identidad cristiana y su existencia soberana y digna estribe en un nacionalismo exagerado. Los grupúsculos con ese cariz que existen son absolutamente minúsculos y ni siquiera son hostiles al sano nacionalismo, es más con un poco de paciencia y caridad muchos de los que se identifican con estas posturas extremas se pueden recuperar. Y más o menos lo mismo sobre las desviaciones teóricas o prácticas de los nacionalistas que aquí se denuncian (dogmatizacion de lo opinable y complejo de superioridad moral); que si bien existen, sin embargo no creo que sean –hoy por hoy- el peor obstáculo para que el nacionalismo (sano, de nuevo) cumpla con su misión, hay otras desviaciones peores, el intelectualismo (como exageración del papel de la inteligencia y desprecio de la experiencia y de la acción) y su contracara el activismo insensato y de espalda a la sana doctrina. Atilio

J.F. dijo...

Me alegro por la juventud de Tío Adolfo y concuerdo con el nacionalista tradi. Sin intenciones de cizañear, refuerzo su opinión. Es cierto que el saber -como la oración- no es PARA la acción. Los monjes, por decir un ejemplo trillado pero elocuente, no contemplaban para la acción, y la Europa cristiana nació bajo su sombra... A eso me refería con la frase evangélica de los frutos.
Saludos,

J.F.

Agustín dijo...

El tema del patriotismo me genera mucha confusión. Es la Patria lo mismo que el Estado? Royo Marín parece pensar eso, ya que habla, p. Ej. de la reverencia a los símbolos que la representan (bandera, himno) y cuando habla de honrar su historia, imagino que no se refiere a conmemorar el origen del Estado, si este fue ilegítimo... o cantar un himno que ensalza el liberalismo.

PATO dijo...

El articulo confunde patriotismo que es un sentimiento y una virtud con Nacionalismo que es un movimiento politico. Tergiversa por que el nacionalismo jamas pidio la estatización del comercio y si hay corrientes nacionalistas que piden la estatización de la banca y el "comercio exterior" en el marco de un programa politico por lo tanto no es lo que afirma torcidamente el articulista que se trata de un dogma.El nacionalismo tampoco es anti intelectual es mas muchos nacionalistas han sido importantes y distinguidos intelectuales. Creo que es mucho peor que quemar una bandera britanica que los britanicos usurpen un pedazo de nuestro territorio y sobre los cadavares de nuestros compatriotas, francamente no me agrada ese tipo de puntillosismo por llamarlo de una manera educada. De los que opinan aqui con el que mas coincido es con el tio adolfo. Del peronista nac y pop que depone no me siento inclinado a decir nada por que tendria que hechar mano a un libro de psiquiatria. Finalmente creo que hay muchas cosas que criticar certeramente al nacionalismo que como toda obra humana tiene miles de defectos,pero como todo debe ser hecho con honestidad intelectual

Anónimo dijo...

De acuerdo con el tío. Los tradicionalistas, "nacionalistas católicos", etc que salgan del closet y admitan que son liberales. Acusar de estatista y decirse nacionalista es una contradicción en sí misma. Ningún nacionalismo, ni en la teoría ni en la práctica, puso nunca en duda la obligación del estado de intervenir en economía cuando la soberanía nacional así lo exigía. Lo de la banca y el crédito tiene todo un trasfondo teórico, que puede relacionarse con los escritos del nacionalsocialista Feder. Creer que ese tema es "opinable" es porque no tienen idea de como funciona la máquina de hacer dinero a nivel mundial (que no lo emite los bancos centrales solamente, sino también los bancos comerciales, ah ¿No lo sabían?) y como es el mecanismo de las deudas impagables, a nivel nacional e internacional, que produce los ciclos "económicos" (que en realidad son financieros) y la forma en que en cada ciclo los grandes pulpos financeros se hacen dueños de un pedacito más del mundo.

Martín Ledesma, licenciado en economía

Favila dijo...

De acuerdo con la crítica al patrioterismo. Pero entiendo que el quemar una bandera inglesa entra dentro del patriotismo sano en países que, como es el caso de Argentina o España, tienen parte de su territorio ocupado por el Reino Unido. Por otra parte, es un deber de todo hispano oponerse a la difusión de la lengua y cultura inglesas, sin perjuicio de que se rescate a los elementos sanos dentro de ese ámbito, como podría ser el caso de Chesterton y Newman.

Por descontado, la religión es más importante que la patria. Siempre fue así en España, a diferencia de otros países. Pero tampoco caigamos en la frialdad patriótica que se estila en ciertos ambientes conservadores.

Martin Ellingham dijo...

PATO:


1. El articulo confunde patriotismo que es un sentimiento y una virtud con Nacionalismo que es un movimiento politico.

Sed contra: no confunde la virtud con el movimiento. Los distingue realmente. Suministra dos enlaces para profundizar en el patriotismo como virtud. Algunas modalidades del nacionalismo se definen como patriotismo militante.

2. Tergiversa por que el nacionalismo jamas pidio la estatización del comercio y si hay corrientes nacionalistas que piden la estatización de la banca y el "comercio exterior" en el marco de un programa politico por lo tanto no es lo que afirma torcidamente el articulista que se trata de un dogma.

Sed contra: si el nacionalismo jamás lo pidió, entonces quienes lo proponen –ver enlace- son “impostores” y “falsos nacionalistas”. Y si algunos lo proponen, pero como una opinión discutible, que no se sigue necesariamente del patriotismo, no es objeto de crítica en esta entrada.

3. El nacionalismo tampoco es anti intelectual es mas muchos nacionalistas han sido importantes y distinguidos intelectuales.

Sed contra: la entrada no dice nada al respecto

4. Creo que es mucho peor que quemar una bandera britanica que los britanicos usurpen un pedazo de nuestro territorio y sobre los cadavares de nuestros compatriotas, francamente no me agrada ese tipo de puntillosismo por llamarlo de una manera educada.

Sed contra: es un argumento falaz, maquiavélico y emotivista. Análogamente podría decirse: mucho peor que usurpar territorio argentino, es tirar una bomba atómica sobre la población civil indefensa… para justificar la usurpación por vía comparativa de males.

5. De los que opinan aqui con el que mas coincido es con el tio adolfo. Del peronista nac y pop que depone no me siento inclinado a decir nada por que tendria que hechar mano a un libro de psiquiatria.

Nada que decir al respecto.

6. Finalmente creo que hay muchas cosas que criticar certeramente al nacionalismo que como toda obra humana tiene miles de defectos, pero como todo debe ser hecho con honestidad intelectual.

Sed contra: si afirma deshonestidad intelectual, debe probarlo.

Saludos.

Ernesto dijo...

Caballeros: Yo no entiendo algo. Está muy bien que les inquiete el análisis del Nacionalismo Católico. Pero el mismo ha tenido sus maestros fundadores y sus obras capitales. Por ejemplo, "Nacionalismo y Catolicismo" de Alberto Ezcurra Medrano o "El Nacionalismo Argentino" de Jordán Bruno Genta", por citar sólo dos,aunque hay varios más. Asimismo, tiene actualmente algunos referentes aún vivos y con una obra tras de sí, en algunos casos frondosa y en crecimiento. No doy nombres para no incurrir en suspicacias personalistas. Pero quienes estén en el tema podrán deducir fácilmente a quienes me refiero.Son laicos estudiosos y corajudos, y son tambien sacerdotes fieles y docentes,algunos de ellos. Lo que no entiendo -y vuelvo al principio de mi esquela- es lo siguiente. ¿Por qué no hacen hablar a esos hombres y a esas obras, por qué no les ceden o les piden la palabra, por qué no los leen, no los frecuentan, no los analizan con exhaustividad y en plenitud? ¿Por qué en vez de esto eligen el procedimiento de ofrecer espacios a anónimos escribas que, en la mayoría de los casos, dan pena por sus grandes tonterías y aterran con sus espantosas confusiones? De la lectura de esas obras capitales y de la frecuentación de esos autores magistrales, en forma completa, no apriorística o fragmentaria, no surgiría de parte de ustedes, necesariamente, una adhesión al Nacionalismo Católico. No; no es eso lo que procuro con estas líneas. Créanme.Incluso podría darles mejores y mayores razones para objetar o criticar al Nacionalismo Católico. Pero les otorgaría en cambio algo que por ahora no poseen: conocimiento cabal del objeto abordado; seriedad y solvencia en los juicios. Un buen camino fue reproducir el valioso texto de Ezcurra Medrano. Pero inmediatamente se dio cabida a los patanes opinólogos. ¿Qué se gana con ello? Sólo aumentar la confusión. Todo cuanto digo es una sugerencia. Si fuera un poquito más audaz, les diría que es un buen consejo. Pero obren como quieran.
Un abrazo
Ernesto

Martin Ellingham dijo...

Ernesto:
Lo que Ud. sugiere es para un libro. Y esto es un blog.
Si relee la entrada y mira los enlaces, se dará cuenta de que no se critica a TODO el nacionalismo católico. Los tres puntos criticados son expuestos como una POSIBILIDAD ("puede encubrir desviaciones"). Sólo en uno de los puntos se da un enlace, para que sirva de ejemplo concreto y empleando los verbos en modo potencial para no hacer afirmaciones categóricas si no consta con certeza el error. Enlace que ciertamente no es representativo de los doctrinarios más destacados, sino de un grupo vinculado a una red, que se reivindica como representante del nacionalismo en política agonal, no como expositores académicos.
Saludos.

Ernesto dijo...

Don Martín: Gracias por su atención y su respuesta. Lo que yo propongo no es para un libro ni para un blog. Es para adquirir un criterio de análisis, sea breve o extenso,digital o gráfico. Lo que propongo, en suma, es "seriedad con las cosas", parafraseando a Von Balthasar.La ausencia de este criterio lleva muchas veces -en este u otros sitios análogos- a una actitud que, a falta de mejores palabras técnicas, calificaría con dos expresiones coloquiales: "vení, que te explico" y "no importa, igual yo te perdono la vida". Es decir, la ausencia del criterio analítico serio, solvente y exhaustivo conduce fácilmente a la banalización del objeto estudiado, por un lado. Y al pedantismo de los analistas, por otro.Se comportan como esos relatores omniscientes de una novela. Ya saben todo y nos lo "explican" con aire de suficiencia y con talante de superados.
En cuanto a la "red" que usted menciona y a la que remite, no expresa ni al Nacionalismo Católico ni a la política agonal, al menos en el sentido que le dio al término Gueydan de Rousell. Es expresión de un Nacionalismo, a secas; de pretensiones activistas y pragmatistas, y que, por eso mismo, ha cedido a la tentación del sincretismo, ya en lo doctrinal como en el reclutamiento de cuadros, en pos del logro de algún fruto práctico relativamente inmediato. No juzgo las intenciones de quienes conforman esas redes. Es más; me apresuro a calificarlas como decentes y patrióticas. Pero el Nacionalismo Católico es otra cosa. Guste o disguste: es otra cosa. Y esa otra cosa en este sitio es mentada, objetada, criticada,etc, pero sin dar pruebas suficientes de que se conozca seriamente el objeto considerado. Es irresponsable y es injusto hablar de algo sin conocerlo en hondura. Y es injusto hablar de algo sin conocerlo en sus mejores exponentes, como enseña Aristóteles. El hombre se conoce analizando al santo o al héroe, no a Maradona y a Tinelli. El Nacionalismo Católico (de él hablo, no del Nacionalismo a secas) no se conoce ojeando blogs, sino frecuentando a sus maestros y a sus obras vertebrales. Maestros que, en algunos casos, alcanzaron literalmente las palmas del martirio.Pero francamente, Martín, sabe qué: me parece casi inútil lo que estoy pidiendo. Los pruritos y los prejuicios, a veces ad personam, a veces hacia los hechos o sus protagonistas obnubilan la comprensión. Fíjese,por ejemplo,en la acusación de senilidad. El Nacionalismo Católico ha abordado siempre, desde sus albores hasta hoy, los temas de más candente actualidad. Incluso los temás que podrían considerarse propios del terreno de las aplicabilidades operativas y no sólo de las siempre legítimas lucubraciones teóricas. En lo jurídico, en lo eclesial, en lo pedagógico,en lo escolar-institucional,en los programas y cursos de acción, en la filosofía práctica,en lo historiográfico,en las opciones y soluciones políticas,en los cambios económicos, en las terapias psicológicas,en los nuevos rumbos de la política internacional,y hasta en la olvidada educación del sentido del pulchrum, etc,etc,etc. ¿Quién presta atención a estas cooperaciones de los nacionalistas católicos? ¿Quién les lleva el apunte? ¿Quién las registra?¿Quién reseña sus obras? Lo más fácil es el anatema simplista: son seniles.Punto. Curiosa senilidad que moviliza a tantos y tantos comentarias actuales, dentro y fuera del país. Curiosa senilidad cuya sola mención puede decapitar a un potencial funcionario en nuestros días Está bien,caballeros; insisto, lo mío es mera sugerencia. Hagan lo que quieran.
Ernesto

Zurdo dijo...

Desde la izquierda proponemos "estableciendo el monopolio estatal del comercio exterior". Y qué?!

Anónimo dijo...

callate zurdo pelotudo

Anónimo dijo...

https://youtu.be/dfT_vhhntCE
Hector Giuliano, licenciado en Administración y experto en Finanzas y máximo conocedor de Deuda Externa Argentina. Habla sobre la situación de la deuda en los primeros meses del Gobierno de Macri.

mejor quemen la bandera de macri y la de todos los partidos políticos lpmqrlmp

Anónimo dijo...

https://youtu.be/-mjBRb8YnYA
ustedes sigan discutiendo que total el país ya está entregado a sus enemigos...
y eso gracias a la desactivación de las consciencias programada por los enemigos de la iglesia y llevada a cabo por los cobardes posconciliares vende almas roncalli montini woytila y cia.

Ernesto dijo...

Fíjense cuánta razón tenían mis prevenciones. Tras un conato breve de diálogo serio con el Sr. Martín, vuelven los opinólogos necios y procaces. ¿Qué hace el blog? Los publica nomás.Si les importara dilucidar el objeto de análisis que han elegido, el Nacionalismo Católico, no podrían darle jamás cabida a estas expresiones burdas. Insisto: deberían acudir a los maestros.Empiezo a sospechar que no hay tal independencia de juicio respecto del N.C, sino un deseo de confundirlo y de menoscabarlo.
Ernesto