«Esta originalidad y esta
profundidad, que fueron en aumento pasando los años, no se ocultaron a sus
contemporáneos, los cuales las hacen resaltar con frecuencia(2): ellas
están a base de su espíritu, a la vez tradicional y progresista; porque aquella
profundidad con que penetraba las cosas, junto
con una grande
amplitud de criterio y una laboriosidad inmensa con que buscaba la verdad en dondequiera
se encontrase, aunque fuese de una manera fragmentaria, le daban un
fondo de tradicionalismo por nadie superado ni igualado. Por otra parte aquella labor depurativa de los datos tradicionales
filosóficos y teológicos a través de los primeros principios de la razón y de
la fe, vistos en Dios y juzgados desde
Dios natural y
sobrenaturalmente considerado, hizo que las corrientes de
la fe y de la razón, ya cristalinas, se deslizasen paralelas y fecundizasen los campos de la Filosofía y de la Teología. En eso
consiste su profunda originalidad, no ya material y aparente, sino formal y realísima.
“Santo Tomás -escribe Et. Gilson-, que condena tan secamente, como
teólogo, las doctrinas que juzga falsas, es, por el contrario, apasionadamente
curioso en lo tocante a extraer de las filosofías más diversas el alma de
verdad que puedan contener” (1).
[…]
Santo
Tomás, como verdadero amante de la verdad, no repara en medios para
conseguirla. Por eso le vemos ir a estudiar en las fuentes, cosa tan rara
en su tiempo, procurando se le hiciesen traducciones nuevas y directas de las obras de Aristóteles y de las de muchos Padres de la Iglesia (5); y en sus Comentarios
sobre el Filósofo manifiesta tener presentes y muy leídas las exposiciones
de Alejandro, de Simplicio, de Filopón; de Boecio y de Averroes, y lo
mismo los tratados de Avicena y de algunos otros árabes. Aunque en esto es
justo reconocer que debe su vocación y su iniciación al Beato Alberto Magno, el cual, según una frase feliz del padre Mandonnet, O. P., poniéndole sobre sus hombros, le
hizo ver un inmenso horizonte por los campos de la FIlosofía (1).
No
resolvía el Angélico ningún problema filosófico ni teológico sin tener en
cuenta todo lo que sobre él se había escrito y podía tenerse a la mano en
su tiempo: Nullum fuit scriptorum genus -dice la Iglesia- in quo
non esset diligentissime versatus (2). Persuadido de que la
verdad completa no es monopolio de ningún hombre particular, sino
que todos contribuyen de un modo o de otro a conquistarla y a
esclarecerla, iba de uno a otro como abeja solícita y laboriosa,
sacándoles el néctar en ellos contenido y elaborándolo
en sí mismo, convirtiéndolo en propia substancia, para fabricar después
ese panal de miel tan dulce y tan simétrico que admiramos en sus obras. Su
Cadena de oro y sus Opúsculos de controversia con los
griegos y con los enemigos de los mendicantes son un testimonio perenne de sus maravillosos
conocimientos patrísticos, que tantos sudores le costaron, como él mismo
lo confiesa ingenuamente (3).
Respetando
siempre a las personas y tratánd0las con suavidad y dulzura, aun en las luchas más encarnizadas y a pesar de
las provocaciones de sus adversarios rabiosos y de la exquisita sensibilidad del
Santo Doctor, nunca se dejó llevar de afectos personales, ni de simpatías
0 antipatías, cuando se trataba de la verdad.»
Fuente:
Ramírez,
S. ¿Qué es un tomista?, en rev:
6 comentarios:
Exacto: Patrística y Tomismo no se excluyen y es posible la salvación sin Tomismo. Pero el Tomismo supera, mejora,corona el conocimiento filosófico y teológico anterior a él, sin que luego haya sido superado por ninguna nueva o vieja escuela.
Si no se hablara del Aquinatense alguno diría que era un "diletante".-
Gracias infocaoticos. Es el espíritu.
Pocho.
Se puede decir más:
Hay salvación y conocimiento suficiente sin Tomismo y sin Patrística.
Pero el que conoce el Tomismo sin conocer la Patrística (o conociéndola solo por la citas de Sto. Tomás) sabe más y tiene mejores armas que el que conoce la Patrística y desconoce al Tomismo.
Depende qué entendamos por Patrística y Tomismo.
Si por patrística entendemos la "doctrina" de los Padres, lo que técnicamente llamamos "consenso unánime", está claro que no; puesto que es parte íntegra de la Santa Tradición y como tal es materia de Fe.
Si por patrística entendemos la vida, obras, polémicas, etc. de cada uno de los Padres de la Iglesia o el Migne de cabo a rabo, está claro que no.
Y con el tomismo pasa lo mismo e incluso se complica algo más. Si entendemos por tomismo la doctrina de Santo Tomás, en particular su metafísica, teología natural y teología revelada, es decir la Summa y las obras "adultas" más las mejores sistematizaciones, sí.
Si por tomismo nos referimos a la "escuela", está claro que no. Tampoco si nos referimos a "la letra" de todas y cada una de las proposiciones del Aquinate tomadas en forma separada, descontextualizada y desarmonizada con la doctrina tomista sin tener en cuenta evoluciones del pensamiento, contradicciones y proyecciones a circunstancias muy distintas a la Europa Occidental de mediados del siglo XIII.
Resumiendo, no se puede resumir la riqueza del Aquinate en una sentencia tipo "patrística sin tomismo versus tomismo sin patrística". Es una falta de respeto hacia este grandísimo santo.
Por supuesto, pero el consenso unánime de los Padres no se pone en discusión ahora, pues Sto. Tomás lo toma (como autoridad y con reverencia) y -como dijeron arriba- lo corona y supera al dar con el mejor método conocido hasta hoy para arribar la Teología y la Filosofía.
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