lunes, 18 de junio de 2012

De nuestro amigo Jack Tollers




El espíritu sectario.

Domingo 17 de Junio, 2012
En la larga historia de la Iglesia nunca faltaron sectas: aparecen desde el primer siglo y nunca han faltado. La gran diferencia es que rápidamente se separaban del cuerpo de la Iglesia Católica, ora por propia decisión, ora por excomunión más o menos formalmente pronunciada por Roma. Pero en el s. XX apareció un fenómeno nuevo por completo: agrupaciones, cofradías, congregaciones, institutos de vida consagrada o no sé qués, que desarrollaron un espíritu notablemente sectario, reclamando para sí todos los carismas de la Santa Iglesia, con la pretensión además, de quedarse en ella. Sectas que pretenden sustituir a la Iglesia. Eso responde a un espíritu característico que en este texto se trata de caracterizar.

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También los invitamos a adquirir su nuevo libro Los Sermones de Fray Rabieta.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Bastante flojo el texto. No sé qué le ven...

Anónimo dijo...

Es una crítica al Opus Dei,pero lo que dice ya lo sabemos más y mejor en opuslibros, como dice el anónimo anterior muy flojito no se que le ven.

Anónimo dijo...

A mí me gustó, che.

Agregaría:

"Espíritu cobarde: este espíritu congenia con el clericalismo, encuentra un techo seguro ante el cuiqui que le mete el llano. Se siente seguro dentro, lo que lo lleva a enamorarse de los "guías" del movimiento. Puede creerse muy valiente gritando ¡viva Cristo Rey!, en imperfecta comunión o hasta sedevacantista, pero lo que tiene es miedo. Llega a creer que no se puede ser clerical (él mismo se considera anticlerical) y desobediente a la vez, pero en rigor es clerical-seguidor del/los cura/s que le simpatizan".

Este clericalismo miedoso es el del "anti-acuerdismo" de la FSSPX hoy día. Los tipos parecen re machos, pero les dio chucho.

Y esto lo digo sin tomar partido por el acuerdo o no con Roma, tema del que ni siquiera tengo una idea clara. No me detuve a pensarlo. No es un tema que me interese.

No es que no me interese el futuro de la FSSPX. Claro que sí. Es que mi rol es otro. Aquella querella es cosa de curas.

Como laicos no puede importarnos otra cosa que una misa rezada como corresponde (con todo lo que ello significa) y ausencia de herejías en los sermones. O aun mejor, sin sermones. Y si eso no es así te vas a otro lado. Nada más. El resto es "espíritu de conjunto" (aunque el conjunto en este caso lo integren pocos feligreses y curas), sectucha. Miedo. El grave olvido de que la salvación es individual.

Del mismo modo que es inaceptable el clericalismo pro-acuerdo solo porque lo dice el Superior. Aquí también hay que mantenerse al margen. También aquí existe el riesgo clerical de un "yo con la FSSPX hasta la muerte". Y no. Puede no ser tan así. Si cayeron los dominicos, los benedictinos y todos los demás, ¿porqué no algún día la FSSPX?, ¿si es perfectamente posible que siga similar periplo a otras congregaciones tradicionalistas que se corrieron de donde no debían? Pero tampoco hacer lío de antemano, que hasta que no suceda (y ojalá que nunca) todo está bien.

Y además de cobardía es comodidad. Tener que buscar otro lado, etc, etc, es incómodo. Sí, ¿y?

Se me vienen ahora a la cabeza las palabras que el otro día de sobremesa recordó el cura amigo de Tollers sobre un patriarca de la FSSPX (porque los patriarcas no son los clericales, los clericales son los más mocosos). Era algo así (tomar más la idea que el contenido estricto): "la Fraternidad me importa un carajo, mientras un imbécil me diga la misa y no diga tonterías, no pretendo nada más".

El Carlista.

Martin Ellingham dijo...

Está muy bueno lo de Tollers. Si mal no recuerdo le leí algunas de estas ideas en una carta que escribió en la década de 1990, antes de que existiera opuslibros. Y creo que la advertencias que hace sobre la posible sectarización vale para cualquier grupo de pertenencia.

Saludos.

Anónimo dijo...

Carlista, si es así, reconozco ser clerical. Uno también tiene su corazoncito.

Lefe.

sociología del prontosaurio dijo...

Sobre el clericalismo tradicionalista que se da en los de setenta años para abajo y no en los más viejos hay una explicación fácil de constatar.

La persona con ochenta o noventa años vivió muchos años de misa tradicional y curas con sotana hasta la debacle. En cambio, los que hoy tienen unos años menos, no vivieron o apenas tienen recuerdos, más bien nostálgicos, idealizados y fantasiosos, de aquella época.

El viejo, bien viejo, vio, recuerda bien, como de la sotana y la misa se pasa al trajecito y la pachanga. El menos viejo no, tendiendo a idealizar a un ensotanado porque "no es como los otros". Y en realidad no es hasta que es...

Es así que la confianza en los curas tradicionalistas de diferentes ideas en un cincuentón o sesentón es mucho mayor que la de un hombre que vio más, porque el diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo.

El viejo ya lo vio. Sabe hasta dónde puede pretender y hasta dónde viene de yapa, y que la yapa se acaba o no; pero que se puede acabar y en ese caso al menos importa guardar lo fundamental. Parapetarse en dos o tres cositas, sin ceder, y con ello, ya darse por bien pagado. Que esto es la Iglesia, no Disneylandia.

Anónimo dijo...

Estas son mis normas, que algo tienen que ver con lo que dice Jack Tollers:

1. No soy sedevacantista, pero como ellos creo en el primado de Pedro, en la indefectibilidad de la Iglesia, y en la imposibilidad de salvarse fuera de Ella.

2. No soy miembro de la FSSPX, pero como ellos creo en lo que la Iglesia ha enseñado siempre y en todas partes, y en la existencia de un Papa válidamente elegido y actualmente reinante al que hay que obedecer en todo aquello que no ponga en peligro mi fe o la de mi familia.

3. No soy militante de ningún movimiento, pero como ellos evito mezclarme con quienes no pertenezcan a mi movimiento.

4. No soy escéptico, pero como ellos desconfío del síndrome de súpercatólico, y de la obediencia ciega extendida a la propia conciencia en manos de un sujeto humano.

5. No soy ateo, pero como ellos desconfío de las correcciones fraternas, de la críticas basadas en algún supuesto mal espíritu o falta de visión sobrenatural, y de los consejos que mezclan los planos natural y sobrenatural.

6. No soy ácrata, pero como ellos desconfío de la supuesta imperfectibilidad e indefectibilidad de cualquier estructura canónica además de la Iglesia, y de la supuesta infalibilidad de cualquier persona además del Papa en las circunstancias previstas.

Si un cura, o mil, o un obispo, o mil, entorpecen mi tarea, me aparto de ellos. Y si los obstáculos proceden del Papa, amando a Pedro y al Papa de turno, por obediencia a Pedro, ignoro aquello que tenga que ignorar de lo que el Papa de turno haga o diga, ya sea la recomendación de un gobierno mundial, el ósculo al Corán, las reuniones en Asís, las oraciones en la mezquita al lado del imán de turno, o en el templo luterano al lado del pastor de turno, o más reuniones en Asís. Seguiré rezando por la pronta y plena conversión de los buenos practicantes de todas las religiones, especialmente la mosaica.

Busco misas gregorianas y confesores que impartan buena doctrina en los sermones y las confesiones y que me ayuden a perseverar en la Fe. Si son de la FSSPX, pues que sean de la FSSPX. Y si son "acuerdistas", pues que lo sean. Y si no, pues que no lo sean. Tengo mi opinión al respecto, pero no hace al caso.

Muchos sacerdotes me han llamado cínico, ácrata, hereje, cismático por pensar así.

Pero cuando les he preguntado por qué el CIC no incluye ni un sólo texto del primer papa del s.XX y último canonizado, nadie me responde. Cuando les pregunto por qué casi ninguna conferencia episcopal ha traducido el "pro multis" como "por muchos", máxime teniendo en cuenta que ninguna traducción protestante lo ha traducido así, se dan media vuelta. Cuando me intereso por la doctrina que justifica algunas de las afirmaciones de las encíclicas trinitarias de Juan Pablo II, de los "Principios de Teología" y de los tomos del "Jesús de Nazaret" de J. Ratzinger, tampoco obtengo respuesta.

Finalmente, cuando les pregunto a mis conocidos del OD o del CN por qué exponen su fuero interno ante un laico, siempre obtengo la misma respuesta: porque nuestros superiores nos mandan hacerlo así y nos da la real gana obedecerles, y así seguiremos haciéndolo hasta la consumación de los tiempos o hasta que el Papa se lo ordene por escrito a nuestros superiores y, a su vez, ellos nos ordenen que dejemos de hacerlo.

¿Quiénes son los cínicos, ácratas, herejes, y cismáticos? Está claro, aquellos que callan. Las pruebas viven en sus silencios. Cuando hablan suelen ser ambigüamente ortodoxos. Pero cuando callan, no. A la vistá están los efectos de más de medio siglo de silencios.

Ahora hablemos del clericalismo. ¿Quiénes son los clericales? Aquellos que aplican la obediencia ciega bajo el pretexto de que "el que obedece no se equivoca", ya sean del Opus Dei, del Movimiento Neocatecumenal o de la Fraternidad San Pío X.

Cougar.

Anónimo dijo...

Hay otros pecadillos muy clericales que saldrían a luz con una FSSPX regularizada, que los "sentimentales" Ceriani y Méramo no quisieran que terminen como en Bélgica.

La sectita privada tiene otros aspectos cómodos, como mantener lejos a la policía y los periodístas.

¿Lo olvidaron? ¿No lo sabés "Carlista"? ¿Porqué lo omiten tantos valientes comentaristas?

Dominguito

Anónimo dijo...

Domingo, no tengo idea de qué hablás. Ni curiosidad me mete. Pero, si querés contar, contá. ¿Por mí?

El Carlista.

Phillip Claymore dijo...

Que interesante texto.

¡Muchas gracias por compartir!

Bendiciones.

P.S. ¿Alguien sabe si seguirán publicando sermones de Fray Rabieta?

Hace rato que no hay publicaciones en el blog.