El cardenal Walter Kasper hizo una
declaración impresionante en las páginas de L’Osservatore Romano,el
pasado viernes. Al ofrecer algunas reflexiones sobre los desafíos que enfrenta
la Iglesia y el continuo problema (perpetuo) de la “verdadera aplicación del
Concilio Vaticano II”, Kasper, hablando con referencia a los documentos del
Concilio, declaró:
En muchos lugares, [los padres conciliares]
tenía que encontrar fórmulas de compromiso, en las cuales, a menudo, las
posiciones de la mayoría están ubicadas justo al lado de las de la minoría,
diseñadas para delimitarlas. Por lo tanto, los mismos textos conciliares tienen
un enorme potencial de conflicto, abren la puerta a una recepción selectiva en
cualquier dirección. (Cardenal Walter Kasper, L’Osservatore Romano, 12 de abril
de 2013)-
En las declaraciones del Cardenal,
tenemos básicamente la afirmación de una tesis fundamental de Michael Davies y
la mayoría de los tradicionalistas: que los documentos del Concilio tienen
ambigüedades y están sujetos a una multitud de interpretaciones. Este concepto
de ambigüedad Conciliar ha sido negad0 por muchos conservadores apologistas que
insisten en que los documentos del Concilio son claros como el día y es sólo la
malicia de los disidentes que empujan a una aplicación falsa la responsable de
nuestra actual confusión.
Los tradicionalistas, sin embargo, e
irónicamente, Kasper también, han insistido, sin embargo, que la destrucción
que siguió al Concilio también se puede leer en los documentos mismos. Incluso
si los padres conciliares no tenían la intención de causar la catástrofe que
siguió al Concilio (y la mayoría coincide en que no la tenían), los documentos
mismos fueron construidos de tal manera que se permitían interpretaciones
progresistas cuando se ponen en manos de los teólogos u obispos progresistas .
Contra el mantra conservador de “documentos perfectos – aplicación imperfecta”,
afirma Kasper la crítica tradicionalista de “documentos imperfectos conducen a
la aplicación imperfecta.” Benedicto XVI había hecho el mismo punto. Hay una
íntima conexión entre los documentos y su aplicación.
Pero Kasper hace más que reconocer que
“los mismos textos conciliares tienen un enorme potencial para el conflicto”,
sino que continúa afirmando que estas ambigüedades, estos conflictos
potenciales, formaban parte de un programa intencionado. No se limita a decir
que los textos podrían ser objeto de diversas interpretaciones, sino que estos
pasajes ambiguos eran “fórmulas de compromiso”, para aplacar a dos lados
opuestos, de tal forma que pudieran ser interpretados de una manera ortodoxa,
pero con la misma facilidad podían ser torcidos por los progresistas para
prestar apoyo aparente a su vandalismo.
Se trata de lo que el difunto Michael
Davies llama “bombas de tiempo” en los textos conciliares. Davies escribió:
“Estas “bombas de tiempo” eran pasajes ambiguos insertados en los documentos
oficiales por los peritos liberales o expertos. Pasajes que se interpretan en
un sentido progresista no tradicional, una vez cerrado el Concilio” (Michael
Davies, Liturgical Timebombs,
Rockford, Ill: Tan Books, 2004, pg. 23). Davies tomó prestada la frase “bombas
de tiempo” del libro de monseñor Lefebvre Un Obispo habla,
que, básicamente, había presentado el mismo argumento.
En la entrevista de Kasper, tenemos
nada menos que un reconocimiento de que no sólo eran bombas de tiempo, sino que
fueron colocadas allí intencionalmente, y en esto él y Lefebvre están de
acuerdo. Esta es una admisión asombrosa.
Kasper hizo otras muchas otras
declaraciones que cuestionan otros aspectos de la narrativa conservadora acerca
del Concilio. Por ejemplo:
Para la mayoría de los católicos, los
desarrollos puestos en marcha por el Concillio son parte de la vida cotidiana
de la Iglesia. Pero lo que están viviendo no es el gran nuevo comienzo ni la
primavera de la Iglesia, que se esperaba en ese momento, sino más bien una Iglesia
que tiene un aspecto invernal, y muestra claros signos de crisis.
Esto va contra el mantra imperante
desde la época de Juan Pablo II, y que afirma que estamos experimentando una
“nueva primavera” y una franca admisión de que hay en realidad una crisis, a
pesar de que algunos, como el cardenal Timothy Dolan, siguen negando esta
verdad lisa y llana. Esta simple admisión de hecho, que la Iglesia está en
crisis y no está experimentando la primavera postconciliar prometida, es de
gran importancia en el movimiento hacia adelante, y a pesar cualquier otra cosa
que podamos pensar de Kasper, le agradecemos su sinceridad aquí.
Hablando de la confusión que se produjo
después del Concilio, Kasper dijo:
Para aquellos que conocen la historia de los
veinte concilios reconocidos como ecuménicos, esto [el estado de confusión] no
será una sorpresa. Los tiempos post-conciliares eran casi siempre turbulentos.
El Vaticano [segundo], sin embargo, es un caso especial.
Este reconocimiento importante, que
también encontramos en otras partes, realmente echa por tierra el discurso
católico-conservador de que lo que estamos viviendo en la Iglesia moderna es
normal, ya que “siempre hubo confusión después de un Concilio”. Eso puede ser
cierto, pero Kasper señala que la confusión que siguió Vaticano II es “un caso
especial”, diferente a la turbulencia de los períodos anteriores. Esto,
también, es un punto en que se hace a menudo hincapié por los tradicionalistas,
que ven en el Concilio Vaticano II no sólo otro acontecimiento eclesial con el
nivel estándar de confusión después de los hechos, sino más bien un nuevo tipo
de acontecimiento eclesial que no puede ser tan fácilmente clasificado junto
con los Concilios del pasado.
¿El cardenal Kasper afirma las
posiciones de Michael Davies, Lefebvre y los tradicionalistas? Estos son
tiempos extraños, de hecho.
Hay una paráfrasis de los comentarios de Kasper aquí. Hasta el momento, L´Osservatore Romano no ha publicado los artículos de la semana anterior.
Visto en:
14 comentarios:
La mezcla, entre lo que ustedes comentan en la entrada y las consideraciones del Sacristán, es explosiva. Los así llamados neocones resultan progresistas en ciernes.
El recurso apologético neocon "échale la culpa a Küng/Rhaner/etc." es cada día menos sostenible. Kasper será muchas cosas, pero tonto no es.
Saludos.
PEDRO HISPANO: "Este concepto de ambigüedad Conciliar ha sido negad0 por muchos conservadores apologistas que insisten en que los documentos del Concilio son claros como el día y es sólo la malicia de los disidentes que empujan a una aplicación falsa la responsable de nuestra actual confusión" = José Mª Iraburu, LF, Arraiz, etc
jajaja... Kasper está cometiendo sincericidio....
¿Le parece Martín que el clan herético no tiene nada que ver con el tema?
Es inevitable que el Neocón acabe de ateo, de progresista o (Dios mediante) de tradicionalista, es una posición sincrética, superficial, propia de un caminante hacia la Nada o de un pródigo que vuelve al Buen Sentido.
Sobre la ambigüedad, me permito citar otra cosa del último post de mi modesta Revista "El Sacristán Serrano", es una cita de cita, en este caso del gran clásico "El Rin desemboca en el Tíber":
"Resulta extraordinariamente ilustrativo recordar en este punto, cierta conversación que tuvo el perito conciliar Edward Schillebeeckx con un colega: Ya en la segunda sesión, escribía el P. Schillebeeckx, él le había dicho a un peritus en la Comisión Teológica que lamentaba ver en el esquema [sobre la Iglesia] lo que parecía ser la opinión liberal moderada sobre la colegialidad; personalmente, él era partidario de la opinión liberal extremista. El peritus había replicado: ´nos estamos expresando de forma diplomática, pero después del Concilio extraeremos las conclusiones explícitas del texto´.El P. Schillebeeckx consideraba estas prácticas ´desleales´" (Edward Schillebeeckx, De Bazuin, 23 de enero de 1965, en WILTGEN, El Rin desemboca en el Tíber, p. 278 )
Es decir, aun la "joyita" que era Schillebeeckx consideraba 1) al texto conciliar como ambiguo 2) a esa ambigüedad como deliberada y DESLEAL.
Ratzinger, también teólogo progresista, en un texo de 1969 llega a acusar a la Gaudium et Spes de vaga, falsamente optimista y ¡¡¡teñida de pelagianismo!!! (parece que don JR quería algo más luterano, más agustiano, más existencial-emo)
Desde la otra orilla, el perito filosófico de Mons. Jelmini, Romano Amerio habló del circiterismo y la "bicefalia" del Concilio. Michael Davies dedicó un libro entero a hablar de las ambigüedades perniciosas del Concilio. Y así, muchos otros...
Pero ahora, esos comentaristas "oficialistas", obliterado en ellos el rasgo mismo que define a la inteligencia, es decir la capacidad de distinguir, consideran a la ambigüedad y al falso poetismo de ciertos textos conciliares como una "riqueza", tan acostumbrados como están a los eslóganes vacíos sectarios, a la manipulación sentimentalista y tan alejados de la cristalina lógica tomista -tan despreciada por el PastPapa Ratzinger-...
El que quiera el artículo original, en italiano, de Kasper, puede descargar la edición de ese día en este link:
www.osservatoreromano.va/orportal-portlets-portal/detail/binaries/pdf_quotidiano/quotidiano085.pdf
Un saludo.
El artículo original es mucho más explícito. Por ejemplo, hablando sobre "el precio que hubo que pagar" para que la minoría que se oponía al aggiornamiento aceptara firmar el concilio. Kasper habla de las "fórmulas de compromiso".
"Una minoranza influente oppose
resistenza pervicace a questo tentativo della maggioranza. Il successore di Giovanni XXIII, Papa Paolo VI, era fondamentalmente dalla parte della maggioranza, ma cercò di coinvolgere la minoranza e, in linea con l’antica tradizione conciliare, di raggiungere un’approvazione, per quanto possibile all’unanimità, dei documenti conciliari, che in totale furono sedici. Ci riuscì; ma si pagò un prezzo.
In molti punti, si dovettero trovare formule di compromesso, in
cui, spesso, le posizioni della maggioranza si trovano immediatamente accanto a quelle della minoranza, pensate per delimitarle."
Y como lo continúa es con la consecuencia lógica necesaria. La misma que ha expuesto Gherardini:
"Così, i testi conciliari hanno in sé un enorme potenziale conflittuale; aprono la porta a una ricezione selettiva nell’una o nell’altra direzione."
El artículo de Kasper se dedica a analizar la siguiente cuestión:
Quale direzione indica la bussola
del concilio e dove conduce il cammino della Chiesa cattolica, nell’ancor giovane XXI secolo? Resta nella fiducia credente di Giovanni XXIII o fa il cammino a ritroso, verso sterili atteggiamenti di difesa?
Es necesario leerlo despacio.
Y esto es el anuncio de la auténtica reinterpretación que nos van a hacer del Concilio.
Cinquant’anni dopo la sua apertura, c’è occasione di occuparsi ancora,approfonditamente,
dei testi conciliari, per trarne
i tesori, non ancora esauriti,
che vi si trovano. Naturalmente,
non si può mitizzare il concilio o ridurlo a un paio di frasi a effetto.
Non si può nemmeno usarlo come cava di pietra da cui prendere il materiale per singole tesi desiderate. È necessaria un’ermeneutica conciliare, cioè un’i nterpretazione meditata.
¿Romano Amerio fue perito en el concilio?
Paselo en limpio perfavore Miles, algo se entiende pero no lo sufichente... jejej
Don Miles: Si se fija, en el primer comentario que pusimos está ya el link que usted trae.
Pero me llama la atención la frase kasperiana: "un'interpretazione meditata".
¿Se acuerdan del pedido de un nuevo "syllabus" para "fijar" las ambigüedades del Concilio por parte de las ahora magras figuras tradicionales dentro de la jerarquía (Mons. Schneider y Mons. Gherardini)?
Parece que Kasper quiere "fijar" una interpretación progre...Pero la pregunta cabe, ¿cómo fijar lo infijable?
En todo caso, se vienen tiempos muy feos.
Pue no lo leí, no, gracias por advertirlo. Pero sí, la cosa da miedo por lo que pueda ocurrir.
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