sábado, 12 de octubre de 2013

Bergoglemas publicitarios


Así como hay un Concilio real, expresado en sus textos auténticos, hay un “espíritu del Concilio”, que va más allá de los textos mismos y forma un para-Concilio. También hay un Concilio real frente a un Concilio de los medios. Todo esto es verdad, aunque no es toda la verdad. Porque otra parte de la verdad es que “los mismos textos conciliares tienen un enorme potencial para el conflicto” (Kasper).
De modo semejante, es posible hablar de Francisco y del “espíritu de Francisco”, o de un Francisco real y un Francisco de los medios. Un error frecuente de algunos tradicionalistas que critican al Papa es no hacer estas distinciones y desgastarse en el combate contra una representación irreal. Pero todo esto es también sólo una parte de la verdad. Otra parte la suministra el propio Francisco con gestos y opiniones de inquietante ambigüedad. Lo ocurrido esta última semana resulta revelador. Y que no se diga que no se ha podido prever la repercusión periodística de la entrevista con Scalfari, porque es tomar por tonto a medio mundo. 
El p. Julio Meinvielle esbozó su hipótesis de la "iglesia de la publicidad". Esperamos que proporcione elementos para la reflexión y el consuelo en tiempos difíciles. La hipótesis no afecta el dogma de la indefectibilidad, ni es fruto de una "eclesiología deficiente" como se dice por ahí. 
¿Franciso es un papa de la publicidad? ¿Se comporta como anticipo y figura de otro, u otros, que lo serán más gravemente? La respuesta para estos interrogantes habrá de ser realista. Culpar de todos los equívocos a la mala fe de los enemigos de la Iglesia, o a la ligereza del periodismo, resulta una excusa insuficiente y pueril. Dejarse llevar por una fobia irracional que da por buena cualquier crítica al Papa reinante tampoco parece una respuesta sana. 
«Cómo se hayan de cumplir, en esta edad cabalística, las promesas de asistencia del Divino Espíritu a la Iglesia y cómo se haya de verificar el portae inferi non prevalebunt, las puertas del infierno no han de prevalecer, no cabe en la mente humana. Pero así como la Iglesia comenzó siendo una semilla pequeñísima [Mt., 13, 32.], y se hizo árbol y árbol frondoso, así puede reducirse en su frondosidad y tener una realidad mucha más modesta. Sabemos que el mysterium iniquitatis ya está obrando [2 Tes., 2, 7]; pero no sabemos los límites de su poder. Sin embargo, no hay dificultad en admitir que la Iglesia de la publicidad pueda ser ganada por el enemigo y convertirse de Iglesia Católica en Iglesia gnóstica. Puede haber dos Iglesias, la una la de la publicidad, Iglesia magnificada en la propaganda, con obispos, sacerdotes y teólogos publicitados, y aun con un Pontífice de actitudes ambiguas; y otra, Iglesia del silencio, con un Papa fiel a Jesucristo en su enseñanza y con algunos sacerdotes, obispos y fieles que le sean adictos, esparcidos como “pusillus grex” por toda la tierra. Esta segunda sería la Iglesia de las promesas, y no aquella primera, que pudiera defeccionar. Un mismo Papa presidiría ambas Iglesias, que aparente y exteriormente no sería sino una. El Papa, con sus actitudes ambiguas, daría pie para mantener el equívoco. Porque, por una parte, profesando una doctrina intachable sería cabeza de la Iglesia de las Promesas. Por otra parte., produciendo hechos equívocos y aun reprobables, aparecería como alentando la subversión y manteniendo la Iglesia gnóstica de la Publicidad.La eclesiología no ha estudiado suficientemente la posibilidad de una hipótesis como la que aquí proponernos. Pero si se piensa bien, la Promesa de Asistencia de la Iglesia se reduce a una Asistencia que impida al error introducirse en la Cátedra Romana y en la misma Iglesia, y además que la Iglesia no desaparezca ni sea destruida por sus enemigos [Las promesas están contenidas de modo particular en: Mt., 16, 13-20; 28, 1820; Juan, 14, 16-26.]Ninguno de los aspectos de esta hipótesis que aquí se propone queda invalidado por las promesas consignadas en los distintos lugares del Evangelio. Al contrario, ambas hipótesis cobran verosimilitud si se tienen en cuenta los pasajes escriturarios que se refieren a la defección de la fe. Esta defección, que será total, tendrá que coincidir con la perseverancia de la Iglesia hasta el fin. Dice el Señor en el Evangelio: “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe en la tierra?” [Lc., 18, 8].San Pablo [II Carta a los cristianos de Tesalónica, 2, 3.]  llama apostasía universal a esta defección de la fe, que ha de coincidir con la manifestación del “hombre de la iniquidad, del hijo de la perdición”.
Y esta apostasía universal es la secularización o ateización total de la vida pública y privada en la que está en camino el mundo actual.La única alternativa al Anticristo será Cristo, quien lo disolverá con el aliento de su boca. Cristo cumplirá entonces el acto final de liberar a la Historia. El hombre no quedará alienado bajo el inicuo. Pero no está anunciado que Cristo salvará a muchedumbre. Salvará sí a su Iglesia, “pusillus grex” [Lc.,2,32], rebañito pequeño, a quien el Padre se ha complacido en darle el Reino”.» (De la cábala al progresismo, Editora Calchaquí, Salta, 1970, pp. 461-463.)
«El misterio de iniquidad consiste precisamente en que el "Aparato publicitado de la Iglesia" que debía servir para llevar las almas a Jesucristo, sirva en cambio para perderlas y esclavizarlas al demonio. Aquí está el "misterio de perversidad": Que la sal se corrompa y deje de salar (Mt. 5, 13). Fíjese bien el lector que no decimos que la Iglesia deje de llevar las almas a Jesucristo. La Iglesia es indefectible y durará como tal hasta el fin. Pero la Iglesia de Jesucristo puede no identificarse con el ''Aparato publicitado de la Iglesia". La Iglesia de Jesucristo puede mantenerse en las almas fieles a la doctrina que se conservaría en algunos sacerdotes y obispos adheridos a la Cátedra del Pontífice de Roma, mientras que el Aparato mismo de lo que el mundo conoce como Iglesia puede seguir otra doctrina y otra pastoral elaborada por la soberbia de los grandes y publicitados teólogos de la nueva teología.» (Prólogo al libro de Pierre Virion, La Masonería dentro de la Iglesia, editorial Cruz y Fierro, Buenos Aires 1968, p. 9).

17 comentarios:

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: Agradecería mucho me dieran la cita completa de la frase que aparece al comienzo del artículo: “los mismos textos conciliares tienen un enorme potencial para el conflicto” (Kasper).

Redactor dijo...

En muchos lugares, [los padres conciliares] tenía que encontrar fórmulas de compromiso, en las cuales, a menudo, las posiciones de la mayoría están ubicadas justo al lado de las de la minoría, diseñadas para delimitarlas. Por lo tanto, los mismos textos conciliares tienen un enorme potencial de conflicto, abren la puerta a una recepción selectiva en cualquier dirección. (Cardenal Walter Kasper, L’Osservatore Romano, 12 de abril de 2013)-

http://info-caotica.blogspot.com.ar/2013/04/conversion-de-kasper-al-filo-lefebvrismo.html

Genjo dijo...

En la hipótesis de Meinvielle lo que se resiente es la visibilidad de la Iglesia, porque lo visible de Ella no sería la Iglesia. No sería luz para las gentes, sino tinieblas.

J dijo...

Yo creo que es un tema generacional. El Papa, que parece tan "actual", está en un debate de 40 años atrás. Su concepto sobre las posiciones tradicionalistas no parece aplicar completamente en estos días, por eso se refiere a las viejas "avinagradas", o a los pelagianos restauracionistas. Lo cierto es que son cosas que (en general) los que nacimos a mediados de los 60s no conocimos. Hoy la estructura "conservadora" no es tradicionalista, sino más bien de señora "movimientista", sacristeril modernista. La vieja avinagrada que rezaba el Rosario en Misa (según nos cuentan) le pasó la posta a su hija que ya tiene 70 años y es tan avinagrada como su madre, pero es más moderna y lee a Pagola y a Anselm Grün y debate teologías y enseña catequesis. Una paradoja de modernismo viejo. Y que encima envejeció muy mal y agotó todas las "novedades hace 40 años.
En el fondo todo sigue igual, solo que el cura tiene menos poder y no sabe cómo tratar con estas señoras, o las deja hacer para trabajar menos.
Bergoglio, me parece a mí, no ha podido comprender exactamente qué es este neotradicionalismo, especialmente por falta de contacto con el mundo anglosajón. Y es porque, vamos a decirlo claramente: en el tradicionalismo porteño, que es el que él conoció, también hay muchos frikis. E inclusive algunos que le jugaron muy sucio en sus días aquí, como en el caso de una quasi-extorsión bloguera por algún Obispo de cíngulo medio flojo. También me imagino que ahora debe tener en su escritorio muchas cartas enviadas en su día al Vaticano.

En fin, me parece que la posición "tradicionalista" (detestable término) debería ser demostrarle que podemos ser sus mejores soldados. La obediencia sufriente pero tranquila de Msgr Guido Marini, o la poderosísima humildad de los Franciscanos de la Inmaculada son buenos ejemplos.

Creo que el Papa va a buscar apoyo (y lo va a necesitar) en donde vea que lo hay. Y si seguimos en esto de buscar cada reportaje para desmenuzar el Magisterio inherente, o peor, para tener buenas excusas para dar rienda suelta a pasiones personales, vamos mal. No quiere decir que hay que callarse, pero quizás hay que bajar un cambio. Me parece ver que Infocaótica lo ha hecho y a mí me suena mejor.

Blas dijo...

J, si Francisco s apoyas en los "tradi" perdería inmediatamente la popularidad. ¿Es capaz?

Miles Dei dijo...

Meinvielle lo presentó como una hipótesis que no estaba lo suficientemente estudiada. Hoy habría que concluir que es mucho más que una hipótesis y queda establecida como teoría definitiva y comprobada.

J dijo...

Blas,
No lo sé. Probablemente sí. Y sería muy bueno. Pero si nosotros no mostramos un poco de comprensión, se lo entregamos en paquete al enemigo. Al menos él debería tener la oportunidad de hacerlo. Y para eso es necesaria una cierta disponibilidad.

Después, yo veo otras cosas: la primera es que a veces sospecho que si por una irresistible inspiración del Espíritu Santo, las multitudes comenzaran a ir a la Misa de siempre en latín y cantada, algunos de entre nosotros empezarían a cuestionar a las mujeres que no usan mantilla, y fundaríamos otro grupo con la "mantilla de siempre" como bandera, y hasta habría un sedevacantismo mantillesco.

Después, el asunto del lenguaje "periférico". Cuando el Papa dice que no hay un Dios "católico, por ejemplo.
A mí eso me agravó el dolor de panza que tengo hace 7 meses. Pero paremos. Pueden ser tres cosas (cómo ya se dijo en este sitio)
a) es un ataque directo a la Naturaleza divina.
b) es un ataque al depositum fidei
c) es una correcta interpretación del Dios libresco, normativamente positivista, de manual moralista católico, abstracto. Y ciertamente muy cómodo. El de las 24 Tesis Tomistas (que es un ladrillo racionalista). Escolástico en sentido decadente. No por nada santo Tomas metía la cabeza en el Sagrario pensando que nadie lo veía, o intentó quemar la Summa. Ojalá llegaramos hasta ese estado de comprensión, que nos hiciera intentar quemar la Summa. Pienso que todo lo que escribió Santo tomás no era más que un escalón para llegar a donde él llegó. Después es quemable. Paja frente a la visión beatífica. A veces nosotros caemos en ese tomismo automático. Cajita feliz. Por eso ese "Santo Tomás mal explicado", al que aludía Castellani. Y permítaseme: creo que la inmensa mayoría de los que alardean de tomistas, son kantianos y ni lo sospechan. Y pietistas y jansenistas.

Claro que ese lenguaje que usa el Papa es muy malo porque es muy riesgoso. Se la deja en bandeja a los modernistas y nos deja desacomodados. Podría decirlo directamente. Y además, implica un esfuerzo injusto, porque es demasiado exigente para demasiadas personas. Yo mismo creo no poder escuchar eso sin taparme los oídos o mesarme el pelo. Pero también me parece que de golpe quizás estábamos demasiado cómodos con Benedicto, y hasta nos estábamos volviendo "conservadores".
A mí este Papa tampoco me gusta, pero Dios lo puso para exigirnos más, y el malestar de la tenaza en el pecho desapareció cuando lo ví así.
Ya veremos...

Raúl B dijo...

Estimado J:

quién le dijo que Dios puso ahí al papa Frncisco?
Dónde dijo Nuenstro Seññor yo pondré al papa?
Ojo: este papa es un Hegeliano, le gustan los contrastes para buscar su propio "equilibrio".

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con J. Más vale intentar ganarse a Bergoglio (aunque parezca difícil) que torpedearlo a todas horas. Lo otro es entregárselo en bandeja al enemigo.

J dijo...

Estimado Raúl B.
Mire, que Dios lo puso ahí al Papa Francisco se prueba con decir que ahí está. ¿O usted se cree que en los Cónclaves a lo largo de la historia una luz y un coro angélico se posaba sobre el elegido? Caramba, esto es el Mundo y un Papa puede ser excelente, regular o malo, y la mayoría ha sido regular. Y algunos fueron excelentes y otros, pésimos.
Y no creo que sea hegeliano. No creo que sepa mucho de Hegel. Hegeliano es todo en estos días.
Wanderer publicó esa muy buena biografía del tal Bello, y ahí están todos sus claroscuros. Pero hay un detalle que está a favor y es donde Bello dice que reza y que reza mucho. Claro que todo quedaría mas claro si se arrodillara al consagrar. Todo lo que sigue estaría más en orden. Habrá que rezar para que Dios lo inspire y lo mueva a hacerlo.

Y por otro lado no creo que se pueda "ganarse" a Bergoglio, pero al menos estar en reserva y disponibles para cuando Dios nos vaya a necesitar para la Iglesia. Así no estamos yendo a ninguna parte, me parece.

En fin, no voy a abusar del espacio que se nos da aquí, pero quería establecer un punto de vista. Porque si esto no cambia, estamos jodidos.
saludos

Walter E. Kurtz dijo...

¿Querer "ganarse" a Francisco? Sólo alguien que no conoce al Papa puede pensar eso. Pero, bueno, la candidez tiene algo de sagrado... mientras que no se convierta en necedad.

A Bergoglio no puede "ganárselo" el enemigo, por la simple razón de que él es el enemigo.

Es el enemigo... Y es el Papa.

Paradoja aparente. De eso trata la hipótesis teológica de Meinvielle.

Juan Antonio dijo...

Muchas gracias por el post, las reflexiones son interesantes y hacen pensar.

Personalmente, estoy de acuerdo en todo con el primer comentario de J: el frikitradicionalismo hace mucho daño a la causa de la Santa Tradición, ante el mundo y ante la propia Iglesia. Nos hace detestables y repelentes, y no en el buen sentido. Un poco de examen de conciencia (hoy lo llamarían "autocrítica") no viene nada mal.

Por otro lado, claro que se puede ganar uno al Papa Bergoglio. Será lo que sea, pero parece un hombre con entrañas de misericordia, al que se podría llegar a través del corazón. Si en lugar, por ejemplo, de juzgarle amargamente desde la comodidad de un sillón frente a la computadora, un sacerdote anciano (o un puñado de fieles) hubiera acudido a la plaza de San Pedro a rezar el Santo Rosario de rodillas bajo la ventana del apartamento pontificio hasta que el Santo Padre hubiera levantado las restricciones a la celebración de la Misa de siempre, pienso yo que no hay corazón que no se hubiera conmovido (ni siquiera el de un jesuita arrupiano). Eso habría sido una muestra de fe y humildad. Lo otro siempre se presta a la acusación de pelagianismo.

Miles Dei dijo...

Creo que la tesis de Meinvielle va unida y magnificada a los efectos de la disminución del katejón. De hecho si pensamos en otros periodos donde el aparato publicitado de la Iglesia sufrió ataques (el protestantismo es el principal y primero de la era moderna que se abre con la difusión de la imprenta) fue precisamente el orden civil el que marcó la diferencia y el que al final incidía en la obediecia o desobediencia a la fe católica. Un futuro donde toda noticia de Roma es pura ambiguedad y debilidad doctrinal unido a un orden civil contrario a Cristo puede dar unos resultados espeluznantes, propios de un fin del mundo. Como lidiar con eso... Muy difícil. Apocalíptico.

Anónimo dijo...

¿entrañas de misericordia?¿le hiciste una autopsia Juan Antonio?
es muy misericordioso con los enemigos de la iglesia eso si, seguro.

Anónimo dijo...

JUAN ANTONIO: "Será lo que sea, pero parece un hombre con entrañas de misericordia, al que se podría llegar a través del corazón"
PEDRO HISPANO: Por ejemplo, los Franciscanos de la Inmaculada.

Anónimo dijo...

bergoglio solo ama a sus judíos y muselinos, no intentes que cambie.

Anónimo dijo...

Pedro, ¿sabía usted que los de el "El Papa no nos gusta" son los mismos que sacaron lo de los Franciscanos de la Inmaculada? A ver si todo esto va a ser una campaña de algunos juanpablistas y benedictinos contra Francisco por razones muy distintas de las que exponen en público.

En "Il Foglio" desde luego se cuidan mucho de contraponer la supuesta heterodoxia de Francisco a la ortodoxia que atribuyen a Juan Pablo II. Esto resulta un poco chocante. No parece que Juan Pablo fuese un campeón de la misa tridentina. Ahora "Il Foglio", que es el líder de la neoconía política en Italia y que está enfrentado comercialmente con "La Repubblica", habla de que "Francisco ha fundado una nueva religión". Parece que los juanpablistas se hayan tornado en feroces sedevacanistas por arte de magia.

Cuando Benedicto se marcó ese diálogo con el ateo neocón Marcello Pera e incluso firmó un libro conjunto, ¿se le exigió con tanta vehemencia que intentase convertir a su interlocutor? Y al director de Il Foglio, otro ateo neocón que ha visto la luz "conservadora" a partir del 11-S, ¿lo han intentado convertir los señores Gnocchi y Palmaro?