Tal vez el aporte más notable del P.
Castellani haya sido llamar la atención sobre la centralidad del dogma escatológico
como especificativo del ser cristiano. Con acribia teológica y gran talento literario,
Castellani nos recordó la importancia de ampliar el horizonte con la mirada parusiaca. Y de vivir en eso que
se ha dado en llamar tensión escatológica.
Lo cual nos previene de los mesianismos temporales que cifran la perfección en
algún bien intramundano. Pero hay grandes verdades que, cuando se sacan de
quicio, enloquecen. Veamos algunos peligros:
1. Curiosidad indiscreta. Lo seguro es que el Señor vendrá. Pero la Escritura enseña que
nadie sabe el día ni la hora (cfr. Mc 13,33-37). Cristo reveló lo que era necesario
y conveniente; y a la vez quiso mantener la incertidumbre acerca del momento preciso en
que acontecerá la Parusía. Es
un error ponerse a buscar revelaciones privadas que complementen la Revelación pública para
remediar una incertidumbre querida por el Señor.
La indeterminación del momento
temporal de la Segunda Venida no debe ser obstáculo para una vida cristiana auténtica, ni fuente de
desasosiego. Como lo hizo notar San Atanasio:
“No conocer cuándo será el fin ni cuándo será el día del
fin es útil a los hombres. Si lo conocieran, despreciarían el tiempo
intermedio, aguardando los días próximos a la consumación. En efecto, sólo
entonces alegarían motivos para pensar en ellos mismos. Por esto guardó
silencio sobre la consumación de la muerte de cada uno para que los hombres no
se enorgullecieran con tal conocimiento y no comenzaran a pasar la mayor parte
del tiempo irreflexivamente. Ambas cosas, la consumación de todo y el final de
cada uno, nos lo ocultó el Verbo (pues en la consumación de todo se halla la
consumación de cada uno y en la de cada uno se contiene la del todo) para que
siendo incierto y siempre esperado, cada día avancemos como llamados, tendiendo
hacia lo que está delante de nosotros y olvidando lo que está detrás (Flp 3,
13)” (Contra Arrianos 3,49).
2. Parálisis moral. Cristo enseñó que para entrar en la vida eterna
hay que cumplir los Mandamientos (Mt 19,16-17). De ningún modo dijo que ante la
inminencia de la Parusía
algunos cristianos -creyéndose superiores a los demás por su mirada parusiaca- estarían dispensados de
cumplir los Mandamientos y de practicar las virtudes. Por el contrario, se deben cumplir todos los Mandamientos; practicar todas las virtudes. Dentro de las cuales se incluyen
virtudes sociales como la piedad patriótica, la justicia legal y la caridad
social. Jamás se puede pensar que ante la inminencia de la Segunda Venida los cristianos
deban "congelarse" en una suerte de "ataque de pánico".
3. Descuido de los deberes de estado. La palabra deber ha sufrido un
desprestigio, por lo cual pareciera que hablar de deber de estado implica solidarizarse con la ética kantiana. Pero esto no es correcto: los deberes de estado no son otra cosa que la
concreción de los Mandamientos y de las virtudes a las distintas
situaciones en las que se encuentra un ser humano: familia, profesión,
sociedad, comunidad política. “Nadie puede, pues, santificarse sin guardar los […] deberes de su estado; descuidarlos, so pretexto de dedicarse a obras de
supererogación, es ilusión perniciosa, y una verdadera aberración; no hay que
decir que el precepto es antes que el consejo.” (Tanquerey).
San Pablo tuvo que enfrentarse con
este modo particular de parálisis moral que es el descuido de los deberes del
propio estado (cfr. cf. 1 Tes 5:14; 2 Tes, 3:6-15).
Así describe la actitud de algunos cristianos el comentario bíblico de la BAC a los textos del Apóstol :
“…ante la persuasión de una próxima parusía, descuidaban
el trabajo, con los consiguientes trastornos para la vida de la comunidad…”.
“…la preocupación escatológica de los tesalonicenses,
quienes andaban agitados y algunos ni trabajaban, pensando en que todo iba a
terminar muy pronto.”
Estos tesalonicenses descuidaron sus deberes de estado profesionales. Pero la enseñanza paulina vale
también para otros deberes familiares, sociales y políticos.
En suma, la mirada parusiaca no justifica
un quietismo apocalíptico, ni tampoco debe causar en los seglares la fiebre desordenada por una fuga del mundo específica del estado religioso. Hay que “vivir
el momento actual pensando en la eternidad” (Garrigou-Lagrange), en tensión
escatológica, tanto personal como colectiva, sin que esta última se convierta en opio para los laicos o implique una rebaja en su vocación.
9 comentarios:
No conozco al 100 % de los laicos y sacerdotes que tienen muy presente el fin de los tiempos, pero como tradi conozco a muchos y bien vale una aclaración:
Puede pasar (aunque no en todos los casos), que si el laico es muy apocalíptico, ni que lo maten se meta en política (en el sentido de "meterse en política"), sin embargo, de otra cosa trabajan (8, 10 o 12 horas diarias), se ocupan de sus familias y muchas veces de las familias de otros.
No hay muchas chances de quedarse esperando a Cristo de manos cruzadas: porque es aburrido, porque te comen los piojos, porque te piden favores, porque así como conocen el Dogma de la Segunda Venida, también conocen que la Fe sin Caridad es muerta, etc.
Nadie leyó a Castellani y desconoce el Catecismo...
Tradis que con gusto irían por la vida poniendo bombas en el Congreso, municipalidades y bajo el Sillón de Rivadavia conozco a muchos más de los que aparecen en el web, pero no conozco a uno solo que no trabaje, se ocupe de su familia y más también.
No digo que ese/esos sujeto/s no exista/n, lo que digo es que si existe/n, no deben llegar a 5.
Y en relación a los sacerdotes, diría que hacen "exactamente lo mismo" que los que creen en La Segunda Venida pero que jamás hablan de ello (hay uno sedevacantista que es bastante habitual saber de él, pues siempre alguien se lo cruza en los hospitales de la Capital; anda repartiendo últimos sacramentos a troche y moche, a Dios gracias).
Finalmente, está lo de los Hechos:
"Viri Galilaei, quid statis aspicientes in caelum? Hic Iesus, qui assumptus est a vobis in caelum, sic veniet quemadmodum vidistis eum euntem in caelum."
Quedarse esperando, es un signo de desconfianza en la Esperanza.
Muchachos, si vivis en el Area Metropolitana de Buenos Aires, en un radio de 10 km alrededor de vos hay probablemente 1.000 tipos dispuestos a pegarte un balazo si te interpones en su camino de apropiarse de tus bienes, y 100.000 tipos dispuestos a pasarte por encima con su auto/camion/colectivo si te interpones en su camino a secas.
TU fin del mundo puede llegar en cualquier momento. El que no se da cuenta de eso no tiene clara la realidad.
Está el defecto del otro extremo, que me parece el más generalizado. No digo que se parezcan a Bergoglio apostrofando a los "cristianos rigurosos", como si abundaran, y uno mira y por todas partes hay progres laxos.
En cuanto al otro defecto al que me refiero, y que es sobre el cual habría que advertir con mayor énfasis que a los quietistas, es el de aquéllos que se dan la gran vida, aceptan de palabra el dogma pero no lo encarnan, y son felices y comen perdices entregados al mundo.
Abur.
Esjatológico: ¿por qué "esjatológico" con jota? Porque así debe ser. Hay dos palabras morfológicamente parecidas en español: “escatológico”, que significa pornográfico —de skatós, término griego que significa ‘excremento’— y “esjatológico”, que significa ‘noticia de lo último’ —de éskhaton, 'lo último'— las cuales son confundidas hoy día, por error o por descuido o ignorancia o periodismo, incluso en los diccionarios (Espasa, Julio Casares); de modo que, risueñamente, el apóstol San Juan resulta un escritor ¡pornográfico o excremental! Yo hago buen uso; si el buen uso se restaura, mejor, si no, paciencia. Poco cuidado con nuestra lengua se tiene hoy día.
Leonardo Castellani, El Apokalypsis de san Juan (pág. 313). Buenos Aires: Dictio, 1977.
Artículo simple y demoledor.-
Excelente entrada, talvez pudieran desarrollar algo sobre el voluntarismo y el quietismo en el orden espiritual, hasta donde el hombre incide en la salvacion y que abarca la gracia de Dios, es un tema que me interesa, pero del cual no logro tener el justo equilibrio.
Mikael.
Mikael
http://gratisdate.org/texto_prueba.php?idl=55&a=32
Anonimo muchas gracias por el enlace, aclaro varias de mis inquietudes.
Mikael.
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