viernes, 14 de octubre de 2016

El poder politiquero en lo temporal


Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, dice el Evangelio. Pero el César no es Dios, sino criatura, por tanto también debe dar a Dios lo que se le debe. La comunidad política es sociedad jurídicamente perfecta en el orden natural, suprema o soberana en su género diría León XIII, aunque su fin se ha de subordinar al bien común sagrado, de modo que no debe poner obstáculos a su logro y debe favorecerlo positivamente. En virtud de esta subordinación se sigue que el Papa puede ejercer su potestad de jurisdicción sobre cuestiones temporales que tienen una relación de conexidad con la salvación de las almas (el denominado poder indirecto sobre lo temporal, en materias mixtas).
No somos colombianos y no estamos en condiciones de emitir un juicio de valor sobre el frustrado acuerdo con las FARC propuesto por el presidente Santos. Pero hay que decir que Colombia es un Estado soberano, sociedad perfecta en su orden, y que el acuerdo rechazado en un reciente referendo es una cuestión política que -si no se prueba que sea conexa con el fin de la Iglesia- se encuentran en el campo de lo meramente temporal, y por ello es ajena a la potestad pontificia. De modo que la pretensión papal de entrometerse en este asunto constituiría un abuso de poder típico del clericalismo.
Reproducimos hoy la carta abierta que el colombiano José Galat dirige al Papa sobre su intromisión en este delicado asunto. Dudamos de que Bergoglio esté al tanto del contenido del acuerdo, un mamotreto de 297 páginas. Pero lo que este caso sugiere, junto a otros precedentes, es que el Papa se cree investido de un poder sobre lo temporal no ya indirecto como enseñaron sus hermanos de orden Belarmino y Suárez, sino "politiquero"; no en razón de la conexión de la materia con el fin de la Iglesia, sino por su repercusión en las coordenadas de lo políticamente correcto y el deseo de "mundanidad".

Bogotá D.C. Septiembre 30 de 2016

Su Santidad:
En estos momentos definitivos para Colombia, cuando el domingo 2 de octubredebemos ir a las urnas para aprobar o no el acuerdo FARC-Gobierno de la Habana, es claro que todos los colombianos de bien anhelamos la paz.
Según publicaciones de diarios nacionales, al conocer sus recientes declaraciones sobre este acuerdo, que cito textualmente:
“Santos está arriesgando todo por la paz, pero hay otra parte que está arriesgando todo por continuar la guerra”.
Y, continúa usted: “Yo prometo que cuando este acuerdo sea blindado por el plebiscito y sea reconocido internacionalmente, yo estaré en Colombia para enseñar la paz”.
Respetuosamente me siento en el deber patriótico de decirle su santidad, que a usted le es lícito así como esperado, que inste a los colombianos a que votemos en conciencia en el plebiscito, pero no lo es, el que usted intervenga personalmente para fijar una decisión única en esta opción bipolar que se le presenta a un pueblo soberano, en su mayoría católico. Sugiere usted que se debe votar por el SÍ, cuando deja ver, que piensa, erróneamente, que quienes no están con el presidente Santos y su acuerdo con las FARC, estamos en favor de la guerra.
Frente a sus declaraciones, su santidad, le planteo respetuosamente estas dos preguntas:
1- ¿Usted leyó ya este acuerdo de 297 páginas? Mire bien, ¿este mamotretro que le estoy mostrando?
Como votante y como creyente creo que:
Creo con todo respeto santidad, que vemos que la prensa mundial y usted mismo, han caído en la trampa de creer que en Colombia en este momento se vota por la paz o por la guerra, sus palabras así lo dejan ver y le aclaro santidad, que votamos simplemente por un acuerdo, mas no por la paz o por la guerra, como así lo ha hecho ver la falsa publicidad gubernamental.
Santidad, no sé su usted sepa, como defensor de la familia que debe ser, que este acuerdo, entre otras aberraciones, legaliza e institucionaliza la “ideología de género” que tanto usted ataca, como política a implementar en nuestra patria, luego de este acuerdo.
Los fieles de Colombia, es decir, la gran mayoría de los votantes, anhelan su visita a nuestra patria, pero creo que es desafortunado y condicionante decirles, que solo si votan con el SÍ y blindan ese acuerdo con las FARC en el próximo plebiscito, contaremos con el regalo de su presencia.
2- ¿Podemos inferir que con base en el conocimiento de este acuerdo, su santidad ya tomo una postura, y es por el SI, la misma que quiere que todos los colombianos sigamos?
• Si usted no conoce el entero contenido de este acuerdo y lo está recomendando, entonces, acepte que ha cometido un acto de inaudita imprudencia y que obró de forma irresponsable.
• Pero si usted lo conoció y supo de todas las consecuencias e implicaciones que él conlleva, entonces acepte que usted ha cometido un acto malévolo contra la justicia, contra la verdad y contra Colombia.
Y en ambos casos, ya sea que usted haya conocido el acuerdo, o ya sea que lo desconozca, su intervención, que busca terciar en favor de una opción determinada y no permite que en conciencia pueda darse la otra, es un acto de abuso de poder inadmisible para los colombianos.
Santidad no sé si usted sepa que la injusticia y la impunidad protagonizan este malhadado acuerdo.
Santidad, no si usted sepa que las FARC no han mostrado señales legítimas de arrepentimiento por los secuestros, la extorsión, el derramamiento de sangre inocente, y por sus delitos de lesa humanidad, y que se han limitado únicamente a hacer una comedia propagandística al respecto.
Santidad, no sé si usted sepa que detrás de este acuerdo, está el Socialismo del Siglo XXI aspirando al poder total en Colombia, ese que ya naufragó antes en la Unión Soviética, en la mitad de Europa oriental y aquí en América, en el Salvador, en Cuba y estruendosamente ahora en Venezuela, pues es el mismo sistema clasista, estatista, ateo e injusto, sistema fracasado que rabiosamente los líderes de las FARC, quieren imponer en Colombia, cuando ya perdió vigencia en el resto del mundo.
Santidad, no sé si usted sepa que en Colombia, a pesar de ser un país casi unánimemente católico y cristiano, los negociadores de este acuerdo no han hecho ninguna referencia a Dios, Quien en definitiva es el dueño y el Señor de la paz.
Santidad, no sé si usted sepa que aún hay alrededor de 400 personas secuestradas, en poder de las FARC y su suerte no se ha definido aún.
Santidad, no si usted sepa que la gran mayoría de colombianos está de rodillas suplicando a Dios porque impere la paz verdadera, fruto de la verdad y de la justicia.
Santidad, sus palabras como Vicario de Cristo en la tierra, ¿son esa respuesta que estamos esperando? o, ¿son fruto de sus posiciones personales, y de una información sesgada por la teología de la liberación?
Asombrados registramos, que ésta es la primera vez en la historia de un papado, que un pontífice hace declaraciones a la prensa mundial, que pretenden manipular a los votantes de una nación, para inducirlos a una votación determinada, que al no dejarle opciones diferentes, por lo mismo, elimina realmente su libertad de conciencia.
Por eso respetuosamente le digo, que como católico y colombiano, que anhela la genuina paz, que es paz en el amor, en la verdad y en la justicia, me resisto a seguir el consejo que hoy nos da, de votar por el Sí, para que continuemos la guerra por otros medios que nos llevarían en un futuro no muy lejano, a un estado dictatorial, sin verdad, sin paz y sin justicia.
Cordialmente, 
José Galat.

3 comentarios:

Paisa dijo...

Francisco… ¿a quién quieres engañar? ¿La alternativa es pues aceptar el “pacto Santos-Timochenko” o querer la guerra? ¿Quién eres tu para decirnos a los colombianos tamaña barbaridad? Lo que realmente hiere nuestra alma es ver tu afán en hacernos creer que la única alternativa posible es aceptar “el pacto de la vergüenza”. ¿De verdad no ves otra alternativa para nuestro país? ¿Quién eres tu para hacer tal declaración? ¿Hablas como Jefe de Estado, usurpando atribuciones internacionales que no tienes? ¿Hablas como “Pastor”, traicionando tu misión? ¿Hablas como líder populista, siguiendo una misteriosa pero cada vez más patente hoja de ruta para promover el nuevo socialismo –antisocial y tiránico– por el mundo?

Paisa dijo...

Realmente piensas que tu estás capacitado para “enseñar” lo que es la paz? ¿De qué paz estás hablando? ¿La bolivariana o la cubana? ¿Cuál quieres para nuestro país?

Francisco, el gran defensor o quizás artífice del “pacto Santos-Timochenko” nos amenaza con una visita para “enseñarnos la paz”. Pobre Colombia. Después de abrir las puertas al enemigo, el pastor nos avisa ahora que nos visitará para explicarnos que el lobo es muy bueno… Eso sí, la condición es que votemos a favor del “pacto Santos-Timochenko”.

Francisco, el pueblo colombiano no es tonto. Sabemos bien lo que pretendes. Quédate en Roma y no quieras “explicarnos la paz”. Todo el mundo sabe de qué pie cojeas y cuál es “tu paz”.

Nosotros ya conocemos la VERDADERA PAZ que tu ignoras: nació en el mundo hace más de 2000 años en el Portal de Belén.

Favila dijo...

Paisa, con tu última frase, ¿insinúas que el Papa no es cristiano?

Parece que el Papa no puede opinar sobre cuestiones temporales. En cambio, nosotros, los laicos, podemos opinar sobre toda cuestión espiritual que se tercie. Incluso estamos facultados para decir que el Papa no es un verdadero papa.