Nos parece que León XIII se equivocó en el caso de Francia al imponer a los católicos un combate legislativo que suprimía la oposición régimen republicano. También, que la política del ralliement fue un rotundo fracaso porque los diferentes gobiernos mantuvieron e incrementaron su hostilidad hacia
Se podría objetar que sin el ralliement las cosas hubieran sido iguales o peores; que el papa no tuvo otra alternativa, etc. Se nos ocurre como respuesta
que –tal vez- hubiera podido dejar la cuestión en manos de los laicos sin hacer juicios prudenciales y tomar decisiones políticas invasivas de lo puramente temporal, y por ende, ajenas al poder indirecto de la Iglesia.
Dicho lo anterior, cabe hacer
algunas observaciones, que no son críticas al artículo de Gambra, sino fruto de conversaciones con amigos y algunas lecturas fragmentarias:
- Distinguir lo doctrinal de lo prudencial en León XIII. Las consecuencias del disenso. Un desacierto en lo prudencial para un
caso no prueba –por sí mismo- que el error se repitiera en otros casos semejantes, pocos o
muchos, y tampoco demuestra la existencia de errores en lo doctrinal. Hay que
analizar cada situación particular y dar las pruebas antes de concluir precipitadamente.
En esta bitácora hemos criticado
la hipertrofia magisterialista ultramontana. Pero no se puede perder de vista que
León XIII formuló un corpus doctrinal
en materia política en varios documentos dirigidos a la Iglesia universal. Ese corpus en parte es definitivo, y no por estar en el Denzinger, como se
dice por ahí, sino porque se deriva de la revelación (Rom. 13, 1; 1 Petr.
2, 13-17; etc.). Y también en parte
contiene enseñanzas que cuentan a su favor con el peso de la
reiteración secular aunque no conste de modo manifiesto su definitividad. Nótese que este último punto es la base de uno de los argumentos
centrales de la crítica de Mons. Lefebvre al Vaticano II: el peso de la
reiteración secular frente a unas novedades que lucen heterogéneas. También el magisterio político leonino es un hito de singular importancia en una prolongada secuencia magisterial en materia política.
Si hay enseñanzas de
León XIII que son reveladas, o secularmente reiteradas, no se las puede tomar a
la ligera, por más que sean de un papa que se equivocó en el ralliement. ¿Se propone una relativización del magisterio político leonino, como la que hiciera en su tiempo J.C. Murray, aunque con otro sesgo político? En tal caso, se debe tener consciencia de
las consecuencias de este disenso.
- Francocentrismo. Francia fue conocida como hija primogénita de la Iglesia. Pero el francocentrismo sería una actitud
semejante a la de los norteamericanos, contra la cual previno León XIII en Longincua oceani.
Parafraseando al papa: se evitará creer erróneamente, como alguno podría
hacerlo, que el modelo ideal de actuación política de los católicos hubiera de
buscarse en el ralliement o en el contra-modelo de los monárquicos de Francia.
En cuestiones prudenciales no se
puede presentar como principio inalterable una realidad histórica. Hay una
unidad radical de los cristianos en el campo de los principios y también una
legítima pluralidad de opciones temporales (siempre dentro de los límites que
el derecho natural y la doctrina católica). Una solución conveniente para
Francia puede ser inconveniente para Inglaterra o Japón.
- El contraste con Pío IX. A veces se encuentra el siguiente tópico:
Pío IX se opuso tenazmente a cualquier forma de liberalismo católico, mientras
que León XIII lo favoreció, no doctrinalmente, pero sí mediante el ralliement y otras medidas semejantes. Para
llegar a esta conclusión, se necesitaría ignorar dichos y hechos de
Pío IX. R. Aubert ha estudiado exhaustivamente la relación de
Pío IX con el obispo Dupanloup a través de la correspondencia. El resultado de
sus investigaciones puede caer a algunos como balde de agua helada: el papa Mastai
Ferretti alentó de diversas maneras a Dupanloup, y a su catolicismo liberal de conveniencia, fundado en la distinción tesis-hipótesis, distinto del catolicismo
liberal de convicción, como tesis de validez
universal. Todo esto está ampliamente documentado desde hace décadas. Recordemos, además, el breve laudatorio del influyente comentario del Syllabus
que hiciera el obispo de Orleans.
- Historia contrafactual. La historia contrafactual,
historia alterna o historia virtual es el resultado de un ejercicio mental que
responde a la pregunta “¿qué hubiera pasado si...?”. Se considera que un hecho fue
causa determinante en un proceso histórico y se especula sobre lo que hubiera
sucedido suprimiendo o modificando esa causa determinante. Por ejemplo, ¿qué
hubiera pasado si León XIII no hubiera impuesto el ralliement? Aunque la premisa sea plausible, lo cierto es que la
historia alterna es eminentemente conjetural, pues la libertad humana es un
factor permanente de contingencia, que pone límites a cualquier
intento determinista. Lo conjetural se ve potenciado cuando el ejercicio
contrafactual se aplica a la historia de la Iglesia. La Providencia tiene
designios muchas veces misteriosos, la gracia de Dios está
garantizada a las personas en lo necesario para su salvación, pero no para el éxito político, y por efecto del pecado no existe correspondencia automática a la gracia.
- Institucionalismo determinista. Hay un debate en el seno del
pensamiento social católico entre institucionalistas
y culturalistas, que a veces termina
en una contraposición un tanto artificiosa. El cristianismo está llamado a
informar las instituciones políticas; es importante contar con un Estado y un
Derecho cristianos, pues “de la forma dada a la sociedad conforme o no a las
leyes divinas, depende y se insinúa también el bien o el mal en las almas” (Pío XII).
Pero las instituciones cristianas han de ser expresión y fruto de una cultura
cristiana, de un catolicismo social profundamente arraigado en la vida
cotidiana de las naciones.
12 comentarios:
Me surge una duda leyendo el último párrafo: ¿caen las cristiandades por la descristianización de la sociedad, o se descristianizan las sociedades por el derribo de regímenes católicos en favor de otros revolucionarios y anticristianos?
No tengo datos para afirmar rotundamente ni una posibilidad ni la otra.
No hay una explicación simple para algo que parece efecto de causas múltiples y vinculadas entre sí. La discusión puede terminar como la del huevo y la gallina.
Si una sociedad comienza a descristianizarse aceleradamente se llegará a un punto en el cual las instituciones cristianas quedarán vacías de contenido y luego caerán.
Baste mirar el ejemplo de España: creo que nadie en 1972, por ejemplo, habría podido imaginar la debacle de España en apenas 10 años más tarde.
Hoy en día lo único que queda "religioso" vinculado con el Estado es la Semana Santa (que toquen el himno nacional a los tronos al salir de la Iglesia y que las autoridades vayan en procesión con la vara de mando) y algunas fiestas religiosas similares, amén de cuadros/bustos en las Instituciones Públicas.
Y ya todo eso está empezando también a desaparecer y a prohibirse cada vez con más ahínco.
Todo está vacío.
Pero a mí me surge la duda: ¿cómo recristianizar una Sociedad cuando muchas veces los cristianos somos los que estamos descritianizados?
"No hay Estado y Derecho cristianos capaces de soportar por largo tiempo la descristianización de la sociedad que rigen. Más temprano que tarde, habrá formas vacías de contenido, cáscaras y apariencias, que se derrumbarán como un castillo de naipes. Si el modelo del ralliement fue un fracaso, nadie puede asegurar que otro modelo no hubiera tenido el mismo resultado, por efecto de la profunda descristianización de la sociedad".
Es verdad. Por esto mismo es que el primer trabajo politico a realizar, aunque en verdad sea religioso con efectos politicos añadidos, es recristianizar. Y esto se hace de uno en uno, de madre a hijos.
Pero esto no va a pasar. La Iglesia no es defectible en tanto que sobrenatural, pero en tanto que sus hombres si lo es y estos ya no hacen su trabajo, o lo hacen muy mal.
Entonces?
Me permitiran un juicio tambien "prudencial":
Ni Scioli, ni Macri, ni otro filo marica, mas malo, menos malo y lo que sea.
Ni mas honesto o menos que la unica diferencia es que dependiendo de lo ladron que gusten ser haran dos, tres o cuatro hospitales y no todos los que el presupuesto hubiese permitido.
Toda la politica hoy posible, aun la realizada por catolicos de misa diaria, sera de efectos minimos y de maquillaje.
Nos toco nacer en este tiempo.
Entonces que hacer?
Repito, es "prudencial", pero prudencial realista (que no vale justificarse en lo prudencial y pretender llegar a ministro de educacion de Macri y reinstaurar el catecismo en las escuelas primarias publicas...): traten de salvar el alma propia y de los propios, sin pretender nada mas. Luego, si Dios quiere que ese trabajo provoque que en vez de un 1 % de catolicos pasemos a ser el 40 % y con ello lograr influencia a nivel social, vemos. Por ahora, primero es o primero y lo mas probable (y hay que saber aguantarselo) es que ningun bien al nivel publico lleguemos a ver en vida.
Y si alguien quiere meterse en politica, que lo haga. Pero que no olvide que no esta metido en una tarea de restauracion ni mucho menos. Simplemente esta ocupando un cargo con la misma efeciciencia que lo haria un pagano y, tal vez, con la diferencia de que no robaria un peso por ser pecado, pero cuando otro lo roba, en terminos civiles, mucho no cambia. Y siempre advertidos que cierta tematica, cuando se mete en nuestras casas, como ha sucedido casi siempre, no es la mejor para lo principal.
Prudencio (el prudencial pero realista).
Muy buena esta serie de artículos por motivar un debate necesario.
En cuanto a los "peros" que se señalan,
- Distinguir lo doctrinal de lo prudencial en León XIII. Sí, pero también hay que tener en cuenta que los actos prudenciales de los Papas tienen --por así decirlo-- efectos magisteriales en cuanto nos dan indicios bastante precisos sobre la "mente del legislador", i.e. su intención al proclamar una doctrina.
- Francocentrismo. Es cierto, pero el hecho es que el ralliement fue usado como paradigma reproducible en España, en Bélgica, en Alemania, en Austria e, incluso, en Italia.
- El contraste con Pío IX. Coincido.
- Institucionalismo determinista. Parece la paradoja del huevo y la gallina, pero lo cierto es que los autores de fines del siglo XIX y principios del XX gustaban recurrir a la frase de San Alfonso María de Ligorio: "Si consigo ganar un rey, habré hecho más para la causa de Dios que si hubiese predicado centenares y millares de misiones. Lo que puede hacer un soberano tocado por la gracia de Dios, en interés de la Iglesia y de las almas, no lo harán nunca mil misiones". Porque, al final del día, es un hecho histórico que en los países en que las misiones no llegaron con el poder político, no hubo Cristiandad.
Yo les voy a decir lo que habría pasado si León XIII y San Pío X no hubiesen promovido el ralliement y hubiesen incluso favorecido que los católicos franceses se agrupasen tras la bandera monárquica en nombre de la unidad de acción y atendiendo a que, de hecho, el monarquismo era la ideología política mayoritaria entre ellos. Esta estrategia se habría llamado alliement y habría tenido el resultado siguiente:
1. El monarquismo habría tomado gran boga en Francia.
2. Los liberales y masones, viendo la fuerza del bando monárquico habrían optado por infiltrarse en él.
3. La cuestión dinástica habría sido crucial. Los legitimistas ya estaban en retroceso desde que por muerte del Conde de Chambord quedó extinta la descendencia agnada de Luis XV, recayendo la corona en nuestro Carlos VII (XI de Francia). La facción orleanista tenía a su favor una imagen más «moderada» y más nacional francesa que los carlistes espagnols. La infiltración de masones y liberales entre las filas monárquicas habría inclinado definitivamente al movimiento hacia el orleanismo. Los monárquicos legitimistas habrían sido marginados. Desde instancias eclesiásticas les habrían tachado de donatistas, cátaros y extremistas, acusándoles de romper el alliement, la unidad de los católicos deseada por el Papa y de poner en riesgo la deseada restauración monárquica.
4. Una vez infiltrado, desvirtuado y orleanizado el movimiento monárquico, se habría restaurado la monarquía en Francia. Pero una monarquía constitucional liberal y laicista. El Rey Luis Felipe III (II en realidad) habría sido una especie de Juan Carlos avant la lettre un enemigo taimado de la Iglesia con el designio de frustrar cualquier pretensión de cristiandad, pero capaz de retener el apoyo borreguil de los católicos alliés. La Acción Francesa no habría llegado a existir. La descristianización de Francia, con buenas maneras, habría sido incluso más acelerada que con la república.
Con lo que se comprueba que adoptar o no el ralliement era indiferente.
La politica del “Riavvicinamento” in Portogallo ebbe buon esito, poiché i cattolici portoghesi obbedirono al Papa e il loro pensatore era Salazar; in Italia la politica della “Riconciliazione” del 1929 ebbe buon esito, poiché era Capo del governo un uomo - Benito Mussolini - che non aveva i pregiudizi della scuola liberal-risorgimentale di assoluta separazione tra Stato e Chiesa, come dichiararono sia lui che Pio XI; solo in Francia il “Ralliement” fallì, poiché il gallicanesimo non accettò i consigli del Papa.
"Porque, al final del día, es un hecho histórico que en los países en que las misiones no llegaron con el poder político, no hubo Cristiandad." (Walter E. Kurtz).
Comentario muy acertado. A la inversa, se puede deducir que Europa fue descristianizada cuando los liberales y masones derrocaron los tornos católicos o pusieron a reyes títeres de la Revolución.
Como laico de a pie nomás, entiendo que la clave está en lo dicho por algún patricio romano: "cuanto encontré a Cristo me descubrí hombre". Hemos desvestido al cristianismo de lo esencial: Jesucristo que se Encarnó, Murió, Resucitó y está VIVO y Presente.
La civilización "moderna" pretendió edificar sin el Fundamento; dejando sus consecuencias. Si Cristo NO está, es cuestión de tiempo para que todo se caiga. Que María Stma. nos lleve a su Hijo!!!
"Porque, al final del día, es un hecho histórico que en los países en que las misiones no llegaron con el poder político, no hubo Cristiandad." (Walter E. Kurtz).
¿Como? ¿Y la cristianización del Imperio Romano y de las tribus barbaras que luego lo invadieron?
"Si el modelo del ralliement fue un fracaso, nadie puede asegurar que otro modelo no hubiera tenido el mismo resultado, por efecto de la profunda descristianización de la sociedad".
Con un Estado católico, la descristianización de la sociedad es mucho más difícil.
Claro que es cierto lo que usted objeta. Pero a base de cristianizar, al final se cristianizó la "Cabeza" y gracias a ello ya toda la Sociedad lo fue.
Piense en Constantino y Clodoveo.
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