«La concepción cristiana está ligada a este criterio
de justicia. Un Derecho penal que no respete las exigencias de la justicia
no puede ser un Derecho penal cristiano. La caridad no debe desterrarse
de la esfera de las leyes penales, pero no es criterio que pueda sustituir
a la justicia como fundamento de las leyes mismas. Nada más anticristiano que
esa actitud corrosiva respecto de las fundamentales exigencias de justicia
del Derecho penal, que esa que en nombre de una caridad o de una misericordia invocada
fuera de lugar, querría dar las bases racionales para anclar el Derecho
penal en el lábil terreno del sentimiento. Caridad y misericordia deben manifestarse
en el respeto de la ley y de la justicia, nunca sustituirla para minar las
bases del fundamentó racional de la pena. Que tenga que reconocérseles amplia
cabida en la concepción penal, es afirmación que no puede ser puesta en
duda, salvas las fundamentales exigencias de justicia. Hoy se habla mucho de
la necesidad de "humanizar" el Derecho penal, mas tal
humanización sólo puede entenderse en el cuadro de una concepción de
justicia, que es la única que salva el valor moral del individuo de todo
arbitrio, sea en su contra, como también en su favor. La justicia es
rota, y el orden violado, no sólo en los casos en que se hace pagar al
individuo más de lo que en concreto merece, sino también en la hipótesis
en que se le haga pagar menos o se le condone completamente la deuda,
cuando esto es contrario a una fundamental exigencia social. El Derecho
penal es relación entre exigencias sociales, por un lado, y exigencias
individuales, por el otro, no entre individuo e individuo. No hay que
olvidar que el delito es tal sólo en cuanto viola el orden social, por lo
que el Estado, que es su garante, tiene la obligación de intervenir con
una disposición de justicia. Sólo cuando esto haya sido realizado, caridad
y misericordia pueden cumplir su obra salutífera y benéfica.»
Tomado de:
Bettiol. G. El
problema penal. Bs. As. (1995), pp. 82-83.
3 comentarios:
Anónimo, busque ayuda profesional.
La posición garantista, o como quiera llamársela, es insostenible aún teniendo esclusivamente a la caridad como criterio, simplemente teniendo en cuenta el campo total de destinatarios que debe tener esa caridad.
Dejar libre a un puma antes de que ocurra una de las siguientes dos cosas:
- se ha comprobado fehacientemente que ha mutado a una especie herbivora,
- está tan viejo que ya no puede cazar,
es condenar a muerte a una o más ovejas. Así de simple.
El garantismo no tiene nada que ver con la caridad es la consecuencia de la ideologia de los Derechos Humanos interpretados mediante la dialectica inversa teorizada por la Escuela de Frankfurt. El hecho de ver la sociedad y la cultura desde la perspectiva del "otro" o sea del delincuente (del puto, la lesbiana, del terrorista, del drogadicto etc). Desde esa visión los Derechos Humanos "se ejercen contra el poder" como consecuencia ese sujeto marginal siempre es injustamente reprimido por el Estado o sancionado discriminatoriamente por la sociedad. De alli que la anuencia del Papa a estos personajes nefastos como el de la foto lo deja en la posición de un simple politicastro progresista. PATO
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