viernes, 13 de mayo de 2016

¿Lefebvrismo liberal?

El p. Pierpaolo-Maria Petrucci es un sacerdote de la FSSPX que ha publicado un artículo sobre la moral del voto (aquí). También los distritos de EE. UU. y Canadá de la Fraternidad se han ocupado del tema (teniendo en cuenta la doctrina del mal menor).
En general, los artículos breves de sacerdotes de la Fraternidad se caracterizan por su finalidad de divulgación, hablar claro y exponer doctrina segura. Casi siempre se apoyan en el magisterio eclesiástico hasta Pío XII complementado con la teología pre-conciliar formulada en manuales clásicos.
Traducimos unos fragmentos del artículo del p. Petrucci, entre comillas, y agregamos comentarios nuestros:
 [1] “Aunque ha condenado muchas veces los principios revolucionarios nacidos el siglo de las Luces, la Iglesia no considera que los medios ofrecidos por las constituciones modernas para designar un gobierno, singularmente el voto, sean malos en sí mismos. [2] Además, es falso decir que el cristiano que acepta utilizar estos medios aprueba implícitamente los principios erróneos”.
[1] Malo en sí mismo, malum in se, expresión escolástica equivalente a intrínsecamente malo.
[2] Votar bajo la vigencia de los principios erróneos del liberalismo, como la soberanía popular, una constitución liberal, etc., no implica aprobarlos de modo expreso ni tácito. Porque objetivamente el acto no significa tal cosa.
[3] “Votar por alguien no significa forzosamente estar de acuerdo con todas sus ideas sino ver concretamente, que, en el estado actual de cosas, esta persona puede defender mejor la ley natural, inspirarse más en la doctrina social de la Iglesia.”
[3] Supone la clásica distinción entre cooperación formal y material. El acto de votar se ordena de suyo a la elección del titular de un oficio público, no a convalidar todo el pensamiento de un candidato. La finalidad honesta que debe buscar un cristiano que vota es el bien común.
[4] “Cuando la elección se presenta entre varios candidatos, pienso que la prudencia debería empujarnos a elegir a quien objetivamente tiene más posibilidades de tener una influencia sobre la vida social”.
[5] “No olvidemos que la política es el arte de lo posible. Y, sin contentarnos con llorar en  un rincón los males de nuestra época, sepamos utilizar todos los medios lícitos que la Providencia nos da para el triunfo del bien”.
[4] Es el problema que se plantea cuando hay un candidato que da plenas garantías de defender la ley natural y la doctrina social de la Iglesia, pero que tiene muy pocas posibilidades de ser elegido. Prudencialmente, el p. Petrucci parece aconsejar la elección del menos malo con mayores posibilidades de acceder al cargo. Le preguntamos por correo electrónico y nos respondió que lo considera como una opción legítima mediando causa proporcionada, aunque no obligatoria en conciencia.
[5] Confronta críticamente la actitud ilusoria de esperar lo mejor sin aprovechar lo bueno.
¿Qué decir de estos artículos de miembros de la FSSPX? ¿Cómo explicar que integrantes de la sanior pars de la Iglesia nieguen intrínseca maldad a todo y cada acto de votar con las características que hoy tiene? ¿Acaso estos artículos son expresión de un lefebvrismo liberal? Preguntas retóricas y de obvia respuesta, para nosotros.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro que la HSSPX es liberal qué duda cabe?

Guerardiano.

Anónimo dijo...

No todo es igual en la FSSPX. No tengo dudas que en la capilla madrileña también estarían de acuerdo con este sacerdote, mientras los de otros lugares no lo están y así lo manifiestan.
Cuando no lo están, no es porque afirmen que votar sea intrínsecamente malo, sino porque habiendo visto los hechos de sus países (países donde la democracia siempre fue de mal en peor), lo consideran una tontería.
Necesariamente tiene que ser diferente la visión de la democracia que tiene un italiano a la que tiene un hispanoamericano (en Italia, mal que mal, se vive bien).
En relación a sacerdotes de la FSSPX canadienses o americanos, es otro cantar, pues son conservadores (menos que sus feligresías, pero lo son).
Una tercera posición parece haber en el padre Devillers, quien en las entrevistas publicadas en internet parece haber aceptado este sistema limitado al nivel municipal, pero tampoco podemos hacer de esto una generalización, ya que los gobiernos locales de los que habla Devillers son manejados por alcaldes que siguen este oficio como tradición familiar y sobre pueblitos de muy pocos habitantes. Hay, de hecho, laicos franceses de la FSSPX que son alcaldes, de familias de alcaldes, (estos alcaldes no nececitan ir con un partido político para conseguir el cargo, es un modo de votar difícil de encuadrar como sistema de sufragio universal).

La FSSPX nunca baja líneas a sus fieles en casi nada y a los sacerdotes les dejan hacer y pensar solos, mientras no se discutan las cosas que le interesa: culto y prédica evangélica.

En relación a estas últimas reyertas, opinan por aquí como los que se oponen, pero a su vez ellos se oponen a hablar demasiado del tema, pues son curas de todos los fieles y sabiamente se abren de lo que pueda jorobar su misión sacerdotal. Les parece una discusión divertida de sus laicos y nada más.

Saludos.

Martin Ellingham dijo...

Anónimo:

Pregunto porque ignoro:

¿Canadienses y americanos son conservadores? ¿O más bien son tradicionales, pero también conscientes de las posibilidades inmediatas de los países en los cuales viven?

Saludos.

Anónimo dijo...

Son muy particulares y son conservadores.
Sobre el voto o no voto, por ejemplo, no deciden aceptarlo por las posibilidades inmediatas que ven para sus países, sino porque son de una tradición nacional donde nunca se ha puesto en discusión la forma de vida que les da el estado y la constitución. Un americano lefebvrista ama tanto a los padres de la patria como a Lefebvre, sin importar que estos hayan sido la crema de la masonería, pues ellos gestaron el clima en que quieren vivir y morir. Hay garantías de consumo, de calidad de vida, de seguros de pensión y otras cosas a las que no están dispuestos a renunciar. Y es así tanto en las grandes ciudad como en el interior. Un americano de un pueblito remoto, es también todo un americano.

Saludos.

Anónimo dijo...

Creo que hay un error en identificar liberalismo y voto. De hecho los referéndums hechos en algunas repúblicas de Europa Oriental bloquearon mediante el voto del pueblo disposiciones favorables al aborto, o al llamado "matrimonio igualitario" y hasta incorporaron la decisión al plexo jurídico constitucional. Para furia de los liberales de la Unión Europea.
Liberalismo es sostener que la verdad no existe, o que se crea por la voluntad (de uno, de muchos, o de todos), el voto es solamente un modo de tomar decisiones políticas, que pueden ser buenas o malas según se adecuen a la verdad y al bien o no. El voto es riesgoso, pero no pareciera ser intrínsecamente malo.
Después, sí, se podrá discutir si el sistema tal como está en Argentina es justo o no, de acuerdo a la forma y el sentido en que se vota aquí. De hecho, con un pueblo mejor formado se podría modificar toda la Constitución mediante voto popular y proclamar el Reinado Social de Cristo en el Preámbulo. Lo que no se va a poder hacer es derogar el pecado original, ni mediante el sufragio, ni mediante la Monarquía.
LEdF

no soy un robot... dijo...

ME PARECE QUE NO ES TAN DIFÍCIL. EL VOTO EN SÍ MISMO NO ES MALO. PERO AQUÍ NO SE TRATA,EN LAS DEMOCRACIAS LIBERALES ACTUALES, DE ELEGIR POR SÍ O POR NO EN UN TEMA CUALQUIERA, SINO, ELEGIR ENTRE PARTIDOS, QUE SON EN SÍ MISMOS ANTINATURALES. O LO QUE ES PEOR, ALGO PASA A SER INMEDIATAMENTE BUENO PORQUE LA MITAD MÁS UNO LO DICE. QUÉ PORQUERÍA.

Martin Ellingham dijo...

No soy…:

¿Leyó los artículos? ¿Los entendió?

Los tres artículos enlazados hablan del voto en las presentes circunstancias –i.e., democracias liberales- para elegir a un candidato que cumplirá una función política: presidente, legislador, intendente, etc. Lo que sucede en la mayoría de los casos es que las candidaturas tienen lugar por medio de un partido político. Aunque hay sistemas que admiten candidatos no partidarios o extra-partidarios.

Además, el mismo procedimiento se puede usar para plebiscitar una norma legal. Y los partidos, si existen, pueden adherir u oponerse en el plebiscito, aunque no propongan candidatos si el sistema decisorio es de directo.

Algo no pasa a ser bueno por decisión mayoritaria. Pero tampoco si cuenta con el voto unánime del emperador, el monarca y las cortes medievales; ni por decisión del soberano absoluto; ni por voluntad del Duce…

Saludos.

Martin Ellingham dijo...

P.s.:

Por cierto, yo soy partidario de la representación orgánica o “corporativa”, porque expresa mejor la realidad social representada. Y contrario a la imposición de los partidos como único cauce de representación política.

Pero, ¿en qué sentido los partidos políticos serían anti-naturales? El derecho de asociarse es un derecho natural, no anti-natural. Su determinación por la ley positiva puede ser justa, aunque discutible y no siempre óptima.

Por último, ¿cree que las corporaciones no pueden albergar partidos entre sus miembros? Es un hecho que las cuerpos intermedios se pueden partidizar y de hecho lo hacen a menudo: hay diversidad de opiniones sobre un tema concreto, y se forma el grupo A, partidario de la solución X, y el grupo B, partidario de la solución Z. Esto se ve todos los días en sindicatos, cámaras empresariales, colegios profesionales, clubes de barrio…

Agustín dijo...

Estimada Redacción, me parecería lo mas acertado, seguir profundizando con el tema de la cooperación, aprobación o convalidación de un mal (en este caso las mentiras liberales), ya que es este el fundamento central de... para decir que votar bajo régimen de sufragio universal, es aceptar la mentira de la soberanía popular y por ende intrínsecamente malo. Saludos y que Dios los bendiga.

Anónimo dijo...

pero los partidos son partidos en el sentido que parten la sociedad en muchos fragmentos, no asociaciones...por eso desarman los instrumentos de defensa que tiene la sociedad contra los abusos que pueda cometer el Estado.

Anónimo dijo...

De hecho, con un pueblo mejor formado se podría modificar toda la Constitución mediante voto popular y proclamar el Reinado Social de Cristo en el Preámbulo

eso estaría GENIAL!!

El MATINER CARLI dijo...

La política No es "el arte de lo posible", sino el "arte de hacer posible lo necesario", al menos una auténtica política católica. El problema del voto inorgánico, es que deja a la voluntad el derecho de forjar la legalidad y por tanto la verdad y el bien político. Deja a la "opinión", generalmente manipulada por los medios y por el dinero (que controlan y dirigen la elección) el gobierno del bien común, por lo que este no puede sino disolverse. El voto no es en si malo, lo malo, es el voto inorgánico y mediatizado por castas políticas partitocráticas y plutocráticas. que necesariamente impiden la influencia, aunque sea mínima, de posicionamientos católicos. El voto, puede ser un arma táctica política para un católico, pero no un fin, o fuente de legitimidad política. En la actual coyuntura, quizás, al menos en España, el mejor camino es el rechazo de participar en el sistema y de plantear en todo caso movimientos políticos anti-sistema liberal. A la larga, no puede ser otra la opción correcta y plausible. Todos los otros caminos llevan a liquidación del pensamiento católico. La democracia cristiana es ejemplo claro de ello.

Martin Ellingham dijo...

Un partido político es un claro fenómeno asociativo. Si no se ve...

Martin Ellingham dijo...

Matiner:

Con algunas cosas estoy de acuerdo.

Ud dice que el voto inorgánico deja a la voluntad el derecho de forjar la legalidad. ¿Qué impide que mediante voto orgánico o corporativo suceda lo mismo?

Me parece que se ha exagerado un poco el valor de ciertas instituciones políticas, olvidando que dependen de las personas, que son todos prácticos derivados de las operaciones que realizan las personas. Imaginemos un monarca medieval, con sus cortes orgánicas, etc. Que un día, de común acuerdo con sus cortes y la parte principal de su pueblo, decide apostatar… El emperador no se mete porque no quiere o no puede. Y no hay rebelión popular. ¿Qué obstáculo puso el carácter inorgánico de la representación a la apostasía? Ningún impedimento de relevancia.

Saludos.

Anónimo dijo...

Muy interesante las aclaraciones y puntos de vista El Matiner Carli. Es bueno poner sobre la mesa las fundamentaciones de las cosas que se nos presentan como plausibles y únicas, cuando son engendros contranatura para mantener el poder de los enemigos de la Nación. Que los enemigos se conviertan y se les dé por seguir el orden natural para el bien común es otro punto. Pero con los medios actuales es un irrealismo infantil pensar en una posible instauración social cristiana; es una contradicción obvia.
Argentino instruido

Lhd dijo...

Cito de Mons. Lefebvre: "Es cierto que los Papas León XIII y Pío XI estaban obsesionados con establecer relaciones con gobiernos de hecho, incluso si eran masónicos y revolucionarios. Ello no afectó su doctrina, sino que era una cierta expresión de tolerancia, sobre todo en León XIII. Sin embargo, por su accionar dieron el ejemplo de una ilusión grave sobre sus interlocutores" ("Reflexiones sobre Gaudium et Spes, 8 de diciembre de 1990) Creo que esta cita puede aportar elementos a la discusión sobre la participación del católico en la democracia actual: no se afecta la doctrina, se tolera el mal del "sistema" pero no se debe confiar en él...