Una
reseña hecha por Félix Adolfo Lamas
Un día, cayó en mis
manos una novela romántica que utilizaba ese género literario como conductor de
una serie de ideas o tópicos de discusión de la mayor importancia; y a la
sorpresa siguió la alegría. Se trata de una novela muy agradable, que se lee
con facilidad y gusto y que, sorprendentemente (digo esto teniendo en cuenta
los temas o tópicos transmitidos), constituye hoy un éxito editorial. En muy
poco tiempo van ya ocho ediciones españolas, ha sido traducida al italiano,
francés, alemán e inglés, y están preparando una película con un elenco
internacional.
Pero no se crea que
cayó en mis manos por casualidad. Estuvieron implicados personas muy
inteligentes y muy queridos por mí: un cura (que ha sido y es algo así como un
hijo espiritual adoptivo) dedicado a la investigación de la liturgia y gran
promotor del rito romano tradicional de la Santa misa; otro cura, empeñado en
una gran empresa pedagógica de restauración de la educación clásica y católica;
y mi mujer, cómplice del anterior en esa tarea, autora de un método para
introducir el Trivium en la escuela elemental, convencida de que es posible
enseñar a los niños, junto con el leer y escribir, a hablar y pensar.
El “despertar” de la
Señorita Prim es figura de su conversión y toda la trama se desarrolla como
dialéctica entre un término ex quo y un término ad quem, conversión en la que
quizás esté personalmente comprometida la autora. Como no soy un crítico
literario, por necesidad he de prescindir de todo juicio acerca del valor
formal de la obra (a mis ojos de lego, entiendo que es muy buena). Ello, de otra
parte, estaría fuera del objeto de esta página. Me he de limitar, pues, a
enumerar algunas de las ideas que me parecen las principales, y que constituyen
materia y ocasión de reflexión y discusión.
1°) Por lo pronto,
hay una clara crítica al sistema educativo vigente en Europa y los países
hispanoamericanos que han seguido el modelo inaugurado en los años 80 del siglo
pasado. Sus características son conocidas: progresivo centralismo, estatista y
supraestatal, disolución de la familia y de la moralidad sexual, desmontaje de
la tradición cultural clásica, y sus secuelas: el renacimiento del viejo
relativismo sofístico, del paganismo y de la barbarie cultural, encubierto por
una tecnologización globalizada y la institución de pseudo-principios
estrictamente obligatorios.
2°) Lo anterior se
inscribe en una crítica al mundo contemporáneo, surgido de la destrucción
beligerante del mundo cristiano, la Cristiandad. Nuevo mundo que es resultado
de la desacralización de la vida humana, la secularización de la sociedad, la
impugnación del valor de las cosas naturales y sencillas, henchidas de un
saludable sentido de realidad, y su sustitución por un mundo virtual,
construido por los medios masivos de comunicación e información cibernética y
la manipulación ideológica del lenguaje. Mundo en el que el realismo económico
clásico, necesariamente integrado al orden moral concreto, fue sustituido por
la nueva crematística abstracta del capitalismo financiero.
3°) La autora construye -en un pequeño pueblo imaginario- un modelo de vida y convivencia más próximo a la medida del hombre, inspirada en lo económico, probablemente, por las ideas que Belloc expusiera en su momento (cfr., por ejemplo, “La restauración de la propiedad”). Describe una comunidad pequeña, fundada principalmente en la vida familiar acorde con la tradición romano-cristiana, y de altísima intensidad cultural. Ironiza con ingenio contra el feminismo y la actual ideología “de género”, poniendo de resalto que la verdadera exaltación de la mujer exige tener en cuenta las diferencias biológicas, psíquicas y funcionales que la enaltecen. Es una pena que en este modelo no se mencione a la patria, porque sin patria no hay tradición ni cultura.
3°) La autora construye -en un pequeño pueblo imaginario- un modelo de vida y convivencia más próximo a la medida del hombre, inspirada en lo económico, probablemente, por las ideas que Belloc expusiera en su momento (cfr., por ejemplo, “La restauración de la propiedad”). Describe una comunidad pequeña, fundada principalmente en la vida familiar acorde con la tradición romano-cristiana, y de altísima intensidad cultural. Ironiza con ingenio contra el feminismo y la actual ideología “de género”, poniendo de resalto que la verdadera exaltación de la mujer exige tener en cuenta las diferencias biológicas, psíquicas y funcionales que la enaltecen. Es una pena que en este modelo no se mencione a la patria, porque sin patria no hay tradición ni cultura.
4°) Quizás la idea
más interesante sea la posibilidad y la necesidad de reconstruir un mundo
cultural con los elementos que todavía ofrece la tradición clásica,
rectificada, vivificada, engrandecida y universalizada por la tradición
cristiana (gratia non tollit naturam, sed perficiat, I ST, p. I, a. 8, ad
2dum.). Todo nuestro mundo cultural auténtico puede así ser repensado y
reasumido en principios que, por serlos de verdad, tienen validez perenne. Y
esto no sólo respecto de una élite minúscula, casi de especialistas, sino
puesto a disposición de todos, comenzando por los niños.
5°) Por último, y
como clave de bóveda, está el pulmón de la vida de la gracia, representado por
un monasterio y un monje santo y sabio, y, sobre todo, por la misa, en toda la
riqueza del rito romano tradicional, que es la fuente de la que mana la vida
sobrenatural y salvadora que Nuestro Señor Jesucristo ganó para los hombres en
el Sacrificio de la Cruz.
Alguno quizás pueda
dudar si todas estas ideas están en esta obra o si más bien han sido puestas en
ella por el lector que ahora esto escribe. Pero no me parece que quepan dudas
de que esta novela de amor trasciende en mucho el romanticismo rosa. La clave
se puede encontrar en una cita, que está precisamente al final del libro, que
recuerda la idea, de antigua prosapia aristotélica, contenida en la última línea
de la Divina Comedia. El amor del que se trata es “l’amor che move il sole e
l’altre stelle”.
5 comentarios:
Nuevo mundo que es resultado de la desacralización de la vida humana....
desacralización de la vida de la gracia
Lo que hay que reconstruir es el verdadero mundo cultual en el verdadero culto de la verdadera misa y Oficio Divino. En eso se debería basar la cultura.
Cultura=kultur=culto.
Muy buena apreciación del libro. Absolutamente recomendable.
La autora (p.e. en una no corta entrevista que está en la red) ha explicado bien el fondo de su novela, de su pensamiento ¡Sería muy de desear otra novela continuación de "El despertar de la señorita Prim"! Lo de que "segundas partes nunca fueron buenas"... pudiera ser un dicho simplemente falso. Natalia Sanmartín nos/me ha despertado un voraz apetito de seguirla casi insoportable.-- Juan Durán López, Lcdo. en Filosofía y Letras.
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