martes, 2 de agosto de 2011

Procreacionismo irresponsable


El tema de esta entrada tiene importancia para los matrimonios. Es una síntesis de la doctrina moral católica, con énfasis en algunos aspectos, no siempre bien tratados. Como marco doctrinal, puede ayudar a los esposos cristianos. Sobre todo si han entrado en relación con algunos movimientos que, por reacción contra la mentalidad dominante (contraceptiva, esterilizante y abortiva, propia de sociedades utilitaristas), pueden afectar la vida familiar de los esposos cristianos, mediante una modalidad de voluntarismo que hemos dado en llamar procreacionismo irresponsable.
1. La continencia periódica. Es un método o reglamento de la vida íntima conyugal que consiste en lo siguiente: los esposos no se unen sexualmente en los días en que la concepción es previsible, en tanto que lo hacen en aquellos períodos en que a causa del estado fisiológico natural de la mujer es previsible la infecundidad. El objeto de la continencia periódica en cuanto es abstinencia parcial es el de evitar el nacimiento de la prole; su objeto en cuanto es uso parcial de las relaciones íntimas (en cuanto es periódica y no total) es el de procurarse los bienes y ventajas anejas a este uso, evitando los daños y consecuencias duras de la abstinencia total. Los métodos más conocidos son los del ritmo, de Billings y de la temperatura basal.
Hay que distinguir entre la actitud de los esposos que evitan la concepción, si usan para ello medios intrínsecamente inmorales, pero que consideran eficaces (anticoncepcionismo), de la postura de los que recurren a los días agenésicos con el deseo de que no se siga la concepción de un nuevo hijo (continencia periódica). En el primer caso, se da una decisión clara de los esposos para la cual recurren a medios inmorales que lo evitan. En el segundo, por el contrario, se respetan las leyes de la naturaleza, que en tal situación no es fértil, aunque esto se haga con conocimiento y deliberación de los esposos. En esta circunstancia no se violentan las leyes naturales. El anticoncepcionismo manipula la naturaleza, la continencia periódica la usa; el anticoncepcionismo viola las leyes naturales, la continencia periódica respeta las leyes de la condición de la mujer; el anticoncepcionismo se guía por el instinto, la continencia periódica está de acuerdo con la ciencia. Existe, pues, una diferencia antropológica y moral entre esas dos opciones para vivir la sexualidad conyugal y la determinación de que no se siga la procreación.
2. Moralidad. El que practica la continencia periódica usa de un medio determinado para lograr un fin determinado. Para resolver el problema moral de la continencia periódica hay que considerar la moralidad del medio y la del fin, a saber, evitar la prole o tener una familia reducida. El medio es la abstinencia parcial, que no tiene en sí nada de malo, porque los esposos no están obligados a usar del derecho matrimonial y pueden abstenerse. En la continencia parcial no hay pecado por no ser otra cosa que el uso del derecho conyugal en los días infértiles. El uso de este derecho, aun cuando el acto no tenga efecto genésico, no se ha de considerar como pecado. Basta pensar en el acto realizado por cónyuges ancianos o durante el embarazo. Pero el fin de la conducta continente debe ser bueno y honesto, de modo que sea un motivo suficiente para la abstención.
3. Motivo suficiente. Pío XII juzgó que era lícito el recurso a la continencia si existían «motivos morales suficientes y seguros». El Magisterio ha sufrido variaciones en el modo de expresar estos motivos, por lo que se debe tener cuidado para no caer en formulaciones rigoristas (en la práctica, rara vez habría motivos suficientes) o laxas (cualquier motivo es suficiente).
No es posible dar una regla fija para determinar la suficiencia de los motivos. Los esposos deberán hacer un juicio prudencial, una deliberación ponderada, en relación con tres opciones concretas: tener una familia numerosa, retrasar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o evitar un nuevo embarazo por tiempo indefinido. Estas tres opciones requieren que se tomen en cuenta las siguientes circunstancias:
- Las condiciones físicas. Tal puede ser, por ejemplo, el estado de salud de la esposa, la falta o estrechez de la vivienda, etc.
- La situación económica. Se trata de un juicio objetivo y real. No lo es subordinar el tener un hijo a disfrutar de un género de vida en el que se considere como necesario lo que en realidad es superfluo. Pero tampoco es obligatorio imponer a la familia unas condiciones de pobreza franciscana.
- El estado psicológico. Es claro que algunas situaciones psíquicas hacen difícil asumir la responsabilidad de un embarazo o de un nuevo nacimiento.
- Las condiciones sociales. Será preciso atender a la situación social: piénsese, por ejemplo, en tiempo de guerra, ausencias prolongadas del marido, viajes y estancias en el extranjero, convivencia del mismo hogar con los suegros, etc.
- El bien de los hijos habidos o por nacer. Al hijo único se le niega el tener hermanos, pero pueden darse casos en los que el nacimiento sucesivo de hijos subnormales pueda ser criterio para dilatar sine die un nuevo embarazo.
- El bien de la propia familia, de la sociedad y de la Iglesia. No es fácil hacer una casuística de esas diversas situaciones que pueden afectar a entidades tan variadas como universales.
Lo explica Royo Marín:
«…El uso del matrimonio exclusivamente en los días agenésicos, evitándolo deliberadamente en los días fecundos, es lícito si hay causa suficiente para ello…
La Iglesia no ha precisado todavía de una manera terminante y categórica la clase de pecado que cometen los que usan del matrimonio únicamente en los días agenésicos sin motivo o razón suficiente. El papa Pío XII declaró que ese proceder habitual obedece a “motivos extraños a las rectas normas éticas”; pero esa frase genérica no zanja definitivamente la cuestión, ya que puede aplicarse lo mismo al simple pecado venial.» (Teología Moral para seglares. Tomo II, n. 631, p. 701)
4. Importancia del juicio prudencial. Debe entenderse que la castidad conyugal es una virtud moral, que se sitúa en un justo medio circunstanciado, distante de dos extremos viciosos.
La sociedad actual, con su hedonismo, puede incidir en los padres cristianos, y mediante la prudencia de la carne, conducirlos al conformismo, a la búsqueda de la comodidad y el placer desordenado. Pero este es uno de los posibles extremos viciosos. También cabe pensar en el extremo opuesto, en un procreacionismo irresponsable. Porque la moral católica no ha enseñado nunca que los esposos tengan el deber de criar el mayor número posible de hijos, sin ninguna otra consideración. La procreación es una actividad humana, no mera reproducción animal, que se ha de regular con la prudencia cristiana.
La Iglesia elogia a la familia numerosa. Pero en los casos concretos, la decisión de formarla, supone siempre la previa deliberación conyugal. La procreación, como toda obra cristiana, es un don de Dios, que se recibe. El generoso con los padres es Dios, que les concede el regalo de los hijos y lo necesario para educarlos cristianamente. No es que los esposos deban «ser generosos» con Dios proponiéndose el bien de una familia numerosa —con criterio cuantitativo: cuantos más hijos, mayor virtud—, porque como es algo tan bueno, Dios los ayudará con toda seguridad. No es verdad que lo que más cuesta sea lo más meritorio y santificante para los padres. Es la intensidad de la caridad lo que da el mérito al obrar.
El juicio prudencial deben hacerlo los esposos de mutuo acuerdo. Deben confiar en la Providencia, pero no ser providencialistas irresponsables. Pueden consultar sobre su decisión, para saber si hay motivos objetivos o si se han dejado influenciar por motivos ocultos de prudencia carnal. Pero el consejo externo nunca puede sustituir el juicio práctico de los cónyuges, ni este puede ser reemplazado por los criterios casuísticos de un movimiento eclesial o por el mandato de algún iluminado. También para los cónyuges «la conciencia es el primero de todos los vicarios de Cristo» (J. E. Newman).
Bibliografía:
- Fernández, A. Teología moral. Tomo II. Moral de la persona y de la familia. Burgos: 1995.
- Roberti, F. Diccionario de Teología Moral. Barcelona: 1960.
- Royo Marín, A. Teología Moral para seglares. Madrid: 1983.

78 comentarios:

ProLifer dijo...

La "Casti conubi" y las catequesis de Pío XII están muy bien, pero deben ser completadas con "Humanae vitae", "Familiaris consortio" y "Evangelium vitae" que son muchísimo más ricas y "humanas".

Redacción dijo...

ProLifer, estaría bien que aclarase lo que podemos entresacar de esos documentos de la cualificación moral del "motivo suficiente" para las relaciones conyugales en días infértiles.

Anónimo dijo...

"Las familias numerosas serán las que salven Europa" (KIKO ARGUELLO)

Anónimo dijo...

Sois unos resentidos enemigos del Camino.

Walter E. Kurtz dijo...

En estos temas creo que los cónyuges deben saberse los principios generales, rezar y luego actuar en conciencia.

La intromisión de directores espirituales, suegras y amigos en cuestiones de alcoba siempre termina mal.

¡pero la pucha! dijo...

Me hubiesen avisado antes.
Tengo 9 hijos, de los que solo 2 salieron cristianos. Lo que se dice cristianos.

Anónimo dijo...

Incluso con los autores "de confianza", conviene usar ediciones de antes del V-II. Tengo ante mí la "Teología moral para seglares" de Royo Marín, 2ª edición (1961) y hay algunas pequeñas diferencias. Pequeñas, sí, pero suficientes.

Detesto como el que más a los judaizantes kikos, pero contra ellos no vale todo. Una familia católica normal será numerosa. La mentalidad antinatalista se introdujo entre nosotros, precisamente, a partir de la "paternidad responsable" de la Humanae vitae. Quedémonos con Casti connubii y con la sabiduría cristiana de siempre.

Molina dijo...

Voluntad:

Yo tengo una edición de Royo Marín anterior a la Humanae vitae, a la que no cita, pero dice lo mismo que lo que aquí. Desarrolla menos los motivos suficientes. Pero no dice que sea pecado mortal cuando faltan esos motivos.

Nunca ví a un kiko.

Molina dijo...

Errata: posterior.

Anónimo dijo...

¿Estáis en coordinación con Radio Frikidad?

http://radiocristiandad.wordpress.com/2011/07/11/estudios-doctrinales-el-matrimonio-la-continencia-periodica/

Anónimo dijo...

Coincido con Voluntad.

No hay excusas para que un católico tradicional no tenga una familia numerosa.

Estos principios enunciados en este post son demasiado vagos. ¿Pobreza franciscana?

Debemos confiar en la Providencia tal como santa Gianna Beretta.

Con este post me han decepcionado. Confirman mis sospechas de ser cripto-modernistas.

Anónimo dijo...

pero la pucha,

Qué la hace pensar que se equivocó? Si hubiera tenido 14 y 1 fuera cristiano? Y si fueran 4 y 3 fueran cristianos, qué?

No hay una regla matemática. Es una decisión de los esposos que se ha de tomar en conciencia. Con una conciencia bien formada por supuesto.

Anónimo dijo...

Es ortodoxa la doctrina del blog. La Sagrada Penitenciaría respondió consultas en 1853, en 1880 y en 1932, todas publicadas en el Denzinger. Los esposos no han de ser molestados...

Anónimo dijo...

No hay excusa para no ejercer una paternidad realmente generosa. Aunque esa paternidad generosa no siempre se pueda cuantificar computando el número de hijos.

Ahora bien, me parece harto sospechosa la escasez en nuestras parroquias de familias con cuatro o más hijos.

Por otra parte, aunque tengo que reconocer que una de las familias que más he admirado a lo largo de mi vida estaba formada por 19 hermanos, me parece harto difícil atender simultáneamente las necesidades personales y espirituales de más de ocho o nueve hijos.

En fin, cada uno sabe sus cosas. Por eso, no creo que sea oportuno "forzar" la "generosidad" de unos padres católicos con una conciencia rectamente formada.

Anónimo dijo...

Molina: Lea con atención antes de contestar, por favor. Evidentemente maneja usted la misma versión del Royo Marín que el autor de la entrada. Yo manejo una anterior. Si nunca vio a un kiko, enhorabuena.

Anónimo sobre la Sagrada Penintenciaría: Por favor infórmese de cuál era la misión de ésta. En ese contexto debe entender sus respuestas, además de prestar atención a los muy precisos términos de éstas.

InfoCaótica: No había reparado en que también incluye a Aurelio Fernández en su bibliografía. Precaución: se empieza por Fernández, y se termina por González de Cardedal.

Anónimo dijo...

Voluntad:

Lo tiene fácil. Pruébelo con su edición de Royo Marín.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Es curioso, porque en este tema el Magno tiene textos muy razonables. Habla de la diferencia cualitativa entre anticoncepción y métodos naturales, y deja en claro que es tan valido una familia numerosa (para lo cual hay que tener una vocación, como en todo, compuesta por disposiciones personales y gracia) como una que, por motivos serios, limita el numero de hijos.
Lo que pasa es que tanto los rigoristas como los anticoncepcionistas son consecuencia ideas: juzgan de la moralidad de un acto por sus consecuencias, con prescindencia del objeto del acto, que sencillamente no logran analizar. Por eso, no se ve la diferencia entre un acto malo per se como la anticoncepción y un acto licito como la abstención, que nunca pude ser malo por su objeto, aunque puede tener una intención viciada.

Anónimo dijo...

Errata: consecuencialistas.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Y por cierto, como antídoto contra las doctrinas reproductivistas coercitivas de algunos neomovimientos, recordemos la distinción precepto-consejo.Que la Iglesia alabe la generosidad de los esposos con familias numerosas no implica que imponga bajo obligación tal modelo Hay infinidad de circunstancias, hay infinidad de conciencias y motivos,periodos de la vida,etcétera. Si se pone como obligación el famoso "hijo por año" puede ocurrir un desastre...
La misma naturañeza, diseñada por el Creador, tiene sus ciclos para que la inteligencia humana los domine y de gloria al Creador con la sexualidad integrada. No somos animales con celos periodicos.

Martin Ellingham dijo...

Yo agregaría a la opinión de Ludovicus otro aspecto complementario: la formulación de ciertos principios morales con estructura lógica regla-excepción y la gran dificultad para captar la función de la prudencia. Lo primero, está en la formulación implícita (de raíz nominalista): la ley sería que la continencia periódica está prohibida (ergo, es mala por estarlo) pero se admiten excepciones (con carácter más o menos restrictivo, según los autores). Lo segundo, se nota en la manera casuista de entender los “motivos serios”.

Saludos.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Y si a ello se le suma Martin, la sustitución de la prudencia familiar tanto como virtud natural como sobrenatural, por el dictamen del director o guía neomovimientista, estamos en el horno.

Anónimo dijo...

El único motivo suficiente que tiene algún sentido es el de la salud (quitando la tonteria de la estrechez de vivienda).

El resto son pavadas.

Los hijos no se buscan ni se evitan, simplemente van llegando.

El que no quiere que le lleguen, que no se case.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Eso anónimo, no es doctrina católica.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Peor. Decir que los hijos ni se buscan ni se evitan, sino que van llegando, es sustraer la sexualidad humana del orden de la razón. Todo en la vida humana debe ser racional, porque la naturaleza humana es específicamente racional.

Anónimo dijo...

Los hijos no se buscan ni se evitan, simplemente van llegando.

¿De París? ¿Vienen en repollos?

El que no quiere que le lleguen, que no se case.

El que no quiere que "le lleguen" (sic), modere su concupiscencia, como una persona y no se comporte como un animalito.

Anónimo dijo...

Racionalización = planificación. Ya.

Osea, que estáis de acuerdo con Kiko, hay que planificar la reproducción.

Kiko la planifica para asegurarse la eficiencia de la fábrica de hijos y vosotros decidís cuántos tener según criterios tan racionales como la estrechez del cuarto o las posibilidades de que salga subnormal y todos esos motivos tan racionales de ahí arriba.

Asi que aquello de tener tantos hijos "como Dios quiera" ha quedado abolido, ahora según una doctrina católica no escrita en ninguna parte, Dios está obligado a mandar los hijos que los esposos planifiquen y encuentren conveniente tener en cada momento, ni uno más, ni uno menos.

Y yo que creía que racionalización de la sexualidad consistía en tener hijos por la voluntad divina y no imperativo natural de reproducción de la especie!

Resulta que racionalización ahora es cálculo.

De dos posiciones ridículas, debo decir que al menos la de Kiko es más respetuosa y deja más margen a la voluntad de Dios.

Os pasáis de listos.

Anónimo dijo...

jajajajajajajajajajaja! lo que yo pensaba!! señores muy ilustrados, estirados, engolados, marisabidillos, en todas las cuestiones de la Iglesia pero que no tienen más hijos que un porrero socialista, se hacen caquita cuando tienen mas de uno, ni creen en Dios ni en la Providencia! atajo de ateos, cierren la web se han retratado, ¡¡¡cobardes,rojos anarquistas, ateos!!!

Anónimo dijo...

RONALD dice:
La doctrina expuesta puede ser o es correcta. Pero veo en este post una actitud antinatalista. Excusas, querer autojustificarse. Nuestros padres y abuelos tuvieron varios hermanos. Hace 30 años se consideraba familia numerosa a la familia que tenía 5 o más hijos. Se considera hoy familia numerosa a quien tiene 3 o más hijos. Era lo más normal ser siete, ocho, nueve hermanos. Lo que era algo más extraordinario (y que toda la sociedad valoraba y felicitaba) era ser quince o veinte hermanos.

Esta mentalidad es lógico que termine entrando en grupos neocons de la iglesia conciliar que aceptan la inversión de los fines del matrimonio. Un ejemplo es el Opus. Hace 20 años la "típica" familia ejemplar opusina eran el matrimonio con diez hijos. Hoy la "típica" familia ejemplar opusina es de 5 hijos (¡y ya es lo no va más!)

Los argumentos económicos no son más que excusas. Antes se vivía con una calidad de vida (materialmente hablando) muchísimo peor que la actual. Y se tenían hijos. La sociedad pagana actual, con la parejita "ya se siente realizada". La sociedad "católica" con el tercero "ya debe ejercer la paternidad responsable".

El fin primario del matrimonio es la procreación, no el amor conyugal.

Con estos post creo que se esconde un autojustificación egoísta.

Anónimo dijo...

Está claro que Pío XII habla de motivo grave y suficiente para "evitar esa bendición de Dios", como dice en el texto que se ha citado.
Si el motivo es grave y suficiente, hay que intuir que la situación que provoca tal motivo no se trata de una "circunstancia neutra", sino de un mal.
La anticoncepción no se ha promovido desinteresadamente: la sociedad posmoderna, consumista, urbana y capitalista lo exige para su funcionamiento. Esas llamadas a la procreación por parte de los neoprimaverales no choca con su connivencia clara con esa ideología -liberal- que ha propiciado también el modelo social apto para la anticoncepción? ¿No sería más razonable, junto con el permanente recuerdo de la doctrina de la Iglesia, recordar los fundamentos de la civilización cristiana en la que la contracepción no cabía de ningún modo, y además era socialmente improductiva y nefasta?
El problema tiene muchas ramificaciones; yo no dejaría pasar esta por alto.

Fr. Juan de Inn Fok Otik

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

No se puede postular como modelo universal tener veinte hijos, como tampoco se puede propugnar el celibato para todos. En este tema, falta sentido común . Que el fin primario del matrimonio sea la prole no significa tener todos los hijos posibles. Aquí se mezclan dos cosas diferentes: la licitud de los medios naturales por un lado, el deber de tener hijos. Si este deber fuera cuantitamente ilimitado, los esposos estarían obligados a temer relaciones exclusivamente en los dias fértiles. Curioso tanto ultramontano defendiendo los matrimonios con voto de castidad previo o sobreviviente que despues afirma la obligación de tener 15 hijos.

Martin Ellingham dijo...

Sabía que la casuística heterodoxa voluntarista causaba daños. Pero nunca pensé que hiciera estos estragos. Hace tiempo que no leía opiniones tan alejadas de la doctrina tomista acerca del término medio virtuoso. El término medio es un medio racional (contra emotivismos morales), la voluntad de Dios respecto del ser humano se expresa en la recta razón (contra positivismos divinos) y el medio virtuoso aquí es un medio racional (no real), moral y circunstanciado (no sólo físico y abstracto), regulado por la prudencia, como es obvio.

No digo nada que no se pueda encontrar en buenos tomistas (Santiago Ramírez, OP, por ejemplo). No todos tienen que ser tomistas, por supuesto. Lo que no veo bien es que se le haga creer a la gente que por ser rigoristas son mejores católicos. Lo que suele ocurrir, porque lo violento no es durable, es que el rigorismo conduce tarde o temprano un quiebre moral o psíquico.

Saludos.

Martin Ellingham dijo...

Ludovicus:

La supresión de la prudencia personal y familiar y su reemplazo por el criterio del movimiento es de consecuencias devastadoras. A veces pienso que tienen una tabla. Algo así:

- Más de 10 hijos: héroes.
- Entre 6 y 10: muy buenos.
- Entre 4 y 6: buenos.
- Menos de 4: mediocres, sospechosos o egoístas.

Saludos.

Martin Ellingham dijo...

Fray Juan:

Es muy bueno que introduzca la dimensión política del tema. Pareciera que se quieren las causas (o las concausas) de la mentalidad antinatalista y se rechazan las consecuencias. Si se quiere el capitalismo liberal, al que nada le interesan factores que ayudan a la natalidad, como los salarios justos (para el trabajador y su familia), etc.; luego no hay que protestar por las consecuencias.

Saludos.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Es tan evidente que la facultad procreativa, como todo lo que es acto humano, está sujeto a la virtud de la prudencia y que en esta materia se puede pecar por exceso o por defecto, que el hecho de que aparezcan extremistas del hiperreproductivismo coercitivo muestra el deterioro de esta virtud cardinal, madre de todas las virtudes morales...

Se quedarían de una pie si se les dijera que tambien se puede pecar por numero de hijos. Sin ir más lejos, alguien que quisiera tenerlos por vanidad, o por cobrar subsidios, o para venderlos. Es la intención, estúpido! Y la intención la regula la prudencia atendiendo las circunstancias.

Martin Ellingham dijo...

Y un ingrediente de la prudencia es lo que se conoce como providencia humana (previsión y provisión) que no puede faltar en el gobierno de una familia.

Anónimo dijo...

Lo que dice Ronald es muy atendible. En el plano socio-económico está bien claro que el mundo actual no favorece las familias numerosas. Es más le repugnan.

En ese orden, también es posible ver que en el campo las posibilidades de criar bien a muchos hijos son mayores que en la ciudad donde el precio de la propiedad por metro cuadrado es mucho más alta y privativa.

Tener hijos "a locas", porque uno no puede mantener la bragueta cerrada, para hacinarlos en un cuartucho no es algo canonizable...

Como decía alguien más arriba, al fin y al cabo, lo que se necesita es un correcto ejercicio de las virtudes de la templanza y de la fortaleza para aguantar los apetitos de la carne.

Pero lo que no está permitido es tentar a Dios con providencialismos fideístas como si el Señor estuviese obligado a auxiliarnos cuando no podemos controlar nuestros impulsos carnales.

Por otro lado, traer hijos al mundo por esas razones tan bajas es evidentemente un pecado. Le pesa a quien le pese.

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO dice: Este post EXIGE otro que trate lo que sí es un problema masivo en el católico medio y en la sociedad en general: la mentalidad antinatalista. De lo contrario iba a quedar muy cojo el tema. Y yo conozco a pocos kikos pero por los que conozco creo que este es uno de los aspectos más positivos del movimiento.

Anónimo dijo...

No tuve hijos "a tontas y locas".
Sí con ellas. Una de cada tipo.
Cinco que cada tanto mataría.

Redacción dijo...

Voluntad: si quiere citar a Royo Marín en su edición de 1961 puede ayudar al debate. El criterio cronológico es en sí mismo de escaso valor: Guillermo de Occam es anterior al Vaticano II…
Anónimo 17:47: un católico tradicional se guía por la doctrina tradicional de la Iglesia. La Iglesia nunca ha enseñado que la familia numerosa sea un precepto. No hacen falta “excusas” para la continencia conyugal; se requiere un medio lícito y un fin honesto que sea motivo suficiente, proporcionado al efecto agenésico.
Se ha corregido un error de redacción sobre la “pobreza franciscana”. En cuanto al ejemplo de los santos, parece mentira que haya que repetir cien veces que no todos los ejemplos de lo que hicieron los santos son para la imitación literal (v. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior).
Ronald: se ha hablado de negativamente de la “mentalidad dominante (contraceptiva, esterilizante y abortiva, propia de sociedades utilitaristas)” y “del conformismo, a la búsqueda de la comodidad y el placer desordenado”. En vez de hacer juicios de intenciones ocultas, proponga sus argumentos.

Anónimo dijo...

Un católico Tradicional, con "T". Europa se muere. Algunos dicen que bien merecido. Los más sexys, los españoles, los italianos y los franceses, son los más "fríos". La antiiglesia ha hecho buen trabajo de zapa. Y la jerarquía parece que trae bozal, no dicen nada. Están haciendo una labor inconfesable, para los enemigos. Yo por mi parte, estoy contento. Una madre de 7 vástagos 7 vino a misa el domingo, portando ya el vestido holgado de maternidad, para el 8avo.!!!!! Déo Grátias!!

Anónimo dijo...

Una hipóstasis de la Tradición? Delirium tremens.

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: tiene razón en general. Pero con los kikos se puede dar el caso de que el catequista iluminado quiera reemplazar el juicio de los esposos. Algo parecido a lo de las familias en misión. Eso está mal lo hagan los kikos o cualquier otro.

Un ronin católico dijo...

Juan Pablo II, ha hablado detalladamente sobre esto.

"Sin embargo, todos sabemos que, para los esposos, la decisión de tener hijos y educarlos no es siempre fácil, y a menudo comporta sacrificios. La Iglesia es consciente de ello con realismo, y su enseñanza sobre la paternidad responsable se dirige a las parejas casadas —las cuales solamente tienen derecho a la procreación— para ayudarles a tomar una decisión libre, consciente y mutua sobre el espaciamiento de los nacimientos y la extensión de la familia. Tal decisión debe estar inspirada por una reflexión generosa —iluminada por la oración— sobre su cooperación con Dios en la obra de la creación y sobre sus responsabilidades respecto a ellos mismos, sus hijos, la familia y la sociedad. Conviene que su decisión se apoye sobre la base de métodos moralmente aceptables de espaciamiento o limitación de nacimientos, sobre lo que la Iglesia tiene el derecho y el deber de hablar. Por otra parte, la función de los gobiernos y de las organizaciones internacionales es la de ayudar a las parejas casadas, creando un orden socio-económico que favorezca la vida de la familia, el nacimiento y la educación de los hijos, y proporcionando una información adecuada sobre la situación demográfica, a fin de que las parejas puedan valorar convenientemente sus deberes y capacidades." (Juan Pablo II)

"es preciso reafirmar que las indicaciones de la ley moral no se reducen a principios abstractos, sino que tutelan el verdadero bien del hombre y, en este caso, el bien del niño, frente al interés de los mismos padres." (Juan Pablo II)

A este resumen de doctrina moral aplicada a este tema tomado de Juan Pablo II se une que el derecho a la procreación no es un derecho a tener hijos. Los hijos son don de Dios y de eso puedo hablar con certeza. Basta el mero razonamiento que nos dice que el ser cocreador no exige del Creador nada una vez puesta la causa en el propio orden, por lo que Dios puede decidir poner o no poner su acto creador.

Dicho esto lo que expone el artículo y algunos comentaristas se puede entender bien, dentro de la responsabilidad de los cónyuges y el uso de su libertad ante Dios en el aspecto de cocreadores. Pero tal concepción de la responsabilidad conyugal en estos temas de la moral obra en una doble dirección hay que decir tampoco tienen derecho alguno a decir nada sobre la decisión de cónyuges que han decidido traer familias numerosas al mundo y a quienes Dios se lo ha concedido. Y eso como si no fueran prudentes o hicieran caso del primer iluminado que llega ya que lo mismo podría decirse de quienes han decidido no traerlos. No creo que ninguna familia numerosa católica diga ese disparate sobre su decisión al respecto. Si lo dijera entra dentro de los rudos o poco formados.

El único problema en todo esto radica por tanto en los rudos. La educación de los rudos y el llevarles a vivir una vida moral conforme al evangelio en algo tan complejo como esto implica una elevada casuística y mucha delicadeza en la exposición para no confundirles. La casuística no es tema a tratar al exponer los principios morales, sino que se trata en el confesionario. Y si donde hay una voluntad, la casuística es elevada, no digamos donde hay dos unidas en matrimonio. Tampoco es bueno tener estas exposiciones mal llevadas de modo que se desbaraten y den a entender a alguien poco formado lo que no es. Por eso es mejor remitir al confesionario y a los cursos previstos para matrimonios. El problema es al final el mismo de siempre: ¿que criterio fiable y católico puede encontrarse de modo unánime en los sacerdotes y parroquias sobre este tema cuando son requeridos para consejo y formación? Como sea el mismo que para otras cosas, pues que Dios reparta suerte.

Un ronin católico dijo...

¿Por qué se ha borrado mi comentario?

Anónimo dijo...

No parece que en estos momentos sea ningún problema acuciante el "procreacionismo irresponsable". Más bien el problema es que nadie quiere tener hijos.

Si se refieren exclusivamente a los kikos se podría entender la preocupación, pero tampoco creo que la mayoría de los kikos tenga más de 4 hijos. Si acaso será una pequeña élite kika la que tenga familia numerosa.

No sé, no veo nada claro esto. Mi padre tuvo 13 hermanos y todos salieron adelante sin grandes problemas, ni en lo material ni en otros aspectos más importantes.
Miren al hijo único o a "la parejita" que predominan en la actualidad: en su mayor parte infelices y con problemas de todo tipo. Pero estos problemas no son nada comparados con los tendrán en un futuro, cuando una sociedad envejecida y egoísta les dé matarile porque representan una carga.

Anónimo dijo...

Creo que el asunto del post, más que sobre la doctrina de la Iglesia en cuanto al fin principal del matrimonio, trata sobre la intromisión en el fuero interno de los miembros de los movimientos neoprimaverales.

Intromisión en el fuero interno de las personas que no es otra cosa sino uno más de los signos de los tiempos. Tiempos en los que no hay gobierno que se precie de tal que no esté ejerciendo un conjunto de acciones destinadas a la reingeniería social de las mentalidades de los distintos grupos de población.

Así, se inculca a la población que es libre cuando, en realidad, no lo es. Y como ejemplo de esa libertad de la que, en realidad, carece se le propone una ideología individualista y una moral hedonista destinadas a anular por dejación el ejercicio social y personal de esa misma libertad supuestamente poseída.

Por eso se cambian las leyes de educación. Las evaluaciones de contenidos arrojan resultados cada vez peores. Pero las leyes que favorecen esos resultados se mantienen o refuerzan porque las evaluaciones de las creencias, valores y actitudes muestran que se obtienen los resultados deseados: seres manipulables.

Seres que son manipulables cuando caen en manos del todopoderoso y omnisciente Estado, y que lo siguen siendo cuando huyen de él cayendo en las garras de unos movimientos neoprimaverales que ignoran la Tradición falseándola. Unos, reconstruyéndola a imagen y semejanza del mundo en el que viven y diciendo sustentarla mejor que nadie. Otros, reconstruyéndola según las heterodoxias denotadas por sus heteropraxis semanales.

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: Que el problema es el SUICIDIO DEMOGRÁFICO y no que algunos kikos hayan sufrido intromisiones abusivas en su intimidad, si es que las han sufrido porque los pocos que yo conozco no es el caso. Y esos hipotéticos casos de abuso no justifican que se desplace hacia ellos un interés que no se dedica al problema real, masivo y angustioso.

Redacción dijo...

PEDRO HISPANO: no tenemos problemas en tratar el suicidio demográfico de Occidente.

Si se pincha en el segundo enlace de la entrada acerca del elogio a la familia numerosa encontrará que Pío XII dijo:

"En el mundo civil moderno, la familia numerosa es, generalmente, claro testimonio de la fe cristiana vivida, puesto que el egoísmo, del que hablábamos ahora mismo como máximo obstáculo a la expansión del núcleo familiar, no puede válidamente vencerse si no es recurriendo a los principios ético-religiosos. Recientemente también se ha visto cómo la llamada “política demográfica” no obtiene notables resultados, ya porque sobre el egoísmo colectivo, del que ella es a menudo expresión, prevalece casi siempre el individual, ya porque las intenciones y los métodos de aquella política envilecen la dignidad de la familia y de las personas, parangonándolas casi con especies inferiores."

Redacción dijo...

"Entre las aberraciones más peligrosas y dañinas de la paganizante sociedad moderna debe contarse la opinión de algunos que se atreven a definir la fecundidad de los matrimonios como una “enfermedad social..."

Un ronin católico dijo...

Gracias por reponerlo.

Anónimo dijo...

Kurt, Elingham, son Ud. un fraude, ¿cuantos hijos tienen? ¿cuantos argumentos lógicos, tomistas, no tomistas, aristotélicos el término medio, la virtud, etc nos darán para negar a Dios y a Su Providencia? prefiero la Fe del arriero que la de estos ilustrados señores les veo pronto en las filas de la masonería, por de pronto ya no están de acuerdo en tener los hijos que Dios quiera sino los que quieran Uds. ya se han revelado contra Dios , si Dios quiere 7 hijos ud. responderan ¡Non Serviam!

Anónimo dijo...

El suicidio demográfico tiene su origen en la manipulación de las mentalidades, técnica de la que participan los principales movimientos neoprimaverales, aunque con un objetivo demográfico inverso.

Que la manipulación de las mentalidades existe en los movimientos neoprimaverales es algo evidente para todo aquel que los haya conocido. Evidentemente, sus miembros y adeptos no pensarán asi, ya que, en ese caso, no serían ni miembros ni adeptos.

No será la manipulación neoprimaveral de las mentalidades de sus adeptos la que acabe con el suicidio demográfico de occidente.

Será la lucha contra cualquier tipo de manipulación de las mentalidades la que permitirá ver, al menos a las personas nominalmente católicas, la bondad y la necesidad de las familias numerosas. Tan numerosas cuanto provea la Divina Providencia secundada por la voluntad, la memoria y el entendimiento rectamente formados de los esposos.

Ésta es una lucha por la mente de las personas. Hay dos bandos. En uno se admite su manipulación. En otro no.

Es hora de enseñar al mundo "Libertas praestantissimum" de León XIII, y de abandonar las paternidades "responsables" en favor de las paternidades "generosas".

Anónimo dijo...

“Con respecto al acto conyugal, los esposos son libres de escoger la hora que quieran para ejercer sus derechos maritales o, también, para abstenerse por consentimiento mutuo. Así, no están obligados a realizar este acto únicamente durante el periodo fértil ni a abstenerse durante el periodo estéril.

“Dios ha dotado la naturaleza de la mujer con ambos períodos. Limitar deliberadamente las relaciones conyugales exclusivamente a los períodos estériles para evitar la concepción (i.e., practicar la continencia o el ritmo periódicos) es, según el consenso de los teálogos, moralmente lícito en la práctica si hay consentimiento mutuo, una razón suficiente y las debidas protecciones contra los peligros concurrentes. También es enseñanza común que esta práctica de limitacián familiar, sin una razón buena y suficiente, supone un grado de culpa moral. Esta culpa sin duda podría ser mortal si se obra una seria injusticia o si existe grave peligro de incontinencia, divorcio, seria discordia familiar, etc.”

http://www.cmri.org/span-03-nfp.html

Anónimo dijo...

¿¿¿Esta culpa sin duda podría ser mortal si se obra una seria injusticia o si existe grave peligro de incontinencia...???

¿Qué es eso de "si existe grave peligro de incontinencia"? Vamos, que si el marido es un animal incapaz de continencia, ¿hay que darle el débito sí o sí, aunque la mujer tenga motivos para negarlo o retrasarlo o posponerlo, "no se vaya a ir de putas" que es peor?

Pues que se contenga, o que peque, pero peca él, nadie le pone en "grave peligro de incontinencia" más que él mismo...

Anónimo dijo...

Continencia ( que puede incluir métodos naturales ) o familia numerosa. Así de claro. De acuerdo en que no debemos excluir la razón, pues no somos animales, pero la continencia no la excluye. A veces da la impresión de que los métodos naturales se utilizan como trampa anticoncepcionista.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Insisto, hay que distinguir dos problemas, sin duda relacionados, pero que no son idénticos. Uno es el de la moral conyugal de cara al ejercicio de la sexualidad, y los principios del voluntario moral aplicados a la paternidad. Otro, el problema demográfico. No vale decir que este ultimo debe definir el primero. Seria tan ridículo como afirmar que la disminución de población vuelve ilícito el celibato

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: para REDACCION. No han podido escoger una imagen peor para ilustrar este post. La moderna parejita neomaltusiana.

Anónimo dijo...

AnónimA de 13:18.
No crea.
Hay algunos que no lo podemos manejar.
No todos los hombres son igual de calentones.

Anónimo dijo...

Yo estoy convencido que si fuí creado como lo fuí, tengo excusas que hombres más serenos no tienen. A mí me cuesta más que a ellos.
Por ello mis pecados en ese orden no pasan de veniales.

Anónimo dijo...

Pedro Hispano,
Lo peor de la foto es la camisa rosa en un varón.
Eso es homsexualismo inadvertido que tarde o temprano sale de su letargo hétero.

Cátulo.

Anónimo dijo...

A los que no pueden contenerse, repito:

Pues que se contenga, o que peque, pero peca él, nadie le pone en "grave peligro de incontinencia" más que él mismo...

Walter E. Kurtz dijo...

Al Anónimo del 3 de agosto de 2011 a las 12:20 que, además de incontinente confeso y orgulloso, tiene línea directa con Dios para saber lo que El quiere, ¿me puede escribir a mi mail que tengo muchas preguntas para hacerle a Dios? Gracias.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo.
Mi mujer sabe que mi capacidad de continencia no es superior a 48 horas. Y lo sabe bien.
Pasan los años y sigo como un veinteañero. O mejor, sospecho.
Por ello, accede o me voy por ahí a la búsqueda de soluciones varias.
Siendo que a ella no le cuesta nada (no le pido malabares) y que mi búsqueda sería pecado (ya dije que solo venial), DEBE evitar el pecado de su prójimo, en este caso marido.
Las tradicionalistas lo entienden.
Saben que sus obligaciones de estado se enfocan fundamentalmente en la cocina y en evitar la incontinencia fuera del lecho matrimonial de su maridio.
Eso de mujeres estudiando filosofía es modernoso y papelonero.
Si una mujer sabe filosofía debería disimularlo para mantener una imagen de femenidad aceptable.

Anónimo dijo...

Anónimo de las 14.02, ¿No probo con ir al médico?

Anónimo dijo...

Anónimo de las 14.02, ¿No probo con ir al médico?

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...al médico psiquiatra...

Pedro Romano II dijo...

Anónimo de las 14.02, ¿no probó con la cura de Orígenes?

SP5 dijo...

Falso, las mujeres también son estupendas porristas. Actualícese.

Anónimo dijo...

Si la familia numerosa fuera obligatoria la Sagrada Familia no habría tenido un único hijo.

Anónimo dijo...

El anónimo incontinente es un troll,o miente, o es un enfermo (grave), sus esposa le huye, como es lógico, y, en todo caso, es un pecador lujurioso. ¿qué tendrá que ves su babosa lujuria con la procreación? Ande y vaya a hablar de su pornoenfermedad a un sitio menos decente que este.

Anónimo dijo...

Redacción: haga favor de borrar a los infobleeps-trolls que tratan de reventarles su blog. Y que son como la perra del hortelano: ni tragan ni dejan tragar. Al que no aporte alguna discusión constructiva, a volar.

Redacción dijo...

Anónimo de 3/8/11 12.59

Este blog no es sedevacantista.

La cita que Vd. trae es del "obispo" Mark Pivarunas en cuyo pasado es mejor no meternos a hurgar, como tampoco lo es el averiguar de su sectucha CMRI.

Redacción dijo...

ADVERTENCIA:

Si bien hasta el momento hemos hecho la vista gorda con ciertos comentarios irrespetuosos, a partir de ahora seremos mucho más estrictos. Así que friki-tradis, trolls o simples infradotados abstenerse de comentar si no pueden aportar algo al debate.

Por supuesto que se seguirán permitiendo los lances dialécticos habituales que se suelen dar en este tipo de blogs, hipérboles o metáforas floridas, siempre que se conserve el decoro que se espera en damas y caballeros cristianos.

La Redacción

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Una mujer os dice:

Tenéis un grave problema de misoginia los tradis, eh...

Esos desprecios a la mujer, in genere, son algo enfermizo, no le pasarían por alto a ningún psiquiatra.

La amargura que destiláis, el reguero de tristeza que vais dejando en cada línea que escribís, ¿se deben a eso?, ¿a la constatación fehaciente de que no somos ni máquinas de parir, ni objetos para usar y tirar, ni fregonas o esclavas que os laven los calzones y, en cambio, además de dar la vida, también os aventajamos en todo lo demás?

¿Habrá algo más "chillón" que un tradi echando espuma por la boca y chispas por los ojos amarilleados de ira, a causa de una rúbrica de más o de menos?; ¿algo más sombrío y triste que un tradi dolorido ante una mujer inteligente que, además, no vive dominada por las pasiones que a él sí le esclavizan?

Os atormenta que Dios no haya creado el mundo a vuestra imagen sino a la Suya: la mitad de la humanidad es mujer, Nuestra Señora es mujer, miles de santas son mujeres, y vosotro sois sólo...varoncitos amargados porque os gustan las mujeres más que a un tonto los caramelos y os mortifica admitir que son mucho más que el objeto de vuestra amargura.

Anónimo dijo...

Anónima feminista (¿Yolanda?): Tómate un tilo.

Y, luego, tengo camisas para planchar y platos para lavar.

-- Un admirador

Anónimo dijo...

Maldito casuismo moral!!!
Mil veces maldito.
Sólo necesitan conocer el ppio mis amigos, ahí les va, prepárense, listos?:
"Los que libre, generosa y responsablemente se puedan tener".
Para el resto: PRUDENCIA.
Dejen de agregar preceptos y decir que éso es La Moral Católica!!!

Dummy, the abstinent rabbit.

PS:Estimada redacción: Espero no haber escandalizado a nadie al hablar en la misma oración de Prudencia y Principios, no es protestantismo, os aseguro!

Redacción dijo...

Dummy:

Tiene Vd. capacidad de síntesis.

Garro dijo...

Excelente aporte redacción, muy mesurado el articulo y conforme a la doctrina católica. Solo una pregunta
¿El practicar indefinidamente el metodo natural no sería una especie de onanismo?