jueves, 10 de mayo de 2012

¿Cómo tarar a un niñ@?


¿Cómo tarar a un niñ@?
Por Damián Ruiz

Estimados amig@s:
Hoy vamos a mostrar algunos preceptos, imprescindibles y necesarios, para conseguir tarar un niñ@. Todos sabemos que es condición sine qua non para poder finiquitar, de una vez por todas, nuestra civilización y en pocos años.
La tara de niños viene practicándose desde hace ya algún tiempo y con gran habilidad por parte de la progresía, especialmente en su corriente pedagógica aplicada en el modelo escolar.
Conseguir tarar un niñ@ en edad temprana es indispensable para que posteriormente sea un fracasado escolar o social, alcohólico o drogadicto. Además es ineludible para que sea incapaz de sostener cualquier estructura de responsabilidad familiar o de pareja con un mínimo de perseverancia.
He aquí los puntos básicos para una buena tara:
1. No poner límites. El niño debe vivir como un mono sin más ataduras que las que estos tienen en un parque zoológico. Debes entender que cualquier capricho del niño debe ser inmediatamente satisfecho y cualquier reproche debidamente atendido.
2. Convertirse en su esclavo. El niño debe saber desde edad temprana que tú estás a su servicio y que sus deseos son órdenes.
3. Retirar a los abuelos para que no molesten. Sabido es que los abuelos a edad avanzada son competencia directa de los infantes. -Pueden llegar a pelearse por el mismo cacharro-. Y dado que los abuelos ya han hecho su servicio, y de no poder quedarse al cargo de los niños, lo lógico es ponerlos en algún geriátrico al que nunca se debe llevar al niño, dado que estos deben permanecer en su mundo Disney sin fisura alguna.
4. Enseñarle a despreciar su civilización. Esto es requisito fundamental. Debes hablarle todo lo mal que puedas de la historia de tu país o de tu cultura. Debes conseguir que el niño entre pronto en un estado neurótico, de tal modo que le repela toda la arrogancia y conquistas de su nación. Esto solo es válido para europeos. Si algún día te pregunta cómo se consiguió este nivel de civilización en nuestro continente debes tirar balones fuera no sea que empiece a sentir orgullo de nuestra historia y dé al traste con tus intenciones.
5. El cristianismo es malo. El Papa, los curas, la Iglesia Católica deben convertirse, sin duda, en la peste negra particular de la criatura. Debes procurar que “en apareciendo” el Papa por televisión salga despavorido a esconderse tras cualquier mueble de la casa.
6. Elogio del multiculturalismo. El mismo desprecio que debes enseñarle a sentir por el cristianismo debes convertirlo en amor por las otras culturas, especialmente por aquellas que representen valores medievales de los que tú, aún sin haberlos vivido directamente, te sientes tan exóticamente atraído.
7. Defensa de la tolerancia. Todo aquello que esté en contra de la propia cultura o de la propia tradición no solo debe ser tolerado sino exaltado y promulgado. Es absolutamente necesario que le convenzas de la necesidad de combatir lo propio al tiempo que defiende lo ajeno.
8. Conversación infinita. No debes utilizar jamás la palabra “no”. Aunque el niño tenga tres años debes convencerle mediante la razón de lo inadecuado de sus actos. Por ejemplo si antes de comer quiere un helado, no se te ocurra decirle que no. Lo adecuado es buscar en la wikipedia o en una enciclopedia nutricional los argumentos alimentarios que le convenzan de que eso no es bueno para su salud. En caso de que no logres que entre en razón debes ceder ante su demanda.
9. En caso de conflicto matrimonial chilla delante de @l. No hay nada mejor para un crío que oír a sus padres dar berridos como si estuvieran a punto de asesinarse mutuamente. Si lo repites cada día conseguirás que su sistema nervioso se altere tanto que no hará falta mucho más para cumplir el objetivo deseado.
10. Conviértele en el centro de atención total. Imagina que captas que el niño está a punto de tirarse un pedo. Aunque estéis en una reunión de adultos y hablando de temas interesantes debes hacer callar a todos con el fin de que atiendan y escuchen la flatulencia con la debida compostura y admiración. Posteriormente un aplauso generalizado es lo mejor que puede ocurrir.
11. Peléate por no quedártelo un fin de semana. Si estás separado procura hacer lo imposible para no tenerlo contigo cuando te corresponda. Negocia a gritos con tu ex, déjaselos a tu madre, o mételos en un centro de colonias de fin de semana. Cualquier cosa para no estar con @l.
12. Si estás divorciado/a procura hablar muy mal de su madre o padre, así como de su familia. Hazlo con continuidad y perseverancia, procurando que le acabe odiando. Eso le garantiza un grado de inestabilidad considerable.
13. Conviértelo en tu confidente. No importa que tenga seis o siete años, hazle partícipe de todos tus problemas, explícaselos detalladamente, consigue que te comprenda.
14. Incúlcale valores laxos. Procura hacerle tan débil que en caso de invasión (reglada o no) lo único que pueda hacer es sonreír y adaptarse ante los invasores.
15. Fomenta la igualdad-promiscuidad sexual. Especialmente si es una adolescente y tú eres feministo/a procura que se descarrile todo lo que pueda, eso sí, con condón. Usa el activismo político-ideológico para que rompa con la tradición machista del “ser cortejada”. Procura, a través de tus enseñanzas, que no pierda la oportunidad de tener sexo con todo varón que se le ponga por delante. Llegará liberadita al matrimonio, y el matrimonio durará tres años. Con lo cual la desestabilización se perpetuará en las próximas generaciones.
Queridos amig@s estos puntos, que van calando cada vez más en nuestra maravillosa sociedad, son indispensables para desestructurar la mente de un niño o mejor dicho para tararlo.
Si todavía no se ha apuntado a la moda impuesta en las últimas dos décadas, no pierda la oportunidad de hacerlo, no vaya a ser que su hijo o hija se convierta en una persona sensata, madura, responsable y con una clara identidad cultural. Tárelo antes de que se quede desubicado socialmente.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

"Retirar a los abuelos para que no molesten"

Muchos abuelos se niegan a "educar" a sus nietos según la voluntad de sus progenitores. Para eso, dicen, ya están los padres de los niños, a los que ellos mismos han educado. Y el resultado, a la vista está, no es tan malo. A fin de cuentas, esos hijos a los que han educado han sido capaces de convertirse en adultos responsables, encontrar trabajo y pareja, casarse, formar una familia y tener descendencia.

Para ellos, su misión consiste en "disfrutar" de sus nietos y, conocedores de las debilidades de sus hijos a esa misma edad, "desconfiar" de las capacidades pedagógico- educativo- displinares de unos hijos a los que siempre seguirán viendo como tales.

Por eso, los abuelitos y los yayos, en el piso de arriba y en el de abajo, bien cerca para poderlos cuidar y disfrutar. Pero los hijos pequeños, siempre en casa con los papás.

Abuelitos y nietos juntos sólo de visita, siempre bajo estricta supervisión parental.

El enano saltarín.

Anónimo dijo...

Añadiría:
Póngalo a ver televisión desde los dos años sin parar, si lo anterior no ha logrado noquearlo, esto último superará todos los obstáculos
Salo

Miles Dei dijo...

Como padre os lo puedo asegurar, una de las cosas más difíciles en esta vida es la educación de los hijos. Como decía la canción de Louis Armstron: necesitan tanto y uno nunca sabe.

El mundo de hoy no hace sino complicar esta tarea en grado sumo. No lucha ya uno contra los desórdenes de la concupiscencia (la propia y la del niño) y contra el reato del pecado original, sino que lucha ya contra voluntades ajenas que tratan de someter al niño a una dictadura que se siente muy en el ambiente por encima de la educación paterna. ¡Ojalçá fuera un problema sólo de los abuelos y de la distancia familiar con los ancianos! Sólo el colegio, que debía ser un instrumento de ayuda en forma de escuela católica es un instrumento de tortura para un padre concienciado y cuando es en forma de escuela católica, más todavía. Luego las amistades (no tanto del niño, sino de los padres) y los familiares, etc.

En fin, que el tema lo veo peor y más llenos de malabarismos que el de la FSSPX con la Santa Sede.

Miles Dei dijo...

Eso sí, si quieres tarar al hijo de un neocón ponle a leer el último libro de Gherardini, puede que al final sean los padres los tarados.

Anónimo dijo...

Nada tararía más a un chico que infiltrarlo de la sensiblería litúrgica kika. Cuando el pibe llega a aprender las canciones, listo, ya está.