La Nostra Aetate no es vinculante, dice
el Card. Bradmüller
Por ANDREA TORNIELLI
"El Concilio Ecuménico Vaticano II no puede considerarse como
aislado, sino que debe leerse en su contexto histórico. Usted no puede
interpretarlo aparte de lo que lo ha precedido...". El Cardenal Walter
Brandmüller, historiador de la iglesia, así comenzó la Conferencia de prensa de
presentación del libro "Las Claves" del Papa Benedicto XVI en el
Vaticano II, un folleto escrito junto con el arzobispo Agostino Marchetto y el
teólogo don Nicola Bux, que pretende presentar el evento religioso más
importante del siglo XX segun la "hermenéutica de la continuidad de la
reforma» propuesto por el Papa Ratzinger.
La presentación tuvo lugar ayer en la Radio del Vaticano y fue moderada
por el padre Federico Lombardi, Director de la Oficina de Prensa de la Santa
Sede. "Si un teólogo, para interpretar el Concilio Vaticano II, se limita
sólo a los documentos, sin tener en cuenta el contexto histórico, podría no
hacerlo correctamente", agrega Brandmüller, ya que son textos destinados
para la Iglesia y el mundo en el momento de su formulación. Según el Cardenal
alemán, ex Presidente de la Comisión Pontificia de las Ciencias Históricas, el
enfoque histórico teológico permite preservar al Vaticano II de una
ideologización.
Brandmüller respondió a una pregunta sobre el diálogo de la Santa Sede
con la Fraternidad San Pío X: "justamente la lectura del Concilio está en
la base de la fractura con los lefebvrianos". Y explicó que se debe
"tener en cuenta el carácter canónico diferente de los documentos
conciliares". "Hay una gran diferencia -el cardenal continuó- entre
las constituciones conciliares y declaraciones, como 'Dignitatis Humanae' sobre
la libertad religiosa, que no tienen un contenido doctrinal vinculante. Debe
tomarse en serio, como una expresión del magisterio vivo, pero sin obligar a
toda la Iglesia a aceptar el texto con el que se expresan ". Brandmüller
también admitió que algunos textos conciliares fueron superados por su
demasiado optimismo.
El Arzobispo Marchetto, diplomático, ex Secretario del Consejo
Pontificio para los Inmigrantes de la Santa Sede, pero también historiador de
la Iglesia y estudioso del Concilio, destacó la continuidad del Concilio
Vaticano II con los Concilios que le precedieron, explicando que las
"claves de lectura que Benedicto XVI propone en el libro son de
hermenéutica correcta y de fe". El arzobispo dijo que los documentos del Concilio
Vaticano II "han sido descontextualizados respecto a la Tradición,
destacando la renovación y olvidando los elementos de continuidad. Así se
transformó el Concilio en un super-dogma,
como ha dicho el entonces Cardenal Ratzinger a un grupo de
obispos".
Marchetto hizo ver que muchas lecturas
del Vaticano II han pasado por alto la cuestión del consenso, fruto del
contraste y la comunión entre los padres. Fue particularmente importante el
papel desempeñado, en este sentido, por el Papa Pablo VI, quien intervino
varias veces para asegurarse de que los documentos conciliares se aprobaran
casi por unanimidad. «El consenso y el compromiso como un punto de equilibrio y
síntesis, sobre cuestiones relacionadas con la doctrina preliminar, era
importante. Y las nuevas adquisiciones -destacó- no son inmutables en sí».
El Arzobispo, respondiendo a una
pregunta acerca de las lefebvristas y sus críticas a algunos documentos
conciliares, reafirmó el valor de los textos del Vaticano II y añadió:
"aquellos que se oponen a las posiciones expresadas por el Concilio, aún
permanecen dentro de la iglesia. El diálogo con el lefebvrismo debe tener en
cuenta lo que hoy es la realidad de la iglesia". Una referencia al
disgusto de los progresistas. Marchetto sin embargo ha reiterado que la
Fraternidad San Pío X, para estar en plena comunión con Roma, debe aceptar el
Concilio en su totalidad, aunque esto no significa que no se puedan discutir
fórmulas individuales de documentos individuales.
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3 comentarios:
Yo no se si peco de demasiado simplista, pero ahí está el quid para arreglar con la FSSPX.
No se por qué Diablos se oponen tantos de la FSSPX a un acuerdo, si en el peor de los casos, es decir si verificase la temida trampa que sospechan, se pueden volver a abrir.
El verdadero milagro es que Roma les ofrezca un acuerdo sin tener que quemar incienso al VII.
No veo por ningún lado que la noticia sea publicada con los vecinos infocatolicos... mejor esperaré sentado...
El cambio generacional va imponiendo la razón.
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