Un lector de nuestra bitácora nos comentaba con cierto disgusto sobre el
tono crítico presente en muchas de nuestras entradas. Y tiene razón: nuestra
bitácora es crítica, cosa que a unos gusta y a otros desagrada. La crítica
legítima, para nosotros, debe ser el fruto de tres disposiciones fundamentales:
- Realismo. La realidad, por dura que sea, está antes que nuestras
percepciones y buenos deseos.
- Falibilismo. Nuestras opiniones pueden estar equivocadas y nuestros
argumentos son contrastables.
- Meliorismo. Estamos dispuestos a rectificar cualquier opinión
que se demuestre errónea y abiertos a toda sugerencia que nos ayude a mejorar.
Debemos aclararar que en el ejercicio de la crítica tratamos de cultivar
un hábito de pensamiento riguroso. No nos interesa el espíritu de contradicción
por sí mismo; tampoco configurar una identidad como la simple negación de otras,
ni buscamos satisfacer deseos de revancha. Aunque somos caóticos, tratamos de poner en práctica nuestros objetivos iniciales:
expresar una posición legítima, ejercitar un derecho de rectificación, criticar
posturas divergentes y tratar con mayor libertad temas que en otros sitios no
se tocan.
Seguramente nos falta crecer mucho en las tres actitudes
fundamentales. Tal vez no hayamos conseguido los objetivos propuestos. Blogueros
impecables son los que nunca escribieron.
Aprovechamos esta entrada para compartir un buen texto sobre la función de la crítica.
Demás está decir que el sentido del término
crítica aquí utilizado no se asimila al utilizado en el lenguaje cotidiano —con
frecuencia también en el periodístico— como sinónimo "opugnación" o
"evaluación negativa" sino
que se lo concibe con un sentido análogo a cuando hablamos de "crítica
literaria" o “crítica de un concierto”; e.d. una evaluación, un examen,
que puede ser positivo o negativo.Con todo, en sus mismos orígenes históricos,
el uso y difusión del término crítica es utilizado como arma de descrédito; así
una buena parte de los pensadores del Iluminismo francés y de la Aufklarung alemana,
comenzando por el mismo Kant, con todo su sentido dominante en la actualidad
puede adscribirse a todo pensamiento "no-ingenuo", y que Eddington
vincula al creciente proceso de
desvulgarización del conocimiento en la historia humana.
Crítica sería, por lo tanto, un comportamiento
específico de nuestro entendimiento por
el que somete un juicio a una prueba de validez, con instrumentos considerados
válidos en un momento dado. Eisler lo
define como el arte de la apreciación, como la operación del espíritu que permite
distinguir lo verdadero de lo falso, lo valioso de lo que no es valioso. Cada
ciencia y cada disciplina científica progresan en la medida en que afinan
instrumentos metodológicos y críticos para avanzar a partir de la experiencia
del error; por otra parte, se plantea un interrogante ulterior, cual es el
relativo a los medios de control de la validez del instrumento de la crítica.
En otros términos, la "crítica de la crítica", e.d. el problema de
los controles de la crítica.
¿Cómo se logra un equilibrado "espíritu crítico"...? En la ciencia sucede algo análogo a lo que
acontece en el desarrollo paulatino de toda persona: el niño va internalizando
verdades (sistema de representaciones, de fines y de valores) y
comportamientos, a partir de una percepción elemental de certezas sustentadas
por la madre, el padre y el medio familiar; a medida que va adquiriendo capacidad
propia de juicio, irá insensiblemente sometiendo a ciertas pruebas de validez
los sistemas recibidos. De hecho está ejerciendo una crítica a lo recibido; en
la medida en que dichas pautas coincidan con lo que su experiencia y su
reflexión le va mostrando, reafirmará dichos sistemas y comportamientos, pero
ya no por fuerza de la "autoridad" de quien se lo inculcó, sino por
propio convencimiento. Su sistema de certezas será talvez el mismo; pero la
razón de la certeza será distinta.En los que se inician en la aventura de la
ciencia sucede algo semejante: la autoridad
de quien le explica el mundo o uno de los sistemas o subsistemas del mundo
real, hace que se acepten sin mayor dificultad teorías explicativas del mundo
real, sobre todo, porque en un primer momento no se poseen aún suficientes
elementos de juicio como para poder evaluar el sistema de proposiciones. Pero
a medida que el entendimiento se pertrecha con nuevas categorías explicativas,
está en condiciones de contrastar teorías, paradigmas, proposiciones, y
generar así capacidad propia de juicio.
Esto, en ciencia, sólo es posible cuando existe una eficaz
voluntad de conocer y de buscar la verdad; de darse dicha voluntad eficaz (e insisto: voluntad eficaz) el
individuo —y el docente, a fortiori—
hará el esfuerzo por ampliar los
horizontes de sus conocimientos, contrastando críticamente planteos, teorías,
escuelas, argumentaciones. Se explica, entonces, que sea una tradición en
las universidades de algunos países (v.g. Alemania) el que el estudiante
universitario haga su carrera en por lo menos dos o tres universidades
distintas con el fin de que aprenda a oír campanas diversas; siempre, sobre el
supuesto de que existe una auténtica búsqueda de la verdad.
Tomado de:
Brie, R. Los hábitos del pensamiento riguroso. Ed. del Viejo Aljibe, Bs. As., 2000, p. 38 y ss.
Tomado de:
Brie, R. Los hábitos del pensamiento riguroso. Ed. del Viejo Aljibe, Bs. As., 2000, p. 38 y ss.
10 comentarios:
Y aquí habría que recordar al viejo Chesterton, una vez más:
La imparcialidad es un pomposo nombre para lo que en realidad sólo es ignorancia; y la ignorancia no es más que un elegante nombre para lo que en realidad es sólo una supina indiferencia.
Hablando de críticas, he aquí un texto que no habla muy bien del card. Seper, y que permite entender por qué mons. Lefebvre nunca tuvo posibilidad alguna de ser escuchado:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=21229
Vaya tropa. Y estos eran los "conservadores" (porque se supone que el card. Seper era conservador).
Cougar
Un poco subidita de tono la mafaldita esa; señorita espere a ser mas grande y criticar con fundamento. Mientras tanto tómese la sopa sin chistar... jajaa
Con todo respeto, se olvido, de un pequeño detalle, que no tiene vuelta atràs, pues una vez echo el daño ya no se puede solucionar ¡EL ESCANDALO! que los blogeros olvidan cae en el quinto mandamiento. Pero claro, eso sòlo lo sabrà cuando este delante del tribunal. Y recuerde que en cualquier pecado, primero se ofende a Dios. A quien normalmente se dice fender con la verdad. Que contradicciòn ¿No le parece? Medìtelo.
El escándalo en la situación actual de la Iglesia sería no decir nada.
Anónimo 19:04:
http://caminante-wanderer.blogspot.com.es/2009/05/confesion-desesperada.html
Más escándalo es lo que están haciendo con la Iglesia, anónimo de las 19:04.
Claro, y el Anónimo de las 19:04, no sólo pretende conocer nuestras intenciones sino también la mente de Dios.
La presunción, la temeridad, el tentar a Dios también son pecados, estimado.
"..pues una vez echo el daño ya no se puede solucionar...."
ya lo creo anónimo que es asi, sobre todo el daño que le hicieron P VI JP II y J XIII.
Si lo sabré yo.
y sino vean este título: CONOCIENDO AL ENEMIGO en catapulta, si esto no es herencia juanpablista ¿que es?
Daño en estado puro.
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