miércoles, 9 de abril de 2014

CONSPIRACIONES, MODERNIDAD, POSTMODERNIDAD Y PREMODERNIDAD

Acabo de leer el excelente libro Amos del Mundo, del periodista, ensayista y traductor español Juan Carlos Castillón (arriba, imagen de la portada) que resulta bastante esclarecedor para nuestros actuales tiempos en los que han adquirido gran popularidad las tesis de la Conspiración, simplemente, tras la desaparición famosa del avión de Malasia Airlines a inicios de marzo de este año, ahora se maneja en forma viral por el Internet la idea de que el avión fue de algún modo derribado para beneficiar al banquero inglés de ascendencia judía Simón Rotschild, a quien además, se le enjareta ser el propietario de las Bancas Centrales de todo el mundo con excepción de 9, mismos que curiosamente resultan ser los países contrarios a los intereses norteamericanos: Rusia, Cuba, Venezuela, Corea del Norte, China, Irán, Siria y algún otro; la verdad, revisando el marco jurídico y la forma en que funciona la banca central en nuestro país, el Banco de México, no encuentro la manera en que un banquero británico de ya muy lejanos ancestros hebreos, si es que alguna vez los tuvo y no es descendiente de kházaros conversos en el siglo VIII, y hoy más anglosajón que nada tras una sucesión inveterada de matrimonios con aristócratas de dicha etnia y totalmente secularizado, y cuya familia fue dueña de empresas que en el siglo XIX fueron muy poderosas, pero que hoy no aparece en los primeros lugares de la lista Forbes, sea el verdadero dueño de un organismo constitucional autónomo que es parte de nuestro inmenso sector público ni que éste tenga deudas personales con ese señor o su familia, como si fuera a pedírsele dinero a Don Simón el tendero de la esquina y agiotista de afición.
 Aunque no se pueda estar al 100% de acuerdo con las ideas vertidas por Castillón en su obra, --por ejemplo, en considerar a la Masonería como algo inocuo, casi inocente, o el tener una óptica demasiado optimista sobre la Modernidad, un gran desprecio por la Religión o una fascinación exacerbada por EUA y sus modelos políticos y económicos, algo por cierto muy común en cierta "Derecha" española como la representada por José María Aznar-- tiene puntos muy interesantes y certeros: para empezar, que muchos de los cambios que vemos al día de hoy o muchas situaciones que vienen definiendo al mundo desde 1789 a la fecha no surgieron de secretos conciliábulos en oscuros escondrijos, sino se originaron de procesos históricos complejos y de situaciones sociales que orillaron a la aplicación de determinadas doctrinas políticas o filosóficas en las que se buscó una solución; muchas veces, el efecto o la consecuencia de ello escapó a todo control y superó las expectativas deseadas.
Es evidente que existen lobbies o hay personajes que pueden tener influencia, pero, como el mismo autor lo describe, el conspiranóico le atribuye a esos grupos de presión, o a tal o cual personaje, una infalibilidad y una permanencia de siglos, una unanimidad increíble y una buena fortuna que evita que siquiera el simple azar trastoque los planes ideados, más aparte, pone el dedo en uno de los puntos más débiles de las tesis conspiranóicas: los acusados siempre son los mismos: los Judíos, los Masones, los Iluminati, --pese a pruebas de que su fundador Adam Weisphaut murió reconciliado con la Iglesia-- los Banqueros ingleses, los Jesuitas... y a todos ellos, Castillón los coloca dentro del mismo saco: fueron grupos que, o se beneficiaron de la Modernidad, como en el caso de los Judíos, que salieron de los guetos para convertirse en financieros, científicos o activos participantes en política, aprovechando la igualdad con independencia de credos decretada por la Revolución y las Constituciones, o sus promotores, como en el caso de la Compañía de Jesús, que abonó al desarrollo de la Educación y la Ciencia que desembocó en la Revolución Industrial. Esto provoca que, por ejemplo en América Latina, o México en específico, exista cierto prejuicio antijudío ("antisemitismo" es una incorrección) --recordemos los paranóicos libros de Salvador Borrego-- pese a que, en el caso de nuestro país, sean los Libaneses, encabezados por Carlos Slim Helú la comunidad de inmigrantes que prácticamente se han adueñado del mundo de las empresas y las finanzas y los Judíos constituyan una minoría marginal, situada más dentro de las clases medias y muy integrada a la cultura nacional.
En mucho, la idea de la conspiración surge de aquellos que no fueron beneficiados por la Modernidad o de plano, perjudicados directamente por ella y que no supieron aprovecharla, en mis navegaciones por las redes sociales, encuentro mucho de esto en los Argentinos, por ejemplo, quienes no encuentran una explicación para entender porqué hacia 1900 eran la quinta economía del mundo y hoy son un país que no puede salir del subdesarrollo y la permanente crisis económica; sobre sus desgracias, es muy común entre ellos el culpar a una megaconspiración Anglo-judeo-masónica, que se evidencia sobre todo en la situación de las Islas Malvinas, y se atribuyen a Churchill citas en que se refería a la necesidad de pararle los pies al país sudamericano antes de que se convirtiera en una Superpotencia (!), si hay pruebas del tan comentado ego argentino que es objeto de chistes y burlas, eso son las tesis conspiratorias que se esgrimen como justificación para el tercermundismo rioplatense en el que los chés se describen como desgraciadas víctimas de la envidia del mundo, lo que pasa por alto que los gobiernos argentinos fueron muy indolentes para industrializar el país, al que creyeron capaz de sostener dedicados a meras actividades primarias como la agricultura, la ganadería y las minas, la enorme corrupción desatada en su clase política, y el colmo de todo ello que fueron los gobiernos de Juan Domingo Perón, quien con su demagogia y populismo mató el desarrollo que hasta su llegada al poder había mantenido el país de las pampas (y quien, sin embargo, sigue siendo venerado por la enorme mayoría de los argentinos de cualquier signo político), para después pasar por Dictaduras Militares que pese a su retórica conservadora y patriotera no fueron más que verdaderas pandillas delincuenciales que saquearon al país sin cumplir con una labor constructiva como sí hicieron Franco en España y Pinochet en Chile.
Sin embargo, todo esto refleja que en los tiempos actuales existe una gran inconformidad con la Modernidad y sus consecuencias: desigualdad, degradación ambiental, deshumanización, Estados burocráticos gigantes y costosos y una infelicidad galopante. No en balde tenemos en los terrenos literarios, además de las tesis conspiranóicas, el gran éxito que está teniendo el género fantástico: desde Harry Potter o Percy Jackson a obras de mucho mayor calidad como la saga de Eragon o sobre todo la Canción de Fuego y Hielo de George R.R. Martin, o el renovado interés en las obras de Tolkien o de C.S. Lewis, o en la música popular el éxito del Rock pesado fusionado con música medieval o sinfónica, las versiones fílmicas o televisivas de esas historias que nos conectan directamente con visiones medievales o la nostalgia de la Civilización Clásica como es el repunte del Péplum que se ha dado desde Gladiador hace 14 años y que hoy se mantiene en las pantallas con 300 y su secuela.
Entre tanto, la Ciencia Ficción, género que surgió en el siglo XIX en medio de la Revolución Industrial de la mano de Mary Shelley y Julio Verne, con una visión optimista del futuro y de los avances técnicos y científicos, que llegó a su esplendor a mediados del siglo XX con Asimov, Dick, Bradbury o Clarke, se encuentra en cierta forma en decadencia, estancado ante la falta de nuevos y originales autores, y lo que se escribe en el género o se ve, sea en el cine, TV o videojuegos, es pesimista: un futuro apocalíptico, de miseria, de sometimiento o extinción de la raza humana, el surgimiento de dictaduras feroces, desigualdades y horrores: de los Juegos del Hambre a Elysium tenemos muestras claras de ello; es decir, existe una gran desconfianza hacia el futuro que la tecnología y la Ciencia, ambas hijas de la Modernidad, nos ofrecen, por el contrario, existe un gran deseo de regresar al pasado medieval, pre-moderno, a concepciones más humanas y espirituales o hasta al pensamiento mágico de los tiempos antiguos.
La Modernidad está en crisis; la gente ya está harta de ella, aunque no quiere desprenderse de sus "beneficios": la tecnología, la comunicación, la medicina, el acceso a los placeres, las frivolidades y los lujos, todo ello que nos ha hecho tener un nivel de vida mucho mayor al de épocas pretéritas, pero a un costo muy elevado como lo he dicho ya: simplemente, de pensar cuántos automóviles se producen al año en todo el mundo, y cuántos se han producido, pensemos, desde 1900, es de preguntarse en la cantidad de recursos naturales y humanos que han sido sobreexplotados para lograrlo y las consecuencias que ello tendrá; las transformaciones sociales y económicas han destrozado los tejidos más delicados de nuestra naturaleza: la familia y la identidad de las personas. Los daños serán enormes, mucho más allá de lo ecológico. La Modernidad Liberal: el Fin de la Historia proclamado por Fukuyama hace veinte años es una utopía, y todas las utopías terminan en tragedias; una expresión de esa utopía la encontramos en el inquietante filme Network de 1976, en el que se anuncia la tendencia hacia la Globalización:
Pero hoy, ante los acontecimientos de Ucrania parece que el mundo aguanta la respiración, Vladimir Putin parece estar gestando una Revolución Pre-Moderna, no lo hace, estoy seguro, por que haya sido iluminado en el camino de Damasco ni mucho menos por ser un santo; lo hace por el interés de Rusia y porque Rusia fue traicionada por la Modernidad, como dije en otro post, él tiene el potencial para ser un Pachacutec, alguien que "pondrá la Tierra de cabeza", o como dice Juan Manuel de Prada, para regresar al principio de la Historia. Como sea, es muy posible que estemos ante la gestación de otro mundo, al final, la Postmodernidad no será otra cosa más que el cumplimiento del ciclo del eterno retorno, del ouroboros hacia un punto inicial anterior al mundo moderno en el que hemos estado viviendo desde hace quinientos años; ¿cómo será? Quien sabe, lo más probable es que no tendrá nada que ver con las fantasías post-apocalípticas que tanto hemos visto.

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

PESRO HISPANO:pues este señor dirá lo que quiera pero caso como el de Gcia. Moreno (1821-1875) en Ecuador, Solano López (1827-1870) en Paraguay -y supongo que habrá muchos más casos- sí dan la impresión de que hubiera algún designio, plan o como quieran llamarlo para hundir cualquier intento de que levante cabeza un pais sudamericano.

Favila dijo...

El que metan a los jesuitas en las conspiraciones no tiene que ver con su modernismo sino precisamente con su tradicional contrarreformismo. Y es que de forma paralela a la escuela del Abate Barruel surge un conspiracionismo protestante mucho más paranoico que atribuye todos los males a los jesuitas y al Papa. Como casi todo el conspiracionismo actual viene de páginas de internet anglosajonas, los jesuitas están en todas las salsas.

Lo de Putin, aunque no pinta mal, es bastante dudoso. Y más viniendo de un autor que ha llegado a decir que Israel es el faro de Occidente.

Anónimo dijo...

Como descripción es bastante flaca, hay otras mucho mejores y más completas.
No creo eso del ciclo del eterno retorno... no hay ejemplos históricos. La historia es lineal, avanza hacia su fin, que no será el de Fukuyama. Será meta histórico.
O si quieren admito que no sea lineal, sino espiralada, pero avanzando hacia su fin. No hay retorno alguno.

Vladimir.

Favila dijo...

Perdón, lo del autor que afirmaba que Israel es el faro de Occidente iba referido a José Javier Esparza. Por error, creí que era él quien firmaba el artículo. Nada que objetar al bueno de Yorch, seguramente uno de los blogs más objetivos.

Anónimo dijo...

Este señor junto todo lo que se le cruzaba en la mente dentro de la mini pimer y.. salio el post, en fin, claramente lejos de mi agrado y en partes lejisimos de pensar similar.

ouroboros, really?

Anónimo dijo...

Pues sí, después de que una mujer ocupe el cargo de presidenta de USA, cuando el Papa haga la esperada visita a Rusia en unos años, empezará a revolverse todo en Europa pero de verdad (al estilo del Maidán) y empezarán a producirse los acontecimientos profetizados en Garabandal, el aviso, el milagro, el castigo.

Petronius Maximus dijo...

Un viejo profesor mío, en las épocas de mi secundaria, cuando uno decía una o varias gansadas, lo acusaba al ganso estar haciendo un "licuado de perros y bananas". Creo que aplica para el comentario que nos ha hecho perder tiempo y espacio en el blog.

Miguel Venegas dijo...

Acuario: La nueva era del mal, es un documental no católico pero bastante bien hecho, donde se puede ver doctrinas y pensamientos anti cristianos confluyendo. Recomiendo verlo. Está en youtube.
Atte. Miguel.