martes, 19 de abril de 2016

Anarco-tradicionalismo

Según el DRAE anarquía significa ausencia de poder público. Término del cual deriva anarquismo, que es la doctrina o el movimiento que postula la anarquía.
Este anarquismo puede darse al menos en dos ámbitos: uno, eclesial, en la Iglesia católica; otro, político, en el seno de un Estado. La posición anarquista puede ser especulativa, la cual postula la necesidad de prescindir del poder público; o bien práctica, que sin negar teóricamente la necesidad del poder, se comporta como si no existiera.
En el tradicionalismo católico el componente anarquista es práctico, porque si fuese especulativo dejaría de ser católico, ya que la Iglesia es una sociedad jerárquica. Este anarquismo práctico es efecto de diversas causas, pero habría que radicar su origen en cierto romanticismo difuso por el cual se desea como bueno para el grupo de pertenencia una exclusividad o clandestinidad que son signos de una identidad propia. Esta singularidad proporciona la inconfesada auto-complacencia de poseer una pureza radical, que en el fondo cede ante la tentación del fariseísmo: no ser como los demás, que se dejan gobernar por “esa” autoridad...
En el ámbito eclesial, el anarco-tradicionalismo suele ser fruto de un progresivo deslizamiento. El punto de partida es legítimo y en nuestra bitácora nos hemos ocupado de él muchas veces: la obediencia no es una virtud teologal, sino moral, que posee un justo medio; la “obediencia extrema” no es virtud, sino servilismo. La resistencia a la autoridad –en determinadas condiciones- es legítima e incluso a veces obligatoria. Pero en la pendiente que conduce al anarco-tradicionalismo se superan los límites de la resistencia, sin someterla a sus tradicionales  y estrictas condiciones, cayendo así en una actitud que se ha dado en llamar “resistencialista”, que abusa de la resistencia, puede caer en la desobediencia y en el verdadero cisma. Esta actitud “resistencialista” a veces pretende justificarse en una lectura sesgada de reflexiones como las de Newman sobre la conciencia, pero olvida un dato fundamental: la autoridad se ejerce en concreto mediante normas que mandan, prohíben o permiten. Por tanto, antes de obedecer -de manera inteligente- se debe analizar la moralidad de la conducta imperada por la autoridad. Y si la conducta no es mala, hay que ajustarse a la norma.
En entradas posteriores diremos algo sobre el anarco-tradicionalismo en el ámbito político.

37 comentarios:

Anónimo normando dijo...

Hay que leer muy tranquilamente "Entusiasmo" de Knox. Es un libro providencial, y que hace pensar.

Anónimo normando

barba azul dijo...

Lo que importa es el punto de vista político, pues en el eclesial, si se pueden salvar desde los sedevacantistas para abajo, poco me importa.

Desde lo político no puede dejarse de ver la historia de los últimos dos siglos y el presente.
Jamás olvidar este punto, que puede pasar como ciertos sanrafaelinos (que aunque no son "tradicionalistas", muestran bien a qué lleva la política posible hoy) o como otros bonaerenses que sí serían "tradicionalistas" y ahí los tiene...
Para muestra, le mandé dos botones.

Si quiere le mando más desde la historia, como por ejemplo la de católicos metidos en política, de si la historia muestra si acertaron o no y en otros casos si expresamente se arrepintieron o no (sobre este último caso: Blas Piñar y Castellani).
Sumamente interesantes los argumentos del primero. Recomiendo su lectura vivamente.
Piñar vio como la lógica de masas-democracia partidaria, aun dentro del catolicismo, era lógica publicitaria y a la hora de poner su voto en la urna, esos "católicos" se veían más inclinados a votar lo que propulsaba la propaganda del partido que más plata tenía. Desgarradora e inteligentísima reflexión (le confieso algo: si mañana se funda un partido "católico" antes de votarlo me mato, pero tal vez, si estuviese obligado a votar, entre la disyuntiva y pensando en mi bolsillo le pongo un voto a Cristina, que los católicos no van a ganar y si lo hiciesen, luego, no sabrían qué hacer y para peor tal vez nos vayan a fundir).

Si hablamos de un anarquismo violatorio de la ley, por más anárquico tradicionalista que se quiera ser (como es mi caso), lo cierto es que respeto las señales de tránsito porque si me hacen la multa y no la pago (como hacía antes), las debo pagar como tarde al momento de renovar el registro de conducir (el tecnócrata es listo para estas cosas).
Si quisiera violar la ley y robar (que nunca es lo que se nos ocurre hacer a los "anarco tradicionalistas"), me meterían preso por tres litros de leche... entonces no lo hago ni haría.
Los peajes los pago, también por lo de las multas.
Y después no tengo mucho más para violar... si no pago las patentes de los coches, después me las cobran con intereses al hacer las transferencias...

Lo que quiero decir es que el post está bien, pero trata sobre una situación que no se da, ni siquiera entre los anarco tradicionalistas, salvo en el hecho de no ir a votar y entonces todo vuelve a estar replegado al anarquismo político que promete para futuras entradas. Y digan lo que digan aquellas entradas futuras, volveríamos a la historia y al presente que le decía antes y los argumentos para llevarme a votar no terminan por ser contundentes (volvamos a lo de Blas Piñar).

Además hay otro tema con esto de lo político: si el sistema político es liberal, déjenme ir a votar si quiero como en otros países más liberalmente coherentes.
Una ley per se incoherente, no sé si será cadaver de ley como ha dicho el Doctor y por eso no hay que cumplirla, pero por lo menos podemos dejar de cumplirla por boba.
Acá hay otra cuestión llamativa si se mira desde lo que supuestamente sería anarquismo y lo que no y es lo siguiente: Si estamos en USA y no votamos por los mismos motivos que no lo hacemos acá, no sería anarquismo porque el voto no es obligatorio, pero aquí lo sería por el solo hecho de que es obligatorio y más allá de motivaciones bastante más serias...
Mire, no sé nada de cuestiones ius filosóficas, pero habría que ver que decía un tal Kelsen y los que se le han opuesto.

Anónimo dijo...

Pese a ser un lefe anti-acuerdista, yo comparto sus distinciones entre la resistencia válida y su otra cara, la que peca por exceso. Pero estimado Administrador... estamos hablando de hoy, cuando la autoridad es Francisco.

Otra virtud (fundamental para ejercitar la obediencia) es la Prudentia.
Es prudente poner en manos de este Papa el núcleo tradicional más importante de la iglesia?

J.R. dijo...

O sea que según barba azul todas las leyes serían para "meramente penales" (no confundir con derecho penal)?

Martin Ellingham dijo...

¿Era prudente poner en manos de Constantino a la Iglesia aceptando un edicto de tolerancia que no alcanzaba para hacer del catolicismo la religión del Imperio? ¿Es la parte más que el todo?

Anónimo dijo...

Pero estimado Doc. Martin, ustede que siente aversión por la sangre entenderá que el edicto de Constantino servía para que dejen de echar a los leones a los cristianos. En ése caso, se pasaba de un escalón inferior a uno superior, al menos en la lucha por la supervivencia física del rebaño.

Acá hablamos de otra cosa. Y no hace falta que le recuerde lo que Francisco ha hecho con los demás grupos tradicionales bajo su poder. Schmidberger dice que la Prelatura Personal protegería a la fraternidad de la persecución sufrida por los Franciscanos de la Inmaculada. Puede que sí, puede que no. Habría que ver. Es prudente?

Martin Ellingham dijo...

No sé por qué siento aversión por la sangre... Sí debo decir que me parece un error –que yo mismo padecí alguna vez- pensar que la persecución auto-provocada, aunque sea incruenta, es un testimonio virtuoso. Es la tentación ser un moja-orejas y creerse mártir. Pero esto no viene al caso ahora.

La analogía con Constantino no está fundada -me parece, porque se la tomo prestada a un amigo muy lúcido- tanto en la posición de los fieles como en las dudosas cualidades de quien en concreto ejercía el poder. Constantino no era un San Luis, el tipo no ofrecía muchas garantías, había razones serias para temer jugadas sucias… Pero la Iglesia no rechazó el edicto. Y la jugada salió bien.

No estoy en los zapatos de Fellay como para tomar la decisión. Pero pienso que si se iniciara un proceso destructivo no le temblaría el pulso para dar marcha atrás.

Saludos.

Anónimo dijo...

De acuerdo en todo con lo de la persecución auto-provocada y sus galimatías. Opino igual, pero no es el tema. Acá no trato de hacerme mártir ni me creo perseguido. Muy por el contrario si existe un peligro de ser perseguido, como señalé con los Franciscanos de la Inmaculada, es a partir de un cambio en la situación de la fraternidad como el que por lo visto se avecina.

Respecto a la analogía de su amigo, me parece incorrecta. Constantino era un infiel en proceso de conversión, Francisco parece ser exactamente lo contrario. Con el edicto Constantino no pasaba a tener más poder sobre la Iglesia del que tenía antes, mientras que la Fraternidad con esta prelatura pasaría a depender de Francisco más de lo que depende al día de hoy. Y así, un largo etc. Creo que la analogía de su amigo no es sólo incorrecta, sino diametralmente opuesta.

Con respeto y sin chicanas quisiera repetir una idea que comentaba a unos amigos ayer. Está en Uds. tomarlo bien o mal.

El gozo de que veo en ciertos católicos no lefebvristas por el posible acuerdo con Roma (entre los cuales no cuento ni a los redactores del blog ni a Ud. Dr. Ellingham), tiene olor más a revancha que a amor filial. No parecería que se alegran por la normalización de otros católicos a los que consideran hermanos. Huele más bien a revancha hija de complejos extraños del tipo: "Ya no tienen más coronita!. Si yo tengo que soportar comer mierda, pues ahora los lefebvristas también." Esta expresión, es textual. Me la dijo una persona que considero mi amigo en público y suscitó la general aprobación de los demás oyentes. Esto también existe y es la otra cara de los males del Resistencialismo que acertadamente se expusieron en el posteo.

Saludos,
Manuel.


Anónimo dijo...

Normando, yo que soy un amor lo entiendo todo, pero ojo, que de la atenta lectura de Entusiasmo también podemos ver un entusiasmo hacia la democracia, hacia el ciudadano modelo que no tira papelitos en la calle, hacia la misa nueva o hasta para meternos de candidatos.

Pensador dijo...

En el caso de la FSSPX, esgrimir a la autoridad reinante como punto de rechazo de un acuerdo, es una tonteria.

La FSSPX necesita un estatus canonico para seguir, sus obispos necesitan un estatus canonico para seguir, y aunque se esgrima el estado de necesidad durante años, aca las motivaciones son especulativas, no reales.
Si el pero son los obispos progres, tambien hay obispos tradis que mantienen buenas relaciones con la frate.
Si el pero son sacerdotes progres o clero progre, lo mismo de la contraparte tradi
Si el pero es la autoridad, estar bajo su globo un tiempo no hara mas daño.

Si vamos a discutir el caso franciscanos de la Inmaculada, recordemos que ellos no tienen obispos, y el anarco-tradicionalismo cae en algo sumamente crudo y malo, olvidar la potestad dada por Cristo a sus sucesores para guiar al rebaño. La fsspx tiene una diferencia con los franciscanos de la Inmaculada que ni siquiera se puede comparar.

barba azul dijo...

Penales o no penales...
Dígame qué leyes violo o podría violar en el presente y verá que por más anarco tradicionalista que se sea, no se pueden violar más que unas pocas y bastante pavas.

¿Qué quiere que haga si en mi condición de anarco tradicionalista no me interesa casarme de nuevo para vivir una vida de bígamo, ni tengo plata para construir un edificio de treinta pisos donde no se pueden construir con más de cinco?

Martin Ellingham dijo...

Manuel:

En mi opinión, a la cual Ud. No alude pues lo dejó claro, la regularización de la FSSPX será una contribución al bien común de la Iglesia. Creo que terminará por levantar barreras para mucha gente sencilla que no se acerca porque el cura de la parroquia le dice: no están “lgalizados”. Y también para parte del clero que funciona por motivaciones parecidas.

Me alegraría un poco -confieso mi “pecado”- ver al sector neoconservador de la Iglesia teniendo que reconocer que se ha comportado mal con la FSSPX.

Saludos.

barba azul dijo...

En realidad sí: como tradicionalista tengo un montón de hijos, y como anárquico no les saco el DNI. Nunca me ha traído esta situación problemas para sacarlos del país, porque no vamos más que a Brasil y Paraguay y como anarco salimos en bote por la Triple Frontera mientras les cuento de las vivencias de Horacio Quiroga en la zona mesopotámica.
¿Qué si tiene beneficios extras?
¡Pero por supuesto! Entre otros, no me siento atado a nombrarlos del mismo modo de por vida y cuando un santo deja de ser de mi devoción, les cambio el nombre y tantísimas otras cosas que a los "tradicionalistas en regla" ni sospechan.

Martin Ellingham dijo...

Estamos atrapados por la “opción fundamental”. ¿Y si Constantino hubiera interrumpido o revertido su proceso de conversión después del edicto? ¿Acaso no existió un Juliano el apóstata?
En fin, pienso yo que a Bergoglio no le quedan muchos años de vida y el futuro está siempre indeterminado por el misterioso binomio libertad-gracia.
Saludos.

Anónimo dijo...

Hay un tema central en la Frate que es la sucesión apostólica a través del Orden Sagrado. Vastos sectores opinan que se ha cortado a fines de los 60´s por el cambio de la fórmula de ordenación de los obispos, por lo cual el autodarse sus propios obispos será clave en la negociación y aceptación del acuerdo. Toda injerencia o pretensión de imponerlos de la asi llamada Conciliar será para problemas. Graves.
Drakkar

J.R. dijo...

¿Por qué debemos cumplir las leyes? ¿Por temor al castigo? ¿Por utilidad?

Lhd dijo...

Muy buena entrada de Infocaótica.

No quiero adjudicarme autorías de analogías lúcidas (al decir del amigo Martin E.), pero es posible que se trate de nosotros. Por tanto, una aclaración a Manuel: la analogía consistió en comparar al Edicto de Constantino con el Motu proprio Summorum pontificum, ambos defectuosos a su manera en lo doctrinal pero que supusieron el fin de una persecución (hacia los cristianos y hacia la Misa tradicional respectivamente)

En cuanto a la eventual orden -porque es una- de regularizarse para la FSSPX , Ud tiene que tener en cuenta que no es discrecional de Roma el otorgar un marco canónico. Es un deber: "no se permitirán los curas vagus.." (anárquicos, ya que estamos en tema) dice el CIC. Y si hay un deber, hay una obligación correlativa a seguirlo por parte de los súbditos. Obligación que sólo puede sustraerse invocando un estado de necesidad o alguna otra causal prevista en el Derecho canónico. Si nos permiten la supervivencia no hay tal "estado de necesidad"; tampoco un "miedo grave" al que Ud. parece acudir con eso de la Prudencia, puesto que aquél no puede consistir en “sospechas, temor hipotético”, debe ser “inminente y grave” (Diccionario de Derecho canónico, C. Corral, José Ma. Arteaga, p.39)

Lo que pueda pasar una vez que se obedezca es otra cuestión. Nosotros mismos hemos dicho que los Franciscanos de la Inmaculada se encontraron ante un "estado de necesidad" por la prohibición de oficiar en exclusividad la misa tradicional. Pero resulta que ellos no hicieron lo que deberían haber hecho: acercarse, como comunidad o individualmente a la FSSPX. Por ello, su caso no es de recibo.

Atte

Anónimo dijo...

Más allá de todo lo que aquí se ha expuesto, creo que también hay otros beneficios para la Iglesia y para la Fraternidad de una regularización. Entre otros, uno que me parece importante es el contacto de los sacerdotes de la Fraternidad con otros sacerdotes ajenos a ella.

Sé que a día de hoy, existen contactos más o menos públicos, pero no dejan de ser peligrosos por la posibilidad cierta de sanciones. En caso de una regularización, los contactos serían mucho más frecuentes beneficiando del intercambio a unos y otros.

También calculo que los sacerdotes de la Fraternidad podrán vencer ciertos temores y acercarse a sacerdotes del palo pero que no piensan exactamente como ellos en todos los temas. (El caso más patético fue el año pasado en La Reja, durante unas ordenaciones, cuando a un sacerdote muy conocido del ambiente --invitado por la familia de uno de los neosacerdotes-- sólo se le acercaron fieles puesto que los curas parecían tenerle miedo.)

Anónimo normando dijo...

Para el anónimo de las 15: 02:
Veo con sorpresa que no tiene Ud. la menor idea del libro de Knox. O no lo leyó,lo más probable,o no lo entendió. Léalo despacito y después me cuenta.

Luis Moscoso y de la Cerda (envidioso y comemierda) dijo...

Confieso que deseo vivamente la regularización canónica de la Fraternidad, y que la deseo desde hace años como algo urgente. Creo que para la Iglesia es un deber de justicia y debería haberse hecho hace mucho tiempo, o mejor dicho, que nunca debería haber sido necesaria porque nunca se debió negar un lugar en la Iglesia a los que objetaban las innovaciones introducidas a raíz del Concilio. Confieso que una decisión unilateral me gustaría más que un acuerdo, porque expresaría mejor esa justicia, y en este sentido prefiero la solución Bergoglio a la solución Ratzinger. Soy consciente de los problemas y dificultades que la regularización acarreará a los lefes, sobre todo los derivados de la sujeción a los obispos diocesanos: tendrán que comerse esa m***. No soy ingenuo respecto a la mala condición del Papa Francisco: conozco sus mañas y las malas intenciones que le mueven habitualmente, y también se las supongo en este caso. Espero que la Divina Providencia sacará un gran bien de ello para toda la Iglesia, pero esto será compatible con que de entrada se cumplan también muchos de los malos designios que probablemente animan a Bergoglio y sus curiales (dificultades y división entre los tradis y conservadores, confusión de muchos otros fieles...) Preciso que aquí por lefes entiendo solo a los sacerdotes de la Fraternidad (y a los seminaristas) y que dudo mucho que la solución canónica que se apruebe vaya a eximir a sus fieles laicos de la jurisdicción de los obispos territoriales.

Aunque tengo muy arraigado el feo vicio de la envidia, creo de verdad que no se la profeso a los lefes. Ni envidia corriente ni envidia de la gracia fraterna (la «coronita»). Miro con gran cariño, reverencia y agradecimiento a esos piadosos sacerdotes. Pienso que cumplen bastante bien el carácter sacerdotal de ser trasuntos de Cristo. Les tengo por la pars sanior de la Iglesia y les espero como a salvadores para el resto.

Anónimo dijo...

No sea ridículo. No se le acercaron porque no lo conocían. Del mismo modo que conocen al otro del palo (y amigo del anterior) y siempre lo recibieron con afecto y respeto, como lo merece y como en la última vigilia pascual.
¡Ay, Wanderer, que lo respeta tanto y ahora lo va a tener que comenzar a tachar de barroco!
Créanme, hay algo más allá del mundo virtual y la bibliografía.

Ps. además, si mal no recuerdo, aquella vez celebró Tissier y sí se le acercó.

Ps 2. y ni qué decir de los "alojados" de distintos lugares por haber contraído problemas con sus obispos...

Anónimo dijo...

Además no fue el año pasado. Fue el anterior, o el anterior del anterior. No me acuerdo bien.

Johannes dijo...

"Por tanto, antes de obedecer -de manera inteligente- se debe analizar la moralidad de la conducta imperada por la autoridad. Y si la conducta no es mala, hay que ajustarse a la norma."

Exactamente. Yo lo ejemplifico diciendo que si Francisco ordenase movilizarse solamente por transporte público los viernes, yo lo acataría totalmente.

Si alguien arguyese que sería un precepto sin relación con lo religioso y por lo tanto fuera de su campo de competencia, respondería que se puede decir exactamente lo mismo del precepto de no ingerir ciertos alimentos. Y si abstenerse de ciertos alimentos puede tener algún beneficio a nivel espiritual para muchos, viajar con la gente humilde también puede tenerlo.

Pensador dijo...

Traigo a colación algo mas, el tema de los Franciscanos de la Inmaculada. Si bien hubo persecución ideológica, no eran santos.

Los testimonios hablan de una obligación a todos los miembros de la comunidad de celebrar segun el misal tradicional. ¿esto es bueno, malo?

No se, pero la intervención se dio por no seguir los estatutos. Y a la Roma bimilenaria, no la progre, sino la que se atiene a la norma y al derecho, ir en contra de los estatutos (derecho interno) es un problema muy grave. No es el unico caso que conozco de congregacion "tradi" en apariencia y forma, que a varios años de crecer, comete abusos o va en contra de sus propios estatutos.
El caso nunca se aclaró del todo por varios motivos: la muerte del interventor, las acusaciones de difamacion y calumnia contra el fundador, la defensa-a veces ignorante- de medios tradicionales.

Conclusión: no es el mejor ejemplo, a mi parecer, que esgrimir en estas cuestiones.

Agustín dijo...

Lo que pasa Anónimo de las 17:55, es que lamentablemente suelen desconfiar de los curas [y todo lo] que no sea de la Frat. Espero que este y otros "sectarismos" desaparezcan con la regularización.

Anónimo dijo...

No sea ridículo. No se le acercaron porque no lo conocían.

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No era para enojarse. Era una observación de algo que vi con mis propios ojos y que en aquel momento me cayó muy mal. (Y es posible que allá sido antes...)

Pero, supongamos que es como Ud. dice, que no lo conocían.

No sé a qué viene lo otro, ni a qué barroco o Wanderer se refiere. No me interesa. No quiero hacer de esto cuestión de chismes de mujeres.

Sólo quise decir que ambos, sacerdotes y fieles de la Fraternidad, y el resto de la Iglesia, se pueden beneficiar.

Por supuesto que es encomiable la protección que han dado a curas perseguidos por sus obispos. Y también la buena predisposición con que siempre reciben en sus casas a gente que no es "regular" de la Fraternidad o a sacerdotes que se acercan en busca de bibliografía, aprender a celebrar la misa de siempre o simplemente un lugar para hacer amigos.

Lamento si mi anterior comentario pareció polémico y le pido disculpas.



Martin Ellingham dijo...

Por las dudas aclaro a los anónimos que nunca estuve en el seminario de La Reja ni lo he visto en mi vida a Tissier.
Apenas me contaron algo hace poco de los fecovitos de Mendoza; y de las internas políticas de los lefes porteños no estoy ni enterado.
Saludos.

Anónimo dijo...

No se preocupe Martín, que a usted nunca lo consideramos cura ni testigo.

Anónimo dijo...

Disculpe usted. Ahora que me releo temo que haya quedado más agresivo de lo que hubiese querido. Solo quería señalar que hay una inmensa cantidad de cosas buenas que supuestamente vendrían con una regularización y que en verdad ya existen. No sé si en el balance general la mentada será para bien o no, lo que sí sé es que se esperan cosas de la FSSPX que viene dando ya hace añares. También noto cierto desconociento en las generalizaciones, como si las feligresías de unas capillas y otras se pareciesen más que en la coincidencia de las preferencias litúrgicas... Esta regularización tendrá su dinámica particular (en varios sentidos) según cada lugar.

Anónimo dijo...

En verdad Dios es un exquisito bromista: los lefes anarcos-tradicionalistas vuelven a casa de la mano del primer papa peronista.
¡Que Autoridad al sur, ni Autoridad al norte, a mi lo que me gusta es bailar con corte!

My logic is undeniable dijo...

Martin, entre Constantino y Juliano estuvo Constancio II, Augusto del Oriente del Imperio de 337 a 351 y de la totalidad del Imperio de 351 a 361, quien favoreció el semi-arrianismo. El sucesor de Juliano, Valente, también favoreció el semiarrianismo.

Supongamos como ejercicio mental que antes de la aparición del arrianismo hubiese tenido lugar la conversión de los emperadores al cristianismo, la enunciación de la doctrina decimonónica sobre la no-libertad religiosa y la implementación de esa doctrina por los emperadores. ¿Cómo habrían tratado a los ortodoxos los emperadores arrianos?

La conclusión lógica es que si el perro guardian de la casa es un rottweiler entrenado para matar intrusos, es necesario poder garantizar que jamás vaya a tomar a los dueños por intrusos. La doctrina de la no-libertad religiosa, o sea de prohibición y consecuente represión de la prédica y culto públicos de las religiones no verdaderas, reclama la infalibilidad perpetua del Príncipe/Estado en la identificación de la fe verdadera.

Y este razonamiento sería directamente aplicable al caso de la FSSPX en el siglo XX introduciendo un solo cambio respecto al caso fáctico: que las doctrinas "rupturistas" del Concilio Vaticano II respecto al Magisterio anterior no hubiesen incluido la de libertad religiosa. Claramente las otras doctrinas "rupturistas" más la reforma litúrgica habrían sido suficientes para dar lugar a una historia de la FSSPX idéntica a la fáctica, incluyendo una ordenación de obispos por Msr. Lefebvre en desobediencia a la Santa Sede.

En el caso hipotético en que el Magisterio oficial hubiese mantenido incólume la doctrina de no-libertad religiosa en Mirari Vos y Quanta Cura, y un número de Estados católicos hubiese implementado esa doctrina, la declaración por la Santa Sede de la situación de la FSSPX como cismática a partir de la ordenación ilegítima de obispos habría dado lugar, en todos esos Estados, a la proscripción de la FSSPX. Irónicamente, la FSSPX podría funcionar solamente en aquellos Estados que no obedeciesen la doctrina tradicional católica sobre la no-libertad religiosa.

Más interesante aún es la hipótesis de que, ante herejía manifiesta de un Papa, una mayoría ortodoxa (?) del Colegio Cardenalicio lo juzgase, condenase, declarase depuesto y eligiese otro, dando lugar a una situación exteriormente similar al Cisma de Occidente pero ahora con un Papa sosteniendo la ortodoxia doctrinal/pastoral, por ejemplo en lo referente al matrimonio, y el otro sosteniendo la heterodoxia. Si un Estado católico que pone en práctica la no-libertad religiosa identificase la Iglesia verdadera como la heterodoxa, la ortodoxia sería proscripta en ese Estado.

Anónimo dijo...

Bueno...en lo político, cierta dosis de anarco- tradicionalismo no viene mal. Sobre todo por el estatismo agobiante que hay en la Argentina, especialmente en educación, cultura, etc. Salvador Dalí, en uno de sus intervalos lúcidos - o en la loca lucidez de toda su vida- se definía como anarco- monárquico: la mínima unidad arriba y la máxima pluralidad posible abajo. Ricardo A. Paz me lo dijo una vez, con un dejo de ironía: los de derecha somos anarco- monárquicos. Eso si, no caer en lo que un amigo describe como el mal de ciertos ambientes: el anarco- fascismo, que dicho en argentino básico significa: palos para todos pero a mi que no me rompan las p...Muy bueno el post. Cordiales saludos

Xavier De Bouillon

Anguila eléctrica dijo...

Redacción, la resistencia a la autoridad es liberal. Se puede resistir a un poder pero no a una autoridad.

Redacción dijo...

Anguila:
En esta entrada no hacemos distingo entre “autoridad” y “poder”. Usamos la palabra en el sentido habitual eclesiológico y canónico, tal como lo hace el Syllabus, el CIC de 1917, etc. No otra cosa fue la resistencia de Pablo a la autoridad petrina en el incidente de Antioquia.
Saludos.

Anguila eléctrica dijo...

No se puede analizar la moralidad de la conducta imperada por la autoridad. Así se pone la libertad antes que la autoridad y mi YO se convierte en norma. Entonces no se puede sostener ningún principio de autoridad. Si YO puedo juzgar a la autoridad soy un igual a ella y eso es liberal.

Redacción dijo...

Anguila:
Hemos publicado muchas entradas en el pasado sobre los límites de la autoridad del Romano Pontífice, ya sea en su magisterio (no infalible) como en el gobierno de la Iglesia. Un ejemplo, aquí:
http://info-caotica.blogspot.com.ar/2013/03/iraburu-y-el-prima-sedes.html
Le sugerimos que piense el ejemplo de la concubina amenazada de excomunión.
El problema está en que hay dos vicarios... Y uno de esos nunca deja vacante su sede hasta que termina la vida terrestre.
Saludos.

Redacción dijo...

Anónimo "chirusín":
Hágase tratar. Ya se lo dijimos. Si cree que con insultos y comentarios sin sentido va a conseguir que se los publiquemos se equivocó de lugar.