lunes, 28 de mayo de 2012

Coincidencia poco feliz


Un poco de historia.A la monarquía portuguesa sucedió una república parlamentaria conocida como Primera República (1910-1926), en la que una minoría liberal accedió al poder parlamentario en un período caracterizado por gran inestabilidad política. Fue un régimen de abierta hostilidad hacia la Iglesia. A partir del golpe de 1926, comienza un nuevo régimen político: el Estado Nuevo. Su líder indiscutido fue el economista Antonio de Oliveira Salazar.
La política religiosa del Estado Nuevo se diferenció tanto de la confesionalidad católica de la última monarquía como del laicismo agresivo de la Primera República. Así, la constitución de 1933 estableció la separación del Estado y la Iglesia católica, la igualdad jurídica de las distintas confesiones y la libertad de cultos (cfr. arts. 45-48). Y el concordato con la Santa Sede de 1940 se mantuvo dentro de esos mismos principios, asegurando la cooperación entre el Estado y la Iglesia. En cuanto a la política real, hay que destacar que si bien el Estado Nuevo fue formalmente aconfesional, su legislación respetó el orden natural y su gobierno cooperó armónicamente con la acción evangelizadora de la Iglesia.
Portugal y la nueva cristiandad de Maritain. El concordato portugués de 1940 se consideró como un hito en la historia de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Se habló de un “orden eclesiástico nuevo” en el que la técnica de los juristas, la tolerancia de los católicos y la falta de agresividad de las instituciones políticas parecían haber clausurado definitivamente las polémicas del siglo XIX con las rivalidades entre “confesionalidad” y “laicidad”, “clericalismo” y “anticlericalismo”, etc.
Sin embargo, durante el pontificado de Pío XII, tendrán lugar acontecimientos de signo contrario a este supuesto “orden eclesiástico nuevo”: la serie de convenios que culminarán en el concordato español de 1953 y el concordato con la República Dominicana de 1954. España contrastaba con Portugal por su rotunda y formal adopción del principio de confesionalidad católica del Estado y la intolerancia hacia las manifestaciones públicas de signo acatólico, dejando a salvo el ejercicio privado de los cultos disidentes. El sistema español vino precedido por un célebre discurso del cardenal Alfredo Ottaviani (2-3-1953) y confirmado por otro importante discurso de Pío XII (6-12-1953). Los más destacados iuspublicistas de la época consideraron al sistema institucional español como un sistema de tesis, tanto por la clara y contundente profesión pública de fe católica (confesionalidad católica formal) como por el compromiso jurídico explícito por parte del Estado de aceptar y respetar la Ley divina en su legislación y su actividad de aplicación del Derecho (confesionalidad católica substancial).
Jacobo Maritain es bastante conocido por su propuesta de una nueva Cristiandad. Pero un dato tal vez menos conocido es que Maritain, en varias de sus obras, tomó la política religiosa del Estado Nuevo portugués, y de manera singular el concordato de 1940, como un ejemplo de su nueva Cristiandad. Maritain calificó al régimen salazarista de “dictadura sistemática”, aspecto que rechazó por sus semejanzas con lo que denominó el “totalitarismo español” de Franco; pero no dejó de mencionar como un acierto que el sistema portugués -ejemplo de realización del "ideal histórico concreto" prohijado por el filósofo francés- los principios de aconfesionalidad del Estado, igualdad jurídica de las diversas confesiones y libertad de cultos en una nación mayoritariamente católica. 
El obispo Richard Williamson, en uno de sus comentarios Eleison, ha hecho referencia a la historia de Portugal en los siguientes términos:
“Así, antes que Nuestra Señora apareciera en Fátima en 1917, los enemigos de la Iglesia habían tomado el gobierno de Portugal completamente bajo su control, pero cuando prácticamente todo el pueblo Portugués rezó e hizo penitencia como Nuestra Señora lo había pedido, entonces Ella simplemente disolvió el poder de estos enemigos por una revolución incruenta. Portugal se volvió, en el ateo siglo XX con el Comunismo triunfando en todas partes, la vitrina de un Estado Católico.” (Thus before Our Lady appeared at Fatima in 1917, the anti-Catholics had brought the government of Portugal completely under their control, but when virtually the entire Portuguese people prayed and did penance as Our Lady had asked, then she simply dissolved the anti-Catholics’ power in a bloodless revolution. Portugal became, in the godless 20th century with Communism triumphing everywhere, the showcase of a Catholic State).
No compartimos esta opinión. El Estado Nuevo de Portugal no fue un modelo ni una vitrina de Estado católico de acuerdo con la doctrina tradicional, porque no cumplió con todas las exigencias que le son inherentes. El régimen portugués debe calificarse como un sistema de hipótesis, que es objetivamente menos perfecto que la tesis, aunque fuera el mejor posible en esas circunstancias políticas. La aconfesionalidad no es tesis, como pretendió Maritain, ni puede ser un modelo de estado católico, por más que se aplique en una nación católica en sus leyes y costumbres como fue Portugal de aquellos tiempos. 


P.S.: Para prevenir polémicas estériles aclaremos que no decimos, ni queremos decir, que:
- Salazar fuera mal católico, liberal, maritaineano, mal gobernante, cobarde;
- el Estado Nuevo portugués, por efecto de la aconfesionalidad y la libertad de cultos, fuera  políticamente equiparable a los experimentos democristianos posteriores al fin de la segunda guerra mundial; 
- estemos de acuerdo con Maritain en su valoración política ("totalitarios") de los regímenes de Salazar y Franco;
- el obispo Williamson sea liberal o maritaineano.
Dejamos la interpretación conspiracionista de esta infeliz coincidencia para "los de siempre". 

24 comentarios:

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: El regimen de Franco no fue TOTALITARIO por la sencilla razón de que fueron muchos los sectores de la vida pública española que no quiso o no pudo -o no pudo ni quiso- controlar. La palabra correcta, por tanto, sería AUTORITARIO.
Y ojalá volviera la Seguridad Social de Franco que entre el insostenible estado de las autonomías y la corrupción generalizada está en trance de desaparecer.

Genjo dijo...

La distinción que señala Pedro Hispano me parece pertinente. De totalitarios son calificados los regímenes de Hitler y de Stalin. Y no son equiparables a los de Franco y Salazar.

Miles Dei dijo...

En beneficio de la no divagación en polémicas estériles en este tema sería bueno que la redacción resumiera las obligaciones inherentes al Estado católico no cumplidas por el "Estado Novo".

Zoltan dijo...

Si hay verdad cierta e indiscutible entre los principios generales del derecho público eclesiástico es la del deber de los gobernantes, en un Estado compuesto en su casi totalidad por católicos y, consiguiente y coherentemente, gobernado por católicos, de informar la legislación en sentido católico. Lo que implica tres inmediatas consecuencias:
1. La profesión social y no solamente privada de la religión del pueblo.
2. La inspiración cristiana de la legislación.
3. La defensa del patrimonio religioso del pueblo contra cualquier asalto de quien quisiera robarle el tesoro de su fe y de la paz religiosa.

http://www.statveritas.com.ar/Doctrina/Iglesia_y_Estado_-_Algunos_problemas_actuales_a_la_luz_del_Magisterio_de_Pio_XII(Cardenal_Alfredo_Ottaviani).pdf

Infocaótica dijo...

Reiteramos.

"...NO DECIMOS, NI QUEREMOS DECIR, que: [...] estemos de acuerdo con Maritain en su valoración política ("totalitarios") de los regímenes de Salazar y Franco. ..."

Angel David Martín Rubio dijo...

Todo el problema radica en definir qué se entiende por "totalitario".

Anónimo dijo...

Al final no afirman ni dejan de afirmar.
O sea: ¿¡qué "malo" que "es" Williamson!?
Habeis mostrado cierta "hilacha".

Redacción dijo...

Anónimo 15:48

"No compartimos esta opinión [de Williamson]. El Estado Nuevo de Portugal no fue un modelo ni una vitrina de Estado católico de acuerdo con la doctrina tradicional, porque no cumplió con todas las exigencias que le son inherentes. El régimen portugués debe calificarse como un sistema de hipótesis, que es objetivamente menos perfecto que la tesis, aunque fuera el mejor posible en esas circunstancias políticas. La aconfesionalidad no es tesis, como pretendió Maritain, ni puede ser un modelo de estado católico, por más que se aplique en una nación católica en sus leyes y costumbres como fue Portugal de aquellos tiempos.

¿Qué afirmación no le queda clara?

Anónimo dijo...

No pueden soportar que los corran por derecha.

Mons. Williamson, excelente en muchos aspectos, falla en política, oportunidad y madurez (los Comentarios suelen ser bastante pueriles, con argumentación de sacristán más que de Obispo)

Maite C dijo...

Siempre magnífico y brillante Su Eminencia el Cardenal Alfredo Ottaviani al que tuve el inmenso honor de conocer personalmente de joven. Escribió el libro "El Baluarte" que contiene discursos y artículos en defensa de los valores humanos y cristianos.

Muy bien Pedro Hispano, ha dicho exactamente la verdad: Franco no fué ni un dictador ni un totalitario.
Ya va siendo hora que se enseñe y se propague quién fué realmente y que hizo por España Francisco Franco.

Lo que sí está claro y no han perdonado, es que gracias a Dios y a Franco, España no cayó bajo el yugo comunista.

Martin Ellingham dijo...

No veo lo de correr por derecha... Si el último Concilio de la Iglesia no fue infalible, por qué habría que considerar sin error a Williamson.

Saludos.

Miles Dei dijo...

Yo creo que hay una trampa iuspositivista en este problema y está en aceptar que la profesión social de la religión verdadera por un pueblo ha de venir necesariamente por la confesionalidad del Estado en una ley constitutiva.

Anónimo dijo...

Los católicos saben que hay una única religión verdadera. Saben cuál es el fin último del hombre. Saben por tanto que la sociedad ha de organizarse de forma que los más, de la mejor manera posible, puedan alcanzar o al menos incoar ese fin. Por eso el catolicismo liberal de la libertad religiosa no puede llamarse catolicismo. En un régimen liberal, se supone a cada cual en su derecho de sostener y propagar sus ideas: así lo hacen comunistas, socialistas, socialdemócratas... y todo tipo de grupos o grupúsculos, desde los ateos a los lobbys de sodomitas. Todos quieren hacer una sociedad a su gusto y si no la hacen es simplemente porque no pueden.

En lugar de eso, los católicos liberales juegan a ser los más tontos del patio: en lugar de querer y proclamar una sociedad católica y hacer lo posible por conseguirla, y si no tienen fuerza para ello, mala suerte, en lugar de eso, digo, dan por sentado que en la sociedad liberal, donde todos persiguen su ideal, ellos, y sólo ellos, no pueden perseguirlo.

A ello ayudó mucho nuestro querido concilio, inspirado por escritos como los de Rahner, que ya desde los años 50 se manifestaba en contra de los estados católicos. Imagino que porque no le importaban demasiado las almas. Las consecuencias están a la vista: no sólo se han perdido los estados católicos, sino que el catolicismo, que en teoría jugaría en igualdad de condiciones con los comunistas, lesbianas y capitalistas, resulta ser el único formalmente perseguido.

Anónimo dijo...

En la España o la Argentina de hoy, es imposible instaurar un Estado Católico. Entre la coronación de Carlomagno y la revolución francesa Cristo reinó en el mundo con sus elegidos. Ahora estamos en tiempos de la bestia, alegrémonos de que Salazar haya hecho lo mejor posible.

Anónimo dijo...

Salazar nunca fue totalmente libre y debía cuidarse del ejército y otras fuerzas que lo vigilaban. Así, no se le puede culpar completamente de muchas cosas que no hizo.

Caso distinto es el de Franco, que habiendo podido hacer cualquier cosa sin ninguna oposición, decidió entregar España de nuevo al capitalismo y la monarquía liberal que la había arruinado, pero esta vez encima con una aparente claudicación católica oficial frente al sistema político revolucionario.

Con la inestimable colaboración del clero y de los Papas desde Pío XII, todo hay que decirlo.

Pikachu

Anónimo dijo...

El régimen del general Franco no fue ni totalitario ni autoritario. Fue una democracia orgánica de la mejor clase: la que mete obispos en las Cortes por narices. Si esa no era la voluntad de Dios, la verdad es que sus cualificados representantes no lo advirtieron.

Anónimo dijo...

...gracias a Dios y a Franco, España no cayó bajo el yugo comunista...
Una vez más el mito resuena. ¿Es que no que hay paises en Europa que no necesitaron de Franco para seguir siendo católicos (al nivel que España es católica)? Y por otra parte, hoy por hoy muchos países, empezando por Polonia que cayeron en el comunismo son mucho más católicos que España.
Franco hizo lo que hizo, pero también se cometieron muchísimos crímenes en toda la cruzada y después, no querer verlo es querer estar ciego.

Anónimo dijo...

No los veo muy católicos a los polacos..

Anónimo dijo...

Coincido con anónimo de 28 de mayo de 2012 19:36

Anónimo dijo...

Dice ANONIMO: "Caso distinto es el de Franco, que habiendo podido hacer cualquier cosa sin ninguna oposición..."
PEDRO HISPANO: Sin ánimo de ofender esto es una exageración. ¿Cree Vd que porque un gobernante no tenga oposición parlamentaria no existen otros tipos de oposición que le impiden "hacer cualquier cosa sin ninguna oposición.."? ¿Y el bloqueo internacional posterior a la guerra mundial -con la honrosa excepción argentina- y los maquis y las intrigas de los grupos monárquicos y de los generales descontentos y la entrega a Rusia del oro del Banco de España que empobreció aún más el país desùés de la guerra? Pues con todo y con eso levantó una Seguridad Social modélica, universidades laborales y creó una extensa clase media garantía de estabilidad.Sin olvidar la feroz oposición del Papa Montini nombrando sistemáticamente obispos hostiles, ¿no es eso una eficaz oposición?
En cuanto a "los crímenes de la Cruzada" habría que precisar cuantos y cuáles fueron los que se pueden atribuir a su responsabilidad. Y, más aún, estudiar esos hechos en el contexto similar de otras naciones vecinas después de la II Guerra mundial. Porque estos hechos de posguerra no pueden juzgarse aislados. El caso de Francia después de la "liberación" es sencillamente horroroso. El caso de Pierre Laval a quien los magistrados insultaban durante el "proceso" y que al final fue llevado a fusilar sentado en una silla después de hacerle 16 lavados de estómago porque ingirió cianuro para suicidarse es impropio de un pais civilizado. ¿Y el de Petain? ¿Y los miles de asesinatos en pueblos y ciudades por el maquis de los que los responsables eran sistemáticamente exonerados con el sencillo expediente de calificarlos de "actos de resistencia"
Sugiero que para el que no ve oposición a Franco lea "los años de hierro" de Pio Moa y para lo de Francia, si lee francés, algunos de los libros publicados al efecto.¿Y el demócrata Churchil entregando a Stalin a combatientes rusos antiestalinianos pero para nada nazis? ¿Y bombardeamdo por sorpresa la escuadra francesa -con quien no estaba en guerra- en Mers - el - Kibir? Lea, lea que al final dirá con el chiste de Lourdes: ¡que me quede como estoy!

Anónimo dijo...

Franco era un militar y España un cuartel, era un regimen cuartelario.

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: ANONIMO déjate de simplificaciones. En los años 60 con Franco era España el 10º pais del mundo en nivel económico. Y moralmente estaba inmensamente por encima de la podredumbre actual.

Anónimo dijo...

Paso de Pio Moa, no es un historiador es un propagandista, y ex-terrorista además, paso. Los crímenes de ellos no borran los nuestros.

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO a ANONIMO: lo que dice de Pio Moa -salvo lo referente a sus años jóvenes que él es el primero en reconocer y hasta publicar- es mentira. Pero ya se ve que es inevitable que no puedan ver a Moa. Ha desmontado todas sus mentiras.