lunes, 18 de marzo de 2013

Recomenzar


"Una cosa son los tropiezos y las caídas tenidas sobre el camino de la virtud y de la justicia, según la palabra de los padres: ´Sobre el camino de la virtud hay caídas, cambios, violencia, ecetera´. Y otra es en cambio la muerte del alma, la completa destrucción y la desolación total.

Es así como se conoce que se está en el primer caso: cuando uno, aunque caiga, no olvida el amor del Padre; y, aunque esté cargado de culpas de todo tipo, su solicitud por las obras bellas no es interrumpida; si no se detiene en su camino; si no es negligente en afrontar nuevas batallas contra las mismas cosas por las cuales ha sido derrotado; si no se cansa de volver a empezar, cada día, a construir desde los fundamentos de las ruinas de su edificio, teniendo sobre su boca la palabra del Profeta: “Hasta la hora en que yo deje este mundo, no te alegrarás de mí, ¡oh mi enemigo! Porque he caído, pero de nuevo me levanto; estoy sentado en las tinieblas, pero el Señor me ilumina”(Miq 7,8).

Así, no cesará de combatir hasta la muerte. No se dará por vencido mientras que haya respiro en sus narices. Y aunque su nave naufragase cada día y los resultados obtenidos de su comercio terminaran en el abismo, no cesará de pedir prestado y cargar otras naves y navegar con esperanza. Hasta que el Señor, viendo su solicitud, tenga piedad de su ruina, dirija hacia él su misericordia y le dé un fuerte estímulo para soportar y afrontar los dardos ardientes del mal" (San Isaac de Siria).



3 comentarios:

Jorge dijo...

Al parecer, el posteo puede contarse entre los primeros frutos de la alocución del Obispo de Roma Francisco en el Angelus de ayer.

Fabián dijo...

Por qué ponen fotos de chicos comulgando de pie? Esa postura no es tradicional.

Anónimo dijo...

Fabián, leer blogs es modernista, así que cállese.