sábado, 27 de mayo de 2017

A propósito del clericalismo

No conocemos al P. Davide Pagliarini (FSSPX). Por lo poco que hemos podido averiguar ha sido superior del Distrito de Italia y director del seminario de La Reja (Argentina). Pero en un breve artículo titulado «A proposito di clericalismo» dice verdades que merecen difusión.
«...los hombres de Iglesia de hoy se ocupan de todo, se pronuncian sobre todo, metiendo sus narices en cuestiones que no les conciernen directamente y para las cuales no tienen competencias específicas, ni, sobre todo, las gracias de estado.
Este neoclericalismo es tal vez el aspecto más significativo de la crisis del sacerdocio y el índice más evidente del malestar de un clero que no sabe más qué es la Iglesia y por qué existe.
La primera consecuencia es el necesario descrédito de la Iglesia, arrastrada a un terreno que no es el suyo: en efecto, siempre habrá hombres del mundo que conozcan los problemas terrenos mejor que quien, por su propia vocación, debiera ocuparse de otros asuntos.
En segundo lugar, la "nueva misión" sobre el mundo no necesariamente puede armonizarse con la tradicional de salvar las almas, y esto por un motivo muy simple: es imposible trabajar para este noble fin si el espíritu se ocupa también de otros, en cuanto este fin es plenamente asequible sólo si la consagración es total.
La Iglesia no tiene necesidad de sacerdotes ni de obispos que hablen de la contaminación, o de la promoción humana, y que se impliquen en la totalidad de los problemas de la crónica periodística más disparatada. A la Iglesia no le sirven estos sacerdotes...»
Tomado y traducido de:

10 comentarios:

lagarto larteguy (reptil) dijo...

Perfecto.
Ni sobre la contaminación, ni sobre el periodismo, ni sobre la promoción humana.
Sólo de salvar almas. Pero no vayan a creer que el sólo salvar almas,para un sacerdote lefe, como es el caso de don Davide, le deja un cómodo expediente al laico para ir a buscar el sacramento y después jugar al "minimalista".
Pensar algo así sería no conocer a lo lefes, ni a Pagliarani, ni al catolicismo, ni siquiera sería saber para qué sirve el sacerdocio.
Les aseguro que no les recomendaría nunca evitar un retiro, ni ser dirigido espiritualmente, ni dejar de aferrarse fuertemente a una "cominidad" con unidad religiosa-amical.
Si deducen lo contrario, es que no junan su trabajo, ni al lefebvrismo en general.
La gran ciudad es un gran cúmulo de desarraigo. Temo que hay cosas que hoy no son fáciles de comprender y aceptar, aún cuando exhiben los mejores frutos.

Anónimo dijo...

Orlando

"Dicho con otras palabras: los cuidados cultuales son sustituidos por solicitudes sociales. En lugar de la cura de almas aparece la asistencia social, cosa a la que nada hay que objetar, pero que es una tarea secundaria. La figura del pobre queda degradada si esa tarea pasa a ocupar el primer plano".
Ernst Jünger, "La Tijera".

"Los errores de nuestro tiempo vienen de un Cristianismo sin lo sobrenatural. La secularización es la causa - y ante todo el humanismo".
Simone Weil, "La gravedad y la gracia".

Martin Ellingham dijo...

Lagarto:

1. Lo que a mí me pareció digno de mencionar en el artículo de Pagliarini, que leí y traduje parcialmente en 2015, es que reconoce la existencia del paleo-clericalismo (en la primera parte, no traducida) pero señala la gran incoherencia del neo-clericalismo, actual, que suele incluir declamaciones contra el “clericalismo” (lo “viejo” es siempre “malo”) y a la vez ejercitar cotidianamente intrusiones clericales en ámbitos que no le corresponden. El ejemplo más claro para mí, hoy lo da Francisco: lanza condenas al clericalismo y luego se mete a opinar de cosas para las cuales no tiene potestad; hace “politiquería”; habla de materias científicas profanas… La potestad sagrada tiene límites impuestos por Cristo.

2. Los sacerdotes no tienen por única función ser dispensadores de sacramentos, algo así como una máquina que uno pone la moneda y sale el “producto” enlatado. Participan de la triple misión de Cristo: santificar, enseñar y regir.

3. No creo que pueda decirse que es “clericalismo”:
- hacer retiros o ejercicios ignacianos;
- tener dirección espiritual con un sacerdote;
- integrarse en una comunidad (como terciario, socio, etc.);
- formar vínculos de amistad con personas afines de esa comunidad.

4. Sí opino que estos medios podrían ser instrumentalizados por una doctrina o actitud clerical, como otros medios. Pero el argumento no puede olvidar su lógico contrapeso: el abuso no prohíbe el uso.

Saludos.

Anónimo dijo...

Asi pues sí, diría el chavo. No es clericalismo lo que corresponde hacer al clero. Y eso es lo que los modernistas quieren criticar en su degradación.

Anónimo dijo...

http://fundacionspeiro.org/verbo/1971/V-93-P-215-240.pdf

Me voy con Güilianson dijo...

Hoy técnicamente no hay mas curas o son muy pocos así que no puede haber ni clericalismo ni anticlericalismo. O sea que el texto de Pagliarini es absolutamente anacrónico.

No hay nada mas anticlerical que un cura modernista, y casi todos lo son. Así que Pagliarini se equivoca al hablar de clericalismo hoy.

En esta época en que el secularismo a invadido todo, es un anacronismo, sino es un intento de apología del secularismo. Pagliarini es un secularista solapado.

Me voy con Güilianson dijo...

´For myself, while I agree that clericalism (undervaluing the laity ) has been one aspect of the problem of the SSPX, I do not think that it has been the root of the problem´ [Mons. Richard Williamson: “FALLING SSPX”, Eleison Comments, CCCXXVIII (328), 26 October 2013].

Redacción dijo...

Me voy con…
Le publicamos el comentario porque se relaciona con el tema de la entrada. Pero le advertimos que no nos interesa enfocarnos en las disensiones internas de la FSSPX ni tampoco en las rencillas entre quienes la abandonan y quienes permanecen en la institución.

Anónimo dijo...

Quieren convertir al Padre director del Seminario de la FSSPX en un anticlerical? Evidentemente lo conocen poco.

Uno más dijo...

El clericalismo -que no es la adecuada afirmación del poder eclesiástico sino su desfiguración- resulta muy pernicioso, sobre todo en el ámbito de la acción política concreta. En este sentido, estoy de acuerdo con lo que afirma Jean Ousset acerca de reestablecer el poder temporal del laicado.