viernes, 12 de mayo de 2017

El Jerónimo de Hispanoamérica


Nos comenta un amigo de nuestra bitácora que en el sitio web del p. Javier Olivera se pueden descargar versiones digitales de libros y artículos de Straubinger «gran biblista alemán, fiel a la Iglesia y comentador eximio de los textos bíblicos», además de su traducción de la Sagrada Escritura. Straubinger es un autor recomendable por la seguridad de sus interpretaciones en un contexto eclesial en el cual el racionalismo bíblico hace estragos. 
Ofrecemos la lista de obras del sitio del p. Olivera con los enlaces:
1) Biblia de Straubinger (Antiguo y Nuevo Testamento): pdfword,  mobi.
2) Biblia de Straubinger (Nuevo Testamento completo): pdfwordmobiepub; para descargar la aplicación para IOS (iPhone, iPod touch o iPad), ingrese aquí; para Android, aquí)
3) Biblia de Straubinger en google play para android
Para conocer acerca de su vida:
a. Vida de Mons. Straubinger por Mons. Carlos Ruta (mobipdf) y por el padre Néstor Sato (mobipdf)
b. Libros de Straubinger: 
2. El misterio del mal en Job (pdfmobi)
3. Espiritualidad bíblica (wordpdfmobi)
4.  Cien Testigos (pdfmobi);
5. Ester y el Misterio del Pueblo Judío (wordpdfmobi)
6. Los Fariseos (pdfmobi)
7. Revista Bíblica: 31 Artículos de Mons. Straubinger (zip)
c. Artículos relevantes de Revista Biblica (dirigida por Straubinger) nros 2 a 61; descargar aquí.



13 comentarios:

Walter E. Kurtz dijo...

Lo curioso de Mons. Straubinger es que fue virtualmente ignorado por la Iglesia argentina, que prefirió el bodrio de Levoratti y Trusso ("El Libro del Pueblo de Dios"), que ha sido incorporada a los leccionarios argentinos, ¡e incluso fue subida a la web del Vaticano como versión oficiosa en castellano!

Han sido protestantes y biblistas no católicos los que resaltaron la labor del de toda la vida del sacerdote platense.

Anónimo dijo...

El Libro del Pueblo de Dios es un bello fenómeno de traducción y su edición española última en Verbo Divino es magnífica por sus introducciones y notas. Claro que leí a Straubinger, pero no es excelso. Lo siento. Hay tomas de posición simplemente fundamentalistas. Una traducción es un loable ejercicio siempre perfectible. Poder leer el latín, griego y hebreo da alguna ventaja a quienes podemos gozarlo.

Johannes dijo...

Hay algunas verificaciones puntuales que permiten evaluar rápidamente la calidad de una traducción. Una de ellas es Jn 3,13. Tanto Straubinger como el LPD tienen:

"Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo."

En contraste, dos Biblias recientes, en principio confiables para quien busca una traducción fiel y comentarios doctrinalmente ortodoxos, como son las de la Univ. de Navarra 2004 y las de la CEE 2010, tienen:

"Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre."

¿Por qué desapareció la frase "que está en el cielo", tan útil para rebatir "cristologías" apóstatas como la de Pagola, que no llegan siquiera a arrianismo sino que están a un nivel de adopcionismo o socinianismo? La respuesta es "porque está ausente en los mejores manuscritos". ¡Pero esa respuesta es inválida porque el pasaje de la adúltera (Jn 7,53-8,11), que universalmente y siempre ha sido considerado como canónico, está ausente en exactamente los mismos manuscritos antiguos que la frase "está en el cielo" y en un par más! Concretamente:

Jn 3,13 "que está en el cielo":

- presente en: 02 A Alexandrinus, Byzantine majority text, Vetus Latina, Vulgata, Padres de la Iglesia, comenzando con el "Diatessaron" de Taciano (c. 160-175) and el "Contra Noetus" de Hipólito (170–235);

- ausente en: P66, P75, 01 Aleph Sinaiticus, 03 B Vaticanus, 032 W Washingtonianus.

Jn 7,53-8,11, Pericope Adulterae:

- presente en: 05 D Bezae Cantabrigens., Byzantine majority text, Vetus Latina, Vulgata Codex Fuldensis, Padres de la Iglesia;

- ausente en: P66, P75, 01 Aleph Sinaiticus, 03 B Vaticanus, 02 A Alexandrinus, 04 C Ephraemi Rescriptus, 032 W Washingtonianus.

Johannes dijo...

Otro chequeo puntual es que Jn 9,38, con la profesión de fe y adoración a Jesús del ciego sanado, esté presente, lo cual es el caso en ambas traducciones, y que en Jn 9,35 la pregunta de Jesús sea «¿Crees en el Hijo del hombre?», lo cual es el caso en el LPD y no en Straubinger, que tiene «¿Crees en el Hijo de Dios?». Si bien la segunda variante facilita percibir que el ciego sanado actuó correctamente al adorar a Jesús, los mejores manuscritos respaldan la primera, por lo que debe ser preferida aunque exija un esfuerzo extra para explicar por qué era correcto que el ciego sanado adorase a Alguien que se auto-titulaba "el Hijo del hombre".

Johannes dijo...

Abusando de la paciencia de los anfitriones, agrego un par de puntos más que recordé.

La traducción fiel de Jn 1,18 "monogenēs Theos" es "Dios Unigénito". Lamentablemente tanto Straubinger como el LPD tienen "el Hijo Unigénito". Digo lamentablemente porque la traducción fiel refuerza la cristología ortodoxa, y además, lo cual tiene una significación mayormente estética, hace que la cantidad de veces que el Hijo es llamado Dios en el NT sea exactamente 7.

En el texto de Heb 1,3 que describe al Hijo con respecto al Padre como "charaktēr tēs hypostaseōs autou", la traducción de "hypostaseōs" como "sustancia", que viene de la Vulgata y es seguida por Straubinger, no es consistente con el vocabulario usado en la formación de la doctrina trinitaria y cristológica en los siglos IV-V, en que "sustancia" traduce "ousia" y no "hipóstasis". Dado que esa doctrina fue formada por Padres greco-parlantes como los Capadocios, que leían "hypostaseōs" en Heb 1,3, si alguien sostuviese que el significado de ese término no es el mismo en Heb 1,3 que en los textos patrísticos, pesaría sobre él la carga de la prueba y debería presentar un texto de algún padre capadocio que diga "Nosotros usamos hipóstasis en un sentido distinto que en Heb 1,3" o algo por el estilo. En ausencia de esa prueba, la presunción iuris tantum es que el sentido es el mismo, por lo que "hypostaseōs" no debe ser traducido como "sustancia" sino como "Ser", que es precisamente el caso del LPD. (O incluso como "Persona", lo cual he visto solamente en la traducción al inglés de la Biblia de los Ortodoxos griegos.)

En resumen, el Hijo es impronta de la Persona del Padre, de su Ser. No es impronta de su sustancia sino de la misma sustancia, homoousios.

El LPD tiene en cuenta los hallazgos de Qumran, porque en Is 53,11, luego de "verá", agrega "la luz". No he leido el AT de Straubinger, pero por su fecha sería sorprendente que incluyese "la luz".

La conclusión de estos chequeos puntuales es que la traducción del LPD parece muy buena, y de hecho en un punto crucial como Jn 3,13 es mejor que las de las Biblias de la CEE y de la Universidad de Navarra.

Nelson Sarmento dijo...

Gracias!!!

Anónimo dijo...

Gracias, Johannes por tan interesantes comentarios. Me gustaría añadir, con respecto a las citas de Juan y Hebreos que mencionas, el tratamiento que tienen en otras versiones católicas tradicionales en castellano como la Nácar-Colunga y la Bover-Cantera:

Jn 3, 13 "que está en el cielo" (presente en ambas)

Nácar-Colunga (1976): Nadie sube al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo.

Bover-Cantera (1957): Y nadie ha subido al cielo, si no es el que ha bajado del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo. (Nota a pie de página: El sentido de este versículo es: "Ningún hombre HA SUBIDO AL CIELO para conocer de vista las cosas celestiales; sólo las conoce EL QUE HA BAJADO DEL CIELO, es decir, el que como HIJO DEL HOMBRE ha aparecido entre os hombres, EL CUAL, empero, como Dios sigue ESTANDO EN EL CIELO".)

Jn 9, 38 "¿Crees en el Hijo del hombre?" (presente sólo en Nácar-Colunga)

Nácar-Colunga (1976): ¿Crees en el Hijo del hombre?
Bover-Cantera (1957): ¿Tú crees en el Hijo de Dios?

Jn 1, 18 "Dios Unigénito" (presente sólo en Nácar-Colunga)

Nácar-Colunga (1976): A Dios nadie le vio jamás; Dios unigénito, que está en el seno del Padre, ése le ha dado a conocer.

Bover-Cantera (1957): A Dios nadie le ha visto jamás: el Unigénito Hijo, el que está en el regazo del Padre mirándole cara a cara, él es quien le dio a conocer.

Heb 1, 3 "hypostaseōs" traducido como hipóstasis -"de su ser"- (ausente en ambas)

Nácar-Colunga (1976): que, siendo la irradiación de su gloria y la impronta de su substancia... (lástima, iba tan bien)

Bover-Cantera (1957): el cual, siendo destello esplendoroso de su gloria e impronta de su sustancia... (ausente en la cita, aunque presente en la nota de pie de página: IMPRONTA DE SUBSTANCIA: la palabra original "hypóstasis" no tiene aquí el sentido técnico que tuvo más tarde de subsistencia o "persona", sino simplemente de "substancia" o de "ser" [parecido pero no igual a lo afirmado más arriba por el amigo Johannes]. De este ser divino es el Hijo como una impronta o marca, esto es, tiene impresa en su misma substancia la forma del ser divino; es imagen perfecta y adecuada de Dios. Si la irradiación ["destello esplendoroso"] expresaba la consubstancialidad del Hijo con el Padre, la impronta y la imagen expresan la distinción personal: el Hijo es una persona en quien se imprime la figura de otro distinto, Dios Padre.)

En conclusión, resultó ser que en la mayoría de las citas bíblicas expuestas, la Nácar-Colunga (3 de 4) es más fiel al texto original griego que la propia Bover-Cantera (1 de 4), que se auto-presenta como versión crítica. A pesar de ello, sigo creyendo que es una versión estupenda.

Saludos a todos.

Francisco

Johannes dijo...

Francisco, en realidad de todos los puntos que mencioné los únicos que realmente marcan diferencia son que Jn 3,13 esté completo y que Jn 9,38 esté presente. En el primer caso Jesús está afirmando ante Nicodemo su divinidad llamándose a Sí mismo "Hijo del hombre" y en el segundo está recibiendo adoración luego de presentarse como "Hijo del hombre". Mi hipótesis es que el nexo entre ambos pasajes es Nicodemo, quien le dió una mano material y espiritual al ciego sanado luego de que los fariseos lo echasen de la sinagoga (9,34) y antes de que se encontrase con Jesús (9,35). Notemos que la situación del pobre hombre era dramática: ya no podía pedir limosna y no tenia idea de como ganarse la vida, porque había sido ciego de nacimiento.

En mi exégesis, cuando Jesús encuentra en 9,35 al ciego sanado, el ciego sabe, porque se lo dijo Nicodemo, que el hombre Jesús que lo había sanado era el Hijo de Dios y a la vez el Hijo del hombre de Dan 7,13-14, pero no sabe que el hombre que le acaba de preguntar "¿Crees en el Hijo del Hombre?" es Jesús, simplemente porque todavía no lo había visto. Por lo que su primer "Señor" dirigiéndose a Jesús en 9,36 es un mero título de respeto, y su pregunta sobre quién es el Hijo del Hombre significa "¿quién de las personas que me rodean es Jesús, el Hijo del hombre al cual todavía no he visto pero del cual ya sé que es el Hijo de Dios?"

Es una exégesis inusual pero

Johannes dijo...

Luego de mi comentario anterior sobre Heb 1,3 investigué el tema y comparto brevemente el resultado. Para entender el sentido de hipóstasis en la mente del autor debemos comenzar por entender el sentido de hipóstasis en su contexto cultural, el cual era simplemente sinónimo de ousía, término que en sí mismo no significaba esencia sino "ser" y que entra al discurso filosófico no como definición sino como pregunta: "¿qué es el ser primario?" (próte ousía).

Aristóteles, el referente de más peso, da dos respuestas diferentes a esa pregunta: mientras en Categorías dice que la ousía primera es el ente individual, particular, concreto, el "hypokeimenon", en Metafísica dice que la ousía es la esencia del ente particular, la cual es su forma (en sentido hilemórfico). Por lo tanto hipóstasis en Heb 1,3 podía en principio tener uno de dos significados: el individuo particular, o sea la Persona de Dios Padre, o la esencia divina.

A partir de lo anterior, cuál de esos dos significados es el usado en la expresión "impronta de su hipóstasis" es para mí muy claro a partir de dos nociones evidentes:

- Una impronta es producida a partir de un individuo particular, no a partir de una esencia que, aislada del individuo, no existe realmente. Por lo tanto el significado de hipóstasis en Heb 1,3 debe necesariamente ser el de sujeto particular, esto es la Persona de Dios Padre.

- La impronta de algo es numéricamente distinta al original. Por lo tanto, si hipóstasis en Heb 1,3 significa la Persona de Dios Padre, entonces el Hijo, al ser la impronta de esa hipóstasis, es una Persona distinta a Dios Padre, lo cual es precisamente lo afirmado por la fe ortodoxa.

En contraste, si hipóstasis en Heb 1,3 significase esencia, las dos nociones anteriores conducirían necesariamente a una interpretación arriana.

Finalmente, dado que el término substancia, que etimológicamente equivale a hipóstasis, pasó a ser usado desde Nicea como sinónimo de esencia en teología trinitaria, no es apto para traducir hipóstasis en Heb 1,3.

tío Tomás dijo...

En el seminario "Conciliar" de Madrid en 1990-décadas antes y hasta hoy día-, se DESPRECIABA (con fina ironía por algún profesor de Sgda Escritura) a la Biblia de Nacar Colunga, y no sólo por un profesor, sino como línea editorial permanente. la intención de las conciencias de estos "teólogos..." sólo dios lo sabe pero su apuesta por la Biblia de jerusalem, la Hermenéutica y desmitologización era,es y será una constante.

Walter E. Kurtz dijo...

Podemos discutir en la precisión de la traducción de ciertos términos, y quizá ahí en algunos Levoratti-Trusso la haya pegado mejor que Straubinger (igual la edición que aquí se pone disponible es una versión vieja de la "Biblia Platense").

Pero decir que Levoratti-Trusso es "bella" (¡!). Primero deberían saber castellano, antes que griego y hebreo. He llegado a contar cinco "ustedes" en un mismo párrafo.

Anónimo dijo...

Me parece que puede haber un error en la comparación de las ediciones de la Biblia libradas por Mons. J. Straubinger con otras versiones castellanas. A grendes rasgos, Straubinger hizo DOS ediciones de los Sagrados Libros (en realidad muchas más, pero permítaseme la síntesis); una primera tomada de la traducción original de mons. Félix Torres Amat, corregida y expurgada por el sacerdote alemán de los agregados que le hiciera Torres Amat, que fue publicada en varios tomitos por Editorial Guadalupe promediados los años '40. Disconforme con el resultado, se dispuso a iniciar una traducción completa ex novo, que es la que publicó en dos partes el Club de Lectores, primera edición, y otra edición más de un solo tomo con toda la Biblia. La linotipia de esta edición fué destruida por las autoridades eclesiásticas, por cuanto las versiones modernas son ediciones faximilares (la primera) y solo la segunda y actual, es propiamente "reedición". En el Antiguo Testamento hay diferencias notables ebtre ambas versiones, las que no resultaron así tanto por la obra del traductor y comentador (en esto último siempre certero el plantense por adopción), como por las diversas fuentes tomadas como texto original. En aquellos años se estimaban mucho los mal denominados "textos originales hebreos", de los cuales no existían, en verdad, casi ninguno disponible sino fragmentos, pero que eran en la base el famoso "texto masorético", cuya composición final por sabios israelitas data del siglo X de nuestra era, es decir, diez siglos después de la Encarnación del Redentor. El texto masorético se formó durante varios siglos, por lo cual San Jerónimo tomó para su traducción algunos (pocos) textos hebreos que estaban disponibles en sus días de fuente hebrea, lo cual le mereció la reprobación de San Agustín en "La Ciudad de Dios", cap. XLIII, para quien era preferible íntegra la versión griega de los LXX, la Septuaginta, por considerarla más fiel y por ser la versión del Antiguo Testamento que utilizan los evangelistas y era la corriente en tiempos de Jesús, y fue la usada amplia y exclusivamente por los Padres de la Iglesia. Straubinger, sin embargo, tomó mayormente textos masoréticos como originales hebreos porque así lo había estimado la Santa Sede al aprobar unas revisiones al texto clementino que más tarde, andando los años, constituiría la "neovulgata" sobre dicha base. No obstante, la aparición de los Rollos del Mar Muerto puso en crisis toda la ciencia bíblica al quedar parcialmente desautorizados muchos tramos del "texto masorético" que, fuera por error de los copistas o por malintencionado intervencionismo del texto, mostraban diferencias apreciables con las Biblias que habían tomado ese monumento como base de la traducción.

Anónimo dijo...

continúa: Straubinger no tuvo tiempo de estudiar estos nuevos descubrimientos, pues por obra de la persecución de que fue objeto, abandonó precipitadamente la Argentina en 1951 con destino a Alemania y prácticamente dejó de dedicarse a las traducciones al castellano. Posiblemente la única excepción a este revuelo fue el Psalterio, pues el alemán tradujo directamente la versión que San Jerónimo había compuesto para uso litúrgico que, si mal no recuerdo, era el Psalterio Galicano. ¿Por que fué perseguido Straubinger? Por su interpretación del Apokalipsis, especialmente en lo atinente al Milenio y por su constante rechazo del método histórico crítico. Por su lado, los Rollos del Mar Muerto aportaban una versión original en hebreo -justamente a eso se dedicaban los escribas de Qumrán: a recuperar y recopilar textos hebreos y copiarlos- contemporánea a los evangelistas, que dejaba al descubierto muchas incosistencias del texto masorético y rendía cumplido homenaje a la Septuaginta, mientras los biblistas católicos, de la mano insegura de Harnack y Bultmann, seguían embobados con los textos hebreos disponibles, al punto que en Is. 7,14 casi todas las Biblias modernas traducen -por ejemplo- "una joven", en lugar de "una virgen", como copia fidedignamente el evangelista en Mt. 1-23; o el conocido caso del Salmo 39-6 y la disconforme traducción de San Pablo en Hebreos 10-5 y que enuncia nada menos que el valor sacrificial universal de la Pasión de N. S. Jesucristo. Precisamente estos dos autores teutones recién nombrados difundieron ampliamente en el mundo de los biblistas el concepto de "helenización" de la Escritura y, por consiguiente, de la Religión (especialmente la católica, claro) tachándola de mero y vitando gnosticismo. Correlativamente, se destruía la autoridad del texto griego de la Biblia y se justificaba la introducción de agregados y la supresión de algunos pasajes sagrados que figuraban en la Biblia griega, defendida por el Obispo de Hipona, a favor del texto hebreo. Considero que estas breves reflexiones pueden aportar alguna luz sobre las diferencias textuales que se han apuntado más arriba. L. b-C.