sábado, 22 de octubre de 2011

Una visión sobre el próximo encuentro de Asís

Ofrecemos a nuestros lectores una traducción del artículo de Don Stefano Carusi sobre el próximo encuentro de Asís.


Pío VII "asiste" a la autocoronación de Napoleón.


Asís III está a las puertas. Lo dijimos ya el 13 de abril, en el punto 4 del artículo. La necesidad teológica y eclesial una "tercera vía": ni vórtice "cismático" ni conformismo "alineado" (primera parte). En ese lugar hemos expresado una posición independiente de este sitio, cuyo director pertenece al Instituto del Buen Pastor; y que cuenta con la colaboración de los fieles laicos que miran con interés a ese Instituto.
Dijimos:
a. Que somos fuertemente contrarios a los encuentros interreligiosos, posición pública y conocida por el Santo Padre y por la Iglesia en general.
b. Que, en términos más generales, cuando el Osservatore Romano escribió, con firma de Renzo Gattegna, que la Iglesia Católica debe renunciar a la conversión de los hebreos, nuestra revista realizó una denuncia pública, presentada ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, en diciembre de 2010 (un mes antes del anuncio de Asís III) y posteriormente publicó un artículo sobre el particular.
c. Que el motivo de dicho encuentro, más que meramente teológico, podría estar vinculado, más de lo que pudiera pensarse, al actual equilibrio [político] internacional o bien a equilibrios internos del mundo eclesiástico. Tanto es así que en el punto 3 hablamos -no por casualidad- de actos no infalibles que la autoridad realiza o padece, propone o parece proponer.
d. Que, como observadores, veíamos una contradicción en aquellos que afirmaban tanto “la indecible gravedad de Asís III” (por lo que nosotros habríamos sido, a su juicio, demasiado moderados) y el éxito de "discusiones teológicas Econe-Roma" (discusiones que, según ellos, iban a corregir los principios de la crisis de la Iglesia y convertir a Roma): pues, en efecto, visto el énfasis "doctrinal" que se ha querido dar a estas discusiones, si tuvieron buen resultado, significará que, de hecho, el ecumenismo actual no plantea problemas para los interlocutores.
e. Que conociendo el pensamiento del entonces cardenal Ratzinger y sus declaraciones anteriores sobre el efecto catastrófico de estos eventos –lo que ya presagiaba en ese entonces, que hubiera algo extraño en tal convocatoria- creemos diferenciarnos de los “comentarios muy ligeros” (a veces incluso “epítetos”) hacia el Santo Padre, publicados en algunos “sitios de la zona tradicionalista”. Preferimos, en conciencia, decir tanto como hemos dicho más arriba, y esperar los acontecimientos para conocer a fondo cual es, en la mens del Papa, el verdadero motivo de este encuentro, y así poder decir más.
Como prometimos en aquel momento, volvemos ahora sobre el tema; y lo hacemos en este momento porque tenemos un nuevo elemento de gran importancia, para la comprensión del evento. De hecho, en estos días se ha difundido (¿por casualidad?) un texto manuscrito del Santo Padre, en respuesta a las preocupaciones expresadas por un viejo amigo, el pastor luterano Pedro Beyerhaus (a veces se encuentra audacia donde no se la buscaría...). Vamos a examinar cuidadosamente la respuesta, claramente privada pero reveladora de Benedicto XVI:
Comprendo muy bien su preocupación respecto a mi participación en el encuentro de Asís. Pero esta conmemoración debe celebrarse, de todos modos, y, después de todo, me parecía lo mejor ir allí personalmente para intentar de esta manera determinar la dirección del todo. Sin embargo haré todo para que sea imposible una interpretación sincretista o relativista del evento, y para que quede firme que siempre creeré y confesaré lo que había traído a la atención de la Iglesia con la Dominus Iesus.
Es un fragmento impresionante. Está claro que lo que generalmente se da por descontado, esto es, que el Papa determina la dirección de los asuntos en la Iglesia, en realidad no lo es de hecho: el Papa cree poder tan sólo “intentar de esta manera determinar la dirección del todo”. De hecho, “esta conmemoración debe celebrarse, de todos modos, y, después de todo” ¿Por qué? El Papa no lo especifica, pero préstese atención a la concatenación del discurso: en primer lugar, no contradice, la preocupación de su interlocutor, dando la impresión de compartirla; luego describe el evento en cuestión como algo inevitable, incluso si él desdiese no ir o prescindiendo de su asistencia, y en virtud de lo cual su presencia personal buscaría reducir los riesgos. Por ende, un acto, más que querido, padecido. Es la interpretación que se desprende, de manera un tanto confidencial, pero por escrito, de las palabras del mismo Benedicto XVI.
Y es una interpretación de la que resulta contradicha cualquier lectura ideológica del evento, en ambos frentes.
En efecto, contra algunas opiniones temerarias de los representantes del "ala dura" del mundo tradicionalista, el motivo no es atribuible a factores predominantemente teológicos, a una ciega voluntad ecumenista del Pontífice reinante, sino a los condicionamientos en que se encuentra.
Pero también contra la actitud, asimismo abstracta, de cierto mundo tradicional, que gustaría mostrarse alineado también respecto de esta clase de actos; por ejemplo, queriendo aplicar de modo absoluto la hermenéutica de la continuidad a Asís III, y por esta vía dando una valoración sustancialmente positiva (si no, casi laudatoria) del acontecimiento.
De hecho es claro -incluso en el libro del entonces Presidente del Senado italiano Marcello Pera- que Joseph Ratzinger busca sustituir, con suavidad y de manera diplomática, el diálogo interreligioso, por un diálogo esencialmente intercultural: pero con un poco más de sentido de la realidad, es asimismo claro que, tales encuentros, de hecho, se prestaban a graves peligros. El intento correctivo de Asís I es un aspecto real de la cuestión; pero también es real que, oficialmente, Asís III se presenta como un acto conmemorativo de Asís I. Naturalmente, queda por ver qué es exactamente lo que se dirá y hará en Asís III, aunque por parte de obispos y sacerdotes ya conocemos discursos ajenos a las raíces de la ortodoxia que han tomado como punto de partida el próximo evento.
Releamos el fragmento de S.S. Benedicto XVI, razonándolo, y veremos que lo que emerge no es la valoración de un bien, sino más bien de un daño que, creyendo imposible impedir, se trata de reducir. Un "tradicionalismo" servil, ultra-ratzingeriano (timorato o acomplejado), que en lugar de limitarse a las justas explicaciones, se sintiese obligado a compartir y a aprobar Asís III, a pesar de que no se trata de un acto magisterial, ni de una la ley de la Iglesia, se encontraría "a la izquierda" no sólo de un Monseñor Gherardini y de sus reservas acerca del abuso de la noción de “hermenéutica de la continuidad”, sino que también se encontraría a “a la izquierda” del mismo Papa Ratzinger. ¿Prestaría con ello un buen servicio al Santo Padre, en vez de colocarse en posiciones de mayor libertad? ¿Qué razón de ser le quedaría?

60 comentarios:

sofronio dijo...

Pues si los sencillos han de considerar tantos matices,dobles lecturas, dónde se dijo diego y se quiso decir digo, documentos plagados de circeterismo y frases anfiológicas de Ratzinger,y además distinguir en el 'galimatías' de saber a que grado de magisterio corresponden determinados escritos, en cuya cuestión no se ponen ni los cardenales de acuerdo y ni aún los Prefectos, se me ocurre preguntar tontamente ¿Quién los confirmará en la verdadera fe?

Marcelo dijo...

Con el debido respeto al autor, no veo como puede hacerse una interpretaciòn de un acto convocado por BXVI, celebrando la anterior convocatoria de JPII
-beatificado por BXVI--, a partir del fragmento de una carta privada a un luterano.

El sentido y objeto de estos actos salen primordialmente de los documentos oficiales, en algunos casos leìdos y firmados por los mismos JPII y BXVI. O sea, el magisterio sale de ahì, no de fragmentos de cartas privadas. Y si no es magisterio, que lo aclaren de una vez, porque sino la confusiòn es --valga la redundancia-- clarìsima.

Y que quede claro que no estoy defendiendo Asis, todo lo contrario.

Isaac García Expósito dijo...

¿Y qué hacemos con estas escandalosas declaraciones de un Obispo de la Iglesia Católica?

http://www.elpais.com.uy/111016/pnacio-600090/nacional/-Iglesia-dara-nuevas-pautas-respecto-a-la-infertilidad-/

"-¿Hay algún caso en que la Iglesia acepte el uso del preservativo?

-Vamos a ver, claro que lo hay, lo que pasa es que es muy difícil decirlo. Hay cosas que no se pueden decir porque necesitarían tanta explicación..."

Este obispo pertenece al Opus Dei. ¿Ha engañado el Opus Dei a sus fieles durante años?

¡Qué vergüenza!

¡Señor ven pronto!

Martin Ellingham dijo...

Isaac:

Creo que el autor alude a la opinión de Rhonheimer que en su momento se debatió en Infocatólica. Así está la cosa...

Y queda el supuesto de las monjas que temen una posible violación y la licitud de que emplearan un preservativo femenino o tomasen pastillas anticonceptivas (no abortivas) para prevenir un embarazo, aunque no sé si está aludiendo a este singular supuesto.

Saludos.

Martin Ellingham dijo...

Sofronio, pienso como Ud. en cuanto al efecto confusionario de esta clase de eventos.

Y coincido con Marcelo en que lo deseable es que sean actos magisteriales públicos los que aclaren intenciones, de algo que, a mi modesto entender, no debería tener lugar.

Saludos.

Isaac García Expósito dijo...

Martín:

¿Ha leido usted la entrevista? No hay por donde cogerla.

Isaac García Expósito dijo...

Además Martin, un preservativo no es lo mismo que un anticonceptivo. En un especialista de la cosa, se le presupone la distinción común, por otra parte, al hombre de la calle.

Anónimo dijo...

Adversus Haereses dijo:

Sofronio, totalmente de acuerdo con Ud.: al asunto éste no hay por dónde agarrarlo.

M. Ellingham: un tanto ingenua su opinión respecto de los conceptos vertidos por ese personaje... ¿De verdad cree Ud. que se refería a monjas? Já...

Por otro lado, le recuerdo que la aseveración de que habría pastillas anticonceptivas no abortivas, carece de realidad: es sabido (y probado) que NO SIEMPRE impiden la concepción, en cuyo caso estarían funcionando como abortivos al impedir la anidación, por ejemplo. Así que a las monjas que se las dan de valientes y se exponen a tales desventuras, más les valdría la virtud heroica en serio de aquella pobre cuyo convento fue arrasado en una razia musulmana y que prefirió dar a luz a la criatura jamás buscada, como reparación y holocausto al Dueño de la Vida... Ésa sí es una verdadera monja, aunque se haya visto obligada a ser madre.

Martin Ellingham dijo...

Isaac:

Acabo hojear la entrevista y tienes razón no habla de anticonceptivos. Pero no tengo mayor interés en leerla toda.

Saludos.

Martin Ellingham dijo...

Adversus:

Fue un caso muy discutido por moralistas sobre el que no tengo ánimo de opinar. Sí decirle que las decisiones morales respecto de las consecuencias se toman respecto del curso natural y ordinario de las cosas. Eso, más los principios de la acción de doble efecto.

Saludos.

sofronio dijo...

La entrevista a Mons. Carrasco de Paula, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, la pueden leer aquí, subrayadas las frases que contradicen la doctrina católica:http://matercastissima.org/index.php/heterodoxos-doctrinales-y-morales/heterodoxiadoctrinal/escandalo-de-las-declaraciones-de-mons-carrasco-de-paula.html

De paso, al lado de este artículo hay el ejemplo de una comunidad católica, que ¡ Oh asombrosa novedad !, no reza con los mahometanos, sino que reza por su conversión y además los predica sobre la Santísima Trinidad ¡ cosa increíble y nunca vista para los menores de 50 años!

Si estos son los pastores, pobres ovejas de Cristo. Porque las ovejas son de Cristo no de ellos ¿o no?; pues Cristo, El Señor dice a Pedro: ' Apacienta MIS ovejas (no son las tuyas).
Recemos para que en Asís, ya que parece inevitable, se predique a todos los infieles y herejes allí presentes la necesidad de creer en Cristo para salvarse

Miles Dei dijo...

Yo creo que lo que no se piensa detenidamente es esto:

Pero esta conmemoración debe celebrarse, de todos modos

Esto es ni más ni menos que la confesión de que el Papa no es libre y estamos ante una sede impedida para ciertas cosas y actos y que debe plegarse a minimizar los efectos de los impedimentos.

La Fraternidad lo llamaría estado de excepción. Y la percepción común del fiel no tan bien formado, pero fiel, es que esto es un caos y un galimatías.

Unknown dijo...

Miles Dei, a mi tb me llamó mucho la atención la frase del Papa "Pero esta conmemoración debe celebrarse, de todos modos".

Da mucho que pensar, y de lo peor: tal vez en oscurísimas maniobras que nos son desconocidas.

Por eso creo que se debe hacer aquí como en todos los casos: no juzgar el fuero interno de nadie, a la vez que odiar, denunciar y combatir los actos inicuos.

Anónimo dijo...

Cuanto más leo los comentarios Eleison de Monseñor Williamson, y comparo con estos curas posconciliares, más me doy cuenta que Monseñor debería ser nombrado Papa y abandonar definitivamente la nuevaiglesia posconciliar que ardan en el infierno ellos solitos.

sofronio dijo...

Una buena crítica a infocatolica, ACI y REL realizada por Secretum meum mihi junto con una reflexión interesante de Isaac García Expósito, fundidas en una misma noticia se pueden ver aquí, con el link a cada uno de los artículos originales de dos los autores:
http://matercastissima.org/index.php/heterodoxos-doctrinales-y-morales/heterodoxiadoctrinal/carrasco.html

Tulkas dijo...

¿por qué debe celebrarse?

Pues porque la beatificación de Juan Pablo II ha supuesto no un reconocimiento eclesial de sus virtudes heroicas y de un milagro, sino más bien, para muchísimos católicos aggiornatti, la consagración de su estilo.

No conmemorar Asís sería como mermar esta terrible pero ineludible y cierta consecuencia de una beatificación que se tendría que haber hecho muy de otra manera.

Fray Eusebio de Lugo O.S.H. dijo...

Parecéis dar por supuesto que Benedicto XVI actúa de buena fe, y que le obligan a hacer algo que realmente no querría hacer.Aunque sea como hipótesis, ¿No se os ha ocurrido pensar en que pudiera no ser así, y que entrara en la categoría de aquellos clérigos que S Pío X nos mostraba aparentando indecisión, buena intención y deficiente realización, sana doctrina pero debilidad en la práctica, cuando lo cierto es que saben perfectamente lo que quieren, y juegan con la sentimentalidad de los fieles, intentando aparecer como oprimidos y perseguidos, de modo que éstos no sean capaces de denunciar sus intenciones?

Inocencio dijo...

El articulete de Don Carusi causó la ira del Padre Guillaume de Tanöuarn

http://ab2t.blogspot.com/2011/10/assise-iii-et-les-zoiles.html

Anónimo dijo...

Adversus Haereses:

Martin Ellingham, Ud. me dice :
"las decisiones morales respecto de las consecuencias se toman respecto del curso natural y ordinario de las cosas. Eso, más los principios de la acción de doble efecto."

Y dicho así, tan fácil y fríamente, resulta que si hubo concepción y el Nuevo Ser fue eliminado, no se lo toma en cuenta en el caso de una monja violada, pero SÍ se insiste sobre esto en el caso de matrimonios o alguna otra situación, siendo que el resultado es el mismo: un inocente ha sido matado...

Sinceramente, todos los que promueven y justifican estos principios me inspiran PROFUNDO ASCO. Son unos reverendos hipócritas, perversos de guante blanco que no juzgan según el espíritu sino según las tinieblas del hombre carnal.

Como dice uno por ahí, "Señor, ven pronto"...

Martin Ellingham dijo...

Adversus:

Analice el objeto moral (no el físico) para no caer consecuencialismos.

Saludos.

Martin Ellingham dijo...

PS: v. el ejemplo de la histerectomía bajo el principio del doble efecto.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Parece increíble que haya idiotas que crean que una violacion es un acto sexual Por supuesto que no lo es. Y tan licito es que la mujer, mientras esta siendo violada, intente repeler o interrumpir la violacion - y supongo que nadie invocara su obligacion de continuar con la violacion para evitar un coitus interruptus - como posteriormente a la misma recurrir a medios defensivos para evitar una concepcion que no es fruto de un acto sexual. Esto es elemental.
Las restantes declaraciones del monsignorino, lamentables.

Miles Dei dijo...

¿El principio del doble efecto sigue aplicándose a posteriori del acto malo de la violación cuando esta ya no existe más que en sus efectos naturales?

Entonces el objeto bueno buscado, que es el evitar la agresión sexual, ha cambiado radicalmente y consiste en evitar la concepción de un nuevo ser fruto de dicha agresión. Se ve directamente al posible niños como un agresor.

No tengo tan claro como tal postura no acabará propiciando el aborto del niño en caso de que nazca. Aparte de la gran contradicción explícita en todos estos temas: se supone que un acto sexual fuera del matrimonio no es unitivo ni conceptivo, pero sin embargo se actua contra el fin conceptivo que se dice que en tal acto no existe.

Miles Dei dijo...

Y no confundan, no me refiero a la limpieza vaginal que actúa sobre secuelas de la agresión (el esperma que queda en la vagina al cual se quiere expulsar para quedar limpia bajo principio de doble efecto). Me refiero a los medios que se aplican una vez ha cesado la agresión (o la percepción sensible y objetiva de la misma más allá de la psicológica) y que se aplican directamente sobre los órganos femeninos encaminados ya directamente a la contracepción.

En tal caso que la intención contraceptiva puesta de manifiesto puesto que no se opera sobre elemento agresor alguno, será la que tome el peso. Más allá de la de evitar una agresión (quedar limpia, como suele ser el sentimiento natural de la mujer violada) estamos dando carta blanca a que por las mismas cualquier otro acto sexual donde el tener un hijo se considere como un daño se pueda usar de dicha intención aplicando el doble efecto y por tanto poner medios anticonceptivos. (Quedar libre de embarazo alguno)

Por eso es que aún los medios naturales deban quedar siempre abiertos a la recepción de la vida en el respeto de "la razón" del acto conyugal y ser no fruto de una mente anticonceptiva -aunque en rudos sea muy difícil de distinguir ambas cosas-.

Anónimo dijo...

Luego de una violación tampoco es lícito abortar.
Si existiese una píldora que evite el embarazo, que además no sea abortiva (pues si no deja dudas de si el embarazo fue evitado o el feto matado), en ese caso podría usarse.

Pero, tal píldora, no podría usarse, aunque no fuese abortiva, ante relaciones consetidas, dentro y fuera del matrinomio. Solo podría usarse en casos muy complejos.

Terde.

Miles Dei dijo...

Pues no lo veo claro porque en tal caso se hace depender la licitud de un proceso de la intención puesta en el mismo. Y dado que el proceso es la anticoncepción, queda abierta la puerta a ulteriores intenciones dentro y fuera del matrimonio.

Aparte que está por ver en qué manera se cumple con el doble efecto cuando se vulnera el principio de que el fin malo no sea buscado directamente. Una cosa es querer quedar limpia de espermatozoides no consentidos en el propio cuerpo y de la agresión que representan y otra no querer concebir una vida caso de que esta viniera, aunque fuera por una serie causal no adecuada ni querida ni propicia. Confundir ambos conceptos en uno hace muy difícil precisar porqué no se van a suponer igualmente lícito el repudiar tal embarazo caso de que se produjera. Y peor, como no va a ser lícito tal recurso cuando ambas o una de las voluntades en juego en un matromonio no quiere tener hijos.

Cierto que el caso de violación es extremo por la agresividad. Pero cuando el marido viola a su esposa, ¿también podría usarse el recurso? La casuística se impone desarrollando los aspectos letales de asumir que la contracepción artificial es algo intrínsecamente admisible más allá de los medios naturales y que el concebir un hijo es un mal en determinados casos privando un mal mayor que sería la salud o el prevenir un posible -que no seguro- escándalo (madre soltera, monja violada embarazada).

Piensen la enormidad de considerar que concebir un hijo sea un mal, porque aquí, al contrario que en el resto de causas segundas, sí que hay una intromisión directa de Dios en la historia creando un alma humana sobre el acto humano de la concepción. Se haría a Dios partícipe del mal de haber concebido un hijo fuera del matrimonio. Y en tal caso se está actuando contra ese mismo mal, que no es otro sino Dios donando su vida. Por las mismas, cuando peligra la salud de la madre, sería lícita la contracepción artificial (más de la casuística)

Al final el mundo feliz se impone porque antes que considerar los principios aplicados a los casos, separó a Dios de los principios, haciendo de la moral también una técnica.

Anónimo dijo...

Y si le pedimos los neocatecumenales que traigan el candelabro como en esta foto?
http://www.elarcadenoe.org/septima/eucaristia.htm

Moralista dijo...

Me parece que Carrasco se refiere a:

mujer violado cerca del momento de la fertilidad. Los espermatozoides viven algunas horas. Algunos ya están en el útero, por lo tanto, si hubiese "algo" que elimine esa ovulación, podría usarse lícitamente.

Miles Dei dijo...

¿Y el objeto de eliminar la ovulación es?

-¿evitar al intruso? (Limpieza de elementos agresores)

-¿evitar las consecuencias naturales de un intruso que ya ha entrado en las fuentes de la vida? (Anticoncepción)

Esa es la diferencia sutil sobre la que dicha doctrina construye un peligroso puente que permite que en otros momentos de la casuística sea cruzado en similar manera y acabe siendo la cabeza de playa de la naturalidad de la anticoncepciópn artificial.

No. Dicha doctrina no sólo no es segura ni jamás enseñada por la Iglesia de modo firme, sino muy peligrosa por la alteración en la comprensión de principios elementales en el juego del doble efecto, como es el que el mal no puede ser directamente querido en la acción que pretende evitarlo porque de lo contrario sería hacer un mal para producir un bien.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

para que haya contracepción tiene que haber acto sexual. La violación no tiene razón de acto sexual, ergo, evitar la concepción tras una violación no es anticoncepción en sentido moral, es un acto de legitima defensa. Si la mujer fuera inseminada artificialmente a la fuerza, sería lo mismo. No se atenta contra el significado del acto sexual, porque no hay tal. Al no haber acto sexual, sólo hay una consecuencia biológica que puede ser evitada sin agravio para nadie ni disociación de lo sexual de lo reproductivo, porque no hay sexualidad, hay un simulacro de sexualidad que se llama violación y que inicia un proceso biológico sin significado moral, porque no es voluntario ab initio. Por eso puse el ejemplo del coitus interruptus: nadie diría que la mujer que se zafa de una violación in medias res está frustrando el fin de la concepción. Distinto es ya el caso de que hubiera concebido, ahì no es lícito recurrir al aborto.
El objeto de un acto voluntario se determina por la concurrencia de todos sus elementos. Si no hay voluntario, no hay acto moral.

Anónimo dijo...

Como siempre Ludovicus iluminando.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Y ojo, no estoy diciendo que la falta de intención sanea la anticoncepción, estoy diciendo que la falta de libertad frustra el mismo acto, convirtiéndolo en un acto no voluntario y despojándolo de su esencia sexual (la viole quien la viole, así sea el marido), por lo que no tiene intrínseco significado procreativo y las consecuencias que se sigan de él pueden ser evitadas, en la medida que no hayan generado vida. Lo cual no es tan raro: es como cuando se fecunda in vitro.

Anónimo dijo...

Terde y Ludovicus están diciendo lo mismo?

Creo que sí, pero para confirmarlo es que pregunto.

Miles Dei dijo...

Bien, Ludovicus, intentando comprender lo que dices, si en una violación no tenemos un acto sexual, ¿por qué Dios pone almas a los frutos de las violaciones?

Si la concepción de un nuevo hombre fuera algo meramente biológico pues este razonamiento sería correcto: la voluntad humana predomina sobre la biología cuando hay una razón de injusticia. Es más se desmontaría toda la moralidad que durante siglos la Iglesia ha practicado alrededor de la unión sexual anticonceptiva bajo la excusa de una mejorcomprensión de la biología humana, pero estoy convencido que en la praxis moral de la Iglesia en este respecto y en la ratio de acto sexual fecundo no entra sólo la biología humana cuando se trata de la concepción de un nuevo ser, sino la contemplación de otra voluntad superior en juego que culmina dicha unión con una intervención en la historia en el acto de animación.

¿Dios obra una injusticia sobre la injusticia de la violación al crear una nueva persona? ¿Dios es un ser que mecánicamente responde a los principios biológicos poniendo vida allí donde por fuerza el hombre quiere unir gametos? Parece ser que así es si miramos el problema de los embriones in vitro, pero entonces ¿donde queda esa alma individualmente querida por Dios desde la eternidad y preparada para un instante determinado en la providencia? ¿Donde quedan esos niños que son dones de Dios a sus padres más allá de la mera biología?

La verdad, sigo viendo una doctrina peligrosa en todo esto y tengo la extraña sensación de que la técnica está traspasando una frontera que no debe. Aparte de lo ya dicho: no se cumplen condiciones del principio de doble efecto -como sería la de que la acción directamente querida no puede ser mala-, aunque eso es algo que los moralistas contemporáneos tienden a minusvalorar aduciendo la confusión de las percepciones (por ejemplo esta de que no es acto sexual, no hay concepción, y por tanto no hay anticoncepción ni maldad, sino defensa) Pero sin embargo sí hay acción directa sobre las fuentes de la vida (anovulatorio) para impedir una concepción futura como acto directamente querido en lugar del acto indiferente o bueno de limpieza de elementos externos y no queridos en la intimidad de la mujer. Hay un cambio cualitativo en esa intención que a mi modo de ver lo cambia todo y hace que esa doctrina no sea tan simple como el mero lavado vaginal.

Miles Dei dijo...

Y si vamos al caso de los célibes por el Reino de los cielos. ¿Estamos afirmando que para un célibe está permitido el autoesterilizarse usando de una técnica que no produzca daños en el organismo?

¿Se puede hacer esto en determinadas circustancias de peligro de violación? ¿Y siempre que la mujer considere que hay un peligro de ser violada? ¿Y aún cuando sin haber peligro se considere que no se va a poder mantener la integridad y el dominio sobre el propio cuerpo para cumplir el voto?

Yo lo único que se es que la persona más casta y virgen consagrada quedó abierta a la vida que fue la voluntad de Dios para ella a pesar de que no podía conocer varón. También nos podemos cargar toda la Mariología de paso, con estos pinitos. Por eso es doctrina muy peligrosa.

Anónimo dijo...

Miles, los niños que nacen in vitro no tienen alma.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Miles Dei,

"si en una violación no tenemos un acto sexual, ¿por qué Dios pone almas a los frutos de las violaciones?"


Por las mismas razones por las que las pone en una probeta, o en una clonación. Dios "pone" un alma cuando el suppositum material es apto para recibir la forma. No hace falta sexo para eso.

Cordialmente,

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Por otra parte, te recomendaría manejar la analogía cuando se habla de la Voluntad de Dios, tema complicado si los hay. Los barrocos, con cierto tufillo fatalista por no decir islámico, son muy propensos a confundir los diversos planos, y deducir de la necesaria intervención de Dios para infundir el alma racional, consecuencias necesarias que nada tienen que ver con la autonomía del ente en su faz propia. Lo he notado en algunos medios barrocos, una especie de mix entre Voluntad de Dios y natalidad que lleva a confundir las cosas y opacar la consideración del acto moral. Así, algunos justifican la natalidad irresponsable con un "adherir a la Voluntad de Dios", ya que si Dios te manda los hijos, ¿por qué limitar su número? sería desobedecer la Voluntad de Dios, etcetera. Una de las notas del pensamiento barroco, asesino de la analogía y de los diversos planes de la Voluntad divina (antecedente, consecuente, etcetera) es confundir todos los planos, delicadamente distinguidos por Nuestro Señor, por ejemplo, cuando habló de que eran necesarios los escándalos pero ay de los que los realizaban.
Hoy mismo hay una plétora de neocones en Infocatólica afirmando que el Papa es elegido directamente por el Espíritu Santo, sin distinción analógica alguna.
Todos estos errores, igual que lo de la violación, nace de no tener una base firme y clásica de análisis del acto moral, sustituída por un voluntarismo de neto corte nominalista.

Anónimo dijo...

Esos neocones están locos.
Es obvio que al Papa lo eligen los cardenales.

Anónimo dijo...

Gracias, Ludovicus. Es desgastante tu tarea, pero no sabes cuánto iluminas y ayudas.

Miles Dei dijo...

No Ludovicus, no respondes a lo que planteo directamente: la acción anticonceptiva directa no puede ser naturalmente buena y mucho menos objeto bueno de una opción moral. Ni dentro ni fuera del matrimonio. Ni aún en el caso de una violación. Ni siquiera en el caso del uso de medios naturales, donde precisamente su esencia consiste en quedar abiertos a la concepción de un nuevo ser.

Prescindiendo del plano metafísico de la concepción, en que hay muchas cosas que se ponen en el caldero al separar la concausalidad de Dios y los progenitores -como el momento de la animación o la providencia divina sobre una persona, que es algo muy distinto de la providencia sobre una serie de causa materiales- hay que distinguir la intención anticonceptiva y cerrada a la vida, injustificable aún en caso de agresión, del efecto bueno querido. Si los hacemos coincidir, tenemos la aberración de que la anticoncepción sería buena. Y como te digo, eso no se subsana con un juego de palabras que dice que no hay contracepción porque no hay concepción ya que no hay acto sexual. Contra eso está la evidencia de que se conciben niños frutos de violaciones.

Resumiendo: se está afirmando que la concepción en su mera materialidad (sustrato material) es prescindible siempre que no haya un elemento formal que la justifique. La petición de ámbito de este principio lleva directamente al desastre del mundo feliz. Cada vez más, y quizás sólo retenido por el temor a matar a una persona, el principio exigirá un ámbito mayor de aplicación de los anticonceptivos. De la violación a la prostitución, de la prostitución al lecho conyugal en determinadas condiciones... Si se incluye el adulterio y el tremendo problema del divorcio, simplemente se está echando leña al fuego en lugar de ayudar a las personas. Otra línea iría por el asesinato de todos los embriones que no pueden desarrollarse (cosa que ya se hace con impunidad)

Miles Dei dijo...

Lo propio es decir que la elección del Papa ha sido prevista en la providencia divina. Pero decir, que ha sido elegido por el Espíritu Santo es confundir el orden de causas, que sería como decir que Dios ha cometido un sacrilegio porque un sacerdote ha dicho una Misa negra.

Pero en el acto de creación de la persona humana. Dios es auténtico creador tal como lo son los padres a los que asume como creadores en una especie de concausalidad. No es lo mismo.

Martin Ellingham dijo...

Miles:

Una violación es una injusta agresión. Lo mismo sucedería si se secuestrara a una mujer y por la fuerza se la fecundara artificialmente. O si se tratase de una mujer en coma o de una amente. En previsión de cualquier de estas posibles agresiones injustas, parece legítimo que la mujer se defienda u otros lo hagan por ella.

La inmoralidad de la contracepción radica en disociar el fin procreativo-unitivo del acto sexual humano. Pero la violación no es acto sexual humano, porque no es libre, sino injusta agresión, un acto de violencia física. La violación sólo guarda con el acto sexual humano una semejanza en cuanto al objeto físico, pero son totalmente distintos en cuanto a los objetos morales.

Saludos.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

No, nada que ver Miles. Veo que no alcanzas a percibir cuál es la formalidad del acto sexual, considerando una violacion acto sexual, de alli sales con la apertura a la vida e via dicendo, para terminar con argumentos policiales como que así nos iremos al aborto.
No lo voy a repetir, el error esta en la mayor. No hay acto sexual, ergo no hay más apertura a la vida que la de las piernas dr la mujer violafa, ergo toda medida defensiva, desde la interrupción del acto, pasando por el lavaje vaginal, uso de espermicidas o inhibicion de la ovulacion es licito.
Y del hecho de que se conciba despues de la violacion no se sigue nada. Tambien se concibe en probetas, y eso no establece la obligatoriedad de andar juntando espermatozoides y ovulos.
Bueno, me repeti.

Miles Dei dijo...

Bien, acabas de dar licitud al uso de píldoras para prevenir ser violada en las peligrosas calles de nuestras ciudades y por las noches tener "sexo seguro" e inculpable con el marido en virtud del doble efecto. (Una de las muchas ampliaciones del ámbito de este princpio en la amplia casuística)


EL problema no es que la mujer no se defienda. El problema es que no aplica el doble efecto porque se busca directamente un acto malo en sí, como es la contracepción. Lo que vienes a decir es que la contracepción sólo es mála en determinados supuestos y no objetivamente mala, por lo que el cúmulo de supuestos es ampliable en función de los parámetros utilizados: ya sea utilidad, conveniencia, etc. Un caso, el de arriba, con acción preventiva, como en toda justa defensa.

Martin Ellingham dijo...

No, Miles, tu argumentación es circular. El problema está en la definición misma de contracepción, que en tu caso es una definición "física" (porque parte del objeto físico del acto, tomado como resultado) y no "moral" (parte de la estructura objetiva del acto moral). Es como definir el objeto moral del homicidio por el resultado letal; luego hay que considerar homicida tanto quien mata en legítima defensa como a quien ejecuta a un reo condenado a muerte.

Saludos.

Miles Dei dijo...

La inmoralidad de la contracepción radica en disociar el fin procreativo-unitivo del acto sexual humano.


Luego donde se ha separado sólo el unitivo es lícita la anticoncepción, porque dado que ambos aspectos pertenecen a la misma razón (utraque eiusmodi essentialis ratio) del ato conyugal como dice la Humanae Vitae pues faltando uno ya no hay acto.

Con toda consecuencia, bienvenida sea la contraconcepción fuera del matrimonio. Dentro tardará en llegar lo que la siguiente degeneración de moralistas.

Miles Dei dijo...

Ahora, para no ser machistas, pongamos el caso contrario. Un hombre es violado por una mujer. Siempre da algo de luz dar la vuelta a la tortilla.

¿Tendría derecho el hombre a exigir que la mujer se lave y se le de la píldora porque no quiere engendrar ser alguno?

¿Lo tendría aún en el caso de que la mujer sí quisiera?

En principio, según ustedes en ambos casos el hombre tendría todos sus derechos morales a imponer una contracepción a esa mujer en virtud de la justicia y con el doble efecto de impedir el usufructo doloso de sus espermatozoides robados.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Mira Miles por doble efecto puedes dejar estéril de por vida a un hombre o una mujer (ej. Extraccion de organos afectados por cancer) y seguirán teniendo sexo lícita e infecundamente. Y no pasa nada. Por doble efecto puedes radiar a un hombre y dejarlo esteril por dos años. Perfectamente lícito. En el caso de la violacion, como bien explica Ellingham, no hay doble efecto, porque el efecto es todo malo, y hay un acto de legítima defensa contra la agresion y sus consecuencias.
Este tema los complica innecesariamente. Al final, caen, por barrocos, en el consecuencialismo tan denostado en loz progres.

Anónimo dijo...

Adversus Haereses dijo:

Miles Dei, Ud. tiene razón.
Siga fiel a lo que ve.

Sofronio dijo...

Un debate de altura el sotenido entre Miles y Ludovicus. Es una lástima que el formato de 'comentarios de un blog' no sea el más adecuado.

De todas formas, gracias a los dos. Al menos se marca una diferencia de nivel no digo que infinita, pero sí subtancial con la teleiglesia boba, sosa y apta para zombis de info -beep.

Ya no es momento de entrar en el debate, pero la clave podría estar en definir qué es el acto sexual y si una violación lo es, al menos meterialmente, dado que hay ejercicio de libertad por parte del agresor/a, aunque no del agredido/a, al menos externa.

Releeré a Royo Marín y a S. Tomás, pues hay algo que se está escapando a ambos 'contendientes', según creo pero que no acierto a acotar

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

No sólo la violacion no es un acto sexual, sino que por parte de la mujer ni siquiera es acto humano.

Miles Dei dijo...

Ludovicus, una violación puede ser ocasión de martirio para quien la sufre y aún de condena si se cede a ella y se complace en la unión venérea en acto de fornicación, por lo que difícilmente se puede sostener tu sentencia última. Claro que es acto humano en cuanto la víctima sea consciente en el mismo. Y como todo acto humano puede acontecer para mereer o desmerecer e incluso condenarse.

Lo que no creo que exista, salvo en caso de flagrante violación de alguien que está inconsciente o en coma es un actuar al sufrirla como si no hubiera acto humano alguno y fuera un mero acto del hombre como el respirar o el tragar.

Walter E. Kurtz dijo...

Perdone Miles, pero Ud. está queriendo justificar lo injustificable.

Una violación consentida deja de ser una violación, por lo que su reducción al absurdo es improcedente.

Pero utilizando su mismo método, podríamos decir que el acto de limpiar una polución nocturna de unas sábanas, sería para Ud. un acto intrínsecamente perverso. Nada más ridículo y nunca sostenido por la Iglesia.

Lo que debe estar abierto a la concepción, según la recta doctrina cristiana, es toda relación sexual. Pero como Ud. sabrá relación se dice de dos. Por lo que una violación no es relación sexual. Una mujer que utiliza todos los elementos legítimos (i.e. no abortivos) para eliminar los restos biológicos de una violación, no está haciendo nada malo. Es más, el no hacerlo, podría ser lo malo.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Sí, yo no discuto más si Miles sostiene que la violación es un acto humano. En cuanto a violación, es obvio que es un acto del hombre, no voluntario.
Lo de no consentir el placer venéreo durante la violación, vea, sinceramente, no quiero reabrir la discusión de Wanderer, pero suena demasiado español. O calderoniano-barroco, si a mano viene. Lo único que falta es culpabilizar a una persona por los movimientos sensoriales que experimenta cuando es forzada. Por favor, basta de casuismo y barroquismo.

Miles Dei dijo...

Coronel. Limpiar está permitido, alterar el funcionamiento natural de lo que está limpio de por sí, no. No se si entendió bien la línea en la que me muevo al respecto. Y una violación consentida no deja de ser violación. Sigue siendo un pecado contra la caridad y la justicia por parte del que agrede, pero al que se suma un pecado de fornicación por parte del que consiente en ella. Esto muestra lo complejo de dicho acto. Considero similar el consentir en el elemento contra el fin procreativo que se da en la violación cuando más allá del doble efecto, que permite la limpieza del elemento agredido, se manipula el órgano receptor de manera que altere su funcionamiento natural reproductor más allá de los términos de la misma limpieza.

Ludovicus: los actos humanos también suceden en actos que vienen de manera involuntaria.O sea: no por sobrevenir de forma involuntaria a nuestra consciencia una cosa deja de tener importancia moral. Podemos pensar por ejemplo en un mal pensamiento sobrevenido a través de la imaginación. No ha venido voluntariamente, es un intruso a una psicología casta y ordenada. Incluso pudiera ser que la intrusión fuera muy agresiva de tener origen preternatural, y sin embargo no deja de ser un acto humano en el que uno o merece o se condena por muy indefenso que se esté frente a la causa que lo ha puesto en acto. Lo mismo va en una violación tal como puede ir en el extremo de la posesión diabólica, donde el alma sigue mereciendo sin tener el control de su cuerpo.

¿Usted libra de culpa al que consiente en un pensamiento impuro sobrevenido involuntariamente por el mero hecho de que no es culpable de tenerlo?

Esto es una muestra de la cascada degenerativa que puede acontecer. Y lo digo en serio, no en vano hay mártires de la castidad. Esta doctrina es un menosprecio a tal don, sin que ello quiera decir que la persona que no se puede defender y es violada ha pecado. Sólo peca cuando consiente y la responsabilidad moral ya la verá Dios, que aquí juzgamos principios y no casos particulares. Y eso no es barroquismo, es moral católica.

Anónimo dijo...

Cuándo hizo Calderón de la Barca barroquismo moral o casuística?
No lo recuerdo. En qué obra?
No entremos en el fanatismo contrario, que vamos a terminar negando a tamaños escritores.

Walter E. Kurtz dijo...

Miles:

Respecto a la respuesta que me da, si Ud. cree que puede haber una violación consentida, entonces nos estamos moviendo en terreno semántico. Y ahí no me voy a meter, puesto que quizá estamos diciendo lo mismo. Ahora bien, permitame que afirme entonces mi punto. Si consentida no es violación (como yo sostengo), entonces cualquier acto para "limpiar" los efectos de esa violación es legítimo.

Respecto a lo que le responde a Ludovicus, hay un error de manual. Todo acto humano (= moral) tiene que ser voluntario, sino deja de ser acto humano stricto sensu (cf. Veritatis Splendor, pero antes Santo Tomás I-II apud). Un mal pensamiento sobreviniente, no consentido aún en el tiempo, está en el orden de las pasiones (concupiscible, por ej.) y, por lo tanto, hasta que no pasa el filtro de la voluntad, es ajeno al terreno moral. Cualquier buen manual de moral tomista pre o postconciliar se lo puede explicar bien.

Anónimo dijo...

Ludovicus dijo,

Miles, sigue con argumentos policiales. Nadie ofende a las mártires de la castidad, lo cual no quiere decir que haya obligacion de hacerse matar antes de ser violada. Y sufrir una violacion es un acto del hombre, no es un acto humano, por lo tanto no es acto sexual y entomces no hay apertura a la vida y por tanto no hay tales procesos naturales de fecundacion, etcetera. Es como decir que inducir al vómito luego de un envenenamiento es contra natura. Me temo que es Ud victima de un consecuencialismo de corte moralista y sexualista, tipico del barroco.
En cuanto a las disposiciones internas, tampoco los mmovimientos sensoriales, incluso eventualmente un orgasmo que acaezca con motivo de la violacion, son actos humanos. A lo sumo, la persona podra ejercer una resistencia interna, muy disminuida por las circunstancias, en orden a rechazar la violacion y sus consecuencias sensoriales. Por cierto, como dice Kurtz, hablar de violacion consentida es un oximoron. Pero exigir que toda violacion sea usque ad sanguinem para considerarla como tal es una exigencia de neto corte rigorista.
Al anonimo: la referencia a Calderón apunta a la moral de los celos, el "honor" y demas injertos islamico-barrocos típicos de la dramaturgia del período.

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO a TULKAS: Creo que tiene Vd. razón en que Asís 3 sea una consecuencia de la turbobeatificación. No veo claro que quiere Vd. decir con que la turbobeatificación tenía que haberse hecho "de otra manera" Porque si quiere decir que hubiera tenido que intervenir el "abogado del diablo" -figura suprimida de los procesos por el turbobeato, si no me equivoco- ¿cree Vd. que hubiera pasado adelante el de un Papa que besó el Corán, propuso a Maciel como modelo para la juventud, denigró sistemáticamente a sus predecesores y a la Iglesia histórica con sus peticiones públicas de perdón (de perdón al Mundo porque para pedir perdón a Dios no hace falta publicarlo), etc, etc, etc?
¡Que Dios tenga piedad de su Iglesia y abrevie el tiempo de la prueba!