lunes, 27 de febrero de 2012

Los que no pertenecen a la Iglesia

El obispo Antônio de Castro-Mayer ha sido una personalidad pública de la Iglesia en el siglo XX. Traducimos unos fragmentos de su Instrucción pastoral sobre la Iglesia (2-III-1965) referidos al bautismo in voto y al valor de las confesiones no católicas para la salvación de sus integrantes. 

“Normalmente, la persona debe pertenecer a la Iglesia, ingresando en ella mediante el bautismo, profesando en ella la fe católica, según la cual debe vivir, Este es el camino ordinario de salvación. Cuando decimos ordinario, queremos significar que fuera de él, aunque la persona puede salvarse, la salvación puede considerarse más rara. Pero incluso aquellos que no pertenecen a la Iglesia y por la Misericordia de Dios se salvan, sólo consiguen la entrada al Paraíso mediante una relación con la Iglesia de Cristo. Tal relación es habitual en los catecúmenos, que movidos por el Espíritu Santo, aspiran a ingresar en la Iglesia y se preparan para el bautismo. Y también hay una relación en aquellos que, siempre movidos por el Espíritu Santo, mantienen en su corazón un amor sobrenatural a Dios Nuestro Señor, deseosos de realizar todo cuanto Él manda. Tales personas, si conociesen a la Iglesia de Cristo, ciertamente entrarían en ella. Conservan, por tanto, un deseo implícito de adherir a la verdadera Iglesia
Por otro lado, la gracia de pertenecer a la Iglesia de Dios no justifica, en modo alguno, un desinterés por los que no pertenecen a ella, o, mucho menos, un desprecio por sus personas (…) Dios quiere la salvación de todos los hombres y a todos busca con los designios de su Misericordia. Así, la Tradición considera como preparación del Evangelio los restos de verdad y de bien que sobreviven en las religiones paganas. De estos se sirve el Espíritu Santo para despertar en esos pueblos deseos de posesión integral de la verdad y el bien que sólo la Revelación proporciona…
Lo mismo se da con las religiones llamadas cristianas, que se constituyeron en virtud del abandono de la Casa paterna. En ellas, también la Misericordia de Dios mantiene riquezas dispersas —como Sacramentos, sucesión apostólica, Sagradas Escritura— que pertenecen a la verdadera Iglesia, y que deben servir como punto de partida para el retorno al seno de la familia.”

* Tomado de: Castro-Mayer, A. Por un cristianismo auténtico. Ed. Vera Cruz, 1971. Ps. 235-237.

19 comentarios:

Miles Dei dijo...

Lo que Monseñor Castro Meyer expone de modo espiritual:

"Y también hay una relación en aquellos que, siempre movidos por el Espíritu Santo, mantienen en su corazón un amor sobrenatural a Dios Nuestro Señor, deseosos de realizar todo cuanto Él manda"

Es muy difícil de precisar y concretar desde la teología moral. Ni siquiera la frase siempre que cumplan con la ley natural es totalmente precisa.

Por ello hay que tener mucho cuidado cuando se habla de estas cuestiones sabiendo discernir y presentar la doctrina como fundamento de esperanza en la salvación de los no cristianos desde la acción misteriosa y GRACIOSA del Espíritu Santo (la voluntad de Dios sobre el mundo) y no como algo capaz de percibirse de modo necesario (no gratuito) y con certeza moral (mi propia voluntad).

En eso la Tradición siempre fue muy delicada. Empezando por los mismos hechos de los apóstoles que dejan constancia de la necesidad de evangelizar.

Hoy hay un silogismo que se hace tan fácil como temerariamente:

"Dios quiere salvar a todos los hombres

Es así que hay hombres no bautizados y que no conocen ni conocerán a la Iglesia en esta vida

Luego Dios los salvará o les ofrecerá la salvación de algún modo.


Este silogismo siendo teológicamente correcto tiene un fallo en el que se basa su temeridad y error de apreciación de la voluntad divina tal como se nos ha dado por nuestros mayores.

El error consiste en olvidar que ese silogismo implica a la Iglesia y por tanto nos implica a nosotros y a cada uno de los bautizados en orden a cumplir la voluntad de Dios en este mundo y que somos parte de ese modo que tiene Dios de ofrecer la salvación a los paganos. Y esto va desde la Missio ad Gentes a la mera obra de vida interior que ofrece por la salvación de los que no conocen a Cristo y aún de los que conociéndole le odian.

Es en este punto donde hay que insistir en la teología moral. De ahí que se pueda compaginar perfectamente la condena de la falsa religión y de todo el error que yace en las mismas y en los que profesando nuestra religión no son católicos, mientras mantenemos la esperanza en su salvación sin ceder un ápice en la doctrina.

sofronio dijo...

Dios da las gracias actuales suficientes, suficientísimas, para que todos los hombres se salven (1Tm 2,4)por ejemplo todas las gracias externas, como la predicación del Evangelio un sermón.., y muchas internas que afectan a las potencias del alma, la inteligencia y la voluntad.

Estas gracias bastarían por sí solas si el hombre no las resistiese, lo que le deja sin excusa ante Dios.

Si el hombre secunda esa gracia abundantisima, Dios por efecto de su inmensa misericordia le dará gracias eficaces, es decir, aquellas que logran infaliblemente lo que Dios intenta: la salvación, sin comprometer por eso la libertad del alma.

Dios no condenará a nadie a nadie sin haberle dado los medios suficientes, pero el hombre tiene que querer su salvación y secundar la gracia, de lo contrario se perderá para siempre.

Pues bien, dado que los no bautizados no tienen la gracia santificante, ni las virtudes infusas y los dones del Espíritu Santo ¿ Cómo podrían salvarse hoy la mayoría de los que no quieren bautizarse, al menos en occidente, si rechazan la gracia actual exterior de la predicación del Reino? ¿ Cómo podrían salvarse si no secundan las gracias actuales interiores de las inspiraciones que Dios, con seguridad, les dá según su promesa?

¿ Acaso no es la Iglesia el sacramento de Salvación por dónde corren los ríos de la gracia? pues quien rechaza la gracia, no puede salvarse; en nuestros paises de sustrato cultural cristiano pocos podrían alegar ignorancia invencible, al menos material, sobre el Evangelio de Cristo.

Como dice Miles Dei, hay que tener cuidado, porque se puede olvidar que este tiempo de gracia la Iglesia, Cuerpo de Cristo, es el medio habitual por el que Dios da las gracias suficientes y sobre abundantes a los que oyen la Palabra. Otros medios, siempre por Cristo, puede haber dispuesto Dios, pero sobre esas especulaciones, nada se nos ha revelado, porque a nostros sólo nos cabe predicar a Cristo a todos los pueblos y ¡Ay de mí si no predicare!

Quaerens dijo...

Sofronio

Los no bautizados no tienen la gracia santificante? Seguro? En todos los casos se puede decir eso?

Cómo es eso de que pocos tienen ignorancia invencible en los países occidentales?

sofronio dijo...

Quaerens:

Le respondo a la primera cuestión con dos preguntas:
¿Puede Inhabitar la Santísima Trinidad, ser llamado hijo adoptivo quien está en pecado? o ¿Acaso no conserva el pecado original, además de otros actuales que pudiere haber cometido, el no bautizado?

¿Conoce usted alguna otra manera de borrar el pecado origina sino es por el bautismo, sea de agua, de sangre, de deseo explícito o implícito? Yo no; a no ser que contemplemos una justificación protestante, pero no es la católica.

Respecto a su segunda pregunta. El deseo implícito, del cual habla Mons Castro Mayer, tiene unas notas para distinguirlo que él mismo cita: aquellos que..."si conociesen a la Iglesia de Cristo, ciertamente entrarían en ella. Conservan, por tanto, un deseo implícito de adherir a la verdadera Iglesia…" ¿ No es obvio que en nuestro paises la mayoría conoce la verdadera Iglesia de Cristo: la católica? materialmente sí; otra cosa es formalmente, que depende, en parte, del tipo de predicación,bastante paniguada hoy, por cierto. Y no veo yo al menos el bautsmo implícito demasiado abundante que requiere que las personas, "siempre movidos por el Espíritu Santo, mantienen en su corazón un amor sobrenatural a Dios Nuestro Señor, deseosos de realizar todo cuanto Él manda" ¡si difícil es el acto de caridad con fe, casi imposible resulta sin ella! ¿Cómo tener un acto de caridad perfecta, sobrenatural, sin la fe? ¿Y si la tengo, qué razón hay para no entrar en el Cuerpo de Cristo por el bautismo?

Martin Ellingham dijo...

Sofronio:

Un punto a tener en cuenta: los que están fuera de la Iglesia visible de buena fe, pueden ignorar invenciblemente no sólo la existencia de la Iglesia sino su carácter de verdadera y necesaria para la salvación.

Saludos.

El Eremita dijo...

Justo venía a decir lo que dijo (mucho mejor que como yo lo habría hecho) Martin Ellingham.

Miles Dei dijo...

Sofronio, el salto de la teología espiritual a la moral no se puede hacer fácilmente en este punto ni en un sentido ni en el otro. Eso es cosa de Dios.

Pero lo peor es pensar que el bautismo es fruto de un deseo o que la voluntad de pertenecer a la Iglesia es causa en lugar de manifestación de la "res et sacramentum" del bautismo.

Precisamente por eso, porque no es causa, sino efecto que pone de manifiesto la "res et sacramentum" se puede hablar del bautismo de deseo de los catecúmenos muertos sin bautizar, del bautismo de sangre de los mártires, del bautismo de deseo de los niños que iban a ser bautizados por sus padres (la tesis de Cayetano), etc.

sofronio dijo...

Martin Ellingham dijo:

"los que están fuera de la Iglesia visible de buena fe, pueden ignorar invenciblemente no sólo la existencia de la Iglesia sino su carácter de verdadera y necesaria para la salvación"

En principio estoy de acuerdo, pero claro que usted mismo matiza "de buena fe" ¿podría definir este concepto, más bien aplicado a nuestra sociedad, sin hablar del indígena que jamás oyó de la necesidad de la iglesia?

Miles Dei:

El deseo del bautismo es una gracia.

Por otro lado, pregunto, porque de esto ya no se habla, dónde queda la Predestinación ante prœvisa merita o post prœvisa merita, según las escuelas.

No podré responder, porque me ausento. Cualquier luz será bien recibida.

Martin Ellingham dijo...

Sofronio:

Por “buena fe” entiendo ignorancia moralmente invencible. Me parece que hoy es posible tener contacto con mucha gente que sabe que existe la Iglesia católica, pero que no está en posesión siquiera mínima de los argumentos de credibilidad. Y en esto inciden bastante las circunstancias de época, tan distintas al ambiente de compacta unidad religiosa del siglo XII. El P. Meinvielle escribió algo sobre esto, pero no encuentro ahora la cita... De todas formas, siguiendo a un sabio teólogo dominico, no quiero descender a casuismos. Tiene mucho de misterio.

Saludos.

http://elcruzado.org/fuera-de-la-iglesia-catolica-no-hay-salvacion/ dijo...

Castro Mayer también se infestó de modernismo y cayó en la herejía al negar que fuera de la Iglesia no hay ninguna salvación.

Miles Dei dijo...

Cruzado, usted debe saber que la Iglesia tiene límites visibles e invisibles.

Los visibles son aquellos que delimitan la sociedad visible que conocemos como Iglesia militante.

Los invisibles son los que delimitan la comunión de los santos que incluye no solo a la Iglesia militante, sino a la purgante y la triunfante. O sea, la totalidad del cuerpo místico.

Ambos límites tienen su fuente salvífica en los méritos de Nuestro Señor y su Pasión, en definitiva en los sacramentos y en la misma acción del alma mater de la Iglesia que es el Espíritu Santo.

¿Es usted capaz de decirme quien está dentro y fuera de cada uno de ellos? Obviamente es relativamente sencillo en los visibles, pero imposible para un viador el afirmarlo de los invisibles sin una revelación divina especialísima o la asistencia del Espíritu Santo en el caso de los canonizados.

Por eso el afirmar que hay alguien fuera de los límites visibles, pero que puede estar bajo los límites invisibles no niega dogma alguno.

sofronio dijo...

Nadie osará decir, en efecto, quien está dentro de los límites de la Iglesia. Pero no va el debate sobre está cuestión, a mi modo de entender.

No se trata de 'quién', asunto que sólo le compete a Dios, sino de qué, es decir, de si es posible teológicamentea a la luz de, por ejemplo,San Agustín o cualquier tratado de la gracia tradicional, definir en qué consisten esos límites. No de quién está dentro o fuera de ellos.

Si como en un comentario se dice" los ..límites tienen su fuente salvífica en los méritos de Nuestro Señor y su Pasión, en definitiva en los sacramentos y en la misma acción del alma mater de la Iglesia que es el Espíritu Santo", se está fairmando lo mismo que se pareciera negar; ¿Cómo puede recibir la gracia del sacramento quien no los recibe? Eso es imposible. Como es imposible que de una consagración inválida pueda el fiel recibir una comunión válida ¡imposible! La gracia del sacramento se nos da ex opere operato; sin embargo, si puede recibir otras ex opere operantis, pero esa no es la gracia sacramental.

Que Dios haya dispuesto otras medios de salud que llegan a los hombres al margen de los sacramentos, es verdad ¿cuáles sean? No hay dogma ninguno sobre ello,ni doctrina infalible, salvo para las gracias actuales. Ninguna otra cosa nos ha sido revelado, sino imprecar la misericordia de Dios por los infinitos méritos del Hijo.

Si alguien respondiera con el ejemplo del P. Feeney en los años 50, me anticipo a recordarle, salvo error o ignorancia mía, que Feeney no fue excomulgado por el rigorismo de su doctrina, sino por no haberse presentado a las 3 citaciones del Santo Oficio (parece que entonces funcionaba) y que fue “reconciliado” en 1974, sin que se le exigiera abandonar sus opiniones (caso para tratar de la FSSPX)

Por otra parte, me gustaría saber cuándo en la Iglesia se empieza a hablar de bautismo de deseo implícito, porque creo que más bien ha sido en el siglo XX. Tal vez sea uno de los pocos casos en que sea evidente el desarrollo de un dogma, homogéneo o no, hay opiniones sobre ello. Más me parece a mi homogéneo, pero no creo que así lo estimara Marín Sola. La Caridad es la más perfecta de la virtudes ¿ Más cómo se puede hacer un acto de caridad perfecta, por Dios, sin la fe?

A la vez que hay que imprecar la misericordia de Dios, hay que se rmuy cautos ante ciertas conclusiones teológicas, porque sino paraciera que la gracia casi nunca advine de forma ordinaria, sino siempre en los límites. Nos habríamos alejado bastante de Santo Tomás y San Agustín.

Anónimo dijo...

Si para "Cruzado", Mons. de Castro Mayer era modernista, entonces supongo que también lo era Pío XII al condenar la herejía feeneyiana (aplicación estricta del dogma "extra Ecclesiam nulla salus") en 1949:

"The same Sacred Congregation [the Holy Office] is convinced that the unfortunate controversy arose from the fact that the axiom, “outside the Church there is no salvation,” was not correctly understood and weighed... However, this dogma must be understood in that sense in which the Church herself understands it... In His infinite mercy God has willed that the effects, necessary for one to be saved, of those helps to salvation which are directed toward man’s final end, not by intrinsic necessity, but only by divine institution, can also be obtained in certain circumstances when those helps are used only in desire and longing. This we see clearly stated in the Sacred Council of Trent, both in reference to the sacrament of regeneration and in reference to the sacrament of penance (, nn. 797, 807). / The same in its own degree must be asserted of the Church, in as far as she is the general help to salvation. Therefore, that one may obtain eternal salvation, it is not always required that he be incorporated into the Church actually as a member, but it is necessary that at least he be united to her by desire and longing. / However, this desire need not always be explicit, as it is in catechumens; but when a person is involved in invincible ignorance God accepts also an implicit desire, so called because it is included in that good disposition of soul whereby a person wishes his will to be conformed to the will of God. / These things are clearly taught in that dogmatic letter which was issued by the Sovereign Pontiff, Pope Pius XII, on June 29, 1943, (AAS, Vol. 35, an. 1943, p. 193 ff.). For in this letter the Sovereign Pontiff clearly distinguishes between those who are actually incorporated into the Church as members, and those who are united to the Church only by desire."

Hay más. Pero es suficiente.

Miles Dei dijo...

¿Cómo puede recibir la gracia del sacramento quien no los recibe?
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Porque la fuente de todos los sacramentos y sacramento esencial es la Pasión de Nuestro Señor, de cuyo costado abierto por todos los hombres nació la Iglesia.

Y ese se hace presente cada día en la Eucaristía, de donde nace la Iglesia y cuyas gracias alcanzan a todos los hombres más allá de los límites visibles, aunque no a todos aprovechen.

Es el dato elemental que se olvida. No hay salvación que llegue a los hombres al margen de los sacramentos en la Nueva Ley. Me atrevería a afirmar que tampoco en la Antigua, pero para agudezas sobre la predestinación de la encarnación de Nuestro Señor no estamos si no se ha comprendido el rudimento.

Sobre el deseo del bautismo, ya la Enciclopedia Católica traía este inciso sobre la necesidad del mismo, al menos in voto, definida Trento:

El concilio no quiere decir que votum es un simple deseo de recibir el bautismo o aún una resolución de hacerlo. Por votum quiere decir un acto de perfecta caridad o contrición, incluyendo, al menos implícitamente, la voluntad de hacer todas las cosas necesarias para la salvación y por ello en especial recibir el bautismo.

De ahí que Castro Mayer no hace sino repetir la interpretación tradicional del deseo implícito en el deseo de cumplir la voluntad de Dios movido por la gracia en un hombre que no conoce los medios y preceptos que Dios ha ofertado para su salvación.

Poinsot dijo...

"¿Cómo puede recibir la gracia del sacramento quien no los recibe? Eso es imposible"

La pregunta de Sofronio precontiene la respuesta.

Pero la pregunta que hay que realizar es otra:

¿Es posible que quien no ha recibido el bautismo sacramental (ni el martirio, ni tiene deseo explícito de bautismo sacramental) reciba otras gracias que lo justifiquen aunque nunca llegue a recibir el sacramento de la regeneración?

Miles Dei dijo...

Si quiere ir a un autor nada sospechoso acuda a un doctor de la Iglesia como San Alfonso María de Ligorio:

San Alfonso María de Ligorio no tiene ningún inconveniente en su Teología Moral (Lib. VI, Tratado II, cap I) en apoyarse en Santo Tomás para probar que el bautismo de deseo con deseo implícito o explícito ha sido "valde probabiliter" instituido por Nuestro Señor en el Jordán.

Lo define así, incluyendo el deseo implícito en la definición de Trento:

Baptismus autem flaminis est perfecta conversio ad Deum per contrictionem, vel amorem Dei super omnia, cum voto explicito, vel implicito veri baptismi fluminis, cuius vicem supplet (iuxta Trid. Sess. 14 c.4)quoad culpae remissionem.

Luego olvídese del siglo XX y no confunda las teorías inclusivistas que temerariamente incluyen a todo el género humano en la salvación (como la de los cristianos anónimos de Rahner) con este bautismo de deseo implícito en aquel que sigue los dictados de su corazon según la voluntad Dios y que desconoce sin culpa de su parte los medios y preceptos para la salvación.

Miles Dei dijo...

Cuando digo que incluyen temerariamente a todo el género humano en la salvación, quiero decir entre los elegidos. O sea los que han de gozar de la gloria.

Cristo murió por todos los hombres y por tanto a todos alcanza la salvación, pero no a todos aprovecha.

Anónimo dijo...

Los escritos de Dom Mayer en realidad los escribió el Doctor Plinio.

Anónimo dijo...

Iba a escuela católica y ni siquiera me enseñaron lo que es luchar en contra de la gracia, asi que estaba igual o peor que cualquier pagano. Tener la gracia y no la instrucción es tremendo.Como ya no existía el pecado y el infierno no había mucho que enseñar sino el asqueroso humanismo.