martes, 6 de mayo de 2014

Ante una injusta persecución

Reproducimos la carta abierta al Nuncio Apostólico en la Argentina, Mons. E.P. Tscherrig, cuyo contenido suscribimos. Quien desee manifestar su adhesión puede hacerlo a la siguiente dirección: porelbiendelaiglesia @ gmail.com

ANTE UNA INJUSTA PERSECUCIÓN

Como discípulos de nuestro querido amigo y maestro Antonio Caponnetto, quien fuera recientemente objeto de una amenaza de futura  y grave pena canónica –emitida por  Monseñor Eduardo María Taussig el pasado 22 de Abril del corriente año- nos vemos en la obligación de manifestar nuestro categórico desacuerdo y de formular a la vez algunas consideraciones.
Es que con verdadero estupor leímos el contenido de dicha amenaza eclesial, pues creemos que la misma no se corresponde con la probada trayectoria del Dr. Antonio Caponnetto al servicio de nuestra Santa Madre Iglesia.
Él mismo, en cada uno de sus escritos, ha dejado a salvo el mejor juicio de la Iglesia, y en todo momento no ha hecho más que usar su derecho como laico a disentir de ciertos actos o dichos realizados por la Jerarquía Eclesiástica y/o el Sumo Pontífice, aclarando -y por sólo poner un par de ejemplos- conceptos como los siguientes: “Recuerdo, a modo de cierre" -escribe-  que esta es una nota periodística escrita a título personal. No es el dictamen de una Junta de Teólogos ni el motu proprio de una Sagrada Congregación, sino la opinión  de un laico católico, perplejo y dolorido por cuanto ocurre”[1]; y en otro lugar: No estamos llamando a la rebeldía ni a la desobediencia, ni a dar por nula la autoridad pontificia, sino al recto discernimiento”[2] Asimismo, en numerosas ocasiones insta a rezar intensa y fervientemente por el Sumo Pontífice.
Esta amenaza del obispo sanrafaelino al Dr. Antonio Caponnetto –precedida de otras acciones públicas de hostigamiento hacia su persona y aún a la de sus discípulos- reviste en esta ocasión una  especial gravedad, arbitrariedad e injusticia, si se tiene en cuenta que con la obra del profesor atacado, varias generaciones (entre las cuales nos incluimos) se han acercado al combate de la fe, por medio de la enseñanza y el apostolado en diversos ámbitos profesionales.
La suya, ha sido una prédica constante y valiente de Jesucristo y su Iglesia, a quienes defendió y de quienes dio testimonio a tiempo y destiempo con sus diversas conferencias y escritos como por ejemplo: “Hispanidad y leyendas negras”, “Los arquetipos y la historia”, “El deber cristiano de la Lucha, por sólo citar algunos de sus casi treinta libros publicados. Con sus escritos, lejos de causar “aversión y espíritu de desobediencia a la autoridad del Santo Padre y a otras autoridades de la Jerarquía eclesiástica” –como con simplismo y ligereza se lo acusa- ha producido en nosotros y muchos otros una renovada fe en que la Santa Iglesia de Cristo es la única verdadera y que los pastores fieles y leales son los medios que el mismo Cristo ha querido en su Providencia poner para que le sigamos.
Entiéndase de una vez por todas que no es al Papado ni a la Jerarquía per se a la que van dirigidos sus ataques, sino a las enseñanzas heterodoxas e inconductas múltiples que, dolorosamente, son cada vez más frecuentes en el seno mismo de la Iglesia, y en quienes se suponen que están para gobernarla.
Pero no podemos dejar de lado, que incluso le asiste al Dr. Caponnetto el mismo Código de Derecho Canónico cuando en el Canon 212, Inciso 3º dice: Tienen (los fieles) el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas”.
Quien conozca al Dr. Caponnetto, sabrá y tendrá pruebas de numerosas ocasiones en las que fue crítico ante diversas actitudes de diferentes obispos e incluso de algunos Sumos Pontífices. Del mismo modo que, quien tenga los pies sobre la tierra, verá a todas luces que no es el único que se ha visto obligado a adoptar esta actitud apologética frente a ciertas posiciones cuestionables y debatibles que se suscitan en torno a definiciones que hacen a nuestra Fe Católica Apostólica y Romana.
Por esto mismo, nos parece desatinada la amenaza canónica del obispo Taussig. Si Monseñor está realmente preocupado por el bienestar de su rebaño -y asimismo desea conservar el ya famoso “olor a oveja”- es a otros y a muchos a quienes debe aplicar el “entredicho”, pero no precisamente a los defensores de la integridad de la doctrina católica.
Por último, no deja de llamar la atención el carácter contradictorio de la sanción canónica que se pretende aplicar. Contradictorio, quede en claro, para un obispo que hace gala de estar vivísimamente aggiornado y consustanciado con el actual rumbo pontificio. En el mismo, como bien se sabe, no es el castigo sino la misericordia la que prevalece. Y contradictorio, además, con algunas de sus conductas públicas por todos recordadas, como cuando compartió un acto patrio con el ex Presidente Kirchner y la actual Presidente de la Nación, quienes manifiesta y sistemáticamente se mostraron en contra de la Iglesia, de la vida y de los valores tradicionales de la Patria, a pesar de llamarse católicos. No hubo entredicho algunos para ellos sino complacencia y obsequiosidad.
Quede dicho lo precedente en defensa de la Verdad.



[1] Revista Cabildo, Nº 107, “A un año del Pontificado del Papa Francisco”, Antonio Caponnetto.
[2] Recen por mí, a propósito del nuevo pontificado,  Antonio Caponnetto.



FIRMAS
Ignacio Agustín Pato, Carlos José Díaz, Flavio Infante, M. Cecilia Tagliarini, María Rosa Toledo, Pablo Muñoz de Toro, José Brescia, José Aubone, Silvana Fontanella, Luis Vicondo, Silvana Abalos, Pablo Faroux, Juan Solana, Daniela Malatesta, Elio Vlek, Karina Chaves, Paola Carrizo, Victoria Ron, Gustavo Roldan, María Milagros Solana, Belisario Ortiz, Aldana Vicondo, Sergio Nestor Scarzella, Cecilia Ines Cuomo, José Scarzella, Gastón Magariños, Pascual Montero, Emanuela Altamiranda, Jordán Abud, María Pia Stellato, Bibiana Hidalgo, Ana Hidalgo, Marcos De Assis Cordeiro, Juan Manuel Pautasso, Pablo Rafael Maximiliano Giacinti, María del Rosario Pautaos, Clarisa Andrea Dumé,  Francisco Miguel Abud, Pío Martinez Zuviría, Diego García Montaño, Carlos Róspide, Antonella Zanchelli, Marcelo Imbrogno, Silvia Gomez, Mariano Erbetta, Ulises Del Grecco, Evangelina Abud, Adriana Soria, Dolores Marini, Ariel Palermo, Natalia Morales Marcelo Tudela, Maria de los Angeles Mora, Enzo Gonzalez, Lorena Cazorla, Ignacio Gonzalez, Maria Lila Cano, Andres Cardiel, Pablo Debernardi, Víctor Chequer. 

1 comentario:

Jorge Rodríguez dijo...

Ya lo dijo El Padrino; "todo es personal", y mucho antes lo dijo Jesús de otra forma "el que no está conmigo está contra mi". Entonces cómo se puede decir lo siguiente:

"Entiéndase de una vez por todas que no es al Papado ni a la Jerarquía per se a la que van dirigidos sus ataques, sino a las enseñanzas heterodoxas e inconductas múltiples que, dolorosamente, son cada vez más frecuentes en el seno mismo de la Iglesia, y en quienes se suponen que están para gobernarla."

Si justamente son el Papado y la jerarquía los que impulsan la heterodoxia, ellos hacen bien en entender que el ataque va dirigido a ellos, que además son la autoridad que reconoce el Dr. Caponetto, por lo tanto les es lícito aplicarle sanciones.
No es consistente decir yo ataco al Papa pero no al Papado ¿no es el Papado la silla donde se sienta el Papa?

PD: Lo que no desmerece que las críticas del Dr. Caponetto sean verdad