martes, 6 de mayo de 2014

De otras bitácoras

1. “El Card. Velasio de Paolis, importante miembro de la Curia Romana, en una conferencia pública ha refutado expresamente las propuestas del Card. Kasper en materia de "nueva praxis pastoral" para los divorciados vueltos a casar. En una exposición extensa, el conferencista recuerda los fundamentos dogmáticos y la ley eclesiástica fundada en ellos, la práctica tradicional y constante de la Iglesia en la materia. El texto es largo y toca algunos aspectos de un tema que remonta a muchísimas cuestiones. Pero lo hace con sencillez y precisión. Parece indispensable leerlo para ver expuesta la doctrina y la ley eclesiástica en esta materia, que ha sido constante a lo largo de los siglos y que ni siquiera los papas conciliares -tan afectos a los cambios- han pretendido cambiar, sino hasta Francisco, aparentemente, dado que por nunca desmentidas versiones, calificó las propuestas de Kasper, frente a sínodo de cardenales de febrero de ´teología de rodillas´. Como el lenguaje deliberadamente ambiguo nos termina traicionando, es posible aceptar la expresión en el sentido de que Kasper ha puesto a la teología de rodillas ante los reclamos del mundo. Lo que sigue es el texto, insistimos largo pero muy provechoso. Recomendamos especialmente no dejar de leer los puntos 6 y 7 de la segunda parte, en los que el Card. de Paolis no duda en enfrentar expresamente la posición del alemán de la teología arrodillada.” (Marcelo González)
2. Roberto De Mattei en una nueva entrevista aclara y precisa más opiniones sobre la no infalibilidad de las canonizaciones con las que estamos de acuerdo:
 “La canonización de un Papa implica su santidad no sólo en la vida privada, sino también en la vida pública, o sea el ejercicio heroico de la virtud en el cargo que le es propio, el de sumo Pontífice. Como autor de una historia del concilio Vaticano II, he estudiado el breve pontificado de Juan XXIII, desde el 25 octubre de 1958 hasta su muerte el 3 junio de 1963, y estoy convencido de que no lo hizo ejerciendo las virtudes cristianas de modo heroico, comenzando por la virtud de la prudencia… Un análisis objetivamente racional de los hechos demuestra la falta de virtudes heroicas en el papa Roncalli. Si, por fideísmo, debiese negar lo que impone la razón, suprimiría los fundamentos racionales de mi fe. Por lo tanto, mantengo en conciencia mis dudas y perplejidades sobre la canonización de Juan XXIII…. Es evidente que no ser elevado a la gloria de los altares no significa ir al infierno. De otra manera, deberíamos creer que son muy pocos los papas que se salvan, y menos aún, los fieles que se salvan. Sólo Dios conoce el destino ultraterreno de las almas. Mis dudas no se relacionan con la salvación eterna de Juan XXIII, sino sobre la heroicidad de sus virtudes en el gobierno de la Iglesia.”


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