jueves, 10 de noviembre de 2011

Del puritanismo militante a la estupidez buenista

UNO. Gilda, película dirigida por Charles Vidor, protagonizada por Rita Hayworth y Glenn Ford en los papeles principales, fue estrenada en España en 1948. En una famosa escena, en la que se entona Put the blame on Mame, Rita Hayworth se quita lentamente un guante. Puede verse aquí.

La película fue marcada con la calificación moral de 4. Grupos de activistas* se apostaban frente a los cines para insultar a los que compraban las entradas, arrojar cubos de pintura al cartel y hasta tirar tinteros a la pantalla. 
Don Balbino Santos y Olivera, arzobispo de Granada, la condenaba como "gravemente inmoral y escandalosa". Un grupo de universitarios católicos y españoles declaraba que la película, "aparte de estar argumentada sobre un tema policíaco evidentemente crudo, la actuación de la primera actriz Rita Hayworth constituye, en nuestro sentir, la más descarnada muestra de inmoralidad proyectada desde el 1 de abril de 1939 en las pantallas españolas. La sensualidad, los movimientos, los trajes, las frases, las escenas, las incitaciones, en suma, a los más bajos instintos suponen en sí un rotundo pecado de escándalo y un ataque clarísimo contra las más elementales normas cristianas (...) Gilda, prostituta internacional de las de refinada especie, ve, al final de su actuación, premiada su vida anterior con el cariño del hombre amado. Esto y mucho más imposible de resumir en unas líneas, no puede ser tolerado por la moral católica". 

DOS. Pablo Ginés en ReL: en su encuentro con los jóvenes de Madrid, abarrotada de muchachos la Catedral de la Almudena en la vigilia de la Patrona local, el pasado martes por la noche, el cardenal Antonio María Rouco Varela, animó a los jóvenes a hablar de Cristo «en la escuela, con los amigos, y no sé yo si se podrá hacer donde las “movidas” nocturnas de los viernes y los sábados, pero quizá sí, porque la gente está muy “tocada” y se les puede dar testimonio de Cristo». 

Los jóvenes madrileños vivieron una experiencia gozosa durante la reciente JMJ y están dispuestos a compartirla pero... ¿quién les entrena para ello? El cardenal les lanza incluso a un ambiente tan hostil como son "las movidas nocturnas" del fin de semana, una vorágine de ruido, alcohol, sombras y muchedumbre. ¿Se puede evangelizar en esas circunstancias? El movimiento italiano Sentinelle del Mattino ha desarrollado un método evangelizador precisamente para lo que Rouco pide: evangelizar en "la movida". Su web incluso usa esa palabra, al afirmar con realismo que "no es fácil hablar de Dios a personas que no quieren saber y que se están divirtiendo en la movida". El método se llama "Happy Hour". Según la experiencia de Sentinelle del Mattino (que lo emplea desde 2007) se necesitan tres cosas: 1) varias decenas de jóvenes evangelizadores (mejor 60 ó 100), entrenados, "con un gran amor por Cristo y los hermanos"; 2) "música de calidad y un local fashionísimo"; 3) proyectar un vídeo ágil y kerigmático de 5 minutos (se puede sustituir por un predicador ágil y kerigmático, pero no es lo mismo). El concepto "local fashionísimo" es complejo, pero lo mejor es que esté en una zona "de movida", por donde la gente deambula (esa gente que Rouco dice que está "muy tocada"). Debe ser un sitio abierto, acogedor, con iluminación romántica, o moderna. Ha de ser acogedor, no muy distinto a otros locales de la zona, o rompedor en su originalidad.

TRES. El puritanismo militante de antaño y la estupidez buenista de hogaño son dos muestras "pastorales" de un largo proceso de descomposición del catolicismo que parece estar lejos de revertirse. 


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P.S.: aquí un vídeo italiano acerca de la neo-evangelización en las playas, a cargo de don Andrea Brugnoli,  monjas y laicos comprometidos...


http://youtu.be/QSlJA0IQYD8


* No podemos confirmar que fueran falangistas. Siempre estamos abiertos a rectificar informaciones inexactas o agraviantes. A los efectos del relato es un dato menor. 

33 comentarios:

jack tollers dijo...

Y es que, como lo señala Bouyer en su "Descomposición del catolicismo", el puritano de antaño y el buenista de hogaño... es el mismo tipo.

Son los mismos sujetos.

Los tipos que hicieron el Concilio Vat. II habían sido puritanos hasta 1960. Después se acomodaron.

Aquí en la Argentina, había un colegio de monjas cerca de casa: antes del Concilio prohibían a las chicas usar pantalones. Después, ellas, las monjas, empezaron a usar mini faldas.

Pero aquí el dato: eran las mismas monjas.

(Y nosotros, siempre en el medio).

Jack Tollers

Miles Dei dijo...

Unas precisiones:

Cuando dice grupos de falangistas se debe especificar más, no sea que fueran del requeté vestidos de falangistas. La Falange ya no existía desde 1937 y en su lugar se había instaurado un partido único llamado Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que poco tenía que ver con la Falange o las JONS de antes de 1937. Este partido único había pasado a incluir al tradicionalismo y a los conservadores de derecha. Seguramente los jóvenes falangistas, son los que se mandaban desde las directrices dadas por los omnipresentes directores espirituales religiosos (en su mayoría jesuitas) en todos los colegios, asociaciones y grupos del partido único franquista.

Eso no era puritanismo, sino muestra de una cadencia interna que tiene su paso ejemplar en el jesuita padre Llanos. El que sabe su historia ya sabe de que hablo y el que no pues puede adivinar que es la típica mente tiránica que pretende organizar la vida entera de todos aquellos que considera poco menos que gammas encomendados a su servicio. El paso al marxismo o al ateismo desde las posturas más católicas que antaño se vieran era obligado, como obligado es el paso al neoconismo de los que antaño fueron marxistas o ateos vestidos de católicos o cristianos en nueva conversión.

No mezclen más a los falangistas en esto, siguiendo el ejemplo de una propaganda poco ilustrada y muy dañina, porque poco tienen que ver con esa concepción de España nacida de una amalgama posterior al falangismo.

Ahí queda la consigna de José Antonio: "queremos una España alegre y faldicorta". Los ciegos y tuertos hicieron que fuera desde el cerrilismo antipático que la mantenía con burka al despelote total en pura consecuencia.

Miles Dei dijo...

El ejército disciplinado de la Iglesia permeado por el concepto de santa obediencia lo que hizo en el Posconcilio fue obedecer a sus mandos tal como la maquinaria militar alemana, permeada del concepto de honor y fidelidad al juramento, obedeció a los suyos hasta el final. A ver si puedo luego citar el testimonio de un jesuita contando como han corrompido a todos los que dependían de ellos y confiaban en ellos.

more romano dijo...

Unas precisiones a las precisiones de Miles Dei:

“Cuando dice grupos de falangistas se debe especificar más, no sea que fueran del requeté vestidos de falangistas...”.

El requeté no vestía de falangistas. Ni en broma.

more romano dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
more romano dijo...

Más le pega al requeté decir aquello de "la falda más mini, mejor que el pantalón más recatado".

Mariano dijo...

LA verdad coincido con los viejos puritanos en que la Película de Hilda es mucho más provocativa que muchas peliculas guarras de hoy en día. Era tal la belleza y la sensualidad de esta chica que con sólo pestañear ya hacía gran daño a las almas de muchos varones. Es muy bueno para curarse de esta enfermedad, ver algún documental donde se le ve ya anciana y con Alzheimer

Miles Dei dijo...

En la España de Franco a los falangistas les obligaron a ponerse la boina requeté y a ellos a vestir la camisa azul, con eso está todo dicho. Un partido unificado y único para el regimen.

Y del viejo carlismo "cerril, intransigente, antipático" (como lo llamaría José Antonio) no hay nada de eso (muéstrenme algo si lo tienen y cambiaré de opinión). Sin embargo ahí está la consigna joseantoniana presente.

Y aquí su profecía-análisis de la situación totalmente cumplida hoy en día:

¿Qué va a ocurrir si ganan los sublevados?

Un grupo de generales de honrada intención; pero de desoladora mediocridad política. Puros tópicos elementales (orden, pacificación de los espíritus ... )

Detrás:

1º) El viejo carlismo intransigente, cerril, antipático.

2º) Las clases conservadoras, interesadas, cortas de vista, perezosas.

3º) El capitalismo agrario y financiero, es decir: la clausura en unos años de toda posibilidad de edificación de la España moderna. La falta de todo sentido nacional de largo alcance.

Y, a la vuelta de unos años, como reacción, otra vez la revolución negativa.

Franquista dijo...

Circuló una leyenda según la cual los censores franquistas emplearon el lápiz rojo y la tijera tan a fondo contra Gilda, que al final del visionado ministerial la película estaba lista para engrosar el voluminoso cesto de las prohibidas. Pero se cuenta que, después de verla, Franco ordenó a los guardianes de la decencia de las pantallas que dieran el visado de exhibición a la película, al enterarse de que Rita Hayworth se llamaba en realidad Margarita Cansino y era española de las llamadas de raza.

Anónimo dijo...

Lo único "cerril, intransigente, antipático" era el propio José Antonio, el que casi traiciona al Alzamiento.

Anónimo dijo...

"La movida"...

http://www.elpais.com/articulo/cultura/fiesta/movida/elpepucul/20061118elpepucul_1/Tes

Miles Dei dijo...

¿Don Alzamiento quien es? Si me lo presentan podremos saber en que consiste la traición a dicho personaje desconocido...

Anónimo dijo...

¿Laicos comprometidos o más bien laicos comprometedores?

Fr.J.

Miles Dei dijo...

Gracias por la nota a la redacción. Pero creo que no es un dato menor. Porque la profunda religiosidad que los falangistas pudieron contemplar en José Antonio no tenía nada en absoluto que ver con lo que vino después. Ejemplos hay.

Anónimo dijo...

Todos muy "comprometidos" con el mundo.

Anónimo dijo...

Creo que se ha exagerado esto de las protestas contra Gilda. Los que protestaban no creo que fueran falangistas ni requetés, sino más bien elementos apolíticos de la Acción Católica, que luego se pasarían a la democracia cristiana o al rojerío. La Iglesia tenía en esos años mucha influencia.

Por otra parte no me parece adecuado descalificar así, sin más, al que que pone reparos al cine americano de la época. La inmoralidad que que caracteriza hoy al cine es una evolución de lo anterior. Ya a finales del franquismo se exhibían películas claramente inmorales, con desnudos integrales y toda clase de alusiones sexuales.

Anónimo dijo...

Perdonen por esto a los franquistas, que hicieron cosas mucho peores.

Fort.

Anónimo dijo...

Anónimo 19:01,

Se pasaron de puritanos que la escena no daba para semejante reacción. Pudo ser inconveniente para menores y no más que eso.

Gildain dijo...

El obispo Pildain defendió el fuero propio y exclusivo de la Iglesia en la calificación moral de las películas invalidando para sus diocesanos la labor de censura y calificación que el gobierno realizaba a través de la Junta del Ministerio de Información y Turismo37. La amonestación episcopal que firmara en enero de 1948 prohibiendo a los empresarios la exhibición y a los fieles la visión de la película Gilda –«gravemente escandalosa»–, que se proyectaba en el Cine Cuyás de la capital grancanaria y cuya exhibición amenazaba con extenderse a otras salas de cine de la isla, le valió al obispo el apelativo de Gildain.

Miles Dei dijo...

Lo de Gilda fue el máximo escándalo cinematográfico de los años 40, al menos así lo presentan las fuentes de la época. Mi experiencia es que muchos de los que van contando historias de la posguerra lo que hacen es plagiar a Vizcaino Casas en su famosa obra: La España de la posguerra 1939-1953. El mismo reconoce en ediciones posteriores este usar de su obra en muchos de los que tratan el tema. Es él el que ha marcado todos los temas candentes de dicha época en esa obrita de mera recopilación de enunciados de periódicos que sin embargo delinea la profunda divergencia interna de la España franquista que luego ahondará profundamente en sus obras.

Vizcaino Casas se limita a decir:

"La estúpida censura de los años 40 produjo una innecesaria irritación a las gentes de este pais, hasta el punto que cabe lícitamente pensar que dañó seriamente la afección al régimen de muchas personsas"

Esa censura no sólo iba al tema moral, sino a la ideología. Dos películas hechas desde ideas netamente falangisas fueron censuradas en esa época: "El crucero Baleares", que jamás se llegó a estrenar y de la que se ordenaron quemar los negativos desde alto Almirantazgo, cosa que se hizo sin remisión. Y también la más célebre "Rojo y Negro", mucho más ideológica y que fue prohibida su proyección a la semana de estar en cartelera. Esta se ha conservado y siempre levanta asombro allá donde se visiona.

Como colofón de la censura franquista, una película que todos creían que iba a ser censurada fue la gran triunfadora del régimen, de la que se llegó a decir que exaltaba todos los valores del mismo: "Balarrasa". El célebre legionario de vida disoluta que por mala conciencia dela muerte de un amigo se mete al seminario y acaba cambiando su vida y la de su familia en el tiempo que le dan para que se lo piense antes de ordenarse. Escena épica donde el clérigo aconseja al futuro cuñado pegar al pretendiente ricahón y chulesco de su hermana delante de todo el mundo en el club deportivo para ganársela. Eso al parecer no era ningún inconveniente moral. Algo similar pasó con "El Verdugo", que pasó la censura contra las expectativas, aunque esta es algo posterior.

more romano dijo...

Querido Miles Dei:

“En la España de Franco a los falangistas les obligaron a ponerse la boina requeté y a ellos a vestir la camisa azul, con eso está todo dicho”.

Pues resulta que en el Desfile de la Victoria los Requetés se negaron a vestir camisa azul. Es un hecho. Quizá porque los “reaccionarios” carlistas eran “cerriles”, no como los “revolucionarios” falangistas, tan “simpáticos” ellos, que... tragaron.

Isaac García Expósito dijo...

Lo del trenecito es tremendo. Y las palmitas delante del Señor también.

Hermenegildo dijo...

Estoy completamente de acuerdo con el comentarista anónimo de las 19:01 y, en particular, con la siguiente afirmación, que cae por su propio peso: "no me parece adecuado descalificar así, sin más, al que que pone reparos al cine americano de la época. La inmoralidad que que caracteriza hoy al cine es una evolución de lo anterior".

Redacción dijo...

Hermenegildo:

No está mal poner reparos morales al cine norteamericano o a cualquier otro. Lo que se ha criticado aquí es una reacción desproporcionada ante la película Gilda, que bien puede calificarse de "puritanismo militante".

Miles Dei dijo...

Claro, Astiarraga, claro... No se me había ocurrido a mi que los falangistas fueron los que comulgaron con ruedas de molino, cuando todos tuvieron que apuntarse sí o sí a un partido que usurpó el nombre de falange, parte de sus consignas y sus símbolos y hasta el mismo cadaver de José Antonio destruyendo para siempre el pasado y el futuro de la Falange Española de las JONS haciendo de ello una ideología muerta y servil, cipaya, como diría José Antonio.

Al final de lo màs duro del regimen, un grupo de jóvenes formados al estilo de la vieja falange y con viejos falangistas le volvió la espalda al caudillo en pleno pase de revista en el Escorial en el 20-N de 1957, dando el colofón a los desencuentros que ya se veían años anteriores. Esos huevos jamás volverán a verse en la tortilla española.

Anónimo dijo...

"¿No recordáis cómo cuando estudiabais el bachillerato había siempre un profesor estúpido que ponía todo su empeño en haceros ver que, el Apóstol Santiago estuvo presente en la batalla de Clavijo? ¿No recordáis cómo toda la ciencia de ese profesor se reducía a destacar la importancia de que el Apóstol Santiago presenciase la batalla de Clavijo, y no le importaba ni le preocupaba en absoluto el estudio de otras cuestiones que podían suponer motivos de gloria para España."


Ah, la profunda religiosidad de José Antonio...

Anónimo dijo...

Ciertamente si quisieran censurar Gilda por la escena del guante, sería una ridiculez puritana, pero creo recordar que toda la trama de la película era bastante inmoral.

La censura puritana de la época la instigaba la jerarquía eclesiástica, en general muy desafecta a la Falange (ya sea la originaria o la franquista) y sospecho que también al carlismo.

Por lo demás, creo que no conviene entrar en disputas partidistas del tipo Requeté-Falange que están muy alejadas del objeto de este blog.

Anónimo dijo...

Por cierto, para relajar un poco el ambiente, conviene recordar que Gilda pasó finalmente censura y que, sin embargo, no podría pasar la censura actual simplemente por la escena de la bofetada.

Mariano dijo...

Atención con la batalla de Clavijo, porque el Apóstol Santiago no estaba sólo contemplando el resultado de la misma, sino que lanzaba bombas de mano (no rayos, bombas). Esto es lo que cuentan de la misma, El Apostol Lanzando bombas, es aberrante.

hamusten dijo...

Anónimo de las 06:02

Estoy de acuerdo con usted, pero no hemos sido el lado tradicionalista el que ha empezado con la cantinela del estilo de 'seguro que no fueron falangistas, que fueron requetés...'

Mientras a la vez se protestaba del "ejemplo de una propaganda poco ilustrada y muy dañina"

Cada uno tiene sus filias y sus lazos afectivos. Sea. Pero no nos haga creer que el pensamiento de JA era de una "profunda religiosidad".

Manto de caridad al pensamiento del Ausente

Miles Dei dijo...

Cuando cite, cite bien: porque de decir

"no sea que fueran del requeté vestidos de falangistas"

a decir:

'seguro que no fueron falangistas, que fueron requetés...'

Va un trecho de la misma propaganda dañina y algo obvio.

Sobre la religiosidad de José Antonio me he referido a que no es lo que vino después y testimonios hay, sólo que la misma propaganda dañina que acostumbran los oculta.

Si hubiera querido tener la misma mala leche habría sacado los hechos de Begoña y el fusilamiento de un héroe de guerra por el enorme delito de hacer frente a la provocación de ciento de carlistas alborotados y ser usado como cabeza de turco. No tuvieron la hombría sufificiente para poner en su sitio al ego del general Varela y del resto de los monárquicos que soañaban y ambicionaban el poder por encima del bien común, algo bien aprovechado por el régimen para dar palos a diestra y siniestra. Eso es parte de una religiosidad neocón, anteponer su ego religioso o político al bien común de una sociedad.

En fin. La religiosidad de José Antonio es precisamente el antitipo del llamado neocón. Eso es lo importante. Ni puritanismo ni tibieza, sino aplicación seria de los principios católicos y una profunda visión de lo que es una sociedad moderna.

Cuando quieran estudiar este periodo de la historia de España atiendan bien a la rancia conjunción monárquico clerical (por un lado la de los liberales monárquicos y por el otro la de los tradicionalistas monárquicos) en su ambición por el poder que fue el germen de lo que nos ha llevado derechitos a lo que vivimos hoy.

Miles Dei dijo...

Y como muestra de un poco más de mala leche y del neoconismo y ya que hablamos de uno de los héroes de dicha división podría seguir con la exaltación de la división azul en páginas tradicionalistas como adalides de la lucha contra el comunismo, mientras que callan como Fal Conde prohibió a los carlistas alistarse en dicha división.

Así es el neoconismo, que no sólo lleva en los liberalcatólicos el germen de la contradicción.

Anónimo dijo...

Anónimo de 11 de noviembre 6:05:

Lleva usted toda la razón. La bofetada a Gilda provocaría protestas por las feministas y se censuraría esa escena o se lapidaría al director.

Más que en disputas ideológicas, centrémonos en el hecho concreto.

Otro ejemplo; la película Pretty Woman, considerada como una de las más románticas por la juventud y en la que las connotaciones inmorales, vistas de manera natural, no son ejemplo para muchachas (público más afín a este film) de 13 ó 14 años.