jueves, 15 de diciembre de 2011

Pedro Hispano y el indulto de Agatha Christie


ReL ha publicado un artículo de Pedro Hispano sobre el indulto solicitado por Agatha Christie y otras personalidades. Una lectura recomendable para quienes no conocen la historia. 

Se sabe que terminada la lectura echó una mirada a los nombres de sus remitentes, más de ochenta representantes de la cultura del siglo XX. Uno de los primeros era el de la creadora de Hercules Poirot, y al verlo Pablo VI exclamó: “¡Oh, Agatha Christie…!”. Fue suficiente. Sin seguir sobre el resto, asintió y dio curso al indulto. Sin embargo, el entonces Prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Mons. Bugnini, encargado de comunicar la respuesta Pontificia, anexó a ésta una nota personal sugiriendo que dicho permiso se mantuviera en la mayor reserva.


11 comentarios:

Anónimo dijo...

No hubiese esperado menos de tipos que admiro tanto como Graham Green, Agusto del Noce y Gabriel Marcel.

- ¡Y Maritain!
- Sí, es verdad, también Maritain; quien, a pesar de todo, fue el autor de Los Grados del Saber, y con ello, según Castellani, el tomista más grande del siglo (ver Conversación y Crítica Filosófica).

Walter E. Kurtz dijo...

Si no recuerdo mal, hubo una nota con firmantes exclusivamente británicos. Que fue la avalada por el Card. Heenan. Y, luego, hubo otras provenientes de distintos lugares del mundo que se sumaron a la iniciativa, y ahí aparecen Del Noce, Segovia, Borges, Maritain, Marcel, etc.

Pablo VI dio el indulto pero remitió su implementación a Bugnini, quien le puso toda suerte de limitaciones (grupos pequeños especialmente autorizados, a puertas cerradas, en días y horarios especiales, etc.) y remitió a Heenan en cuanto primado de Inglaterra y Gales, pidiendo que la Conferencia Episcopal respectiva se ocupase de la reglamentación.

Lamentablemente todos estos documentos (la carta original de Agatha Christi & co., la carta de Heenan y la carta de Bugnini) que se encontraban completos en la web de la Latin Mass Society, hoy no aparecen. (El artículo que aparece en Wikipedia es bastante deficiente y está incompleto.)

Miles Dei dijo...

¿Por qué seguir llamándolo indulto cuando sabemos que la Misa tradicional no fue nunca abrogada?

¿Qué transgresión necesitaba ser indultada con un privilegio?

Me gustaría que alguien lo pudiera explicar y a la vez sostener que la Santa Sede no se equivocó al conceder un indulto a algo que hoy reconoce como un derecho.

Miles Dei dijo...

Lo cual lleva a pensar que otros indultos de Pablo VI pueden ser igualmente errados, por ejemplo: el comulgar en la mano.

Martin Ellingham dijo...

Miles:

Recordar que hubo indultos es una prueba de que la Misa tradicional estuvo prohibida de iure y de facto, y que no se trató de una simple laguna normativa.

Saludos.

Anónimo dijo...

De facto sí que lo estuvo. Pero de iure no estoy tan seguro.

Si se pide un indulto es que quien lo pide piensa que de iure se ha prohibido algo. Pero ¿realmente estuvo prohibida de iure?

El indulto no es válido ni inválido sino que simplemente puede no aplicar al caso.

Creo.

Martin Ellingham dijo...

Anónimo:

Si el indulto es un acto,

- administrativo,
- de naturaleza singular,
- excepcional,
- y discrecional,

para el Derecho Canónico, quiere decir que la regla de derecho era la prohibición.

Si a eso agregamos la aplicación hiperrestrictiva del indulto (a diferencia de lo ocurrido con el indulto de la Comunión en la mano), también puede decirse que estuvo prohibida de facto.

Saludos.

Miles Dei dijo...

Entiendo que sea una manera de testmoniar la mente cambiante del legislador al respecto, pero de ahí a decir que esa mente fue conforme a derecho pues no. No lo fue si hemos de hacer caso al Summorum Pontificum.

De iure no pudo estar jamás prohibida porque entonces una de dos o Pablo VI se equivoca o lo hace Benedicto XVI en el Summorum Pontificum o quizás el término medio tan en boga desde el Concilio: el magisterio está por encima de la Iglesia y hace lo que le da la gana en un momento y luego en otro sin atender a nada más porque está inspirado por el Espíritu Santo y nunca se equivoca.

O peor aún: algo puede ser legítimo y a mantener (la forma extraordinaria de la liturgia romana) y a la vez ser prohibido y restringido ubique en el uso de manera que la veritas iustitiae brille por su ausencia y lleve a otros a enfrentarse contra tal acto falto de verdad.

Miles Dei dijo...

En cuanto al credo se veía venir. El Credo nicenoconstantinopolitano ya no se usa en la práctica en ningún sitio. De la fórmula definida "consubstancial" a la inexacta forma "de la misma naturaleza" para acabar en la aceptación tácita del arrianismo redivivo con todas sus variantes semiarrianas. El termino desistencia de Amerio se encuentra mucho más exacto en la alta escolástica como falta de veritas iustitiae.

Anónimo dijo...

Miles Dei:

Ud. dice " De la fórmula definida "consubstancial" a la inexacta forma "de la misma naturaleza" para acabar en la aceptación tácita del arrianismo redivivo con todas sus variantes semiarrianas"...

¿Podría dar un ejemplo de ese arrianismo y/o semiarrianismo?

Miles Dei dijo...

Pues te voy a decir un ejemplo que está muy extendido entre los fieles: cuando se confunde al "Padre",como lo llama Jesucristo, con Yahvé y se piensa de Jesucristo en términos de "un dios" distinto a Yahvé.

Esto, que en los fieles es deformación doctrinal por falta de maestros, en muchos teólogos es una auténtica desviación doctrinal que ha tomado una forma sibilina gracoias a la inversión antropológica de la teología que va más allá del consubstancial y afecta prácticamente a toda la controversia cristológica de los primeros siglos.

La cadencia sintomática de estos autores se nota al hablar de la ciencia de Cristo, al cual tratan como un mero viator que va concienciándose de su divinidad. O sea, que es connatural al Padre, pero no es de su substancia porque es hombre (esto jamás lo reconocerán así de claro porque hoy no hay herejías, sino criptoherejías)

Si pensamos que precisamente ese presupuesto de ser como conciencia es fundamental a la filosofía hegeliana y sobre todo a la parte aplicada en el marxismo: el hombre que toma conciencia de su clase para crear el nuevo género humano, hemos cerrado el círculo por ese lado y entenderemos la burda cristología arriana en tantos autores cristianos marxistoides.