martes, 27 de diciembre de 2011

Texto clásico: "Los dos poderes" (Jean Ousset) VIII

CLERICALISMO

J. Boulier lo ha dicho muy bien:

“La acción de los laicos con mandato resulta tímida porque no puede ir demasiado lejos sin comprometer, por razón del mismo mandato, la responsabilidad del mandatario, el obispo. ¿Cómo seglar de Monseñor osaría llegar más allá de lo que Monseñor cree poder permitirse? Ninguno de los grandes seglares que han destacado en la historia de la Iglesia en Francia durante el siglo XIX ha sido el seglar de ningún Monseñor. Sino que eran testigos de su fe ante el mundo volteriano. No tenían nada clerical, pero su vida, a veces heroica, daba autenticidad a su testimonio y le confería pleno valor de apostolado. En nuestros días se quiere organizar al laicado de tal modo que es de temer que los seglares más dinámicos queden fuera, no aceptando, con razón, ser confundidos como clericales con mandato para participar en una acción clerical.

“…En fin, no existe acción alguna de los seglares que más pronto o más tarde no tenga algún alcance político. Los seglares no tienen que comprometerse en la acción política porque ya están comprometidos, ligados desde su nacimiento, incluso antes de su bautismo. Todos hacemos política, decía recientemente el Rector de la Universidad de La Habana, ciudadanos del Cielo nacemos ciudadanos de la ciudad carnal; somos responsables de cuanto de ella tenemos. Aunque los clérigos, por razones particulares, a veces deben desligarse, y así la acción política queda de la propia responsabilidad de los seglares, de los ciudadanos.”

Conviene, por consiguiente, no colocar ningún sacerdote delante para poder tratar de actuar seriamente en lo social y en lo político. ¡Esta acción será la más conforme a las enseñanzas de la Iglesia!

Pues…

…o esta acción será eficaz frente a los progresos del totalitarismo estatal, socializante;

…o no lo será.

Si no lo es… es casi seguro que la Revolución, sin dificultades, no encontrará inconveniente alguno en que clérigos, incluso muchos, aparezcan en el dispositivo y se comprometan a sus ojos.

Si, por el contrario, esta acción es eficaz… las reacciones, las campañas de prensa que la subversión desencadenará serán tan fuertes que los sacerdotes seculares o religiosos recibirán de su obispo o de su superior la orden de apartarse de una empresa tan comprometedora. Abandonando así a los laicos en lo más álgido del combate. Lo cual, lejos de escandalizarnos, no es sino una vuelta al orden mismo. Con esta reserva únicamente…: realizar en semejante momento un repliegue tal, semeja una desbandada cuyo efecto es siempre desastrosos para la moral de los combatientes.

Que se les pida consejo, pues, tanto como sea preciso; que se busque su apoyo, para que nos reconforten espiritualmente, de clérigos doctos, prudentes y santos. Pero guardémonos de alistarlos, abiertamente, en el combate “temporal”.

El personaje de "Don Camilo" de Guareschi y Camilo Torres Restrepo
dos curas metidos a la política

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