viernes, 19 de diciembre de 2014

Dejate canibalizar







Unas recientes declaraciones del papa sobre la disciplina del ayuno eucarístico han dado lugar a comentarios en diversas bitácoras. Las expresiones son las siguientes:
“Pío XII nos liberó de aquella cruz tan pesada que era el ayuno eucarístico”. “Tal vez alguno de ustedes lo recuerdan. Ni siquiera se podía beber una gota de agua. ¡Ni siquiera! Y para lavarse los dientes, se tenía que hacer sin tragar agua. Yo mismo de joven fui a confesarme de haber hecho la comunión, porque creía que una gota de agua había ido dentro. Es verdad ¿o no? Es verdad. Cuando Pío XII cambió la disciplina --“¡Ah, herejía! ¡No! ¡Ha tocado la disciplina de la Iglesia!”-- muchos fariseos se escandalizaron. Muchos. Porque Pío XII había hecho como Jesús: había visto la necesidad de la gente. “Pero pobre gente, ¡con tanto calor!”. Estos sacerdotes que celebraban tres misas, la última a la una, después de mediodía, en ayunas. La disciplina de la Iglesia. Y estos fariseos eran así --'nuestra disciplina'-- rígidos en la piel, pero como Jesús les dijo, “putrefactos en el corazón”, débiles, débiles hasta la putrefacción. Tenebrosos en el corazón”.
A lo que algunos han señalado que papa ha faltado a la verdad en sus afirmaciones. El fundamento de esta afirmación es el Catecismo Mayor de San Pío X:
“635.- ¿Qué ayuno debe guardarse antes de la Sagrada Comunión? - Antes de la Sagrada Comunión debe guardarse el ayuno eucarístico, que consiste en abstenerse de alimento sólido o bebida alcohólica tres horas antes de comulgar, y de alimento líquido o bebida no alcohólica, una hora antes de la comunión. El agua natural puede tomarse a cualquier hora y en cualquier caso.”
Es muy probable que este punto del Catecismo corresponda a una edición actualizada a los tiempos de Pío XII.
Habría mucho para decir sobre las expresiones del Romano Pontífice. Esta vez, queremos hacer sólo algunas aclaraciones históricas y dar nuestra modesta opinión:
- En primer lugar, es verdad que Pío XII modificó de manera notable la disciplina sobre el ayuno eucarístico. Antes de la constitución apostólica Christus Dominus (1953) el ayuno eucarístico era total desde la medianoche e incluía el agua si era bebida. Recién con Pío XII se estableció un nuevo principio como general y común para todos, fieles y sacerdotes: el agua natural no quebranta el ayuno eucarístico.
- En segundo lugar, la disciplina anterior admitía excepciones, y había dado lugar a aplicaciones de distinto valor, llegándose a veces a formulaciones casuísticas.
Veamos algunos ejemplos tomados de obras anteriores a Pío XII:
«Segun las leyes y la práctica constante y jeneral de la Iglesia se debe recibir en ayunas la eucaristía. Este ayuno llamado natural, eucarístico ó sacramental, es mucho mas ríjido y severo que el ayuno eclesiástico; consiste en no haber tomado absolutamente nada ni sólido , ni líquido, ni como alimento ni como remedio despues de las doce de la noche. La Iglesia no admite escepcion á esta regla mas que para los enfermos que toman la Eucaristía como viático, y para algunos otros casos mucho mas raros en que puede hallarse el sacerdote…» (Michel, A. Diccionario de derecho canónico. Madrid, 1847, Tomo I, p. 124) .
1854. P. ¿Cuántas condiciones se requieren para que la cosa que se toma después de las doce de la noche rompa el ayuno natural?
R. Es doctrina corriente que se necesitan tres condiciones reunidas: . Que sea cosa exterior, esto es, que venga de fuera de la boca. 2ª. Que se tome por modo de comida ó bebida. 3ª. Que la cosa tenga razón de comida ó bebida.
En cuanto á la primera condición, el Sr. Sánchez en su Teología Moral (trat. I V , punto 4, núm. 1) la explica de este modo: «Por consiguiente, no se violará el ayuno si lo que pasa al estómago estaba ya en la boca, como las pequeñas partículas de carne que suelen quedarse después de la comida adheridas á las mandíbulas.»…
En cuanto á las partículas de comida que quedan entre las muelas dientes, algunos autores dicen que, aun cuando se pasen voluntariamente, no quebrantan el ayuno natural; y de esta opinión fué Santo Tomás, cuando era joven, como puede verse en el lib. 4 de las Sentencias, dist. 8.aq. i . a , art. 4, sol. 2.a ad 3. Otros autores distinguen: si esas migajas se tragan de intento después de media noche, quebrantan el ayuno natural; si se pasan casualmente, no le quebrantan. Esta fué la opinión de Santo Tomás últimamente, retractando en esta parte lo que había dicho en el lugar citado de los Sentenciarios...
Por no venir ab extrínseco, no viola el ayuno natural la sangre que sale de las encías, ó de la cabeza cae en la boca, aunque se trague advertidamente… Lo mismo se ha de decir cuando, ó por la indisposición del estómago, ó por ser indigesto el alimento, éste vuelve á la boca ó por eructo ó por vómito, como dice Santo Tomás, ya citado: et similiier videtur... de eructationibus; aunque se pase después de la boca al estómago con advertencia, no viola el ayuno natural; porque (nótese bien) habiéndose tomado ya posesión en el estómago, no se entiende que viene de fuera de la boca.
Por el contrario, rompería el ayuno natural si á uno se le hiciese tragar violentamente agua, ó, cayendo en un río, la tragase sin poder evitarlo, ó chupase la sangre que le salía de un dedo, ó tragase las lágrimas que manaban de los ojos, como dice San Ligorio, con la opinión común, porque en todos estos casos la cosa tragada venía ab extrínseco. 
1855. La segunda condición que, según la opinión comunísima, se requiere para que se viole el ayuno natural, es que la cosa que pasa de la boca al estómago se tome por modo de comida ó bebida. 
De aquí infiere San Ligorio:
1º. No se quebranta el ayuno natural si al lavar la boca pasa involuntariamente al estómago alguna gota de agua, ó entra polvo en la boca y se pasa sin voluntad, ó una mosca que se entra en la boca y se traga, ó alguna gota de agua cuando llueve; porque si no pasa voluntariamentenon est comestio, sed respiratio (vel attractio), como dice San Ligorio; pero si se tragasen estas cosas de intento, aunque estuviesen mezcladas con saliva, si bien Croix, Lugo y Tamburino dicen que no rompen el ayuno natural, pero San Ligorio dice: Sed omnino affirmandum cum sententia com muni. Santo Tomás está expreso en favor de esta opinión, y lo mismo la rúbrica del Misal…
2º. San Ligorio, con la opinión comunísima en el día, dice que ni el fumar ni tomar tabaco en polvo viola el ayuno natural… No el fumar, aunque se pase de intento el humo al estómago, porque el humo ni es comida ni bebida… Tampoco le viola el tomar tabaco ó rapé por las narices, aunque caigan algunas partículas al estómago; porque dado que sea nutritivo, no se toma per modum cibi, sed per modum attractionis (lib. 6, núm. 280)… En cuanto á masticar el tabaco, algunos autores opinan que quebranta el ayuno natural …
1856. La tercera condición para que se viole el ayuno natural es que la cosa que pasa al estómago tenga razón de comida ó de bebida; esto es, como dice San Ligorio con la sentencia común, que sea alterable y digeribleDe aquí deduce el Santo que no violan el ayuno natural las cosas indigeribles… Cuando un caminante, viendo á los ladrones, pasa al estómago una monedita de oro para salvarla, nadie dice que comió la moneda, sino que la tragó: deglulivit… (Morán, J. Teología moral, Madrid, 1899, T. II. P. 249 y ss.)
- En tercer lugar, de lo antedicho se puede concluir que la mención que ha hecho Francisco a la disciplina anterior a Pío XII es verdadera en principio. Sin embargo, el ejemplo de la gota de agua tragada al lavarse los dientes, revela una equivocada comprensión de aquella disciplina. En efecto:
“¿Las gotas de agua que se mezclan con la saliva, infringen el ayuno si se pasan con ella? Si se toman por casualidad praeter intentionem, no; á no ser que sean en mucha cantidad. Y lo mismo diremos de las gotas de agua que se tragan involuntariamente lavándose la cara; porque no se toman per modum potus. Consta de dicha rúbrica. Pero si se toman de propósito, sí; porque entonces nada les falta para tener razón de bebida, aunque no se ordene á ese fin.” (Diez, Clave de Teología Moral, ed. 1891).
 La anécdota, por tanto, muestra un error en la comprensión de la disciplina vigente -de fácil corrección mediante el estudio o el recurso a un confesor- o bien posibles escrúpulos del joven Bergoglio, más que una deficiencia objetiva en las normas del ayuno. Resulta lamentable que un Pontífice ataque de modo caníbal una disciplina venerable -reformable de suyo, y oportunamente modificada por el papa Pacelli- sin decir nada sobre el sentido que tenía, y tiene, tal ayuno.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de la gota de agua resulta absurdo, pero no es lo más importante de esta homilía. Lo grave es que parece emplear la reforma disciplinar del ayuno eucarístico para llamar fariseos a quienes se oponen a las reformas heréticas sobre la Comunión en el caso de los divorciados vueltos a casar. De un vistazo parece interpretarse así.

Flavio Infante dijo...

«La anécdota, por tanto, muestra más un error en la comprensión de la disciplina vigente [...], o bien escrúpulos del joven Bergoglio...»

Lo primero, seguro: ni siquiera siendo muy mayor demuestra una suficiente comprensión de la doctrina -ni el necesario interés en comprenderla-, con fatales resultados, asaz visibles. Lo segundo -los escrúpulos- es hipótesis digna de ser barajada por los estudiosos de las patologías psíquicas que quisieran dar cuenta de uno de los resortes implicados en la (de)formación de esta difícil personalidad. Quién sabe si el joven Bergoglio, picado de una escrupulosidad mal domada, no vio agotarse sus nervios al punto de (en un ademán autodefensivo) mandar al traste los escrúpulos y devenir el inescrupuloso jefe que todos conocemos. Alguien tendría que evaluar esta posibilidad y ofrecerle a Francisco el oportuno tratamiento.

Anónimo dijo...

muy buen comentario anónimo de las doce cero cuatro

Pedro dijo...

No eran infrecuentes esos escrúpulos. El sr. Miguel Fisac, arquitecto y socio del Opus Dei de primera hora (aunque luego abandonara la institución), solía contar que antes de hacer la primera comunión se pasó 24 horas escupiendo para no tragar saliva.

Anécdota, por cierto, que el hoy obispo prelado de la Obra utilizó en el proceso de beatificación de mons. Escrivá para que se descartara a Fisac como testigo, por loco desequilibrado.

Anónimo dijo...

http://www.adelantelafe.com/de-la-nouvelle-theologie-a-la-moral-de-situacion-2/

Hermenegildo dijo...

En la materia del ayuno eucarístico hemos pasado de un extremo a otro. De ese ayuno tan estricto y tan duro de cumplir a su práctica desaparición.
Hoy sólo se pide ayuno de una hora; dado que entre que empieza la Misa y el momento de la comunión transcurre casi una hora, uno puede comer tranquilamente lo que quiera antes de que empiece la Misa.

Anónimo dijo...

La ley es para los hombres y no los hombres para la ley, dijo Nuestro Señor. Es lo malo de las leyes excesivamente rigurosas, que nos hacen sufrir otra vez las andadas de los fariseos.
No digo lo fuera el de Ligorio y sus opiniones que tan exageradas suenan hoy; pero sí era medio jansenista, como era casi todo el mundo en su tiempo.
En estos asuntos -que Francis maneja tan bien, generalmente para algo muy malo, hay que ser prudentes y muy sabios para distinguir y saber dónde está la veritá. A mí se me da que a partir de estos pequeños equívocos, en general mal tratados por lo que consideramos la doctrina ortodoxa, se construirá la nueva religión universal.
Ahora se viene -seguro estoy- lo que concierne a los fines del matrimonio y ya nos las veremos con lo que os estoy refiriendo, cuando se trace alguna línea (acá o allá) sin tomar en cuenta la casi desconocida doctrina de la Iglesia.
Anselmo otra vez