sábado, 16 de abril de 2011

AL VI ARTICULETE DE D. IRABURU (II)


- Con el permiso de nuestro director espiritual damos inicio a las entregas diarias que nos permitirán concluir nuestra glosa crítica al sexto articulete de D. Iraburu. Antes de leerlo, consultad a vuestros directores, porque es penitencia extraordinaria por más que estemos en Cuaresma.

En el artículo precedente expuse que la enfermedad lefebvriana tenía como causas principales un discernimiento condenatorio de la Iglesia postoconciliar y de sus Papas, y una convicción de que la Fraternidad San Pío X era necesaria e imprescindible para la continuidad de la Iglesia. Unasíntesis histórica vino a confirmar este diagnóstico. Y como medicina a esa enfermedad, se hace necesario reafirmar algunas verdades fundamentales de la fe en la Iglesia.
1. No existe más Iglesia que la Iglesia actual y visible, presidida por el Papa y por los demás sucesores de los Apóstoles. El que no cree en «esta Iglesia», no cree en ninguna, porque no existe otra. (…)
Ya hemos anticipado en la introducción a estas glosas que las expresiones metonímicas y metafóricas son la explicación de la aparente dicotomía entre Roma temporal y Roma eterna en los textos de Monseñor Lefebvre. Son expresiones que designan partes de la Iglesia presente. Así como el amigo de D. Iraburu habla de Iglesia pecadora, refiriéndose a la Iglesiacomo congregatio fidelium, que puede estar llena de pecadores; pues la Iglesia es una realidad divino-humana, a la vez santa y compuesta por pecadores; similarmente, para Monseñor Lefebvre Roma significa al Papa, y a la Curia Romana, en cuanto sujetos de error-pecado, que sin embargo no dejan de pertenecer a la Jerarquía de la Iglesia.
Buscas en Roma a Roma ¡oh peregrino!
y en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver son las que ostentó murallas
y tumba de sí proprio el Aventino.
(Francisco de Quevedo)
Al celebrar Mons. Lefebvre con Mons. Castro Mayer la ordenación cismática de cuatro Obispos, se desarrolló al seguir el ritual este diálogo: – «¿Tienen el mandato apostólico [para ordenar]? –Lo tenemos. –Léase. –Lo tenemos de la Iglesia romana siempre fiel a las santas tradiciones recibidas de los Apóstoles»… (Tissier 593). La fórmula suena bien, pero no vale: es puramente ilusoria. Carecían por completo de «mandato apostólico» para consagrar Obispos, porque San Pedro solo da ese mandato apostólico a través de su Sucesor, el Obispo de Roma, presidida entonces por Juan Pablo II, que en una carta personal a Mons. Lefebvre le mandó con máximo apremio que no ordenase.
D. Iraburu mezcla las churras con las merinas. Que no tenían mandato expreso es cosa evidente para todos. Pero creían que el estado de necesidad les daba unmandato tácito, supletorio, en virtud del principioEcclesia suplet.
2. Credo in Ecclesiam. Es «la fe en la Iglesia», Mater et Magistra, la que nos abre la mente a todas «las verdades de fe» que ella enseña. (…) Consiguientemente, cuando Lefebvre declara que «la Iglesiaconciliar» ha caído en la apostasía y que ha roto con la Tradición verdadera, está atacando la única Iglesia existente, está socavando la Roca sobre la que se levanta todo el edificio de la fe cristiana. Y en vano tratará de sostener su casa espiritual en el fundamento de una «Iglesia romana siempre fiel a las tradiciones de los Apóstoles», distinta de la presente, porque no existe.
D. Iraburu reincide en el defecto hermenéutico que ya le señalamos en 1. La expresión Iglesia conciliar es metonímica, tanto como la expresión Iglesia pecadorade Sayés, y ambas referidas a un mismo aspecto: los errores-pecados de quienes gobiernan la Iglesia, que no dejan de influir en el presente eclesial.
Es una incoherencia que el mismo Iraburu, que ha criticado la "debilidad" de la Autoridad apostólica como causante de las infidelidades en la Iglesia, ahora no caiga en la cuenta de que así está atacando a la única autoridad apostólica existente en la Iglesia, está socavando la autoridad sobre la que se levanta… Si lo dice Lefebvre, mal, pero si lo dice D. Iraburu, palabra santa... Doble rasero.


2 comentarios:

Longinus dijo...

Parece que estamos viviendo en una pintura de Salvador Dalí. Los cismáticos, masones, herejes y judíos alcanzan la salvación de algún ignoto modo. Ya no están excomulgados. Los únicos que no alcanzarán la salvación, son los malvados lefebvristas, por rebeldes.

Hasta la horda de teólogos que niegan uno o todos los dogmas de fé están en completa comunión, al igual que los obispos que no cuidan el mínimo decoro en las misas de su jurisdicción o cardenales como el de los escándalos interminables, el inefable monseñor Schoenborn. Y todos ellos cobran sueldos de la Iglesia, puntualmente. Nada más pasarse por Religión Digital y se podrá aquilatar el universo de opiniones que allí se ventilan, desde lo más ridículo hasta lo más bizarro.

Así pasó en tiempos de San Atanasio, aunque el r.p. Iraburu ponga el grito en el cielo por la comparación, la Iglesia era UNA, como hoy, pero unos seguían la sana doctrina y los demás doctrinas de hombre, Arrius, en este caso. Que Dios nos dé el discernimiento para saber distinguir cuál es cuál. Porque ya estamos grandecitos, para que un neocón nos quiera ver la cara, porque hay que ver el impacto y el juicio que tendrá un pastor que lleva sus ovejas al despeñadero, por mucha erudición que tenga.

Anónimo dijo...

Estimados filolefes:
El actual lefe jefe convoca a un nuevo asalto de oración: una nueva cruzada del rosario. Información: http://www.laportelatine.org/pourvous/croisade_priere_penitence2011_2012/prierepenitence2011_2012.php