sábado, 4 de agosto de 2012

Reducción a Lutero


Pareciera que en la vecina Infocatólica cuanto más se repite una tesis menos necesaria es su justificación racional. Es lo que se desprende de  los "sesudos" comentarios del director de dicho portal y la corte de obsecuentes que lo acompaña. 
A raíz de una noticia, los apologetas neoconservadores reinciden en el tópico de acusar a los tradicionalistas de “libre examen” o “juicio privado”. Es un argumento falaz. En esencia, se trata de una amalgama de ideas, que tiende a confundir distintos adversarios en uno solo, para combatirlos más fácilmente. Es una variación “católica” de la reductioad Hitlerum que combina varios sofismas para asimilar al oponente a un sujeto despreciado, en este caso Lutero en vez de Hitler. En infocatolica, la falacia viene aderezada con la habitual incapacidad para debatir, censura selectiva de comentarios, anatemas ridículos y una mentalidad antiteológica que el protestantismo ha impreso a fuego en la forma mentis de su director.  
Lutero no sostuvo formalmente la “libre interpretación” o “juicio privado” de la Revelación pero su concepción de la Escritura y de la fe condujo a ella como natural resultado. Para el reformador la Escritura no requiere mediación alguna para su inteligibilidad en lo necesario para la salvación, por parte del hombre bien dispuesto, por lo que todo creyente puede interpretar la Biblia sin ninguna clase de ayuda exterior, pues a quien tiene fe el Espíritu Santo le descubre con seguridad infalible el sentido de esta. Consecuencias: se excluye todo tipo de mediación y se suprime la necesidad de contar con la Tradición, el Magisterio y la Iglesia docente. A partir, de Lutero, pero en fórmula  no acuñada por él, el lema sola Scriptura, se vuelve el principio fundamental del protestantismo. Este principio, entendido absolutamente, es decir como suficiencia, claridad e infalibilidad de la lectura privada de la Escritura juntamente con idea de la sola fide, conducen al denominado “libre examen”.
El tradicionalismo no sostiene ninguna de estas proposiciones de origen luterano sino que se opone abiertamente a ellas. El objeto material de la controversia tradicionalista -lo que se impugna- no es toda la Revelación, ni tampoco la Tradición. Por lo que resulta absurdo hablar de “libre interpretación” o “juicio privado” de la Tradición para forzar una analogía. El problema del tradicionalismo, bien delimitado, se centra algunos puntos enseñados por el Vaticano II y luego reiterados por los pontífices posteriores. Si algunos “apologetas” intentaran ser un poco más precisos, deberían hablar de “libre interpretación” o “juicio privado” de algunos puntos del Vaticano II. Pero ni eso... 
¿Se puede identificar al Vaticano II con la Tradición? Es cierto que cada Concilio es testigo de la Tradición y que el Magisterio tiene la función de dar un testimonio autorizado. Pero la pregunta que debe formularse es la siguiente: ¿las novedades conciliares impugnadas por el tradicionalismo pertenecen a la Tradición y constituyen un desarrollo homogéneo que hace explícito lo que antes estaba implícito? Si las novedades fuesen actos magisteriales infalibles habría que dar una respuesta afirmativa con plena certeza; quien se negara a aceptarlas, dejaría de ser católico y la comparación con el luteranismo tendría suficientes semejanzas como para no incurrir en una falacia. Pero hay numerosos argumentos para sostener que no estamos ante actos infalibles. Y también para sugerir que algunas de las novedades siquiera son Magisterio en sentido propio, pues carecen de la intención objetiva de enseñar algo que sea vinculante para la Iglesia discente.
Tampoco es correcto el intento de igualar al tradicionalismo con el fenómeno del “disenso progresista. Quien no acepta la enseñanza de la Humanae vitae sobre la inmoralidad de la contracepción, y prefiere seguir la opinión de Bernard Häring, reemplaza la adhesión al magisterio de la Iglesia por la opinión de un teólogo al que da igual o mayor peso. En cambio, el tradicionalista que no acepta un derecho de inmunidad para las religiones falsas (cfr. Dignitatis humanae), y adhiere firmemente al magisterio secular sobre la tolerancia (cfr. Ci riesce), no reemplaza el asentimiento a una novedad conciliar con la opinión de un teólogo a la que erige en magisterio paralelo, sino que “fija” su adhesión en el magisterio pre-conciliar, porque le parece el extremo más seguro.

Por último, y en la hipótesis de que la posición tradicionalista estuviera equivocada, habría preguntarse sobre la naturaleza de ese error. En el caso del luteranismo, es claro que se trata de un cúmulo de herejías. En el supuesto del tradicionalismo, en cambio, estaríamos ante un conjunto de errores en doctrina católica y de opiniones temerarias, pero no de herejías. 
En conclusión: para el “fijismo” tradicionalista, el criterio para juzgar las novedades del Vaticano II no es la subjetividad inmediata de cada cristiano, sino el magisterio precedente de la Iglesia, claro y reiterado.

Para profundizar en los temas tratados en esta entrada sugerimos los Apuntes sobre el magisterio  ya publicados en nuestra bitácora.

18 comentarios:

Genjo dijo...

Se agradece una exposición tan clara y precisa de la doctrina de la Iglesia, que no puede rechinar a oídos católicos.

Miles Dei dijo...

La cosa es mucho más simple: Luis Fernando, Arraiz y cía sin ser corregidos insisten una y otra vez en que todo acto sin distinción de un Concilio Ecuménico es infalible por el hecho de pertenecer a un Concilio Ecuménico. Es un error que les dejan repetir una y otra vez deformando la doctrina católica.

Anónimo dijo...

LF dice: "No se puede llamar puramente pastoral a un concilio que publica constituciones dogmáticas".
PEDRO HISPANO: Pues SI se le puede llamar "puramente pastoral" porque todo lo que de estrictamente dogmático definido como tal hay en el V II es fruto de la actividad magisterial de otros Concilios y de otros Papas.
Y espero que alguien disponga de las citas de las afirmaciones nacidas del mismo V II en el sentido de que allí no se quería definir nada.
Por eso crear ese falso problema de conciencia de que la aceptación -"sin reservas" que dice Iraburu- del V II para ser católico es mentir objetivamente, es añadir confusión a la confusión y es contribuir a retrasar la salida de esta crisis de vértigo en que estamos inmersos.

El Eremita dijo...

Uy, publiqué el comentario con mi perfil no anónimo... si pudiesen publicar este y no el otro les agradecería mucho.

-

Estimada redacción,

Creo que no hay que perder de vista que ustedes están defendiendo la posición del tradicionalismo que podríamos llamar "auténtico" (o simplemente "válido"), mientras que en el vecino portal usualmente se ataca a otra forma de tradicionalismo que no creo que sea tan válida.

No falta en ninguna web católica, gente que no solo suspende su asentimiento a determinadas sentencias del concilio en favor de sentencias pertenecientes al magisterio pre-conciliar (lo cual es perfectamente válido), sino que además aduce que las sentencias pre-conciliares que retiene son "de fe", lo cual hace de las sentencias impugnadas, herejía.

Tomo el ejemplo que ustedes ponían acerca de la doctrina acerca de la tolerancia/libertad religiosa: El CVII propuso una nueva doctrina con respecto a esto que, aparentemente, está en contradicción con la doctrina pre-conciliar. Caben solo tres posibilidades:

(1) La doctrina previa era reformable: no pertenecía al depósito de la Fe (de fide credenda) ni estaba necesariamente conectada con él (de fide tenenda). Pertenecía al magisterio meramente auténtico, y podía ser reformada. Aún así, la doctrina nueva tampoco es “de fe”, por lo que la cuestión sigue siendo libre para su estudio teológico.

(2) Independientemente del grado de certeza de la doctrina pre-conciliar, la contradicción con la doctrina nueva es solo aparente: el magisterio simplemente usó un lenguaje distinto, o se explayó sobre otros aspectos de la cuestión (i.e., las doctrinas en aparente contradicción en realidad no tienen el mismo objeto formal), etc.

(3) La doctrina pre-conciliar era “de fe” y la contradicción con la doctrina nueva es real. Luego, el CVII y papas conciliares, enseñaron y enseñan herejía.

Quiero creer, juzgando de forma benevolente, que el señor Luis Fernando (y el cardenal Koch), hacían referencia a aquellos "tradicionalistas" que asumen (3). Y ahí sí podría hacerse una comparación burda con el luteranismo, más que nada en dos aspectos:

(a) Estas personas no reconocen que solo el Magisterio es intérprete auténtico de sus propios textos. Siguiendo a tal o cual teólogo, asumen que tal o cual sentencia de tal o cual documento pre-conciliar es "de fide", haciendo caso omiso de dos principios básicos de la teología dogmática, a saber: que "mientras que no conste de manera manifiesta, no debe tenerse a una sentencia como infalible", y que, en caso de duda, solo el Magisterio tiene autoridad vinculante para esclarecer el grado de certeza teológica de una doctrina.

(b) Estas personas consideran, erróneamente, que pueden prescindir del oficio petrino de confirmar en la Fe a los hermanos. Ellos aducen que, una vez recibida la Fe, simplemente implementando el "tradidi quod est accepi", pueden transmitir íntegro el Depósito de la Fe a las futuras generaciones, hasta que Cristo vuelva o Roma se convierta. El error aquí radica en que ignoran la enseñanza de Pío XII en Ad Apostolorum Principis, a saber, que ni siquiera un obispo posee la potesas docendi si esta no le es conferida por el Sumo Pontífice; niegan (sin saberlo) la doctrina de la constitución monárquica de la Iglesia, considerando que la posesión de la Fe ya es fuente de la potestad de magisterio.

Este grupo de errores es el que ha dado lugar al sedevacantismo (única consecuencia lógica de (3)) y también a esos sectores de la SSPX denominados "anti-acuerdistas".

Entonces, si bien yerran los que afirman que todo pronunciamiento del magisterio extraordinario del colegio episcopal es infalible y obliga en conciencia, tampoco se puede negar que, ceteris paribus, ciertos “pseudo-tradicionalistas” se asemejan a los luteranos, en la libre interpretación de los textos magisteriales, en prescindir del Magisterio (es decir, de las personas que hoy día desempeñan la función de la Ecclesia Docens), etc.

Anónimo dijo...

No, Miles.

en el ultimo comentario del neocon queda claro q asienten a la integridad sel v2 por ser "el parecer del sumo pontifice", no porque sea integramente infalible

Gelfand dijo...

Las palabras del Cardenal Koch fueron muy desafortunadas. Sobre todo cuando las negociaciones estan en curso o solo hace poco tiempo han terminado. Luis Fernando lamentablemente no muestra querer debatir con profunidad estos temas y muchas de sus respuestas son altaneras.
Estoy de acuerdo con buena parte del artículo sin embargo creo que la comparación con Lutero no es tan caprichosa como puede parecer. Lutero dijo (sino me equivoco en el debate con el cardenal Gaetano) que algunos Concilios se habían equivocado. Cuando la FSSPX acusa al CVII de errores (y no de simples puntos a aclarar, de hecho dice Fellay "Las autoridades oficiales no quieren reconocer los errores del Concilio" DICI N º 256, de DICI 08/06/12) asume una actitud similar a la de Lutero. No vale aquí usar la frase de Ratzinger del "concilio en vano". Primero porque no creo que esa sea una declaración que cumpla con los requisitos de infalibilidad, y segundo porque una cosa es que sea en vano y otra muy distinta es que tenga errores.

sofronio dijo...

Redacción:

En mi tierra existe un dicho que dice: " hay madera que no agarra barniz"

El Señor, mucho antes, en S. Mateo 7:6 lo dice de forma perfecta: "No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos; no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

Si cualquiera quisiera, no ya discutir, sino comprender algo a Santo Tomás en el Tratado de la Santísima Trinidad (S.T.1 q27-43),le resultaría imposible si antes de abrir la Suma no lee algo de filosofía, en especial metafísica.

Pues hay mucha menos distancia entre un lego en filosofía para entender que son relaciones subsistentes a fin de explicar la Personas en la Trinidad, que la que sufre perennemente el director de infocat.. para asimilar qué es Magisterio, sus notas y grados.

Lo de este ex protestante más parece fanatismo puro y ceguera intelectual, al parecer congénita. No hay esperanza próxima ni remota de que se descubra remedio alguno para su cura, salvo un efluvio de gracia extraordinaria.

Lo de su capellán, Iraburu, puede ser un borrón propio de la senectud, aunque más parece obstinación en el error por negación a recibir la luz, muy clara y prístina tras 50 años del discutido Sínodo. Es muy doloroso reconocer, al fin de la dilatada vida, que se ha estado totalmente equivocado en algunos temas, y considerar que se ha contribuido a la destrucción de la Iglesia: lo contrario de lo que sin duda pretendía ¡ Claro que la humildad allana el camino!Pero hace falta tener la gracia de recibirla y aceptarla para poder entonar en el crepúsculo de la vida un mea culpa.

Con el capellán de la web sí cabría una diatriba, si sus manías censoras las dejase de lado, pero Fernando es madera muy verde y húmeda, que, al parecer nunca seca y madura; en fin no agarra barniz.

Miles Dei dijo...

en el ultimo comentario del neocon queda claro q asienten a la integridad sel v2 por ser "el parecer del sumo pontifice", no porque sea integramente infalible
---------------------------------

Es que es lo mismo. Todo concilio para ser ecuménico ha de ser firmado o en su defecto aceptado por el Papa explícitamente.

Pero aunque el concilio sea firmado por el Papa no resulta infalible por ello en la doctrina no definida, sino que en ese punto de exposición doctrinal es relativo a una concordancia con el magisterio ordinario precedente.

Ese es el error. En mi punto anterior parto del supuesto de la firma papal, porque sin ella no hay concilio ecuménico que valga.

Miles Dei dijo...

"Debemos tener la suficiente capacidad de autocrítica para reconocer que el ingenuo optimismo del Concilio y la presunción de muchos que lo apoyaron y propagaron han justificado de terrible manera los funestos presagios de muchos varones eclesiásticos del pasado sobre los peligros de los concilios. No todos los concilios legítimos de la historia de la Iglesia han sido concilios fructuosos.
De algunos de ellos sólo queda, como resumen, un enorme «celebrado en vano». Respecto del rango del Vaticano II aún no puede pronunciarse un juicio definitivo, aun admitiendo que en sus textos hay muchos elementos válidos.

J. Ratzinger


A notar dos cosas en esta cita:

1)Hay muchos elementos válidos, dice, pero no todos, por lo que habría elementos inválidos. Esta cita está contextuada por la del radio y la pezblenda de Rahner que Ratzinger hace suya. "Hace falta mucha cantidad de pezblenda para conseguir algo de radio"

2) En ella se admite que el Concilio Vaticano II puede acabar en su desarrollo histórico como un inmenso celebrado en vano.


Interesante cita del "lutarano" Ratzinger que parece tener en mente lo que en otro lado llama "deficiencias del concilio".

Anónimo dijo...

PEDRO HISPANO: Y yo pregunto si no estamos todos cayendo en una trampa al reducir -otra "reducción"- el análisis del V 2 a sus textos. ¿Y sus resultados prácticos? En la vida religiosa por ejemplo. Los conservadores en gral. suele decir que eso ha sucedido "después" del Concilio pero no "a causa" del Concilio. En realidad todo lo que es "a causa de" es también "después de" aunque no necesariamente a la inversa pero no creo ser demasiado malicioso si expongo mi sospecha de de que los mismos conservadores -conservadores de lo revolucionado- se apresurarían a presentar como "fruto del concilio" todo lo sucedido "después de él" si en vez de ser la hecatombe que padecemos hubiera sido algo positivo.
Pero en cualquier caso reducir estos análisis al valor de los textos olvidando la devastación que les ha seguido es, a mi juicio, olvidar algo capital, olvidar el criterio evangélico "por los frutos los conocereis".

Genjo dijo...

Gelfand: En la desautorización de los concilios, supongo que Lutero se referiría a cuestiones tocantes a la fe y definidas como tales. No se da tal actitud por parte de mons. Fellay, por lo que veo.

Miles Dei dijo...

¡Que bueno! Ahora Luis Fernando larga otro articulito y confunde la firmeza jurídica dada por el Papa al acto conciliar (lo que el señala en negrita en su cita de Pablo VI) con la autoridad doctrinal del mismo como si el Papa declarara su infalibilidad o estuviera definiendo doctrina cuando declara la eficacia y permanencia de sus letras y acuerdos. Es de órdago.

Y esta pasa a la historia:

"La mera idea de que un concilio ecuménico puede contener errores doctrinales es herética"

Prueba de que no es así:

Durante buena parte de los dos mil años y muchos concilios ecuménicos se admitió la teocracia como doctrina común en dichos concilios. Esto también incluye a concilios particulares aceptados por el Papa, por ejemplo los concilios Toledanos.

Según la teología actual posconciliar: "la teocracia en cualquiera de sus formas es siempre un error" (J. Ratzinger)

Es así que los concilios a todos los niveles habrían errado durante más de mil años al aceptar como verdad la doctrina teocrática y proclamarla en su mismo modus operandi.

Caso de no ser así, decir que esos concilios han errado es herético y Ratzinger, por citar un ejemplo flagrante, sería herético antes que Papa al afirmar esta doctrina conciliar como error y por tanto tenemos sede vacante.

Es obvio que Ratzinger es el Papa, luego hay doctrinas en los concilios realizados con el Papa que puede ser reformable o sujeta a contingencia.

Miles Dei dijo...

Y antes de que la prueba se vaya por las ramas, considérese solamente y a modo de ejemplo que el concilio ecuménico de Calcedonia aplica al Papa el título de "Soberano Sacerdote". La teocracia en cualquiera de sus formas (aún espiritual aplicada al Romano Pontífice) es tabién un error, como parece constar por la renuncia de los pontífices posconciliares a la tiara. Por tanto Calcedonia enseñó un error al aplicar este título al Papa.

Gelfand dijo...

Genjo: No es claro que Fellay piense que los errores no son de fe. De hecho al negarse a aceptar el CVII pareciera decir lo contrario. En todo caso es algo que la FSSPX nunca termina de aclarar del todo (Lo mismo indefincion con si el Novus Ordo es valido o no). Respecto a que se referia Lutero, no recuerdo si lo hizo explicito. En general se piensa en los motivos por los que se condeno a Hus. La posicion de Lutero fue condenada en la bula Exsurge Domin en este punto: 29. Tenemos camino abierto para enervar la autoridad de los Concilios y contradecir libremente sus actas y juzgar sus decretos y confesar confiadamente lo que nos parezca verdad, ora haya sido aprobado, ora reprobado por cualquier concilio.

Ya no tengo palabras para lo de Miles Dei...

Norberto dijo...

Luis Fernando os ha refutado cabalmente:

http://infocatolica.com/blog/coradcor.php

sofronio dijo...

Tal vez Luis Fernando,buen súbdito de Koch, ha querido hacer un elogio a los “tradicionalistas” al compararlos con Lutero. ¿Que otra cosa podría pensarse de su entendimiento?

A fin de cuentas no podrá negar el director de infoc.., 'papólatra' donde los haya, que los elogios a Lutero provienen de Benedicto XVI, como los realizados recientemente en Erfurt, entre varios más.O los halagos que Juan Pablo II hizo al hereje cuando acudió al sepulcro del maldito ex monje nada menos que como “peregrino”, según él mismo declaró ¿Acaso no deja cierta jerarquía, hoy sí y mañana también, que cale entre los fieles que los luteranos no necesitan conversión?

Lo que quiere decir Luis Fernando, suponiendo que por una vez sea coherente, es que los "lefebvrianos” no necesitan convertirse ni es necesario conversar con Roma o llegar a un acuerdo; es decir, que están bien donde están en plena comunión.

Bueno, a lo mejor no es coherente,según costumbre, y lo único que quiere mostrar es el humor que sale de sus vísceras.

@luisperezbus dijo...

Os dejo un florilegio sapiencial:

Cuanto más hablan los lefbvrianos, más me dan la razón. Se elevan sobre la autoridad del Papa y el CVII. Por tanto, no son católicos.
-------------------
El gravísimo problema lefebvriano no se da únicamente en clave cismática, sino también herética
--------------------
Rogaría a los lefebvristas enfadados con mi post que escribieran argumentos, no exabruptos.
--------------------
Por cierto, según San Pío X la suma de todas las herejías no es el modernismo sino el protestantismo.

Miles Dei dijo...

Mi florilegio es más simple, consiste en una sola cita del mismo concilio:

«Teniendo en cuenta la práctica conciliar y el fin pastoral del presente Concilio, este santo Sínodo precisa que en la Iglesia solamente han de mantenerse como materias de fe o costumbres aquellas cosas que él declare manifiestamente como tales.

Todo lo demás que el santo Sínodo propone, por ser doctrina del Magisterio supremo de la Iglesia, debe ser recibido y aceptado por todos y cada uno de los fieles de acuerdo con la mente del santo Sínodo, la cual se conoce, bien por el tema tratado, bien por el tenor de la expresión verbal, de acuerdo con las reglas de la interpretación teológica».




Gelfand, Lutero atacaba indiscriminadamente la autoridad de todo concilio sin distinción porque no reconocía autoridad en la Iglesia por encima del texto de la Sagrada Escritura. Aquí no se ataca autoridad de concilio alguno, ni siquiera del Vaticano II, sino que se examina la calificación doctrinal de sus distintas afirmaciones.

Por eso las afirmaciones de los primeros concilios ecuménicos sobre la gracia que recibe el emperador para convocar el concilio y presidirlo no tienen valor doctrinal alguno y de mantenerse como doctrina serían un error.


Podemos seguir con otros argumentos: los decretos en que los obispos dentro de un concilio actuan sin la suficiente libertad no son válidos ni pueden considerarse parte del concilio. Concilios legítimamente convocados como ecuménicos han sido luego considerados conciliábulos por la falta de libertad en sus sesiones. ¿Qué pasa cuando un grupo importantes de Padres pide que se lleve a sesión la condena del comunismo y se evita tal cosa de modo torticero desde la secretaría del Concilio? Eso, en teoría canónica, anularía todo el decreto en el que ellos pedían disertar acerca de la condena. Es un tema del que nadie quiere hablar porque sería algo tremendo, pero ahí está para la historia.