miércoles, 1 de mayo de 2013

El Espíritu Santo no es elector


En el universo mental del (neo) conservadurismo eclesial es ya un lugar común decir que a los papas los elige el Espíritu Santo. Algunos hablan de un "soplo certero". Seguramente los menos rústicos no llegan al extremo de sostener que el Paráclito elige directamente al Pontífice sino que asiste a los miembros del cónclave, pero ponen tal énfasis en esta intervención que uno se pregunta si para ellos el auxilio sobrenatural es objeto de una correspondencia automática de parte de los electores, propia de máquinas y no de seres humanos libres y defectibles. No queremos dejar de reproducir el siguiente artículo del ABC aunque más no sea para dejarlo en el archivo de  nuestra bitácora.
Ratzinger: «Hay muchos Papas que el Espíritu Santo probablemente no habría elegido»En 1997, el entonces prefecto de la Doctrina de la Fe aseguraba que el Espíritu Santo actúa como un «buen maestro», pero no «dicta» el candidatoDentro ya de la Capilla Sixtina, el momento en que los cardenales se estremecen es el canto del «Veni, Creátor Spíritus». Significa que ha llegado la hora de la verdad, de dejarse dominar por una Presencia mayor, por lo divino.Pero no es automático. Según explicó el cardenal Joseph Ratzinger en 1997 a la televisión de Baviera, «yo no diría que el Espíritu Santo elige al Papa, pues no es que tome el control de la situación sino que actúa como un buen maestro, que deja mucho espacio, mucha libertad, sin abandonarnos».El entonces prefecto de la Doctrina de la Fe, recordó con toda sencillez que, mirando a lo sucedido a lo largo de la historia de los 264 sucesores de Pedro, «hay muchos Papas que el Espíritu Santo probablemente no habría elegido».En su opinión, «el papel del Espíritu Santo hay que entenderlo de un modo más flexible. No es que dicte el candidato por el que hay que votar. Probablemente, la única garantía que ofrece es que nosotros no arruinemos totalmente las cosas». Era una visión de fe, que integraba perfectamente dos grandes milagros en la vida sobrenatural: el de la gracia y el de la libertad.
Fuente: http://www.abc.es/sociedad/20130313/abci-ratzinger-espiritu-santo-201303121931.html
P.S.: recomendable entrada de Wanderer sobre este mismo tema.


14 comentarios:

Jauja dijo...

El blog YoRezoXelPapa es la mejor caricatura inconsciente de la papolatría que he visto.

Miles Dei dijo...

La verdad es que ante la profusión de la herejía quietista en este tema Roma debería poner orden.

Comparen esta proposición condenada a Miguel de Molinos con lo que el neocón medio piensa de lo que deben ser sus actos ante un superior:

"No debe querer saber si camina con la voluntad de Dios, si permanece o no resignada con la misma voluntad; ni es menester que quiera saber su estado ni nada propio, sino que debe permanecer como un cadáver exánime." (Dz 1228)

Firmus et Rusticus dijo...

¿Existe algún documento que a lo largo de la historia de la Iglesia haya definido con más precisión la relación entre Espíritu Santo y elección del papa? ¿O no existe ninguna, y todo auxilio "reforzado" llega al papa una vez elegido?

Me gustaría aprender más sobre el papel preciso que le corresponde a un papa (creo que a muchos nos hace falta), pero recurriendo a fuentes de más peso que unas declaraciones a vuelamicrófono, aunque sean del prefecto de la Doctrina de la Fe.

Saludos cordiales.

Contemplata dijo...

Muy interesante.

Por lo que vengo estudiando, son precisamente los jesuitas los que inauguraron esta exaltación de la obediencia, que es casi idolatría. Y los jesuitas educaron a la media humanidad, ¿no? Ahora que está de moda hacer "arqueología", mejor no hacerla de la obediencia eclesial...
Y ahora tenemos papa jesuita...

Les resumo una perla que tengo enfrente: Así como la Iglesia es Jesucristo y Jesucristo el Padre, así los institutos, órdenes etc. aprobados y sancionados por Ella, se identifican con la Iglesia.
Así como Jesucristo se identificó con la Iglesia, así Ella se identifica con los Superiores.
Esto se manifiesta en que a los superiores los elige la Iglesia (aunque sean votados o elegidos por otro superior), o sea, Dios que se identifica con ella.
Y esta identidad es "una verdad exacta y rigurosa"...

Dios, a través de la iglesia, aprueba todas las decisiones y mandatos de los superiores de cualquier orden o instituto que la iglesia haya reconocido.

Voy a buscar esta condenación de Molinos, porque lo del cadáver llega incluso más atrás de San Ignacio, quien sostuvo ese tipo de obediencia.

Y un diamante: lo que nos distingue de los protestantes es solamente la obediencia a los superiores, sin interesar las herejías formaales o materiales.

Saludos

Anónimo dijo...

¿Sin interesar las herejías???? Por Dios.....

Anónimo dijo...

"el salmantino Vitoria –acompañado en esto por Belarmino-, enseñó rotundamente que «si el papa, con sus órdenes y sus actos destruye a la Iglesia, se le debe resistir», entendiendo por destrucción de la Iglesia el incurrir en la derogación despótica del derecho positivo, como así también en la entrega del patrimonio eclesiástico a sus amigos y en el daño de la Iglesia militante.."




de http://nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.com.ar/


¿PROFETA O IDEÓLOGO? A PROPÓSITO DEL CURA ESCRITOR QUE PREDIJO LA ELECCIÓN DE FRANCISCO I - Por Flavio Infante

Contemplata dijo...

Así, textual: puede haber total coincidencia sobre la fe (que no es así), pero nos distingue la obediencia a los superiores.

Lamentablemente, los que se han ocupado de una revisión crítica de la influencia jesuítica en moldear la mentalidad moderna no son creyentes e incluso son hostiles.

Pero es una tarea que hay que hacer. Porque venimos de ahí. Todo este asunto que a nosotros nos escandaliza y que muchos ven como normal -si es un superior se obedece, se buscan razones para apoyarlo, etc-, viene del éxito de la Compañia en la modernidad.

Además con el paso del tiempo, pienso que lo de Ignacio se exacerbó. Al menos es lo que surge de los textos.

Por supuesto que San Ignacio es santo, y ya quisiéramos... El tema es que los santos lo son por la caridad con amaron a Dios y se entregaron a su servicio, no por su filosofía.

Miles Dei dijo...

A Miguel de Molinos se le condena el negar que un superior pueda exisgir asentimiento interno aparte del externo.

Pero también se le condena el que no se razone las propias decisiones y se sopese si son voluntad de Dios, dejando actuar al alma como un cadáver.

Esto da un interesante punto para la doctrina católica. Se obedece al superior con todo el alma y el corazón, pero no se le obedece ciegamente, como si eso no tuviera consecuencias. Ya que somos personas responsables de nuestros actos de obediencia y no cadáveres.

Contemplata dijo...

Si, muy interesante.
Porque la obediencia jesuítica es ciega... y así se propone. El entendimiento solamente debe buscar razones para apoyar el mandato del superior.
Se permite "representar" ante el superior un punto de vista diferente, siempre que se haya trabajado la indiferencia de la voluntad y la razón por la decisión que tome el superior luego.

Pero la obediencia es ciega porque la razón actúa después de la voluntad. Actúa como obediencia del entndimiento

Martin Ellingham dijo...

Es muy interesante lo que dice Contemplata sobre la obediencia ciega. Pienso que es la fuente de ciertos planteamientos apologéticos en los que prima la conclusión a defender sobre el valor de los argumentos. Es la fuente de esas "defensas" en las que el fin de defender una conclusión justifica cualquier argumento, por más débil e inconsistente que sea.

Saludos.

Contemplata dijo...

Lo de Molinos es extremo: pretende eliminar toda actividad natural: de la razón, de la voluntad y de la ejecución. Además elimina los intermediarios: entre la entrega del libre albedrío y demás a Dios,no hay superiores.
Está el hombre que se vació de sí enteramente, se sacó todo lo humano y está Dios, que lo usará como un instrumento inanimado. Si siente algo, viene de Dios, etc.

Lo que pasa con laa obediencia ciega es otra cosa, porque hay que obrar, sentir, pensar etc lo mandado por el superior y para eso es necesario usar el entendimiento como instrumento de la voluntad.

Igual, es tremendo todos los supuestos compartidos entre los que quedan adentro y los condenados...
(Supuestos filosóficos, una cultura común)

Sí, Martin. pienso que el obediencialismo viene más o menos directammente de esta obediencia ciega jesuítica. Y se manifiesta poderosamente en la gente de iglesia, como dicen. Lo único que defienden los obispos y curas progres es el ser obedecidos. Los conservadores, al final hacen lo mismo .

Saludos

Miles Dei dijo...

Molinos se educó con los jesuitas. Esa es la conexión. A un San Ignacio no se le condena por una exageración piadosa en un momento en que el protestantismo era la desobediencia elevada a norma, pero a uno de sus frutos sí.

Anónimo dijo...

No creo que haya sido exagerado lo de San Ignacio y si creo que lo es en los neocones. La obediencia como la ven los progres ya es una deformación total como la de Molinos.

Miles Dei dijo...

En San Ignacio se da una cierta exageración en sus reglas para sentir con la Iglesia. Por otro lado es comprensible dado el momento de lucha con el protestantismo. Decir que lo que uno ve blanco debe ser negro si la Iglesia así lo dice es ciertamente una exageración piadosa sobre el espíritu obediente, que tomada al pie de la letre lleva a negar todo acto de entendimiento.