lunes, 8 de agosto de 2016

De fundadores y fundaciones

A raíz de una noticia reciente reproducimos el contenido de dos entradas de Wanderer sobre fundadores y fundaciones.
De fundadores y fundaciones
Prometí a los lectores de este blog una nota respecto a un problema que preocupa mucho a la Santa Sede.
Hay un fenómeno que ha marcado las últimas décadas. Congregaciones, movimientos u otras figuras institucionales de reciente constitución en la Iglesia son objeto de denuncias por conductas del fundador y/o por maneras de manejarse estructuralmente en la vida de la asociación.
Hay algunos rasgos comunes, que se dan en todos ellos o algunos de ellos, en la mayor parte de los casos.
a) Se trata de asociaciones recientes y de matriz tradicionalista o (neo) conservadora (para el caso no hace falta entrar en precisiones y matices). Las corrientes secularistas no suelen generar asociaciones de vida religiosa. Lo que no es de extrañar, porque las tendencias secularistas suelen ser estériles. Más aún, órdenes y congregaciones de fuerte arraigo histórico, cuyos miembros están en crisis de identidad como religiosos, arriesgan extinguirse por falta de vocaciones. En el contexto secularista de occidente, la ausencia de una fuerte presencia de lo sagrado no atrae a los jóvenes a una vida consagrada.
b) Tienen una clara identidad simbólica, hábito, prácticas y devociones establecidas con rigor, estricta normatividad disciplinar.
c) La figura del fundador es muy marcada, como un punto de referencia absorbente y omnipresente, que desplaza la configuración con los vínculos interiores y exteriores con la jerarquía universal y diocesana, también condiciona la vinculación interior y exterior con los demás miembros de la Iglesia (incluidos familia y amigos).
d) Los problemas que se denuncian giran en torno a tres ejes, frecuentemente presentes todos ellos y en algunos casos uno o dos de ellos. Es notable cómo un eje promueve el otro. Estos tres ejes se dan también en asociaciones religiosas o espirituales ajenas a la Iglesia Católica.
1) El más común es la cuestión de la libertad de los miembros. El personalismo del fundador, o ese rasgo volcado a una estructura, genera una absorción o pérdida de la autonomía personal. En casos se denuncia un real “lavado del cerebro”. Es el problema más complejo para discernir; porque los límites son difusos o difíciles de objetivar. Frecuentemente jóvenes, que tienen carencias familiares o se sienten amenazados en su vida cristiana por el contexto secularista, son atraídos por la seguridad que les ofrecen estas propuestas. Muchos formadores de órdenes tradicionales, y con indudable fidelidad a su identidad, refieren casos de jóvenes occidentales con inquietud vocacional que no resisten un proceso de discernimiento y maduración, con educación de la libertad y la autenticidad en el contexto actual. Son tentados y atraídos por las propuestas más absorbentes y asegurantes, que les quitan desafíos, les dan rasgos externos (hábito, signos, lugares no seculares) y los ingresan con inmediatez. También suele darse un flujo de ingresos y salidas en cantidad; pero a veces es muy grave la situación humana, psicológica y espiritual de los miembros que salen, sobre todo después de crisis profundas (más o menos proporcional al tiempo de vinculación o permanencia con la asociación). Esto se profundiza cuando han sido llevados fuera de su país o contexto sociocultural y familiar.
2) Otro problema es la cuestión sexual. Son varios los fundadores que han sido denunciados por abusos sexuales; más frecuentes en casos masculinos (homosexuales, efebofilia). La absorción de la personalidad y la fragilidad psicológica de los jóvenes suele ser el contexto de estos hechos. También hay casos en donde el esquema se repite a escala en el interior de la asociación. Se trata de un problema gravísimo, análogo y diferente de los casos de pedofilia o efebofilia que se dan en el ámbito pastoral (educativo, parroquial, etc…), como también en familias, otras religiones y escuelas no religiosas.
3) El tercer problema es de tipo económico. En algunos casos, son los miembros y/o sus familias quienes padecen abusos en este sentido. En otros casos se denuncia manejos a favor de las obras de la asociación o de las personas que la dirigen, que no responden a criterios éticos y/ o legales.
A la Santa Sede llegan denuncias de todo tipo, a veces se trata de asociaciones de derecho diocesano y por tanto debe intervenir primero el Ordinario del lugar. Excepto en los delicta graviora de índole sexual, donde hay una jurisdicción inmediata de la Santa Sede a donde el Ordinario debe remitir lo actuado. Pero también hay denuncias de casos en donde no se trata de asociaciones reconocidas canónicamente, y por tanto no hay jurisdicción para actuar sobre la supuesta institución.
Para tener una idea podemos enumerar algunos casos más resonantes y donde hubiera algún tipo de miembros argentinos. Obviamente el más notorio es de los Legionarios de Cristo del p. Maciel, en vías de reestructuración. La Pía Unión del Sagrado Corazón de Karadima en vías de disolución. El Opus Dei, cuya normativa interna fue reformada ex officio por el papa Benedicto XVI para garantizar la libertad de los miembros. Los Franciscanos de la Inmaculada que están intervenidos no por la misa tridentina, sino por la cuestión de la autoridad del fundador p. Manelli y defectos en la formación. El Instituto del Verbo Encarnado con el fundador p. Buela separado y bajo observación. La Comunidad Emanuel o de las Beatitudes con el fundador p. Ephraim Croissant y dos cofundadores sancionados y separados. La comunidad de Mamma Ebbe (Ebbe Giogini) condenada penalmente por los tres problemas y disuelta. La comunidad Koinonía de Juan Bautista del p. Argañaraz, que fue condenado y cumplió la pena por delitos económicos; la comunidad funciona bajo observación. Los Heraldos del Evangelio y el Reino de María, su fundador, Joao Clá Dias y la organización, bajo observación. La Fraternidad de la Misericordia Divina cuyo fundador Teófilo Rodríguez ha sido procesado; ya está en libertad y bajo observación. La comunidad San Martín de Tours y Nueva Jerusalén, vinculada a una vidente y que ha tomado una deriva cismática. La comunidad Punto Corazón con el fundador el p. Thierry de Roucy condenado. El Sodalicio de Vida Cristiana cuyos máximos exponentes Luis Fígari y German Doig han sido hallados culpables (en el segundo se intentaba iniciar un proceso de beatificación, que fue suspendido). La Comunidad Saint Jean cuyo fundador el p. Philippe ha sido oficialmente acusado, aún después de fallecido; la comunidad continúa normalmente. Los Franciscanos de la Renovación cuyo fundador el p. Benedict Groeschel ha sido amonestado. Los Misioneros de Cristo Sacerdote originados en el vidente mexicano Juan Angel Collado, cuestionados por lavado de cerebro.
El movimiento Comunión y Liberación además de haber tenido casos particulares de miembros de renombre (clérigos y laicos) con acusaciones y procesos, también ha sido observado por algunos hábitos en el manejo económico de emprendimientos corporativos. Continúa normalmente.
En la Argentina tienen el singular caso de las monjas carmelitas de Jujuy que fueron intervenidas por la Santa Sede, pero no acataron la medida y se fugaron estableciéndose en la vecina diócesis de Salta. No son reconocidas como comunidad religiosa.
En Estados Unidos hay un caso de una comunidad masculina notable por el cuidado de la liturgia y la observancia (externa). Se repetían las denuncias de que en la casa de formación se había propagado la sodomía entre los miembros, sin delitos civiles sino solamente canónicos (prácticas consentidas entre jóvenes, pero mayores de edad). Fue enviado como comisario (interventor) un religioso de gran prestigio. Resultó él también involucrado en esas prácticas. Se disolvió la casa y los miembros ajenos a los hechos fueron redirigidos a otra orden de la misma familia espiritual.
La experiencia ha ido clarificando algunos criterios. Reconocer que los frutos buenos no excluyen los frutos malos. Que de la misma persona se pueden seguir ambos, por la complejidad y la libertad de las personas. Distinguir los casos personales y los problemas estructurales en las asociaciones. Atender a los casos de denuncias (aunque sean pocos), a pesar de la pluralidad de exposiciones de apoyo y de testimonio de actos y/o actitudes ejemplares respecto a la misma persona. No desestimar porque el denunciante sea una persona que salió de la institución con algún conflicto.
Los casos de los fundadores son los de especial complejidad por los vínculos espirituales, afectivos y organizativos que se han generado. Pero se ve claro que hay que reconocer la realidad histórica tal cual es, con sus luces y sombras. Partir de ella y generar procesos de discernimiento y de afianzamiento de lo positivo y de exclusión de lo negativo.
El breve detalle descriptivo es apenas una muestra de las situaciones atendidas. Hay muchas que se desestiman por falta de elementos, otras porque se descubre que obedecen a calumnias o deformaciones. De todas maneras los procesos son lentos y se busca cuidar al máximo la justicia, que incluye los derechos de los denunciantes también los derechos de los denunciados y el bien común general.
Fuente:
Apostillas
Ver todos juntos algunos casos de intervenciones o medidas de la autoridad  puede dar la impresión de que se produce todo junto. No es así. Hay procesos que vienen de larga data y recién tienen un principio de  resolución. Hay otros que ya están concluidos. Otros en pleno desarrollo.
En mi informe anterior sólo he tenido en cuenta  aquellos sobre los que hay una intervención en la Santa Sede (o en sede diocesana pero con informe a Roma), en los que  hubiera algún argentino vinculado y que me hubiera sido accesible la información.
Algunos comentadores mencionan otros casos argentinos (Miles Christi, Torres Pardo, fraticelli), que no identifico ni  tengo datos disponibles. Esto no significa que no  existan o que el informe los quiera ocultar, simplemente no me resultan en las actuaciones romanas que conozco. Me llama la atención que exista en la Argentina alguna congregación que se llame “fraticelli”, porque ese fue el nombre de una secta  herética del siglo XIV. Pero, en fin, la iniciativa fundacional religiosa es muy activa.
Fuera de los casos mencionados, en distintos países hay otros casos problemáticos. El esquema es siempre muy semejante: atentado a la libertad, a la integridad sexual y desórdenes económicos. Es posible pensar que, instalado el dominio sobre las personas, está dado el escenario para que se activen  las otras tendencias desviadas, cuando existen.
Si tomamos en cuenta no sólo el caso de fundadores, podemos hacer algunas consideraciones.  Como hemos tenido dos cambios de papa en poco tiempo muchos procesos vienen de la época de Juan Pablo II. Es cierto que a este papa le costaba admitir algunas denuncias, porque valoraba los frutos apostólicos positivos y/o  tenía la duda de que fueran tramadas por los enemigos de la Iglesia (especialmente el comunismo). También es posible que él hubiera confiado más en la estructura de los dicasterios, que en ocuparse de dar  un impulso personal al asunto.
 Al papa Benedicto, en cambio, le costó y le dolió admitir los problemas que se escondían en asociaciones muy afines a su aprecio por la tradición en la liturgia y en las formas.
Por ejemplo el caso del alemán David Berger, que fue promovido sucesivamente en tareas intelectuales y doctrinarias vaticanas, incluso en la Congregación para la Doctrina de la Fe, por su vigorosa militancia tradicionalista en el contexto progresista teutónico. De nada sirvieron las observaciones a su poco científico abordaje de las cuestiones filosóficas y teológicas (con un tomismo simplificado y repetitivo) y lo  extraño de su personalidad. Finalmente emergió declarándose homosexual y actualmente es un líder de movimientos contestatarios pro gay.
Otro caso es el de una asociación para el cultivo de la lengua latina en un país europeo. A pesar de las alarmas que existían, gozó del apoyo del nivel más alto y casi adquiere un status oficial vaticano ligado a la nueva Academia para la Lengua Latina.  En algún momento salió a la luz que si bien formalmente se manifestaba como una iniciativa  filocatólica y devota del papa Benedicto, en su interior el núcleo era de un neopaganismo clásico, muy crítico del cristianismo, considerado como una corrupción de la antigüedad  clásica, y con el cultivo de la efebofilia en sus miembros (como parte de la recuperación de un pretendido ideal  antiguo). 
Es cierto que hay procesos que podían  haber alcanzado  resolución más rápidamente. Además de la lentitud de las actuaciones, donde se debe probar objetivamente la acusación,  hay otras razones de mentalidad que entorpecieron las cosas.
 Una de ellas es la sospecha de que fueran infundios de los enemigos externos  (masonería, comunismo, regímenes dictatoriales) o por celos y fantasmagorías internas. También existió el criterio ingenuo de confiar en  la fácil enmienda después de un arrepentimiento; no se medía la gravedad de la estructura de personalidad que se mostraba, ni se ponía suficientemente la atención en los sujetos-víctimas. Otro factor ha sido la mentalidad de evitar dar curso a lo que podía mancillar el nombre de la institución (cuando en verdad ya estaba dañada más que en su nombre, en la realidad eclesial de las personas). Por otra parte,  también del lado de las víctimas ha existido una actitud  de no denunciar por diversos motivos (vergüenza, temor reverencial, acostumbramiento, inercia, etcétera)
Aquí me parece oportuno advertir que, al estudiarse la situación de los delicta graviora (abusos sexuales a menores), muchos de ellos datan de la década del 40, 50 y 60 (Irlanda, Holanda, Inglaterra, USA). Es decir, de contextos muy anteriores a la indisciplina y al pansexualismo que hoy penetra los ambientes.
A los lectores que asocian las medidas de intervención a la orientación tradicionalista o conservadora de las asociaciones les hago presentes algunas consideraciones. La primera, que no hay fundaciones de tipo progresista o secularista. La segunda, que rasgos de personalidad desviados pueden acompañar o incluso enmascararse con cualquier definición religiosa (sucede en otras religiones). Muchas veces personalidades patológicas ideologizan algún tipo de espiritualidad, llevando sus rasgos a extremos, que pueden ser atractivos pero no dejan de ser síntomas.
La Santa Sede tiene claro que las nuevas fundaciones proceden del ámbito tradicional o conservador. Incluso reconoce y apoya a aquellas tipo la Fraternidad San Pedro (que son varias), las cuales tienen como rito propio la misa tridentina. Las comunidades que vienen del anglicanismo también son de matriz tradicional. Ciertamente, no puede admitir que se desconozca la validez del Concilio Vaticano II. Pero en las intervenciones que he elencado en mi informe anterior la razón de las actuaciones (todas de más o menos larga data) giran en los problemas que he señalado.
Obviamente los puestos bajo examen no suelen admitir los problemas, sino cuando explotan de modo imparable hacia afuera (especialmente en los medios de comunicación). Es fácil el recurso de decir: nos persiguen porque somos fieles a la tradición o porque tenemos éxito con las vocaciones (así los Legionarios, el Opus, los IVE, et via dicendo).
Mi informe anterior se limitaba casi exclusivamente a las asociaciones masculinas. Hoy puedo dar una novedad respecto a la rama femenina de la Communauté Saint Jean (del p. D-M. Philippe). Se ha trasladado a Vergara (España) la cúpula de la Congregación para los Religiosos  junto con varios obispos de sedes donde está la comunidad, y se ha dado un paso adelante. Se ha reafirmado el actual  buen rumbo de la congregación, manteniendo su espiritualidad, despejando hacia un pasado no iterable los puntos de acusación y ajustando las normas internas. Curiosamente su defensor más activo es el obispo de Saltillo (México) Raúl Vera López op (de neto corte progresista y no muy bien recibido en Roma).
La constante en la mirada de la Santa Sede es respetar el pluralismo en las iniciativas fundacionales, clarificar el carisma propio dentro de la ortodoxia y el derecho canónico, resolver los focos de irregularidad que existiesen, y relanzar la vida de la congregación en su identidad. El caso más claro es el de los Legionarios, que ya están relanzados autónomamente; la Santa Sede sólo le aportará ahora un asesor sin voz ni voto. Para esta tarea se designó al P. Ghirlanda sj, canonista octogenario de gran experiencia.
Por otra parte, la Santa Sede no ha sido benévola con la Conferencia de Superioras Religiosas de USA de neto perfil progresista, a pesar del apoyo que le dio el card. Kasper. Tampoco con Martha Heizer y su marido Eheman Gert, líderes del movimiento internacional  Wir sind Kirche (Nosotros somos Iglesia), que fueron excomulgados por el obispo de Innsbruck, en consulta y  con apoyo de Roma. Todo esto en los últimos meses.
Fuente:
http://caminante-wanderer.blogspot.com.ar/2014/07/de-fundadores-y-fundaciones-apostillas.html

1 comentario:

prosopon dijo...

Respecto al caso de los franciscanos de la Inmaculada no estoy de acuerdo con lo que dice el post porque no se dan ninguna de las tres cosas. No hay un personalismo del fundador (de hecho uno de los que provocó la volteada del fundador era miembro del conglio generale. Escandalos sexuales tampoco hay por parte del fundador. Y problemas economicos parece que no hay. Hace algunos meses atras, la guardia di finaze italiana le devolvió todos los vienes a la asociación de los franciscanos por no encontrar nada irregular hasta el momento aunque todavia siguen investigando. Lo unico en lo que estoy de acuerdo es en el problema de la formación. Los estudiantes vivian en condiciones no aptas para el estudio, el implemento de la liturgia tridentina sobre todo en el estudiantado, desacomodó un poco la vida de los frailes y nunca pudieron encontrar un equilibrio. Del resto no tengo nada para decir mas alla de los errores humanos que existen en cualquier lugar algunos mas graves que otros pero ninguno para justificar lo que hicieron y yo lo se bien porque fuí novicio y conocí al fundador y conocí la formacion del instituto y puedo asegurar que la formacion religiosa (en lo que respecta a la vida, a los votos y a la piedad)es exelente. No hay ni dominio de conciencia ni nada que se le parezca porque el voto de obediencia se explica y se aplica segun la doctrina clasica.