viernes, 30 de septiembre de 2016

Encuentros de Asís



Sobre el encuentro juanpablista de Asís y los posteriores se ha discutido muchísimo. Conociendo las críticas al acto inter-religioso, el jesuita Michel Fédou intenta dar una justificación que parece interesante reproducir para luego apuntar algunas críticas:
“El segundo ejemplo tiene que ver con un acontecimiento de extraordinaria importancia: el encuentro que tuvo lugar en Asís el 27 de octubre de 1986.
Hay que recordar que el papa Juan Pablo II había invitado a los responsables de diversas religiones a encontrarse ese día para rezar por la paz: gesto sin precedentes en la historia de la Iglesia (5). Pero las dificultades no tardaron en surgir: ¿no se corría el riesgo de hacer creer que el cristianismo, no contento con repudiar las formas extremas
de intolerancia, relativizaba ahora su pretensión de ser la "religión verdadera"?
Sin duda, se trataba ante todo de una jornada de oración por la paz, lo que, de suyo, no hacía que apareciera la cuestión de las divergencias propiamente religiosas. Sin embargo, el solo hecho de ver en la televisión una reunión de cristianos, judíos, musulmanes, hindúes o budistas ¿no sugeriría que la religión cristiana hacía en aquel momento una concesión a otras creencias o que autorizaba una especie de fusión -de "sincretismo"- entre las diferentes tradiciones de la humanidad?
También Juan Pablo II quiso prevenir contra una interpretación semejante. El 22 de octubre de 1986, durante una audiencia general, explicó que no se trataría de "orar juntos", sino de "estar juntos para orar":
"Lo que sucederá en Asís no será cierto sincretismo religioso, sino sincera actitud de oración a Dios dentro del mutuo respeto. Y ésta es la causa por la que se ha elegido para
el encuentro de Asís la fórmula: 'estar juntos para orar'. No se puede, ciertamente, 'orar juntos', es decir, hacer una oración común.
Pero se puede estar presente cuando los otros oran. De esta forma manifestamos nuestro respeto por la oración ajena y por la actitud de los demás ante la divinidad. Mientras tanto, les ofrecemos el testimonio humilde y sincero de nuestra fe en Cristo, Señor del universo"(6).
De hecho, el 27 de octubre, los representantes de las religiones rezaron en primer lugar separadamente en los diversos lugares que les fueron asignados; e incluso después, cuando se encontraron en la parte inferior de la basílica, no pronunciaron juntos las mismas fórmulas, sino que escucharon sucesivamente la oración de cada grupo.
Bien entendido que esto no significaba que los creyentes de diferentes tradiciones nunca pudieran comulgar en profundidad en el mismo misterio del Absoluto. Pero la distinción de Juan Pablo II, situada en su contexto, tenía la ventaja de indicar a los cristianos una necesaria línea divisoria entre intolerancia y relativismo: "estar juntos para orar" significaba rechazar la intolerancia frente a otros creyentes; sin embargo, precisar que no se trataba de "orar juntos" suponía recordar las divergencias entre las religiones y poner en guardia contra el riesgo de relativismo.” (Cfr. Fédou, M. Las religiones según la fe cristiana, Ed. Desclée de Brouwer, Bilbao, 2000, pp. 17-18)
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(5) Era la primera vez que un papa tomaba una iniciativa semejante; en 1893 se reunió en Chicago el "Parlamento de las religiones", pero este encuentro fue organizado por la Iglesia presbiteriana y la Iglesia católica de los Estados Unidos (con la aprobación del papa León XIII).
(6) Texto en Ecclesia, n. 2.291 (I noviembre 1986) p. 1.505.A pesar de la precisión de Juan Pablo II, desgraciadamente algunos han continuado viendo en el encuentro de Asís una puerta abierta al relativismo o al sincretismo, ya sea porque ellos mismos admiten que "todas las religiones valen lo mismo'', ya sea, al contrario, por acusar a la Iglesia de haber roto aquí con la Tradición (a este último grupo pertenece especialmente la corriente integrista de Mons. Lefebvre).

El autor aplica una distinción que tiene fundamento real: hay una oración interreligiosa ("orar juntos") por la cual católicos y acatólicos rezan conjuntamente, empleando una fórmula común. Por ejemplo: católicos y luteranos rezan un padrenuestro. Estas oraciones inter-cristianas estaban autorizadas por Ottaviani antes del Vaticano II, aunque bajo condiciones estrictas. Y existe la oración multireligiosa (que es la oración no común, el "orar por separado") en virtud de la cual unos están presentes físicamente mientras otros rezan. Vale decir que cada uno utiliza su propia oración y no se reza en simultáneo una misma fórmula común a católicos y no católicos. Este sería el caso de los encuentros de Asís.
Los defensores de estos encuentros suelen limitar su defensa del acontecimiento a esta distinción. Pero a nosotros no nos parece una respuesta suficiente. De hecho, quisiéramos preguntarles: ¿el uso de la basílica de Asís para que representantes de religiones falsas expresen públicamente sus plegarias no constituye abuso de un lugar sagrado para fines contrarios a la santidad del lugar? ¿No es posible utilizar otros sitios para estos actos? ¿Acaso una oración multireligiosa no podría interpretarse como una especie de comunicación espiritual prohibida por ley divina? ¿No es una conducta pública que ofende la unidad de la Iglesia, lleva al error o al peligro de errar en la fe, es ocasión de escándalo y de indiferentismo, como dice el mismísimo Vaticano II (cfr. Orientalium Ecclesiarum, n. 26)?
En todo caso nos parece que los efectos de esta clase de encuentros son muy negativos. Porque se los ha tomado como ejemplares para la imitación. Y los símiles episcopales suelen ser mucho peores que el original. Lo habitual es que se los interprete como un gesto sincrético en un mundo sometido a la “dictadura del relativismo” y una Iglesia enferma de “ecumanía”.



7 comentarios:

francisco dijo...

No veo sólo un problema de interpretación sincrética, favorecido sobremanera por el contexto ideológico imperante, sino, tan grave como lo anterior, que la cabeza de la Iglesia se ponga en pie de igualdad con las falsa religiones a ojos del mundo. No es lo mismo que un católico corriente en un entierro judío rece un padre nuestro por su cuenta, que un Papa se saque una foto, en un sitial cualquiera, junto a todos los muppets. Ni hablar de esa confusión, tan en boga en los liberales, entre respeto a las personas y a sus ideas. La religión católica siempre ha sido tolerante en el ejercicio privado y, según las circunstancias, público, de las otras religiones, pero no por respeto a dichas creencias sino por resultar imposible en este mundo tener certeza sobre si existe culpa o no de quienes las profesan.

Favila dijo...

Por lo menos al último encuentro de Asís no han sido invitados ni los hinduistas ni los budistas. Algo es algo.

Anónimo dijo...

No sabía que en tiempos de Pío XII existiera la oración interreligiosa.-

Platense.

Johannes dijo...

Comentario 1 de 2

Leyendo el texto de la audiencia del 22/10/1986, detecto varios problemas.

http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1986/documents/hf_jp-ii_aud_19861022.html

1. El concepto muy discutible de la existencia de las semina Verbi en las religiones paganas, siendo que una lectura atenta de las fuentes patrísticas muestra que ellas hallaban esas semillas en la filosofía de los paganos, no en su religión. Este tema fue tratado en este blog hace unos meses:

http://info-caotica.blogspot.com/2016/05/semina-verbi-sin-pelos-en-la-lengua.html

2. La incompatibilidad de las afirmaciones "Lo que acontecerá en Asís no será ciertamente sincretismo religioso, sino sincera actitud de oración a Dios en el respeto mutuo.", "estaremos unos junto a los otros para implorar de Dios [...] la paz." y "si de todos los corazones humanos sube al Dios único el anhelo de paz y de fraternidad universal,", con la participación de personas cuya oración no se dirigía al Dios verdadero.

En este punto surge la cuestión, bastante frecuente últimamente, de si judíos y musulmanes adoran al Dios verdadero. El criterio para discernir este punto debe ser metafísico, no histórico. Quien adora al Ser Subsistente o Absoluto, infinito, eterno e inmutable, que creó de la nada y sostiene en el ser todo lo que existe fuera de Él, adora al Dios verdadero. Quien adora a un ser superior limitado, aunque le llame Dios y crea que hizo y dijo en la historia humana todo lo que el Antiguo y el Nuevo Testamento dicen que Dios hizo y dijo, no adora al Dios verdadero. En base a este criterio, judíos, musulmanes y Testigos de Jehová adoran al Dios verdadero [1] [2] pero los mormones no. El problema es entonces la presencia de hinduistas (panenteistas), budistas (ateos o panenteistas segun la escuela), y peor aun de cultos animistas, directamente politeistas. San Pablo dice claramente que el culto a un ser real o imaginario que no es el Dios verdadero, o sea a un ídolo, no se dirige a Dios sino a los demonios (1 Cor 10,19-20), y consecuentemente ordena a los cristianos no participar de él (1 Cor 10,14-22): "Por eso, queridos, huid de la idolatría."

Conclusión: se puede "orar juntos" con cristianos de otras denominaciones y se puede "estar juntos para orar" con no cristianos adoradores del Dios verdadero, que al orar no cometen idolatría. Pero aún así esto no tiene sentido por el punto siguiente.

3. La noción implícita de que la oración de los no cristianos (aún restringiendo contrafácticamente ese grupo a los adoradores del Dios verdadero) agrega a la efectividad impetratoria intrínseca de la oración de la Iglesia Católica, sobre todo en el ofrecimiento del Sacrificio Eucaristíco. Esta noción implícita es blasfema (pero no estoy acusando a Juan Pablo II de blasfemia, porque pudo no haberla explicitado conscientemente), porque no se puede comparar la eficacia impetratoria intrínseca de la renovación o re-presentación del sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo en la Misa/Divina Liturgia con la de la oración de un no cristiano.

Esto no quiere decir que no tiene sentido que los no cristianos oren. Por supuesto que esa oración tiene sentido y más aún es insustituible, pero debido al efecto de esa oración en el sujeto orante [3]. En contraste, si el fin buscado con la oración es de naturaleza externa, como la paz del mundo, buenas cosechas, etc., la oración de los no cristianos nada puede agregar a la efectividad impetratoria intrínseca del Sacrificio Eucarístico, y sugerir que es útil para aumentar esa efectividad induce a grave error y es directamente blasfemo.

Johannes dijo...

Comentario 2 de 2


Sobre la eficacia impetratoria intrínseca de la Divina Liturgia celebrada en una Iglesia separada con sucesión apostólica (Ortodoxos, Armenios, etc.) por alguien que cree en buena fe que ésa es la verdadera Iglesia de Cristo, pienso tentativamente pienso es similar a la de una Misa celebrada en la Iglesia Católica, en tanto pida algo que también pediría esta.

Notas:

[1] La posición de algunos cristianos de que los judíos que se rehusaron a creer en Jesucristo y los musulmanes no adoran al Dios verdadero contradice esto que Jesús dijo a judíos que se rehusaban a creer en Él:

«Si Yo me glorificara a Mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de Quien vosotros decís: “Él es nuestro Dios”, y sin embargo no le conocéis. Yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero Yo le conozco, y guardo su Palabra.» (Jn 8,54-55)

Jesús afirma que el Ser de Quien esos judíos decían “Él es nuestro Dios” es su Padre, el único Dios verdadero, y no otro ser real o imaginario, mas allá de que esos judíos, al no reconocer a Jesús como Hijo Consubstancial, no conocían a Dios como Padre. Esto está en línea con lo que afirma S. Pablo de los judíos que no creían en Cristo: "Yo testifico en su favor que tienen celo por Dios, pero no de acuerdo al conocimiento." (Rom 10,2).

[2] Notablemente, el judaísmo hasídico, subgrupo del ultraortodoxo o haredi pero que no debe ser confundido con la totalidad de éste, es panenteísta y por lo tanto no entra en esta categoría, estando en una situación similar a otras religiones panenteístas como el sikhismo. Esto en general no les importa a los rabinos no hasídicos, quienes se molestan solamente cuando algunos hasídicos (Chabad) comienzan a afirmar que un rebbe ya muerto es el mesías:
https://en.wikipedia.org/wiki/The_Rebbe,_the_Messiah,_and_the_Scandal_of_Orthodox_Indifference

[3] La posición que de algunos cristianos de que la oración de los no cristianos es totalmente inútil se contradice con Rom 1,21 y la posibilidad de ignorancia temporalmente invencible. ¿Querrían que judíos y musulmanes de buena voluntad, hasta que no se den cuenta de que Jesús es el Hijo de Dios, dejen de glorificar y agradecer a Dios?

Lhd dijo...

Cita de San Gregorio Magno:

"La santa Iglesia Universal predica que a Dios no se le puede honrar con verdad sino dentro de ella, afirmando que cuantos están fuera de ella de ninguna manera se salvarán".

La adoración es : Reverencia y honra a Dios.

Los musulmanes (y otros "monoteístas") no están dentro de la Iglesia Católica.

Ergo 1: Los musulmanes (y otros "monoteístas") no adoran con verdad a Dios.

Ergo 2: Decir que "La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra" (como se sostiene por la "Iglesia conciliar" )es falso.

En efecto, los musulmanes no reconocen a la Santísima Trinidad, y como siempre es la forma la que da el ser a las cosas, como decían los escolásticos, decir que se adora a la Santísima Trinidad "materialmente" es lo mismo que decir que no se adora a la Santísima Trinidad.

Por otro lado, no es posible argumentar, como hacen algunos, que su situación es igual a la de quienes vivieron bajo el Antiguo Testamento, diciendo que ellos tampoco adoraban a la Trinidad, por cuanto: cito del Compendio Moral Salmaticense según la mente del Angélico DoctorImprenta de José de Rada, Pamplona 1805:
P. ¿Después de la caída de Adán, y antes del Evangelio fue necesaria para la salvación la fe acerca de Cristo a lo menos implícita? R. Que lo fue; porque supuesto ya el pecado, y atenta la presente providencia de Dios, ninguno podía salvarse sino Cristo Salvador, y Mediador. Y así fue a todos necesaria, a lo menos la fe implícita de Cristo, para salvarse. Lo mismo decimos del misterio de la Santísima Trinidad. Hemos dicho, que fue necesaria la fe, a lo menos implícita; porque algunos la tuvieron también explícita de ambos misterios, como advierte S.Tom. 2. 2. q. 2. art. 7 y 8.
P. ¿Supuesta la promulgación del Evangelio es a todos para salvarse necesaria con necesidad de medio la fe explícita de los misterios de la Trinidad y Encarnación? R. Que lo es, como consta del cap. 16 de S. Marcos en aquellas palabras: Qui crediderit, et baptizatus fuerit, salvus erit; qui vero non crediderit, condemnabitur. Consta también del Símbolo de S. Atanasio, donde se propone la fe de uno, y otro misterio, como necesaria para la salvación eterna. Así S. Tom. cit.
P. ¿Podrá alguno en algún caso salvarse per accidens sin la fe explícita de los dos misterios dichos? R. Que no; porque aunque la sentencia afirmativa no carezca de fundamento en S. Tom. art. 7. Ad. 3, más expresamente defiende la negativa in 3. Dist. 25. q. 2. art. 2. quaestiunc. 2, donde dice, que cumplido y predicado el misterio de Cristo: Omnes tenentur ad explicite credendum, et si aliquis instructorem non haberet, Deus ei revelaret, nisi ex sua culpa remaneret

Anónimo dijo...

Me alegró leer esta entrada. Estoy de acuerdo que no se utilicen lugares de culto católico para estos encuentros interreligiosos. No pierdo la esperanza que un futuro Papa ponga orden en la casa...

Beatriz