sábado, 5 de marzo de 2016

La aversión gnóstica hacia lo político




Trascribimos unos fragmentos sobre la aversión de los gnósticos hacia la natural socio-politicidad del ser humano, que es propiedad de la naturaleza creada por Dios. Agregamos títulos entre corchetes tomados del índice del libro. El subrayado nos pertenece. Un viejo error que a veces se olvida o se reedita con modulaciones diferentes.
[Error de Judas o Simón de Galilea]
1577. Sería más fatigosa que larga la exposición de los errores sostenidos en las diferentes épocas acerca del origen y naturaleza del poder político; y sin fuerzas para esta tarea, no renunciamos a enunciar y refutar los más principales entre ellos. Defendió Judas o Simón de Galilea no ser deber del pueblo reconocer otro soberano que Dios y ser el hombre por su propia dignidad independiente de todo hombre. Esta opinión estaba muy extendida entre los judíos si hemos de creer a Josefo Flavio (1). Los judíos, observan San Jerónimo y San Agustín (2) tomaron pretexto de este error para calumniar a Jesús también galileo con el intento de presentar a los romanos sospechosa de sedición su doctrina. Este y no otro fue el propósito de quienes le interrogaron sobre la licitud de pagar el tributo al César. Judas habla indudablemente del poder civil en general y es probable haber sido su propósito al expresarse en esa forma, exceptuar solamente a los judíos por razón de la forma particular de su gobierno —esencialmente teocrático— de la obediencia a un príncipe pagano y del pago del tributo o censo.
[El poder humano como obra del principio malo en sentir de los gnósticos: su impugnación por los Apóstoles]
1578. Los gnósticos profesaron una doctrina semejante a la de Simón de Galilea. De su desprecio al poder humano y de su calificación de obra del principio malo o del diablo, atribuida a la magistratura civil, dedujeron espontáneamente la siguiente consecuencia: luego los cristianos en virtud de la libertad traída al mundo por Jesucristo y por él predicada entre los hombres estaban desligados del deber de obediencia a los poderes seculares infieles. San Pedro refutó con gran energía este error escribiendo : «Reservando para los tormentos el día del juicio mayormente a aquellos que para satisfacer sus inmundos deseos, siguen la concupiscencia de la carne y desprecian las potestades, osados pagados de sí mismas que blasfemando no temen sembrar la herejía(3).» San Pablo impugna el mismo error cuando dice: «Toda persona está sujeta a las potestades superiores porque no hay potestad que no provenga de Dios y Dios es el que ha establecido las que hay en el mundo (4).» San Judas impugna el mismo error en sus epístolas canónicas (5).
[Doctrina de los Santos Padres sobre este punto]
1579. Los Santos Padres y los escritores eclesiásticos de los primeros tiempos del cristianismo, insisten en la doctrina de los Apóstoles, rechazan y combaten todas las blasfemias de los gnósticos y reducen a polvo las acusaciones lanzadas contra la religión católica por los gentiles con el objeto de fomentar el odio de los poderes seculares contra la Iglesia. Pueden leerse en confirmación de cuanto decimos las valientes y hermosas apologías en defensa de la religión católica escritas por Atenágoras, San Justino, Clemente de Alejandría, Tertuliano y principalmente las obras de San Ireneo (6). 
__________
(1) IOSEPHUS FLAVIUS. De bello iudaico, cap. II. — Antiquil. iudaic, lib. XVIII, cap. I, II.— Act. V, 37.
(2) SANCTUS HYERONIMUS. Comment. in epist. ad Titum.—SANCTUS AUGUSTINUS. Enarratio, in psalmum 118.
(3) II Petri. II, 10.
(4) Rom. XIII, 1.
(5) Iud. V, 8.
(6) SANCTUS IRENAEUS. Adversus haeraes, lib. V, cap. XIV, col. 1186, edit. Migne.

Fuente:

Álvarez de Santa Clara, E. La Iglesia y el Estado. Buenos Aires (1925), tomo II, pp. 339-340.

9 comentarios:

el pibe de rivendel dijo...

No siempre es avesión a lo político sino a la democracia.
Hay excelentes estudios que justifican esta aversión y desde los más variados rincones del mundo y de las ramas del pensamiento.
Lo contrario sería afirmar que los nacionalistas argentinos, los carlistas españoles o los falangistas son gnósticos, cuando no es así.

Se puede leer de excelente estudiosos, de los que nadie podría poner en duda su bien aprendido tomismo, cosas como estas:

"Como es costumbre abre la revista la sección Artículos. El primero de ellos, obra de los profesores Miguel Ayuso y Juan Fernando Segovia (respectivamente presidente del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, editor de la publicación, y director de la misma), hace un balance y traza una perspectiva comparada de los estudios sobre la «Democracia Cristiana» publicados en los cuatro números anteriores. Los dos últimos párrafos dicen así:

"La impronta cristiana de estos partidos demócratas es tal vez su elemento más discutible: por su origen, están en contradicción con el magisterio de la Iglesia; en su formación intelectual se alimentan de las ideas descristianizantes del personalismo y el humanismo; en su desenvolvimiento van acogiendo las modas radicales del modernismo"...

"Empero, parece haber ganado la batalla de las ideas: ha sido factor vital en la licuación de las fuerzas católicas más ortodoxas y se ha reproducido insensiblemente en la mentalidad católica, al punto que no es extravagante decir que hoy son mayoría los que piensan como democristianos aunque no tengan actividad política partidaria". (fin de la cita)

Desde la Historia, desde el Derecho, desde la sana Sociología (qué poco se ve!) y hasta desde la Psicología (tampoco se lee mucho de la buena) se ha criticado a la democracia moderna.
Otros desde la Teología y la relación entre "democracia, masa y posibilidad de redención", y otros desde todos estos lugares a la vez.

Hay estudios, por ejemplo, que en el más fino y riguroso tomismo, se trata toda la cuestión política y luego se la confronta con el presente rechazando la democracia. Se trata de autores consagrados que enseñaron tomismo y se codearon con los mejores durante cincuenta años con los que no tenemos ni para empezar a discutir.

La gnosis podrá existir, pero es rematadamente falso que la crítica al entrismo sea de suyo gnóstica. De hecho, las buenas críticas (que no creo que sean las que afirman que votar, per se, es pecado), no las he visto refutadas hasta ahora y puedo estar equivocado, pero hasta donde veo se fundan en el tomismo por un lado y en los hechos presentes por el otro.

Saludos,

Martin Ellingham dijo...

Pibe:

Prefiero no hablar de “entrismo” (ni de “salismo”).

De acuerdo en un 98%... Por las dudas, aclaro:

- No hay por qué hacerse solidario de los errores doctrinales de la DC; ni de sus históricas traiciones; ni hay obligación de candidatearse o de votar por la DC; ni de crear partidos semejantes donde no haya DC… La idea de partidos católicos, o de católicos, pierde sentido cuanto más minoritarios y socialmente irrelevantes se vuelven los cristianos en una sociedad

- Tampoco hay que estar de acuerdo con el sistema político vigente. Se puede estar por el cambio de sistema. Y se puede trabajar para tal fin de diversas maneras.

Dicho lo anterior, y de acuerdo en dejar a salvo la conducta del tipo que vota y lo hace con recta conciencia, hay que ver qué pasa con tipo que decide buscar un cargo político.

Y aquí puede estar el 2% de desacuerdo…

- Quien posea las condiciones requeridas (intelectuales, morales, técnicas, etc.), tenga posibilidad de hecho, y con recta conciencia vea que debe buscar un cargo político dentro del actual sistema, no merece descalificación moral objetiva. No a priori, ni por intrínseca maldad; a posteriori, el juicio dependerá de las conductas objetivamente consideradas que haya tenido.

- Y no es ninguna novedad, es aplicación de los principios tradicionales, a veces oscurecidos por errores de época, mentalidades, achaques y manías del pequeño mundo en el que nos movemos…

Saludos.







. Retomando un comentario que leí por ahí: hay deberes de estado. No sólo en el católico que es ciudadano y los cumple.

Anónimo dijo...

El Señor nos manda ser "sal" en la tierra y eso incluye la política y la economía.

Anónimo dijo...

Don Martín, de acuerdo con lo que Ud. dice: si uno tiene capacidad y siente el llamado a lo político (como cargo) hay que seguirlo. Sin embargo, creo que el que podría hacerlo es alguien ya maduro, asentado en la vida y sin necesidades económicas, o que no dependa de ese cargo para vivir.
En este sentido, un tema preocupante es el de preparar a jóvenes católicos (como suelen hacer muchos dirigentes) desde la adolescencia para ocupar puestos o cargos de poder me parece peligrosísimo. Y las consecuencias por lo menos en algunos lugares de Argentina que conozco son nefastas. Ud. tendría que ver (aunque seguro que conoce del tema) lo que eran esos jóvenes y lo que son ahora. En serio que les hicieron mucho mal y hoy ellos y sus familias pagan las consecuencias. La doble moral de estos ya hoy señores grandes es fatídica. Lo digo con conocimiento.
Saludos,
Juan

Anónimo dijo...

Ciudado Salador, no sea que vaya a terminar dentro del Opus Dei.
Busque en este mismo blog el art. de R. C. Bouchet sobre la Obra (y sobre esas dos cosas que usted quiere salar a como venga a mano).

Pimentero.

Anónimo dijo...

Lo que dice Juan se sale de lo que se viene discutiendo aquí, pero es el "centro" del problema práctico de este tiempo entre católicos.

Si estos católicos hubiesen sido tan aristotélico tomistas como dicen, empezarían por ser aristotélicos. Aristóteles hablaba de ciertas características para el hombre que se vaya a meter en política (magnanimidad, prudencia, riqueza personal y adultez).
Las únicas que están a flor de piel son las de adultez y riqueza personal. De las otras no puedo hablar porque no se "notan" tan fácilmente.
Esos "adultos" han sido mayormente temerarios, irresponsables y peligrosos llenando el bocho de pibes de 20 a 30 años al hacerlos ingresar al trabajo público vinculado con lo partidario. Otros aun no los hicieron ingresar en alguna repartición pública pero ya les calentaron la cabeza a jóvenes que aun no pueden saber qué quieren de sus vidas ni para qué realmente sirven. Ahí es donde la política deviene en "empleo", en una burocrática vida gris.

Estos jóvenes, como no ingresaron de "adultos" no están seguros que hayan nacido para ello, pero ahí se quedan. Y ahí se quedan porque tampoco tienen "riqueza personal" y si se van se mueren de hambre.

Esos adultos son realmente peligrosos. No se joroba con los chicos conforme a las pasiones de los adultos, pues las consecuencias pueden ser nefastas.

Donde no veo ningún inconveniente mayor (a pesar del asco que me provoca la democracia de partidos), es que adultos, tengan o no "riqueza personal", se metan en política. No conseguirán hacer nada extraordinario, pero si tienen riqueza personal harán algunas cosas bien con cierta independencia. Si no la tienen también pero al final del mandato irán con el candidato que les de más posibilidades de ganar y en sus fueros internos los detalles morales de tal o cual exponente a nivel nacional los irán limando a tal punto que no terminan pecando (sospecho que llegan a tener recta conciencia aun cuando acompañan candidatos como los actuales).
Son tareas que alguien las hará. Que las hagan ellos, mientras no arrastren a nadie hasta los 40 o 50 años de edad, allá ellos...

Aristotélico.

Anónimo dijo...

El Aristotélico lo ha dicho muy bien: "no se joroba con los chicos conforme a las pasiones de los adultos". Y esto es lo que han hecho y siguen haciendo muchos. El problema es que si no lo hacen se quedan sin gente que siga haciendo su obra de "instaurar el reinado social de Cristo".
Juan.

Anónimo dijo...

Supongo que eso de "instaurar el reinado social de Cristo" hoy en día desde la política partidaria es apenas una ironía de Juan.
De todos modos, aun aceptando que esa fuese la intención, no deja de ser necesario que para la política se recluten (solo) "adultos".

Favila dijo...

¿Qué opinan de la petición que ha lanzado Hans Küng a Francisco para que matice o revise el dogma de la infalibilidad papal? De acceder Francisco, ¿podría ser el antídoto contra los desvaríos del propio Francisco?