martes, 23 de agosto de 2016

Mirada parusiaca, ¿opio de los laicos?

En una entrada anterior decíamos que es un error pensar que la mirada parusiaca justifica en los seglares la fiebre desordenada por una fuga del mundo específica del estado religioso. Y que esto no es sino una forma de descuidar de los deberes del propio estado.
Ciertamente la vocación religiosa es un don necesario en la Iglesia. Pero Dios no la concede a todos. Y la inminencia de la Parusía no cambia esta realidad: unos reciben la llamada, otros no.
Un contemptus mundi apocalíptico desordenado, en la tradición espiritual ignaciana, se podría considerar dentro del discernimiento de espíritus. En efecto, se dice que rara vez proviene del buen espíritu:
1. El impulso a cambiar un estado de vida ya elegido ante Dios, respecto del cual se han tomado decisiones irreversibles.
2. El impulso a realizar cosas extraordinarias y singulares impropias del estado elegido.
Los seglares tienen que esperar la Parusía viviendo una espiritualidad laicalLa mirada escatológica sería opio de los laicos si los hiciera desertar de sus responsabilidades temporales añorando una vida claustral ajena al estado de vida querido por Dios para ellos.  

P.s. un comentarista dejó en una entrada posterior un enlace que ejemplifica bien el sentido de esta entrada (ver aquí, página 8, a partir de "deberes de estado").

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Ta claro, chamigo, pero en algún momento hay que dejar el arado y rajar a las montañas. Bah, lo digo yo, pero no lo dije yo.

Uno que está en el campo y que ve que están pasando esas cosas que tampoco dije yo.

Martin Ellingham dijo...

El literalismo bíblico complica bastante poner en práctica el texto de S. Lucas. Si uno vive en una ciudad, que además no es Judea, y no hay "montes", ¿a dónde va a huir? ¿Sirve una maceta en el balcón? Y si uno está en el "campo", pero no tiene "capa" porque hace mucho que ya no se usa, ¿puede volver a buscar una campera?
Parece que el sentido del texto bíblico es huir del pecado y no cambiar de lugar físico.
Saludos.

Anónimo dijo...

Puede ser, pero también puede ser que la exigencia de huir del pecado torne muy dificultoso o imposible el cumplimiento del deber de estado, o la participación en la vida pública.

Jorge Rodríguez dijo...

Creo que esa parte del texto de Lucas está dedicado a la caída y destrucción de Jerusalén por las tropas de Tito, 40 años después de la muerte de Jesucristo, y ahí si que había que huir a los montes.

En cuanto a la Parusía, no tienen por qué preocuparse, nadie va a salir de su "espiritualidad laical" de hecho, cada uno va a estar a lo suyo:

Mateo 24:37 “Como sucedió en tiempos de Noé, sucederá también en la venida del Hijo del hombre. 38 Antes del diluvio, y hasta el día en que Noé entró en el arca, la gente comía, bebía y se casaba. 39 Pero cuando menos lo esperaban, vino el diluvio y se los llevó a todos. Así será también en la venida del Hijo del hombre

Martin Ellingham dijo...

Si algo es pecado, no puede ser deber de estado. Si no es pecado pero se trata de una ocasión, principios generales tradicionales: causa proporcionada.
Saludos.

Pensador dijo...

Si alguien con su familia se va a vivir al campo, como sucede en muchos lugares de EEUU, sobre todo con familias tradis, esta rechazando su deber de estado?

Martin Ellingham dijo...

De suyo, vivir en un medio rural no es una separación del mundo propia de los religiosos. Se cambia el lugar de residencia y el tipo de trabajo.

Pensador dijo...

Y cuando el hecho aislado se convierte en un quasi-movimiento, es decir, una opinion generalizada para salir de la ciudad e ir hacia el campo, en una sociedad en la que el campo desvincula casi en su totalidad de la actividad "normal" de una ciudad?

Anónimo dijo...

Tener una mirada parusiaca no es algo malo: de hecho es algo debido, también para los laicos. Y no es incompatible con la espiritualidad laical. Ciertamente lleva a un muy sano contemptus mundi que también es obligado para todos los cristianos, pero no a descuidar los deberes de estado. No es un opio ni una evasión: al contrario, nos ayuda a centrarnos en la realidad de nuestras vidas y en todos nuestros deberes.

Nuestro Señor Jesucristo nos ha anunciado y prometido su Segunda Venida, y nos invita a esperarla y a pedirla, escudriñando los signos de los tiempos según las claves de interpretación que Él mismo nos ha revelado. Y esto es para todos: no solo para los religiosos.

Martin Ellingham dijo...

- Exacto anónimo, es así.

- Pensador, no le veo la diferencia, uno puede trabajar de plomero en la ciudad o de agricultor en el campo, no hay cambio de estado, ni extravagancias ajenas a la condición laical. Un laico en el campo podría asociarse con otros productores, ocupar un cargo en una cooperativa o integrar una sociedad de fomento, jugar a las bochas, etc.; estas son realidades seculares que a un cartujo, p. ej., no le interesan.

Martin Ellingham dijo...

Anónimo persistente:
Hay una señora, llamada analogía. Es evidente que no la conoce. Por eso no entiende a Santo Tomás. Pida que se la presenten. Haga un curso con ella. Y después comente…

Terzio dijo...

Asumo totalmente la entrada; es así como se entiende rectamente la expectación del Advenimiento. Item más: Es así como se describe en los SS. Evangelios, en las parábolas de Ntro. Señor: Los siervos aguardan al Señor cada uno en su puesto, cumpliendo celosamente cada cual con su obligación, esperando a que el Amo regrese y llame. Igualmente las doncellas, cada una con la lámpara encendida, y/o preparadas para encender, apenas llegue el Esposo y llame. Además en todas estas parábolas, implícitamente, la actitud descrita respecto a los siervos que esperan conlleva obediencia-eficiencia-calma-esperanza-ánimo-gozo, sin zozobra, sin angustia. Es el santo temor de Dios, en suma.

Redacción dijo...

Reiteramos algo que ya dijimos en un comentario al post enlazado la sobre “Espiritualidad laical”: la espiritualidad cristiana es formalmente una; y la espiritualidad laical es una parte material de la misma; porque la santidad es la misma para todos los bautizados. Pero las circunstancias en uno y otro estado cambian; las obligaciones también; y por tanto las modalidades de actuación.

Martin Ellingham dijo...

Aunque esto ya se dijo, pero...

http://info-caotica.blogspot.com.ar/2013/05/bouyer-espiritualidad-y-espiritualidades.html

Martin Ellingham dijo...

Juan: se puede responder a quien plantea objeciones, si estas tienen alguna congruencia con lo que se dice. No tiene sentido contestarle a quien objeta contra cosas que no sólo no se dicen, sino que tampoco se piensan, y que sin embargo el sujeto se las inventa por algún motivo que desconozco. Puedo dar razones de lo que pienso, no de lo que algún analfabeto funcional o demente senil me atribuye falsamente.
Saludos.

Martin Ellingham dijo...

P.s.: Hablando ut in pluribus. Si soy padre de familia, médico, y bajo pretexto de Parusía inminente, descuido a mi familia y a mis pacientes, para jugar al cartujo, no cumpliré con importantes deberes de estado. Y si soy cartujo, con votos perpetuos, y so pretexto de Parusía inminente, me quiero dedicar a educarle a los hijos del médico y sanarle a sus pacientes, ciertamente no cumpliré con mis deberes de estado. Lo serio aquí es que los deberes de estado son particularizaciones de los Mandamientos, no consejos, de manera que si los descuido pongo en riesgo mi salvación.

Pensador dijo...

Martin, su ultimo comentario fue mas aclaratorio que el resto de la entrada, a efectos prácticos. Muchas gracias.