viernes, 8 de abril de 2016

Dejate tantalizar

La reciente exhortación Amoris laetitia es un documento de 325 parágrafos y 391 notas al pie. A juzgar por la extensión, habría que decir que representa un nuevo pico en el fenómeno de la inflación magisterial. La cantidad de texto es capaz de desalentar a los lectores más entusiastas.
Vistos los anteriores documentos del Pontífice, pareciera estar condenado a lo que un crítico literario dio en llamar “tantalismo”. En efecto, el autor parece continuamente tentado por una búsqueda de adaptación al mundo que origina ornamentación vacua. Está como atado a una segunda naturaleza de ornato palabrero y la realidad cada vez más se le escapa o al menos se desdibuja.
“Y el escritor, tantalizado, a su  vez tantaliza: pronto el lector se percatará que no se encuentra frente a una obra de captación difícil sino ante una solución verbal o una impotencia del espíritu. Así, la ratio última queda oculta por la ornamentación, no aparece; esperamos que la nueva obra lo aporte pero cuando ella adviene es de la misma naturaleza tantálica que la anteriores.
(…) el peligro de esta necesidad de ser tantálico radica en la fórmula que se utiliza para hacerlo: una vez obtenida dicha fórmula se repite hasta el infinito, se fija, se mecaniza, el escritor goza de ella, ella hace gozar al escritor, se convierte en una operación verbal (los griegos la llamaban logorrea), la ornamentación sube a punto y color cada vez más. Al final, su creador se ve ahogado por sus propias consecuencias.”
En cuanto a los contenidos, al menos no hay que lamentar que se haya asumido la doctrina de Kasper. Pero esto no implica que el documento no contenga pasajes ambiguos, circiteristas, abiertos a múltiples interpretaciones contrastantes, consideraciones absurdas, expresiones cutres y algunos errores notables (ejemplo paradigmático, la nota al pie 329).
Seguramente en los próximos días se publicarán muchos comentarios críticos. Nosotros renunciamos desde ya al intento de hacer una exégesis sensata de los peores pasajes de este documento. Porque no disponemos de tiempo. Seguramente otros lo harán mucho mejor.


2 comentarios:

Alejo dijo...

Lo peor: las notas al pie 336 y 351. Donde se admite la comunión y otros sacramentos a los que viven en situación de pecado "objetiva" aunque "subjetivamente" sean inocentes. ¡La negación total de la "Veritatis Splendor"!

GMUA dijo...

“Nadie puede ser condenado para siempre, porque esa no es la lógica del Evangelio! Aquí no estoy hablando solamente de los divorciados y vueltos a casar, sino de todo el mundo , en cualquier situación en que se encuentran.”– Francisco, 8 de Marzo 2016